Dile «no» al consejo del impío
Débora: «No puedes vencer el pecado, así que mejor deja de intentarlo…» ¿Es eso correcto?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si crees esa mentira, ¿por qué intentarlo?, estarás vencida antes de comenzar. Pensar que no puedes alcanzar la victoria sobre el pecado es un consejo mortal. Ese es el consejo del impío.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 3 de enero de 2024.
Nancy continúa con la serie titulada, Cómo tener un feliz año nuevo.
Nancy: Bueno, al iniciar este año nuevo estamos hablando sobre cómo tener un año verdaderamente feliz. Tener un año feliz es tener un año bendecido.
Esta semana y la próxima estamos viendo el Salmo 1. En este salmo vemos la prescripción de Dios para ser bendecidas –la prescripción de Dios para la felicidad. Espero que estés leyendo el salmo junto a nosotras esta semana. Son …
Débora: «No puedes vencer el pecado, así que mejor deja de intentarlo…» ¿Es eso correcto?
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si crees esa mentira, ¿por qué intentarlo?, estarás vencida antes de comenzar. Pensar que no puedes alcanzar la victoria sobre el pecado es un consejo mortal. Ese es el consejo del impío.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 3 de enero de 2024.
Nancy continúa con la serie titulada, Cómo tener un feliz año nuevo.
Nancy: Bueno, al iniciar este año nuevo estamos hablando sobre cómo tener un año verdaderamente feliz. Tener un año feliz es tener un año bendecido.
Esta semana y la próxima estamos viendo el Salmo 1. En este salmo vemos la prescripción de Dios para ser bendecidas –la prescripción de Dios para la felicidad. Espero que estés leyendo el salmo junto a nosotras esta semana. Son solo seis versículos, aunque haremos alrededor de ocho programas acerca de este corto salmo.
Espero que lo estés leyendo con nosotras, que lo estés memorizando, que estés meditando en él. Tienes esta y la próxima semana completa, y qué gran fundamento para iniciar este nuevo año mientras vemos la prescripción de Dios para un año feliz, para una vida feliz para una eternidad feliz, todo esto se encuentra en este corto salmo.
Ahora, hemos estado estudiando los versículos del 1 al 3, y hemos visto la descripción de la persona justa. Así que ahora déjame leerte los versículos 1 y 2 del Salmo 1.
«¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!»
Así que vemos en este salmo la diferencia entre caminar en el camino del impío versus caminar en el camino del recto. ¿Cómo sé en cuál camino estoy andando? ¿Estoy caminando en el camino del impío o estoy andando en el camino del justo?
Bueno, el camino en el que estoy puede verse a través de cosas como:
- ¿Cuáles son mis deseos?
- ¿Cuáles son mis apetitos?
- ¿Qué es lo que realmente disfruto?
- ¿Cuál es la inclinación de mi corazón?
- ¿Alrededor de qué cosas gravito?
- ¿Qué cosas capturan mis afectos y mi atención?
- ¿Son cosas santas y piadosas o cosas impías?
Cómo gasto mi dinero, cómo uso mi tiempo –todos estos son indicadores de en cuál camino estoy andando.
¿Cuáles son mis prioridades? ¿Estoy escogiendo construir mi vida alrededor de prioridades eternas y santas? ¿O estoy desperdiciando mi tiempo fragmentando mi vida con cosas que realmente no tienen valor, con cosas que, aunque no sean malas en sí mismas, tal vez no están cultivando en mí un corazón para amar más a Dios, en lugar de ello están enseñándome a amar más el mundo y su sistema?
Queremos regresar al tema del que hablábamos ayer –el consejo de los malvados, el consejo de los malos, la forma de pensar del mundo. Dijimos que los malvados no son solo aquellos que son abierta y notoriamente malvados, sino que son aquellos que no adoran. Son los que viven sus vidas sin estar centrados en Dios. A eso es a lo que las Escrituras llama malvados. Ese es el camino del impío.
El consejo del malvado, déjenme decirles lo que alguien dijo en una entrevista reciente en Aviva Nuestros Corazones, donde hablaban sobre la pornografía. Esta persona dijo: «No tienes que ir a buscarla. Llegará a ti».
