Dile NO a la tentación
Carmen Espaillat: Holly Elliff dice que tienes que tomar el adulterio o el adulterio emocional en serio.
Holly Elliff: Yo animaría a esas mujeres que están escuchando quienes han traspasado la línea de considerar la idea y que ahora están activamente involucradas con otro hombre. Y luego quiero animarte como lo hice con mi amiga a no tomar otro respiro sin antes ponerte de rodillas delante el Señor para decirle, “Padre, hace mucho tiempo yo entregué mi vida a Ti no puedo honrarte a menos que yo honre mis votos matrimoniales”.
Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.
En nuestra serie, El hermoso diseño de Dios para la mujer, hemos recibido enseñanza Bíblica sólida y consejo práctico acerca de la pureza moral. Hemos escuchado cómo decisiones pequeñas pueden llevar a grandes consecuencias.
Algunas de nuestras oyentes han tenido que …
Carmen Espaillat: Holly Elliff dice que tienes que tomar el adulterio o el adulterio emocional en serio.
Holly Elliff: Yo animaría a esas mujeres que están escuchando quienes han traspasado la línea de considerar la idea y que ahora están activamente involucradas con otro hombre. Y luego quiero animarte como lo hice con mi amiga a no tomar otro respiro sin antes ponerte de rodillas delante el Señor para decirle, “Padre, hace mucho tiempo yo entregué mi vida a Ti no puedo honrarte a menos que yo honre mis votos matrimoniales”.
Carmen: Esto es Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.
En nuestra serie, El hermoso diseño de Dios para la mujer, hemos recibido enseñanza Bíblica sólida y consejo práctico acerca de la pureza moral. Hemos escuchado cómo decisiones pequeñas pueden llevar a grandes consecuencias.
Algunas de nuestras oyentes han tenido que luchar con este tipo de decisiones en sus vidas y están compartiendo cómo luce la pureza moral en la vida diaria. Escucharemos de Debby Canfield, Kim Wagner y Holly Elliff. Para comenzar, aquí esta Amber Singleton.
Amber Singleton: Soy Amber Singleton. No creo que le moleste a mi esposo que yo comparta esto porque él ha estado conmigo cuando lo hemos compartido con otras personas. Habíamos comenzado a salir juntos éramos los mejores amigos luego nos casamos. Él entró a la facultad de medicina después de que naciera nuestro tercer hijo. Tuve dificultades con la niña, lloraba todo el día todos los días. Eso me hacia visitar el consultorio del pediatra tres o cuatro veces por semana.
Un día estaba manejando y uno de los pediatras en su carro me pasó por el lado. Soy honesta cuando digo que no recuerdo cuál de ellos fue. Pero recuerdo que mi corazón empezó a latir rápido cuando vi ese carro pasar y pensé, “Oh, Dios, eso es lo que mi corazón hacía cuando me citaba con Ken y veía pasar su carro. Aquí anda algo mal”.
Fui a casa y llamé a Ken y él me devolvió la llamada. Le dije, “Cariño, no sé cuál es tu próxima clase pero estoy en una crisis y necesito que nos encontremos para almorzar”. Yo le dije, “tengo que contarte lo que me acaba de suceder”. El falto a su clase y nos reunimos a almorzar, así que le expliqué, “No me atrae ninguna de estas personas, pero, tengo temor”. Eso fue aterrador para mí.
Bueno, él había sacado puras A’s hasta ese momento. Llevaba un semestre en la escuela de medicina, y nunca jamás volvió a tener puras A’s. Comenzamos a salir juntos una noche a la semana aunque él estuviera en clases. Volvimos a ser de nuevo los mejores amigos, y él me ayudó a llevar la carga de ese problema.
Así que supongo que la advertencia sería que la persona hacia la que debes correr cuando comiences a sentir este tipo de cosas equivocadas es a tu esposo .
Kim Wagner : Estoy tan agradecida por la intervención drástica que mi esposo hizo en mi vida cuando solo teníamos poco más de un año de casados y nos mudamos a Dallas. Éramos estudiantes del colegio bíblico. Estábamos muy necesitados financieramente. Tú sabes cómo es eso, Holly. Así que sentimos como si el Señor hubiera provisto este gran trabajo para mí en una torre el centro de Dallas. Aquí estoy yo una niña pequeña de Arkansas trabajando en una de las compañías más grandes de bienes raíces del mundo.
