
Dios encarnado: la deidad de Cristo
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth dice: «La mayoría de las personas hoy en día no tienen problema en creer que Jesús fue un gran hombre o incluso un profeta…»
Nancy DeMoss Wolgemuth: …pero, no quieren al Jesús que tiene toda autoridad y poder, porque eso requeriría rendirle cuentas.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 18 de marzo de 2025.
¿Crees que Jesús es Dios? ¿Pensar en esto es realmente importante? Escucha mientras Nancy aborda esas preguntas mientras continúa con la serie «Incomparable: La persona de Cristo».
Nancy: Hoy queremos estudiar la deidad de Cristo y responder a esta pregunta: «¿Quién era Jesús? ¿Él es Dios o no?».
Cuando hablamos de la deidad de Cristo, esta es la pregunta que estamos abordando: la Divinidad de Cristo; el hecho de que Él es Dios. Comenzaré afirmando lo que enseña la Escritura …
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth dice: «La mayoría de las personas hoy en día no tienen problema en creer que Jesús fue un gran hombre o incluso un profeta…»
Nancy DeMoss Wolgemuth: …pero, no quieren al Jesús que tiene toda autoridad y poder, porque eso requeriría rendirle cuentas.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 18 de marzo de 2025.
¿Crees que Jesús es Dios? ¿Pensar en esto es realmente importante? Escucha mientras Nancy aborda esas preguntas mientras continúa con la serie «Incomparable: La persona de Cristo».
Nancy: Hoy queremos estudiar la deidad de Cristo y responder a esta pregunta: «¿Quién era Jesús? ¿Él es Dios o no?».
Cuando hablamos de la deidad de Cristo, esta es la pregunta que estamos abordando: la Divinidad de Cristo; el hecho de que Él es Dios. Comenzaré afirmando lo que enseña la Escritura en muchos lugares, pero por ejemplo en 1 Timoteo 3, versículo 16 dice: «Él, Dios, fue manifestado en la carne».
Cuando Jesús vino a esta tierra y nació en Belén como un pequeño bebé, Dios se manifestó como hombre, en la carne, lo que llamamos la encarnación, Dios tomando forma humana. Esta es la doctrina de la deidad de Cristo. El hecho de que Él es Dios es fundamental para el cristianismo. Si eso no es cierto, entonces toda la estructura se desmorona.
Como dice Oswald Sanders en el libro El Cristo incomparable: «Si Jesús no es Dios, entonces no hay cristianismo, y nosotras que lo adoramos no somos más que idólatras».
Esta doctrina de la deidad de Cristo, el hecho de que Él era Dios, es enormemente importante. Así que no debería sorprendernos que a lo largo de la historia haya habido desafíos y ataques relacionados con Su deidad. La gente ha refutado y cuestionado esto, incluso dentro de la iglesia.
En el siglo IV, por ejemplo, hace cientos de años atrás, había un obispo llamado Arrio. Él creía y enseñaba que Jesús era un ser muy exaltado pero creado, que no era eterno y no creado como lo es el Padre.
Además, el primer concilio de toda la Iglesia se reunió en el año 325 d.C. en Nicea (una ciudad en la actual Turquía) para responder a la pregunta: «¿Quién es Jesús?». El credo que surgió de ese concilio, el Credo de Nicea, todavía se recita en muchas iglesias hoy en día. Ese credo afirmaba que Jesús era de la misma naturaleza que Dios.
Ahora bien, hoy en día hay muchas religiones modernas que niegan la deidad de Cristo. Permíteme nombrar algunos:
Entonces, cuando esas personas vengan a tu puerta para hablar contigo sobre religión y usen algunas de las mismas palabras y Escrituras que tú conoces, debes saber que están atribuyendo significados diferentes a muchas de esas mismas palabras, conceptos y Escrituras.
Es decir que tenemos diferentes religiones que niegan la deidad de Cristo, pero lo que me resulta particularmente interesante es que durante los últimos 100 años ha habido un esfuerzo concertado por parte de algunos de los llamados eruditos bíblicos para desacreditar la deidad de Cristo.