Bueno, eso es verdad no solo para la pornografía, eso es verdad en general acerca del consejo del impío. No tienes que ir a buscarlo. Él te buscará a ti. El mundo, la carne, el diablo son tres enemigos que están buscando constantemente inundarnos con el consejo del impío. Es como una solución intravenosa, en pequeñas formas…y en grandes formas…constantemente están tratando de hacernos pensar en el consejo de los malvados.
Y el consejo del impío, el consejo del malvado, esa forma impía de pensar nos llega a través de distintas fuentes, pero hoy quiero hablarles sobre dos fuentes de ese consejo impío que son particularmente poderosas y particularmente efectivas.
La primera es la gente, las personas que nos influyen a pensar en el consejo del impío, con el consejo del impío. Pueden ser amigos, familiares, compañeros de trabajo, profesores, compañeros de clases, celebridades, figuras públicas –personas. Y por eso es que las Escrituras nos advierten tan frecuentemente sobre el tipo de compañía que mantenemos, sobre los amigos que escogemos, sobre las personas con las que elegimos pasar mucho tiempo.
Escucha estos versículos del libro de Proverbios:
Proverbios capítulo 1 versículo 15: «Hijo mío, (el padre le dice a su hijo) no andes en el camino con ellos, aparta tu pie de su senda». Sé cuidadoso de con quién andas.
Proverbios 4:14: «No entres en la senda de los impíos, ni vayas por el camino de los malvados». Evítalo. No vayas en ese camino. Devuélvete. No camines con los que andan en ese camino.
Proverbios capítulo 13 versículo 20: «El que anda con sabios será sabio, mas el compañero de los necios sufrirá daño». Elige a tus amigos con mucho cuidado.
1 Corintios capítulo 15 versículo 33 nos da la misma idea: «No os dejéis engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».
Los amigos que eliges, la compañía que mantienes determina hasta cierto punto la forma en que vives, tu estilo de vida. Así que, ¿quiénes son tus compañeros de viaje en esta vida? ¿Por quién estás siendo influenciada? ¿Quiénes son tus héroes? ¿A quién admiras? ¿A quién sigues en Twitter? ¿Con qué grupo pasas el tiempo en el colegio?
Y ahora surge una pregunta todavía más importante:
- Las personas alrededor de las cuales gravitas, ya sea gente famosa que no conoces personalmente o gente que has hecho parte de tu vida y que son tus amigos más cercanos, la gente alrededor de ti, ¿ama a Jesús?
- ¿Están persiguiendo a Cristo? ¿O están sus corazones más inclinados hacia el mundo?
- ¿Tienen disposición de corazón hacia las cosas de Dios? O se postran ante lo impío, aquello que no produce adoración.
Así que tenemos un grupo de personas alrededor –familiares, padres, hijos, personas de la iglesia, amigos– toda esta gente nos está aconsejando. Puede que no lo llamen consejo. Puede que no saquen una varita y te digan, «soy un consejero», pero nos están aconsejando.
La realidad es que vamos a estar rodeadas de consejo, pero podemos elegir de qué personas nos rodeamos, con quiénes pasamos más tiempo, quiénes son nuestros amigos más cercanos e influyentes.
Así que, la gente es una de las formas, una de las fuentes en las que viene a nosotras el consejo del impío, así entra a nuestro sistema. Pero aquí tenemos una segunda fuente de sabiduría y consejo pero que no es piadoso y no proviene de Dios, y es la cultura pop, no solo la gente, sino que también tenemos la cultura pop.
Hay tantas cosas de las que podemos hablar en esta categoría. Difícilmente sé por dónde empezar pero simplemente comenzaré.
Piensa por un momento en el entretenimiento, la música que oyes, la televisión, las películas, los programas de televisión. Estas cosas no son inocuas. No son inofensivas. Están halándote en la dirección del pensamiento santo y piadoso o están halándote en la dirección del consejo de los impíos.
¿Estás discerniendo o filtrando tu entretenimiento? ¿Estás tomando decisiones de entretenimiento sabias?