Iba muy bien vestida al trabajo cada día. Tienes que poner tu mejor apariencia y tratar bien con los demás. Entre ellos allí todos se trataban muy bien. Había un ejecutivo allí—yo solo tenía 21 años, y él probablemente era 20 años mayor que yo; un hombre de muy buen parecer. Él comenzó a pasar por mi escritorio más y más solo para decirme pequeñeces.
Recuerdo que un día regresé del almuerzo y él había dejado un chocolate en mi escritorio con una pequeña nota. Me prestaba cada vez más y más atención. Yo le dejaba saber que estaba casada, “Estoy casada con un estudiante del seminario. Estoy casada.” Mi esposo venía algunos días a almorzar conmigo. Venía cargando su pequeña bolsa de papel, y él se veía miserable viniendo de la universidad con sus libritos de la escuela, mientras por el lado nuestro pasaba este gran ejecutivo.
Si yo hubiese sido una mujer mundana esto hubiera sido un contraste demasiado grande. Yo miraba y veía a este exitoso ejecutivo que estaba interesado en mí y también veía a mi pobre miserable esposo caminando todos los días con el almuerzo en una bolsita de papel.
El día que el hombre me invitó a un lugar con él después del trabajo —claro, lo rechacé— llegué a casa y le dije a mi esposo todas las atenciones de este hombre. Aunque estábamos muy muy necesitados financieramente, mi esposo dijo, “Si Dios nos quiere aquí en el seminario, Él proveerá y tú te quedarás en casa. Y ya no trabajarás fuera de la casa nunca más”.
Estoy tan agradecida por esa protección en mi vida porque aunque mi corazón todavía no había empezado a inclinarse hacia ese ejecutivo…
Nancy Leigh DeMoss: Ciertamente habrías podido hacerlo.
Kim: Sí lo hubiera hecho. Nancy, pienso en cuántas mujeres en el lugar de trabajo—quizás sean creyentes y estén allí; tienen buenos corazones; aman a sus esposos; pero esta atención que reciben, ese trato, el saber que alguien está interesado en ellas…
Si hay mujeres escuchando que ya están pensando en cómo vestirse para el trabajo o cómo lucirán para ese hombre que trabaja allí… Quizás incluso estén considerando, “Cómo podré encontrarme con él cerca de la copiadora…” Ustedes necesitan ir con sus esposos y compartir esto con ellos. Necesitan compartir eso y rendirles cuentas a ellos.
Quizás necesiten tomar pasos drásticos para retirarse de esa situación y salvar su matrimonio, aunque eso signifique pobreza financiera.
Nancy: Puedo imaginar a una mujer en una situación como ésta y de seguro piensa, “S i yo le digo esto a mi esposo, pondría en peligro nuestro matrimonio seriamente”, aunque el matrimonio ya está en peligro. ¿Cómo puedes asegurarle a esta mujer que realmente esto es lo que ella tiene que hacer?
Debby Canfield: Yo recuerdo —bueno, he estado casada por 30 años— Cuando tenía 15 años de casada andábamos alrededor de hombres jóvenes todo el tiempo. Estaba pasando por un tiempo en mi vida cuando Steve estaba muy ocupado. Estaba haciendo muchas cosas, y yo me sentía como que solo era buena para quedarme en casa con los niños.
Entonces comencé a sentir lástima de mi misma. Así es como realmente comienza . Steve no me estaba prestando atención y yo, comencé a desenfocarme de las cosas de Dios y empecé a enfocarme en mis circunstancias; sintiendo lástima por mí misma.
Había un joven en particular, él me decía día tras día, “Oh, pero tú te ves muy joven para tu edad.” Y cuando uno comienza a envejecer, eso se siente muy bien. Cada vez que yo entraba, me decía, “Tú te ves muy linda”.
Satanás estaba usando esos pequeños detalles. Yo pensaba, “Wao, aún no me estoy poniendo vieja. Todavía sirvo para algo. No solo soy una esposa y una madre que siente lástima por ella misma.” Pero enseguida, gracias a que paso tiempo con el Señor cada mañana, sentí que el Espíritu Santo me agarró y me dijo, “Hey, te estás dejando llevar. Estás derribando los limites que tú y tu esposo han construido desde hace años si sigues permitiendo que alguien de la edad de tus hijos te siga halagando.”
Así es que inmediatamente fui a hablar con Steve pensando que él me iba a rechazar pues él siempre me ha tenido en un pedestal. Pero él se sentó y me dijo, “Dios nos va a ayudar a pasar por esto.” Yo noté que había dejado que una raíz de amargura comenzara en mi corazón años antes. Cuando mi esposo compartía en los servicios de avivamiento y hablaba acerca de cómo luchaba con la pornografía desde que era jovencito. Pero esto él no lo había compartido conmigo hasta después que estábamos casados. Y yo creía que realmente había aprendido a manejar esta información.
A veces tratamos con estas situaciones superficialmente pero lo que hacemos es que lo escondemos y lo sacamos en el peor momento. Me di cuenta que realmente no había tratado con ese dolor ni lo había perdonado totalmente. Y que cuando quitaba mi foco de Dios y alguien más me daba atención, yo pensaba, bueno, pero Steve me hizo esto a m í. Así es que en lugar de eso dije, “Dios, perdóname por la amargura que he estado guardando contra mi esposo y que ha abierto la puerta para esta tentación .”
Así que fuimos a almorzar y me senté y le dije a Steve lo que estaba pasando—le conté que este joven me estaba halagando y lo que me había dicho y cuántas veces me lo había dicho. Te cuento que le dije todo. Oramos… y entendí que necesitaba rendirle cuentas a mi esposo. Necesitaba ser honesta porque un secreto contiene demasiado poder. Si no lo hubiera hecho, no sé qué hubiera pasado.
Él me perdonó, y más que todo, Dios me perdonó cuando fui al Señor y me arrepentí de ese pecado de aceptar esos halagos. Solo le pedí a Dios que estuviera conmigo y que me ayudara a sobrepasar esto. Le pedí que me llevara a pedirle perdón a Steve por la amargura que yo había estado guardando por muchos años sin darme cuenta.
Nancy: ¿Qué hubiera sucedido si hubieses abierto la puerta desde ese primer momento, quizás no a una aventura, pero solo si hubieses entretenido la idea más de lo debido? Pienso que cuando cruzamos la línea, la próxima vez se hace más fácil dar ese paso adicional hacia la dirección incorrecta. Así que cada decisión en esas pequeñas áreas se convierte en un bloque que sirve de edificación a la forma como reaccionaremos en el futuro.
Holly: Creo que es crítico tratar con la tentación desde el principio, antes de que tenga oportunidad de florecer en pecado. O sea, el chocolate en el escritorio fue una tentación. Tú no habías hecho nada para merecer ese chocolate en tu escritorio. Eso fue una tentación. Si tú hubieras escogido aceptar esa invitación de ir a alguna parte con él, hubieses caído en pecado. No tomaste esa decisión. Trataste con ella cuando todavía estaba en el nivel de tentación antes de que llegara a convertirse en pecado.
Nancy: Algunas han caído en la tentación. Tomaron el chocolate y recibieron los halagos. Abrieron la puerta y han ido tras la carnada. Y ahora están escuchándolas a ustedes decir, tuve estas oportunidades para ir tras la carnada pero por la gracia de Dios no lo hice. Estás agradecida, y fuiste liberada de esa situación. Pudo haber sido un desastre pero no lo fue.
Pero hay muchas mujeres quienes están en esa situación ahora; y es un desastre. Denles alguna esperanza, ayuda y ánimo para animarlas a tomar el próximo paso.
Kim: Bueno, Nancy, es importante lo que dijiste anteriormente de que hay muchas mujeres que quizás teman ir con sus esposos para compartir esto con ellos. Puede ser que cuando ellas compartan estas cosas con el esposo quizás no las reciba de la misma manera que Steve hizo con Debby o como mi esposo hizo conmigo y no tomen esa postura de protección.
Pero yo animo a las mujeres —sin importar como sus esposos reciban esto— a que vayan con sus esposos en humildad. Primeramente ve con Dios y arrepiéntete, si verdaderamente quieres deshacerte de esto. Esa es la cuestión. Puede haber algunas mujeres escuchando esto que saben que necesitan hacerlo, pero realmente no se quieren deshacer de esto. Así que mujeres, si saben que necesitan hacerlo, en este mismo momento pídanle a Dios que les de eI deseo de deshacerse de eso. Pídanle que les conceda el arrepentimiento y que les muestre lo horrible que es este pecado y que ese pecado es uno de los pecados que crucificaron a su Salvador si son creyentes.
Luego , en ese momento, en humildad, pídele a Dios que te de la humildad para ir con tu esposo y decirle que vas a él por amor por amor a él y por amor a Dios y por el deseo de estar bien con Dios y confiésale todo a él. Dile que necesitas que él sea tu protector.
Nancy: Ahora, debemos tener en cuenta que para muchas mujeres han sufrido algunas desilusiones. Si ellas hubieran pensado que su esposo era el mejor hombre en todo el planeta en ese momento, probablemente ellas no estuvieran aceptando el chocolate en el escritorio. Así que puede haber algunos problemas de amargura, de desilusión, que necesitan ser tratados en lo que se relaciona con su propio matrimonio.
Holly: Yo animaría a esas mujeres que están escuchando y que ya han ido más allá de simplemente coquetear con la idea y que ahora están activamente involucradas con otro hombre. Si tú mencionas el nombre de Cristo, si tú dices que tú le perteneces a Él, entonces yo te animaría como lo hice con mi amiga hace años, a no tomar otro respiro sin ponerte de rodillas delante del Señor para decirle, “ Padre, hace mucho tiempo yo entregué mi vida a Ti. No puedo honrarte a menos que yo honre mis votos matrimoniales”.
Puede que estés en un lugar en el que donde no tienes absolutamente nada de amor por tu esposo. Quizás él te decepcionó o te lastimó o te sientes como que tienes el derecho de pisotear tu matrimonio. Pero déjame animarte, si eres hija de Dios, a que le permitas a Él que te conceda arrepentimiento, a reconocer esto como lo que es, que es una decepción del enemigo que te está apartando de la verdad. Pídele a Dios que te conceda la habilidad de ver esto como verdaderamente es, que te quite la venda de los ojos para que lo veas como pecado, y ve a tu Padre y pídele que te ayude a retomar los pasos en la dirección correcta para restaurar tu hogar, para restaurar tu matrimonio . Él te concederá lo que necesitas si vienes, como dijo Kim, en humildad y pides perdón.
Debby: Dios ciertamente trae gloria en lugar de cenizas. Lo he visto una y otra vez.
Holly: Si tuviéramos tiempo, las cuatro de nosotras que estamos sentadas aquí pudiéramos contar historia tras historia tras historia de mujeres que tomaron la decisión de rendirse y le pidieron a Dios que restaurara su corazón y restaurara su amor por su pareja y Dios lo ha hecho. Como deseo que pudiera presentarles a esas mujeres y que ellas te dijeran ahora lo que han cosechado como resultado de la obediencia y la rendición al Señor.
Nancy: ¿Y qué de la mujer que tomó esas decisiones incorrectas? Ella ha cruzado esas puertas. Ella ha regresado al Señor, se ha arrepentido, pero mientras ella retrocede y mira su vida todavía lucha con la culpa de haber tomado esas decisiones.
Debby: Creo que lo primero que le diría es que renueve su mente. Yo tuve que ir a la Palabra de Dios. Y tuve que comenzar a memorizar las Escrituras. Si comienza en la mente, lo que pones en tu mente va a salir en tus acciones. Así que yo fui a la Palabra de Dios y comencé a renovar mi mente con la Palabra de Dios.
También comencé a creer lo que Dios decía en Su Palabra. Decidí no creer que Dios era un mentiroso. Y que cuando Él dice que pone mi pecado tan lejos como el este está del occidente, Él realmente lo hace. Él elige perdonar nuestros pecados, y Él elige no recordarlos más. Él podría recordarlos, pero elige no hacerlo.
En la última conferencia hablaba con una joven que se había involucrado inmoralmente con un muchacho, ella era una hija de misioneros, y su problema; era que no podía perdonarse. Yo le recordé que pensara en un pizarrón, y Dios escribe nuestros pecados en ese pizarrón.
Cuando vamos a Él en arrepentimiento y humildad, como Kim decía, y le pedimos a Dios que nos perdone, lo cual Él ya ha hecho por lo que hizo Jesús, Él borra esos pecados y no se acuerda de ellos jamás. Así que no tenemos que escuchar a Satanás cuando él trae esa mentira a nosotras.
Kim: Debby, algo práctico aquí y es que mencionaste la Palabra de Dios y el memorizar la Palabra como el punto de inicio para las mujeres—y yo estoy de acuerdo con eso completamente. Yo pienso que ellas deben hacer un estudio sobre la gracia.
Debby: Yo hice uno acerca del perdón.
Kim: Sí. Yo creo que hay muchos creyentes que, sin importar cuánto estudien la Biblia, nunca llegaran a entender las profundidades de la gracia de Dios. Entra en la Palabra de Dios y estudia la gracia, y luego hazte unas tarjetitas con notas y las colocas por todas partes; notas que hablen de la gracia de Dios, del perdón de Dios, sobre Su abundante disposición, como Padre Celestial eso, nos va a traer de vuelta a Él.
Para mujeres que son madres, al pensar en si su hijo se les acercara para decirle, “Mami, ¿me perdonas por favor?” ¿No le ofrecerías gracia a ese hijo e inmediatamente lo perdonarían?
Mujeres, quizás todavía están luchando con algún pecado profundo y oscuro que cometieron. Si han ido a su Padre celestial y le han pedido perdón, Él las ha perdonado . Él solo desea tener una relación amorosa e íntima contigo, y el enemigo no quiere que eso suceda. Así que es el enemigo el que trae condenación y culpabilidad después que tú has sido liberada de eso por la gracia de Dios. En realidad es como minimizar lo que Cristo hizo en la cruz cuando no nos apropiamos de Su gracia en nuestras vidas.
Holly: Creo que es realmente importante recordar que hay una gran diferencia entre convicción de pecado y condenación del enemigo. Cuando estás sintiendo un bombardeo de opresión del enemigo que te dice, “Eres tan miserable. Hiciste esta cosa terrible. Dios nunca te amará, ni te restaurará, ni te usará otra vez”. Reconoce eso por lo que es. Esos son dardos de fuego del enemigo diseñados para mantenerte en una posición donde no puedes ver que Dios anhela restaurarte y usarte.
Si puedes reconocer eso, entonces cuando esos dardos de fuego vengan, podrás levantar el escudo de la fe. Regresarás al Señor y le dices, “Dios, te doy gracias por Tu perdón y que ya no estoy bajo la condenación del enemigo”. Luego junta algunas mujeres a tu alrededor; mujeres que conozcan tu corazón, quienes sostengan tus brazos en esos días difíciles, quienes se comprometan a orar por ti, como mi amiga que me llama desde otro estado.
Asegúrate de dejarles saber en esos días cuando estás luchando. Solo llámalas y diles, “Me estoy sintiendo realmente condenada o acusada hoy. ¿Puedes orar por mí?” Deja que ellas oren por ti por teléfono. No tiene que ser una larga y rigurosa oración. En un instante, puedes cambiar de sentirte condenada y acusada a reconocer que tú estás siendo restaurada.
Así que no tengas temor de confiar la Palabra de Dios, como dijo Debby, y permítele a Dios restaurarte para que esta cosa que en un tiempo fue un secreto grande y oscuro se convierta en una plataforma en tu vida para que tú puedas voltear y decirle a alguien, “Mira, este es el camino. Te voy a enseñar cómo caminar por esto porque yo estuve ahí”.
Así que quizás en maneras que yo no podría hacerlo, tú si puedes ministrar a esa persona por lo que pasaste en tu vida y decir, “Dios puede restaurar. Dios puede redimir, y déjame decirte como Él lo hizo en mi vida”.
Carmen : Cada una de nosotras pasamos por épocas donde tenemos que decidir, ¿es mi matrimonio más importante que cualquier otra cosa? ¿Más que mi trabajo y carrera? ¿Más que mi deseo de sentirme aceptada? ¿Aun que mi elección de pediatras?
Nuestras invitadas hoy han estado reflexionando en la útil enseñanza de Nancy de Tito 2:1-5 en la serie, El hermoso diseño de Dios para la mujer. Si te estás preguntando si cierta relación es inapropiada y no estás segura dónde están tus límites, espero que repases la enseñanza de Nancy. Puedes también llamarnos al 1-800-569-5959 o visitar nuestra pagina www.AvivaNuestrosCorazones.com.
Comparte esta enseñanza con otras. Ese tipo de aprendizaje de vida a vida es crucial. Descubre por qué, cuando regreses a Aviva Nuestros Corazones .
Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Si Aún te Quiero
Marcos Vidal
Dedicatoria ℗ 2012 Nuva Music
Voces adicionales:
− Holly Elliff, en la voz de Mildred Pérez de Jiménez
− Amber Singleton, en la voz de Marcia Brea
− Kim Wagner, en la voz de Elba Ordéix de Reyes
− Debbie Canfield, en la voz de Ginette Estévez
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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