Es posible que hayas escuchado el término «la búsqueda del “Jesús histórico”». El objetivo de ese movimiento es supuestamente darnos una imagen del «Jesús real» «separando los hechos históricos de la mitología» y para lograrlo, han tenido que deconstruir el registro bíblico.
Esta filosofía, la búsqueda del «Jesús histórico», tiene sus raíces en el naturalismo. Este enfoque se basa en que, si algo no se puede probar científicamente, no puede ser verdad. Esta creencia rechaza lo sobrenatural. Por lo tanto, los relatos bíblicos de que Jesús nació de una virgen, caminó sobre el agua, realizó milagros, resucitó de entre los muertos, dicen que esas cosas no pueden ser ciertas. Estos son eruditos de la Biblia que llegan a esta conclusión. Pero lo que sucede es que eso pone en duda la confiabilidad de toda la Escritura.
El Seminario de Jesús (en inglés The Jesus Seminar) es el defensor más conocido de esta filosofía. Comenzó en 1985 con un equipo de supuestos «eruditos» radicalmente liberales que se reunieron para revisar el Nuevo Testamento y determinar qué partes eran verdaderas y cuáles no. Y de pronto tienen problemas en la ciudad River City, por el solo pensamiento de que tal vez algo de eso no sea verdad.
En 1998, el fundador del Seminario de Jesús publicó veintiún tesis en el boletín de la organización. Esas tesis incluyen esta: «Deberíamos degradar a Jesús. Ya no es creíble pensar que Jesús es divino».
El problema central de todo esto es esta pregunta: «¿Es Jesús realmente Dios?». Hoy en día no hay pensadores serios que nieguen que Él fue una figura histórica. Existe mucha evidencia que lo respalda. El debate gira en torno a si este rabino judío que vivió en Palestina hace 2000 años, aproximadamente, era en realidad Dios encarnado.
Es interesante y se escucha mucha información al respecto. Estoy convencida de que la gente está intrigada por Jesús. No pueden negarlo. No pueden eliminarlo. Pero quieren un Jesús humano o al menos uno que sea más humano que Dios. No les molesta un Jesús que sea un buen hombre, un gran maestro moral y filósofo, o incluso un profeta, pero no quieren un Jesús con toda autoridad y poder porque eso significa que tendrían que rendirle cuentas.
Esta perspectiva diluida sobre Cristo de que Él es un buen hombre o es un profeta, pero en realidad no es Dios, que Él no hizo estas cosas sobrenaturales, esta perspectiva de Cristo ha sido muy difundida por los principales medios de comunicación. Hay muchas revistas de noticias, especiales de televisión y libros populares en los últimos veinte o treinta años, incluyendo la novela de Dan Brown, El código Da Vinci.
En ese libro, Dan Brown afirma una noción que se ha vuelto popular en los últimos años, y es que «la doctrina de la deidad de Jesús, de su naturaleza divina», dice Dan Brown, «fue inventada unos 300 años después de su muerte por líderes de la iglesia en el Concilio de Nicea que querían solidificar su control, y entonces declararon que Jesús era Dios». Ellos dicen que inventaron esa doctrina 300 años después de la muerte de Jesús.
En El código Da Vinci, Brown afirma que «hasta ese momento de la historia [es decir, el concilio de Nicea en el año 325 d.C.], hasta ese momento Jesús era visto por sus seguidores como un profeta mortal, un hombre grande y poderoso, pero un hombre al fin y al cabo».
Millones de personas compraron el libro, lo leyeron y creyeron lo que decía, aunque fuera totalmente ficción. Entonces la pregunta es: «¿Tiene razón Dan Brown o la Escritura?». ¡La Escritura! Sabemos que las Escrituras son verdad, pero si estuviera hablando con alguien que está más influenciado por El código Da Vinci que por las Escrituras, ¿podrías mostrarle por medio de las Escrituras que la deidad de Cristo no fue una doctrina inventada 300 años después de la muerte de Cristo?