Lo que lees –las revistas, los blogs, los libros– me sorprende escuchar a cristianas hablando de cómo están sumamente atraídas hacia materiales de lectura sumamente impíos. Lo leen y lo disfrutan.
No lo están leyendo para saber de qué se trata el consejo de los impíos y poder combatirlo, para poder tratar con eso, para poder ayudar a aquellos que están lidiando con eso. Lo están leyendo porque les encanta. Lo disfrutan. Y yo no puedo entender esto.
Esta cultura de hoy es un medio a través del cual se vende el consejo de los impíos a nuestras mentes pero al por mayor. No solo son cosas impías, es un consejo que no es consistente con la Palabra de Dios.
Recibí un correo de una amiga recientemente que decía:
Solía ser la reina de la autoayuda. Leí mi primer libro de autoayuda a los 14 años. Por años devoré libros de autoayuda buscando los secretos del poder y del prestigio. Cada vez que tomaba su consejo y fallaba, entonces me sumergía en una depresión, incapaz de moverme hacia delante hasta que el próximo libro de autoayuda llegaba a mis manos.
Luego, cuando rendí mi vida y corazón al Señor, me di cuenta que ya no necesitaba autoayudarme. Lo que necesitaba desesperadamente era la ayuda de Dios. El problema con la autoayuda es que todo se trata acerca del «yo». Dejamos fuera a Dios. Los libros de autoayuda pueden cultivar un espíritu independiente de Dios, y ciertamente pueden guiarnos a pensar de una forma no bíblica.
Otro medio de la cultura pop que está en todos lados hoy en día, tiene que ver con el internet y las redes sociales –Facebook, Twitter. Estas son herramientas que pueden ayudarnos a conocer más de los caminos de Dios y ser atraídas a Su consejo, pero si no somos cuidadosas eligiendo, tendremos formas de pensar impías invadiéndonos y abriéndose camino en nuestros corazones y en hogares a través del internet y de las redes sociales.
Esto es algo que ha sido una preocupación cada vez mayor para mí, a medida que he meditado en este pasaje en las semanas y los meses recientes. Porque miro alrededor y veo a los adolescentes que conozco y que amo; y veo las familias, los matrimonios, y veo a las mujeres siendo atraídas y succionadas por este consejo impío a través del internet.
Veo lo que postean en Facebook. Veo lo que están «retwitteando» y digo, ¿por qué estas creyentes están tan interesadas en estas cosas? ¿Por qué siguen a esta persona? ¿Por qué están enamoradas de esta canción o de esta letra o de este superhéroe o este líder de opinión pública o esta actriz o este actor o este músico o este grupo musical? ¿Por qué les llama tanto la atención si el camino al que estas cosas las está dirigiendo no es un camino santo, no es un camino piadoso?
- ¿Qué está influenciando tu forma de pensar y tus actitudes?
- ¿Quién está influenciando tu forma de pensar y tus actitudes?
- ¿De dónde obtienes el consejo? ¿Qué personas o qué programas en la televisión –que son muy populares– llaman tu atención y estás escuchando su consejo?
- ¿Qué está moldeando tu forma de pensar? ¿Las revistas de crianza? ¿Las revistas femeninas? ¿La última novela, la más vendida y anunciada en el New York Times o en todas las redes que todas las madres jóvenes de tu grupo están disfrutando y leyendo?
¿Estás leyendo sin pensar, disfrutándolo, absorbiéndolo sin evaluar hacia qué forma de pensar te está dirigiendo? ¿Estás monitoreando lo que entra a tu vida? ¿Estás siendo intencional? ¿O simplemente estás dejando entrar sin pensar mucho el consejo del impío?
Cuando estás en un matrimonio difícil, como algunas de ustedes lo están, ¿te acercas a alguien que te diga lo que quieres oír, que se ponga de acuerdo contigo en que tu pareja es imposible de tratar, y que justifique que tú sigas adelante con tu vida? ¿O hablas con alguien que te va a apuntar hacia la cruz y hacia la sabiduría que viene de Dios y del evangelio de Cristo? ¿De dónde obtienes el consejo?
El consejo de los malvados, el consejo de los impíos es una forma de pensar. Es una cosmovisión, es una forma de ver el mundo. Es una filosofía de vida. Y recuerda, no siempre es visiblemente malvada, a veces es tan sutil, y eso es lo que la hace engañosa, lo que la hace más peligrosa; porque contiene suficiente verdad mezclada con engaño y te atrae.
Así que ¿cuál es el consejo del impío? Hay una forma de pensar acerca de todo. En el consejo del impío no hay absolutos, no hay consecuencias, ni límites. Puedes obtenerlo todo ahora, reírte del pecado, burlarte de la virtud. Ese es el consejo del impío.
Tener valores temporales es el consejo del impío. Tener un punto de vista distorsionado de la belleza y de la imagen corporal, ese es el consejo del impío que ha guiado a tantas mujeres a comparaciones pecaminosas y poco saludables, comportamientos peligrosos.
El consejo de los impíos puede aplicarse a puntos de vista del gobierno, aun en la forma como votamos en las elecciones gubernamentales.
Puede guiarnos a la amargura, el resentimiento, a una forma de pensar acerca del divorcio y del nuevo matrimonio –la forma del mundo de resolver problemas relacionales versus la forma de Dios de perdonar, de soportar, de amar, la forma de la mansedumbre y de la humildad.
El consejo del impío te susurra al oído que no puedes obtener una victoria consistente sobre el pecado, especialmente en relación a la impureza o a los hábitos sexuales. Escucha, si crees esa mentira, ¿por qué intentarlo?, estarás vencida antes de comenzar. Si piensas que no puedes alcanzar la victoria sobre el pecado porque es un consejo que trae muerte. Ese es el consejo del impío.
El consejo del impío es una forma de pensar que exige sus derechos: Tengo derecho a estar cómoda. Tengo derecho a ser despreocupada.
Y hay una amiga con la que estuve hablando el otro día por teléfono y ella me decía lo común que es (y ella es una madre joven con niños pequeños) lo común que es pensar como madre joven, «he servido desinteresadamente. He servido a mi familia. Ahora merezco un descanso. Tengo que tener un tiempo a solas. Tengo que alejarme de la presión. Esa es la única forma en que puedo ser feliz».
Hablábamos de que esa forma de pensar es una calle sin salida y de cómo prepara a las madres jóvenes para el engaño, el desánimo, la depresión. «Mis hijos son una carga». Escuchamos decir a algunas mujeres. «Estoy tan contenta de poder liberarme de ellos por un día, por una semana, por un mes». Esta forma de pensar de lo que «merezco».
Hay tantas áreas en las que el mundo nos aconseja en formas que son contrarias a la forma de pensar de Dios. Por eso es que tienes que ponerte el sombrero de pensar bíblicamente y decir, ¿qué dice la Palabra de Dios sobre estas cosas?
Las Escrituras dicen: «Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores».
Esa es la primera parte del Salmo 1, pero quiero invitarte, si tienes tu Biblia contigo, a ir al libro de Efesios, a medida que cerramos esta sesión en el día de hoy. Quiero que veas otra forma de caminar, de pararse y de sentarse.
Efesios capítulo 2 nos dice en la primera parte que todos alguna vez caminamos en el consejo de los impíos, nos detuvimos en el camino de los pecadores y nos sentamos en la silla de los escarnecedores. Esa es la primera parte de Efesios capítulo 2. Mira el versículo 1:
«Y Él os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás» (vv.1-3).
De esa forma caminaron ustedes es lo que Pablo les está diciendo a estos creyentes. Y en ese párrafo él nos dice dónde no debemos caminar, dónde no debemos pararnos ni sentarnos, pero en el resto de Efesios, el apóstol habla sobre lo que Cristo ha hecho por nosotras, cómo nos ha adoptado en Su familia y por tanto, dónde debemos sentarnos, caminar y pararnos.
Y quiero que veamos algunos de esos versículos. Mira Efesios capítulo 2 versículo 4:
«Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), y con Él nos resucitó, y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús» (vv. 4-6).