Déjame mencionar algunas evidencias:
El hecho es que 700 años antes de que Jesús viniera a la tierra como hombre, el profeta Isaías del Antiguo Testamento profetizó sobre el Mesías y dijo que Él sería Dios. A menudo escucharás citar Isaías 9:6 durante la época navideña:
«Porque un Niño nos ha nacido,
Un Hijo nos ha sido dado…[¿De quién habla?, de Jesús]
y se llamará Su nombre Admirable Consejero,
Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz».
Setecientos años antes de que naciera Jesús, Isaías profetizó acerca de su nacimiento y dijo: «Él será Dios. Él es Dios». Esto no fue inventado 300 años después de que Jesús viniera a la tierra.
Nuevamente, no deberíamos citar este versículo solo en Navidad, también dice Isaías 7:14, y deberíamos citar este versículo más a menudo, no solo en Navidad:
«Por tanto, la virgen concebirá y dará a luz un hijo [no es exactamente un suceso natural] y le pondrá por nombre Emmanuel».
¿Qué significa eso? «Dios con nosotros». El Hijo de la virgen es Dios, Dios con nosotros.
Jesús mismo afirmó ser igual a Dios. Lo vemos en todas las Escrituras: «Yo y el Padre somos uno» (Jn. 10:30). «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn. 14:9).
Hay mucha evidencia y testimonio bíblico que respalda la doctrina de la deidad de Cristo. Y nuevamente, ¿qué queremos decir con esa doctrina de la deidad de Cristo? Significa que Jesucristo era de la misma esencia que Dios Padre.
Mientras me preparaba para esta sesión, encontré un libro escrito por dos coautores que me fue muy útil en este punto. Se llama Putting Jesus in His Place: The Case for the Deity of Christ (Poniendo a Jesús en su lugar). En este libro, los autores presentan evidencia de la deidad de Cristo en cinco categorías que se organizan utilizando el acrónimo H-A-N-O-T.
Permíteme darte una descripción general y, si estás interesada en saber más sobre esto, puedes obtener una copia de ese libro:
- Los unitarios creen que Jesús era «un hijo de Dios» pero no «el Hijo de Dios». No creen que Cristo sea único e incomparable.
- Los mormones creen que Jesús fue creado por Dios y que es un «hermano» de Satanás, que Jesús fue una vez solo un hombre que vivió en otro planeta. Con el tiempo progresó hasta ser igual a Dios y vino a colonizar el planeta Tierra con «futuros dioses» o humanos.
- Los Testigos de Jehová creen que Jesucristo fue solo un hombre perfecto, no Dios encarnado, y que antes de Su vida terrenal Él era el Arcángel Miguel, el primero en rango de los ángeles creados.
- Los musulmanes, por ejemplo, creen que Jesús fue un profeta nacido de una virgen, pero no Dios.
- H: En primer lugar, Jesús comparte los honores debidos a Dios. Vemos en las Escrituras que el Hijo debe ser honrado, adorado y amado, así como nosotros honramos, adoramos y amamos al Padre. Él comparte los honores que le pertenecen a Dios.
- A: En segundo lugar, Él comparte los atributos de Dios. Atributos exclusivos de Dios: Su omnipotencia (Él es todopoderoso), Su omnipresencia (Él está en todas partes), Su omnisciencia (Él lo sabe todo). Estos son atributos atribuidos de Dios, pero en las Escrituras también son atributos que se atribuyen a Cristo. Él comparte los atributos de Dios.
- N: Jesús también comparte los nombres de Dios. Los nombres que se le dan a Dios en el Antiguo Testamento se le dan a Jesús en el Nuevo Testamento: Señor, Salvador, Rey, YO SOY y muchos otros. Jesús participa de los nombres de Dios.
- O: Jesús comparte las obras que Dios hace. Hay muchos hechos en las Escrituras, obras que son prerrogativa exclusiva de Dios en el Antiguo Testamento y que se atribuyen a Cristo en el Nuevo Testamento.
Por ejemplo, leemos que Dios es el creador y el sustentador del universo. Pero en Colosenses 1 leemos que Cristo creó todas las cosas (ver versículo 16). Lo mismo en Juan capítulo 1, Él creó todas las cosas: «Sin Él, nada de lo creado llegó a existir» (v. 3). Él es el creador y el sustentador del universo.
Vemos a Yahweh Dios ejerciendo control soberano sobre las fuerzas de la naturaleza, y vemos a Jesús en una barca en un mar agitado ejerciendo control sobre las fuerzas de la naturaleza.
Vemos a Dios perdonando pecados y vemos a Jesús teniendo el poder de perdonar pecados. Jesús participa en las obras que Dios hace.
- T: Número 5, Jesús comparteel trono de Dios. Él ejerce autoridad sobre todas las cosas. Él ejerce el juicio divino. Él es exaltado sobre todas las cosas creadas, incluyendo los ángeles. Vemos a Dios sentado en el trono ejerciendo autoridad y juicio, y vemos a Cristo sentado en ese mismo trono.
Así que, existe evidencia que respalda que las Escrituras presentan a Cristo con la misma esencia de Dios el Padre.
He estado memorizando y meditando en el libro de Colosenses durante las últimas semanas mientras trabajaba en esta serie. En esta porción de la Escritura está claro que Cristo es Dios. Dice Colosenses 1: «Porque agradó al Padre que en Él [en Cristo] habitara toda la plenitud» (v. 19).
Luego en Colosenses 2 dice: «Porque toda la plenitud de la deidad reside corporalmente en Él» (v. 9).
Por supuesto, es un misterio. Por supuesto, no puedes resolverlo con una mente racionalista y naturalista. Si no crees en lo sobrenatural, no puedes creer en la deidad de Cristo. Es por eso que estos Seminarios de Jesús, los llamados teólogos, se han propuesto refutar la deidad de Cristo, porque no creen en lo sobrenatural. Pero el hecho es que hay una realidad más allá de lo que podemos experimentar con nuestra mente y nuestros sentidos naturales, y parte de ese misterio es que «en Cristo habita corporalmente la plenitud, toda la plenitud de la deidad».
En su clásico libro apologético llamado Mero Cristianismo, C.S. Lewis plantea un famoso desafío a quienes dicen que Jesús fue un gran maestro moral, pero rechazan su afirmación de ser Dios. Es posible que hayas escuchado esta cita antes, pero creo que es tan buena que merece leerla nuevamente. Él dice:
«Un hombre que fue meramente un hombre y que dijo las cosas que dijo Jesús no sería un gran maestro moral. Sería un lunático (en el mismo nivel del hombre que dice ser un huevo escalfado) o sería el mismísimo demonio».
Él, o sabía que lo que decía no era verdad, en cuyo caso era un mentiroso, o no sabía que era verdad (entonces fue engañado), en cuyo caso estaba loco. Eso es lo que C.S. Lewis está diciendo.
«Tú debes elegir. O ese hombre era, y es, el Hijo de Dios, o era un loco, o algo mucho peor. Puedes hacerle callar por necio, puedes escupirle y matarlo como si fuese un demonio; o puedes caer a Sus pies y llamarlo Señor y Dios. Pero que no se nos ocurra ninguna tontería condescendiente acerca de que fue un gran maestro humano. Él no nos dejó abierta esa posibilidad».
¿Ves el reto? Si Él es quien dijo ser, entonces Él es el Señor.
Ahora, la mayoría de nosotras afirmamos intelectualmente que Jesús es Dios. Así que la pregunta que quiero que reflexionemos aquí por un momento es: «¿Y entonces qué?». ¿Cuáles son las implicaciones de Su deidad? Si Jesús verdaderamente es Dios, ¿qué diferencia hay?
Me temo que muchas de nosotras, como seguidoras de Cristo, damos nuestro consentimiento intelectual a estas verdades y realmente nunca cambiamos nuestras vidas. No basta con conocer estas verdades. Se supone que deben dar forma y cambiar radicalmente nuestros mundos.
¿Y entonces qué de la deidad de Cristo? Bueno, déjame mencionar dos o tres:
Si Jesús es Dios, o debería decir, ya que Jesús es Dios…
Eso significa que es posible que conozcamos a Dios. Podemos conocerlo a través de Cristo, de quien se nos dice en Colosenses capítulo 1: «Cristo es la imagen del Dios invisible» (v. 15). No podemos ver a Dios, pero Jesús vino a esta tierra, en un cuerpo humano para que pudiéramos ver la imagen, la «imagen viva», como decimos, del Dios invisible.
Nadie en esta sala ha visto jamás a mi padre Art DeMoss. Él ha estado en la presencia del Señor durante años, pero las personas que lo conocieron dicen que cuando me miran, cuando me ven, ven a una Art DeMoss femenina. Por los ojos grandes. Ahora bien, no soy la imagen EXACTA de mi padre terrenal, pero me parezco mucho a él.
Bueno, Jesús es la imagen exacta de Dios. No solo se parece a Dios; Él es Dios y nos lo mostró. ¡Eso significa que Dios es conocible! Puedes conocerlo hoy porque Jesucristo que vino a esta tierra lo manifestó, lo reveló, nos lo dio a conocer.
Entonces aquí tenemos otra implicación: dado que Jesús es Dios, Él es exaltado por encima de todos los demás hombres, gobernantes, líderes religiosos y los llamados dioses. Él es el Cristo incomparable, no hay nadie como Él. Y como tal, debe ser adorado, reverenciado, honrado y exaltado.
Creo que en nuestra generación hemos hecho mucho para enfatizar la humanidad de Cristo. Él es un hermano, Él es un amigo que quiere relacionarse íntimamente con nosotros. Hablaremos de la importancia de Su humanidad en la próxima sesión, pero me temo que algunas de nosotras hemos perdido el sentido de Su trascendencia, Su grandeza, de Su soberano Señorío. Eso significa que debemos tener una actitud de reverencia y temor hacia Él.
Y en tercer lugar: puesto que Jesús es Dios, eso nos dice que Él es exclusivamente el único camino a Dios. Si Él no es divino, entonces es simplemente un hombre. Y si fuera solo un hombre, sería tonto e idólatra adorarlo y seguirlo. Él no podría ser «el camino, la verdad y la vida» si no es Dios (Jn 14:6). Pero si Él es divino (y lo es), entonces todas sus afirmaciones son verdaderas.
Eso significa que el cristianismo no es solo una de las muchas alternativas religiosas entre las que podemos elegir, como mucha, mucha gente quiere hacernos creer hoy. «Tú tienes religión. Yo tengo mi religión. No me digas que tu religión es la única verdadera». Hoy en día, la gente intentará intimidarte, y si no intentan hacerlo contigo, intentarán hacerlo con tus hijos, y en la universidad, o con los adultos jóvenes. «¿Crees que esa es la única manera?».
Los cristianos hoy en día se sienten intimidados por aquellos que dicen: «La tuya es solo una alternativa religiosa». ¡No! «No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos» sino el nombre de Jesús (Hechos 4:12). En ningún otro hay salvación más que en Jesucristo.
En el libro al que hice referencia anteriormente, Putting Jesus in His Place (disponible en inglés, Poniendo a Jesús en su lugar), los autores citan a un erudito llamado John Hick, quien es el editor de El mito de Dios encarnado. John Hick es un conocido oponente de la doctrina de la deidad de Cristo. Después de citar una extensa sección del libro de Hick, los autores de Putting Jesus in His Place dicen esto:
«Hick ha visto más claramente que la mayoría de personas, que si Jesús fue únicamente Dios encarnado, entonces también es únicamente el camino hacia Dios. Eso es lo que realmente ofende a la gente hoy.
A casi nadie le importa que se afirme rotundamente la creencia en Jesús. Sin embargo, sugerir que sin Jesús las personas de otras religiones se están perdiendo algo de importancia eterna es considerado por muchos como un ataque al derecho de las personas a creer en lo que quieran.
En una época en la que tantos rechazan la idea que el punto de vista de alguien sea superior al de otro, que se considere a Jesús como el único Dios encarnado, es la personificación de la intolerancia».
Así lo ve el mundo. Pero si Jesús es Dios, entonces no hay otro camino, no hay otro dios. Nuestra afirmación de que el cristianismo es verdadero depende de la doctrina de la deidad de Cristo.
Si aceptamos que Jesús es Dios, esa premisa, entonces no podemos aceptar el concepto de pluralismo religioso: que todas las religiones son igualmente válidas y verdaderas. Si Jesús es Dios en la carne, entonces lo que Dios ha dicho sobre el pecado, la salvación y el juicio es excluyente con las creencias religiosas que niegan esas verdades o con sistemas religiosos que promueven u ofrecen cualquier camino a Dios que no sea a través de Cristo.
El fundador del cristianismo, el mismo Jesucristo, afirmó ser Dios. Él exige la lealtad total de Sus seguidores, y cuando proclamamos Su deidad, cuando decimos: «Jesús es el Señor. Jesús es Dios», en realidad estamos diciendo: «Estoy destronando a todos los demás dioses de este universo, incluidos esos ídolos en mi propio corazón, y estoy estableciendo a Cristo como Señor».
Ahora, cuando hacemos esto, significa que tenemos que obedecerle. Jesús dijo: «¿Por qué ustedes me llaman “Señor, Señor” y no hacen lo que Yo digo?» (Lucas 6:46). Entonces, otra implicación del hecho de que Él es Dios, si Él es Señor, y lo es, si lo llamamos Señor, y lo hacemos, entonces debemos adorarlo, honrarlo exclusivamente, confiar en Él, en Sus promesas y obedecerlo como Señor.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth ha estado abordando un tema importante. A menudo se discute e incluso se duda hoy en día, pero Jesús era Dios. Él es Dios. Es una creencia central que debemos mantener.
Si te perdiste el mensaje de hoy, o alguno de los episodios anteriores de esta serie, puedes escucharlos todos en AvivaNuestrosCorazones.com o en la aplicación de Aviva Nuestros Corazones.
Nancy: ¿Era Jesús era realmente Dios? Es una pregunta muy importante y me alegra que hayamos podido abordarla en el programa de hoy. Quizá tienes amigos y compañeros de trabajo que pueden estarse preguntando lo mismo. «¿Es Jesús realmente Dios?». Bueno, espero que el programa de hoy te haya ayudado a pensar en lo que le dirías a alguien que no esté tan seguro.
Estudiar la Palabra de Dios es tan importante y muy poderoso. Estoy muy agradecida de que Dios nos permita estudiar Su Palabra juntas cada día de la semana en Aviva Nuestros Corazones. Este programa es posible gracias al apoyo de oyentes como tú. Entonces, si has sido bendecida por este programa y encuentras útil este tipo de enseñanza, ¿considerarías apoyar el ministerio con una donación?
Débora: Si aún no has adquirido «Incomparable», el nuevo libro de Nancy, puedes obtenerlo visitando avivanuestroscorazones.com. Ahora es un momento especialmente bueno para utilizar este recurso, el libro más reciente de Nancy, Incomparable: 50 días con Jesús, mientras preparas tu corazón en los días previos a la Pascua y para seguir leyendo mientras continuamos esta serie del mismo nombre. Cuando lo obtengas a través de Aviva Nuestros Corazones, también recibirás una guía de lectura adicional para guiarte a través del libro. Puedes obtenerlo haciendo una donación de cualquier monto visitando AvivaNuestrosCorazones.com.
«Allá en el pesebre do nace Jesús». Esta idea aparece en un villancico popular, pero probablemente no es cierta. Nancy DeMoss Wolgemuth pinta un cuadro de un Jesús plenamente humano que lloró, comió, durmió, tuvo hambre y sintió emociones. Eso será mañana en un nuevo episodio de Aviva Nuestros Corazones. ¡Te esperamos!
Llamando a las mujeres a la libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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