No se supone que te sientes en la silla de los escarnecedores. De hecho, deberías percatarte de que, como hija de Dios, estás sentada en los lugares celestiales con Cristo Jesús.
Efesios capítulo 5, mira el versículo 1:
«Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor, así como también Cristo nos amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma. Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como corresponde a los santos…
Porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz (porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad),examinando qué es lo que agrada al Señor…
Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (vv. 1-3; 8-10; 15-16).
Así que esta es la forma en que debemos andar. Y luego llegamos a Efesios capítulo 6, comenzando en el versículo 10, y vemos entonces cómo debemos pararnos, no solo cómo debemos sentarnos y caminar, sino cómo debemos pararnos. Versículo 10:
«Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo…»
«Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia…»
«Tomad también el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios» (vv. 10-11; 13-14; 17).
¿Y qué es lo qué Pablo les está diciendo a los efesios? Antes que nada, reconoce tu posición en Cristo. Ya no estás sentada con los escarnecedores y con los burladores con los que te sentabas cuando no tenías a Cristo. Ahora Cristo te ha redimido. Has muerto al pecado, y reconoce que has sido levantada y has sido sentada con Cristo el Justo.
Imagínate a ti misma sentada con Cristo en los lugares celestiales en los cielos –posicionalmente– reconociendo que algún día estaremos sentadas con Él. Físicamente, estaremos con el Señor, pero posicionalmente estamos desde ya sentadas con Él. Así no serás tan atraída a sentarte en la silla de los escarnecedores y los burladores mientras vives tu vida aquí en la tierra.
Así que él dice, por tanto, por cuanto estás sentada con Cristo, no camines en el consejo de los impíos como una vez lo hiciste. En cambio, camina en amor. Camina en pureza. Camina sabiamente. Es de esa forma que debemos andar.
No permanezcas en el camino de los pecadores como antes, tomando sus características, su comportamiento, su forma de pensar. En cambio, él dice en el capítulo 6, usa la armadura y los recursos que Dios ha provisto para ayudarte a pararte firme en contra de la oposición del enemigo.
No dejes que el mundo te ajuste a su molde, que te empuje a su camino. No permitas que el internet, las redes sociales, la cultura pop, las personas a tu alrededor, no dejes que te den forma y te amolden al mundo. En vez de eso, como dice Romanos capítulo 12, que seas transformada por la renovación de tu mente, que ocurre cuando meditas día y noche en la Palabra de Dios (ver vv. 1-2).
Es por eso que aquí en Aviva Nuestros Corazones no queremos sencillamente decir, «mantente alejada del consejo de los impíos. No dejes que te influencie. Que no capture tu mente». Decimos eso, pero también queremos decirte, «deja que tu corazón, tu mente, tu forma de pensar y toda tu vida sean capturadas atrapadas por aquello que es verdad, que es bueno y que es santo –la Palabra de Dios».
No puedes salirte de la cultura porque vivimos en ella.
Pero sí te digo, «en vez de que la cultura sea como una solución intravenosa inyectándose todo el tiempo en tu esencia, colócate un nuevo suero. Absorbe la Palabra de Dios en tu mente, en tu corazón. Deja que entre a tu vida cada día del año».
Toma un tiempo cada día de este año para adentrarte en la Palabra de Dios, renueva tu mente y deja que transforme tu vida.
Queremos que sea un feliz año nuevo, un abundante año nuevo. Queremos que tengas una vida feliz y bendecida y una eternidad feliz. Sé que eso pasará cuando comiences a llenar tu mente con el consejo, no del impío, sino con el consejo y la sabiduría de la Palabra y con los caminos de Dios.
Débora: La enseñanza de hoy es parte de una serie titulada, Cómo tener un feliz año nuevo. Puedes escuchar todos los episodios de la serie hasta el momento y leer las transcripciones en avivanuestroscorazones.com.
Y bueno, deleitarse en la ley del Señor puede parecerse a desarrollar un gusto por cierta clase de comida. Mañana, Nancy estará hablando acerca de cómo mantener un hambre y un apetito por la Palabra de Dios. Regresa con nosotras aquí, a Aviva Nuestros Corazones.
Invitándote a poner tu felicidad en Jesús, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación