Diez marcas del ministerio, día 1
Annamarie Sauter: Como maestra y charlista, Nancy DeMoss de Wolgemuth quiere que el Señor le ayude a vivir lo que enseña.
Patricia de Saladín: Las mujeres no necesitan saber tanto lo que yo sé. Ellas pueden leer los mismos libros. Ellas necesitan ser impactadas por el Espíritu Santo a través de una vida comprometida con lo que les estoy enseñando.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En los programas anteriores escuchaste una breve serie titulada, «Ebenezer», hasta aquí nos ha traído el Señor. Hicimos una pausa en el camino para agradecer las misericordias del Señor al permitirnos cumplir cinco años transmitiendo cinco programas a la semana. Escuchaste cómo este ministerio nació a partir de la conferencia True Woman en el 2008. Conferencia que llevó a cabo el ministerio, Revive Our Hearts.
Hoy y mañana escucharás una serie especial …
Annamarie Sauter: Como maestra y charlista, Nancy DeMoss de Wolgemuth quiere que el Señor le ayude a vivir lo que enseña.
Patricia de Saladín: Las mujeres no necesitan saber tanto lo que yo sé. Ellas pueden leer los mismos libros. Ellas necesitan ser impactadas por el Espíritu Santo a través de una vida comprometida con lo que les estoy enseñando.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
En los programas anteriores escuchaste una breve serie titulada, «Ebenezer», hasta aquí nos ha traído el Señor. Hicimos una pausa en el camino para agradecer las misericordias del Señor al permitirnos cumplir cinco años transmitiendo cinco programas a la semana. Escuchaste cómo este ministerio nació a partir de la conferencia True Woman en el 2008. Conferencia que llevó a cabo el ministerio, Revive Our Hearts.
Hoy y mañana escucharás una serie especial que salió al aire cuando ese ministerio celebraba sus quince años en el aire. Un 2 de septiembre de 2001, el primer programa de Revive Our Hearts salió al aire:
Patricia: Probablemente, como una joven de doce o trece años, de alguna manera me topé con algunos escritos, con algunos relatos de cómo Dios se había movido en la historia en la iglesia, para comenzar a mover y a despertar a la iglesia de manera que tuvieran una nueva pasión por Cristo y una nueva efectividad.
Annamarie: La primera serie que salió al aire se tituló, «Conociendo a Nancy». Bob Lepine del ministerio Vida en familia hoy, entrevistó esta nueva voz en la radio.
Y Nancy, en esos quince años nuestras oyentes te han llegado a conocer y tú las has llegado a conocer a ellas.
Patricia: ¡Y qué privilegio ha sido para mí, Anna! Lo más importante es que nuestras oyentes esperan cada día escuchar del Señor. Esperan ser desafiadas a conocer Su Palabra y escuchar cómo ponerla en práctica.
¡Estoy tan, tan agradecida con el Señor por la manera en que su presencia ha estado en este ministerio cada día durante todos estos años! Este programa se ha mantenido por Su fuerza, por Su capacidad y Su provisión.
Le estamos agradeciendo a Él; estamos celebrando todo lo que Él ha hecho, el poder decir, «Ebenezer», hasta aquí nos ha ayudado el Señor. Al acercarnos a esa meta, vamos a estar escuchando un mensaje que di a algunos colaboradores del ministerio, donde explicaba y exponía diez cosas que quiero que sean verdad para Aviva Nuestros Corazones.
Al escuchar, estas características del ministerio, como estar centradas en Cristo y saturadas del evangelio. Quiero animar a nuestras oyentes a tener estas cosas en mente. Estas son características que necesitan ser realidad, no solo en un ministerio como este, sino en las vidas de cada una de nosotras mientras servimos al Señor.
Annamarie: No puedo esperar para escuchar lo que vas a compartir. Esta serie se titula, «Diez marcas del ministerio», y al haber celebrado 15 años (este año 17), Nancy nos hablará de marcas que ella quiere caractericen este ministerio. Escuchemos:
Patricia: La primera de esta características es que queremos un ministerio:
1. Guiado por la Palabra
¡Si no tenemos ese fundamento, entonces no tenemos absolutamente ningún fundamento! La Palabra de Dios es nuestra autoridad. Las mujeres no necesitan escuchar mis ideas, lo que yo pienso sobre algo.
Muchas veces las mujeres escriben y preguntan, «¿Qué piensa Nancy sobre…?» Mi respuesta es: «No importa lo que Nancy piense sobre esto o aquello». Lo que importa es lo que Dios ha dicho en Su Palabra sobre esto o aquello. Si Dios no lo dice, entonces yo no puedo hablarlo con autoridad, pero si Dios lo ha dicho, entonces puedo decirlo con autoridad.
Además, no solo la autoridad de la Palabra de Dios, sino también la suficiencia de la Palabra de Dios.
Vivimos en una época donde la suposición es que, si eres cristiana y estás pasando por alguna situación difícil, por una prueba o crisis en tu matrimonio o en tu negocio… o eres bipolar… o tienes un hijo con este o aquel problema, o cualquier situación que sea… «Bueno, claro que necesitas la Palabra de Dios, pero también necesitas esto o aquello o algo más».
Ahora, Dios nos ha provisto muchos medios de gracia en nuestras vidas, pero la Palabra de Dios es suficiente para la mayoría de nuestros problemas en la vida, y en última instancia, para todos los asuntos del corazón.
Sabes, algunas veces me siento un poco tonta… «Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres». Algunas veces pienso, especialmente mientras voy madurando o envejeciendo, y veo esta generación más joven y todas las cosas con las que están lidiando y digo: Si me pongo de pie y enseño la Palabra, ¿esto en realidad va a crear una conexión? ¿Suplirá sus necesidades? ¿Será adecuado?
Solo tengo que continuar recordándome a mí misma lo que sé que es verdad: ¡La Palabra de Dios es poderosa! Es poderosa. Simplemente déjala ir. Deja que la Palabra de Dios llegue a las vidas de las personas bajo la unción del Espíritu Santo.
Creo que hay una responsabilidad de explicarla como maestras de la Palabra, de ayudar a las personas a entenderla, de arrojar luz sobre ella; pero no hay nada más poderoso que la Palabra de Dios.
La carga que yo tengo es que las mujeres vayan a la Palabra de Dios por ellas mismas; no alimentarlas con cuchara en la boca. Ese es el peligro de ser un pastor o un maestro de la Biblia al que las personas admiren y respondan. Ellos esperan que tú profundices por ti misma en la Palabra. Está bien ser alimentado en la boca si eres un bebé, pero no está bien en personas que se supone que son adultas o maduras. Parte de nuestro trabajo como maestras de la Palabra es ayudar a las mujeres a que aprendan a alimentarse por ellas mismas.
Barna publicó un reporte, un estudio acerca de la religión y las tendencias en los Estados Unidos en los últimos veinte años. Hay muchas, muchas mediciones, muchos grupos encuestados. Pero una de las cosas que fue más desalentadora para mí, de las sesenta categorías encuestadas, fue el hecho de que las mujeres como grupo, se habían quedado atrás en casi cada grupo del estudio, incluyendo: la lectura regular de la Biblia, el tener la confianza puesta en la Palabra de Dios, en tener un punto de vista ortodoxo sobre Dios. Las estadísticas entre mujeres cristianas habían declinado en casi cada categoría, y se debe al hecho de que ellas no están en la Palabra.
Ellas deben leerla por ellas mismas porque la Palabra de Dios es transformadora.
- Restaura
- Enseña.
- Da sabiduría.
- Da vida.
Jesús dijo: «Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida» (Juan 6:63).
Estamos recibiendo correos de mujeres que están sin esperanza, en dificultades, abatidas y en desesperación. Sus vidas se están cayendo a pedazos. Algunas veces por los pecados de otros que las impactan, y otras veces a través de sus propias decisiones necias. Hay múltiples generaciones en caos y disfunción. Si leyera esos correos y no tuviera confianza en la Palabra de Dios, diría: «Bueno, necesito buscar otra vocación. Quizás ser estilista». Bueno, no estilista porque ¡no es una vocación para la que yo tengo los talentos! Pero sería otra cosa.
La razón por la que estoy haciendo lo que estoy haciendo, es porque creo, y me lo sigo recordando a mí misma, que ¡la Palabra transforma vidas!
Al hablar con líderes del ministerio de mujeres, puedo ver que existe un peligro hoy en el ministerio de la iglesia local, y es el hecho de pensar que debes tener algo novedoso o nuevo. Pensar que necesitas diseños sorprendentes y luces, espectáculo y ejecución para captar la atención de las personas o para mantener su atención. En el ministerio de jóvenes, en el ministerio de mujeres, en el pastorado de la iglesia local, está esta mentalidad impulsada por el mercadeo que dice: «Las personas deben ser entretenidas, debes entretenerlas, divertirlas». Es una generación muy impulsada por los medios.
Pero he visto una y otra vez lo que sucede cuando la leche pura, la dulce Palabra de Dios llega a las vidas de las personas. Las guías, y les muestras como trabaja en sus vidas, y la comunicas a ellas en el poder del Espíritu porque ¡realmente cambia la vida de las personas!
Así que les estoy diciendo a las líderes del ministerio de mujeres que «necesitan enseñar la sana doctrina a sus mujeres». Sana doctrina. Eso es lo que Tito dice (Tito 2:1), «Enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina». Y después enseña cómo eso se ve eso en la vida de las mujeres, cómo se aplica en el contexto de ser una mujer soltera, casada, una mamá o cuando el nido está vacío o cuando eres madre de adolescentes o en cualquier temporada en la que esté tu vida. Muéstrales cómo se ve, cómo funciona y llámalas a poner un fundamento de la sana doctrina en sus vidas.
Ahora, tengo que reconocer que algunas veces en un ministerio en los medios, eso es un poco atemorizante. Y hablando humanamente, un poco riesgoso. Yo sé al ver los números, que cuando hacemos una serie sobre el matrimonio y tenemos a alguien en el estudio con una historia poderosa, entonces los números suben. Las personas responden, mandan correos, llaman, se entusiasman y colaboran financieramente, porque es una necesidad en las vidas de muchas, muchas personas. Y cuando hacemos programas como esos, mostrando cómo la Palabra se hace viva en la vida de alguien más, programas sobre desórdenes alimenticios o depresión, necesidades percibidas, y hacemos algunos de esos programas… pero si hacemos programas, de los cuales también hacemos, que son solamente doctrina sólida, el carácter de Dios… los teléfonos no suenan tanto. Las personas no hacen donaciones ni grandes ni pequeñas; no son series populares cuando estamos haciendo una larga serie de enseñanza o enseñando solo doctrina básica.
Pero aquí está a lo que estoy apostando (si fuera una mujer que apostara), a largo plazo, si llevamos enseñanza bíblica y doctrina sólida a la vida de las mujeres; si ponemos el fundamento de la verdad en las vidas de las mujeres, entonces a la larga ellas van a conocer mejor cómo lidiar con desórdenes alimenticios, con sus hijos pródigos, con sus matrimonios desastrosos, con sus finanzas… con lo que sea.
A la larga, eso es lo que las va a equipar para ser mujeres santas, mujeres piadosas de Dios. Hemos visto ahora al pasar los años que las mujeres han sido discipuladas en los caminos de Dios. Ellas han sido capacitadas para tomar decisiones sabias y pensar bíblicamente.
Se dijo de un comentarista de antaño que si tú lo pinchabas, la sangre que saldría sería «biblina»; guiada por la Palabra.
La segunda característica del ministerio que anhelamos es que debe ser:
2. Centrado en Cristo
Hay un peligro cuando estamos intentando ayudar a las personas, de solo darles una lista de cosas que hay que hacer y otras de prohibiciones, procedimientos, procesos, pasos que terminan siendo de superación personal, lo que (¡es extremadamente popular! Mira nuestras librerías cristianas, escucha mucho los medios cristianos), hay moralismo. («haz esto para tener una vida más feliz, un matrimonio más feliz, un esto o aquello más feliz o mejor»). Algunos de estos principios o pasos pueden ser muy prácticos y útiles, pero si no llevamos las personas a Cristo, entonces solamente estamos construyendo muy buenos fariseos: se ven bien, suenan bien, actúan bien, pero sus corazones…
Jesús dijo: «Ustedes limpian lo de afuera del vaso, pero lo de adentro está sucio» (Lucas 11:39 parafraseado). Todo se ve bien por fuera, pero por dentro está corrompido. No queremos desarrollar mujeres maravillosas y fariseas. Jesús dirigió sus más fuertes críticas a ese tipo de así llamados seguidores.
Así que queremos llevar a las mujeres a Cristo, a una relación con Él, a amarlo a Él, a conocerlo, a buscarlo, a caminar con Él. Queremos decirles, «Cristo ha hecho por ti todo lo que tú jamás podrías hacer por ti misma».
No es tu propia justicia. Comencé esta semana a leer el libro de Romanos, y vi otra vez como los judíos, quienes tenían los oráculos de Dios, la Palabra de Dios, la revelación de Dios, insistían en tener una justicia hecha a su medida. Y porque rechazaron la justicia de Cristo, no tenían ninguna justicia. Queremos seguir guiando a las mujeres hacia Cristo. Todo se trata de Él… todo es sobre Él… todo es sobre Él. Es por eso que en Aviva Nuestros Corazones tenemos la serie del «Cristo incomparable».
Y, por cierto, más o menos como final a esa historia (bueno, no el final), las respuestas a esas series fueron buenísimas y muchísimas. Las mujeres decían: «Jamás había visto o conocido o amado a Cristo de la manera que tú lo has exaltado estos meses». Fue una serie transformadora. Las mujeres decían, «ahora estamos conociendo a Cristo de una manera en la que jamás lo habíamos conocido antes». ¡Sí! ¡Eso es lo que estamos intentando hacer!
Ahora, la tercera característica es que tanto mi vida como nuestro ministerio, estén:
3. Saturados por el Evangelio
Quiero seguir llevándome a mí misma y a las mujeres de regreso a la cruz, a la gracia de Dios, a la historia de la redención. «Amo esa antigua historia de Jesús y Su amor». ¡No hay nada mejor que eso!
No hay mejor historia; no hay una nueva historia. No existe ninguna «novedad» que las personas necesiten escuchar. Estoy muy agradecida de que desde... bueno, nueve meses antes de nacer, estuve en iglesias donde el evangelio era predicado, donde Cristo era exaltado. Crecí en un ambiente saturado del evangelio.
Es un gozo para mí llevar esto a las mujeres. Pero tengo que regresar ahí yo misma. Después de años de hacer esto, pudieras comenzar a pensar, ¿quizás hay algo nuevo que necesite enseñar? Ahora, no tengo literalmente esa conversación, pero pudieras preguntarte, «¿va a aburrir esto a las personas?»
¡El evangelio jamás envejece! Siempre es necesario. No solo es nuestra salvación pasada, nuestra salvación presente, nuestra salvación futura; es todo sobre lo que Cristo y Su cruz han hecho y van a continuar haciendo para glorificar a Cristo en nosotras. Quiero tener una vida saturada del evangelio.
La cuarta es que queremos un ministerio:
4. En el poder del Espíritu
Quiero que mi vida y nuestro ministerio (y deseo esto para ti también), sean en el poder del Espíritu. Somos débiles, pero Él es fuerte. Pensamos en el apóstol Pablo como ese gran escritor, apóstol, conferencista, líder, plantador de iglesias. Pero de todas las personas, el apóstol Pablo era quien mejor sabía que separado de la obra del Espíritu en y a través de él, todo lo que pudiera hacer no tenía valor.
Pablo les dijo a los corintios, «cuando vine a ustedes, vine en debilidad, en temor y en mucho temblor» (1 Cor. 2:3 parafraseado). Yo leo ese versículo, y exclamo: «¡Sí!»
Cuando ves charlistas en la plataforma (yo he hecho esto), puedes verlos y pensar, Ellos se ven tan seguros. Parecen tan talentosos. Se ven tan cómodos haciendo esto. No puedo hablar por nadie más, pero puedo decirte esto sobre mí. ¡Yo vengo todo el tiempo a hacer las tareas que Dios demanda de mí, en debilidad, en temor y en mucho temblor!
No puedo decirte cuántas veces… podrían ser cientas, probablemente miles de veces a través de los años, que le he dicho al Señor y me digo a mí misma y a otros: «¡No puedo hacer esto! ¡No puedo hacer esto!»
En un sentido, no me gusta estar en ese lugar, especialmente dos horas antes de una sesión de grabación, o diez minutos antes pensando, ¡esto no está listo! No solo son tus notas y tu mensaje aunque eso es importante. Muchas veces es pensar, esto no está funcionando en mi propia vida en este momento. «En mi propia vida me siento tan lejos de lo que estoy diciendo y enseñando a otras». Eso pesa sobre mí, y pienso, ¡no puedo hacer esto! Pero es realmente un buen lugar donde estar.
Le pedí al Señor temprano en mi ministerio, varias veces a través de los años, que nunca me dejara llegar al lugar… porque yo fui buena estudiante (me gradué de la preparatoria a los quince. Me gradué de la universidad a los diecinueve). Así que yo sabía que tenía algunas habilidades naturales, y no quería manejarme en la corriente de lo que era natural y explicable. Le pedí a Dios que jamás me dejara llegar al lugar donde pudiera hacer cualquier cosa que Él me estuviera llamando a hacer, sin Él. Y sabes, esa es una oración que el Señor ha sido muy fiel en contestarme.
En el poder del Espíritu de Dios: Pablo dijo: «Cuando fui a vosotros; ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios» (1 Cor. 2:4).
La dependencia, en nuestras vidas, nos pone en un lugar donde nos convertimos únicamente en canales para que el Espíritu Santo obre. Tú necesitas eso como madre; tú necesitas eso como pareja; tú necesitas eso en tu trabajo; tú necesitas eso en tu casa, en donde sea que estés sirviendo al Señor. Necesitamos el poder del Espíritu Santo, esa dependencia absoluta de Él. Quiero que eso sea verdad en nuestro ministerio. Muchas de ustedes me han escuchado decir, a través de los años, que probablemente la petición de oración que tengo más frecuentemente y por la que pido que otros oren por mí, es pidiendo «aceite fresco». ¡Quiero aceite fresco!
Vine este fin de semana sintiendo desesperadamente la necesidad de aceite fresco, físicamente, emocionalmente, espiritualmente… en todos los sentidos. «Señor, estoy agotada; he estado derramándome. Y te necesito».
Cuando venimos a Él en humildad, fe, dependencia, sin importar en qué dificultades nos encontremos, Dios es tan bondadoso y lleno de gracia en derramar Su plenitud en nuestro vacío. Ahora, si estamos llenas de nosotras mismas, no hay lugar para que Él venga y se vacíe Él mismo en nosotras.
Número cinco, este ministerio debe ser:
5. Modelado personalmente
Quizás hay una mejor manera de decir esto, pero el punto aquí es que el ministerio se lleva a cabo, tiene lugar vida-a-vida.
Las mujeres no necesitan saber tanto lo que yo sé. Ellas pueden leer los mismos libros. Ellas necesitan ser impactadas por el Espíritu Santo obrando a través de una vida comprometida con lo que les estoy enseñando.
Una de las cosas que el Señor realmente ha impreso, ha sellado en mi corazón… Sabes, solo tenía como trece mensajes o algo así al comenzar Aviva Nuestros Corazones. Ese fue uno de mis grandes obstáculos para decir, «sí» a esto. Hoy tenemos doscientos sesenta programas al año, y en ese entonces yo pensaba: Cómo voy a hacer para crear todo este contenido. ¡De ninguna manera puedo! Señor, te necesito, pero otra cosa que me preguntaba era: ¿Cómo voy a vivir tanta verdad? Señor, ¡te necesito!
Pero, hay mucho más poder cuando podemos decir (como dijo Pablo): «Sed imitadores de mí, como también yo lo soy de Cristo». Es una tensión constante en mi propio corazón el no querer predicar más allá de lo que estoy viviendo. Ahora, reconozco que nunca llegamos ahí. Este ser perfeccionista necesita recordar eso. Es Cristo. Es Su justicia. No es donde yo estoy. Pero por la misma razón, si estoy llamando a otras mujeres a –lo que sea– ¡es tan importante que yo esté viviendo eso!
Me he dado cuenta con el paso de los años, que el propósito de Dios para este ministerio es, probablemente no tanto construir un gran ministerio, como el hacerme una mujer verdadera de Dios. ¡Tengo que vivir esto!
Al llamar a mujeres a un espíritu de mansedumbre, de gentileza, de gracia y humildad, tengo que estar viviendo eso. Pero no es solo verdad en las personas que están en la plataforma. El otro día compartí esto que dijo un filósofo Alemán del siglo diecinueve, Heinrich Heine, quien dijo: «Muéstrame tu vida redimida y pudiera inclinarme a creer en tu Redentor». Eso es lo que el mundo necesita, ver en nosotras estas verdades hechas una realidad, y modeladas.
Annamarie: Esta es Nancy DeMoss de Wolgemuth compartiendo cinco marcas que quiere que caractericen Aviva Nuestros Corazones, y que caractericen tu servicio al Señor. Las marcas que escuchamos hoy son:
- Dirigido por la Palabra
- Centrado en Cristo
- Saturado del evangelio
- En el poder del Espíritu; y el último
- Modelado personalmente
Mañana Nancy compartirá cinco marcas más. Una de las cosas que ella nos explicó es que, «lo que importa es lo que Dios ha dicho en su Palabra». Ciertamente todas enfrentamos situaciones que parecen imposibles de resolver, pero, ¿dónde buscas consejo? ¿En revistas, amistades... ? ¿Con qué frecuencia vas a la Palabra de Dios buscando el consejo que necesitas? Y si has buscado Su consejo y piensas que es imposible hacer lo que tienes que hacer, dile: «Señor, ¡te necesito!» Nuestras necesidades no se escapan del poder de Dios.
Ahora, hagamos una pausa y escuchemos cómo Revive Our Hearts, ahora hace cinco años también en español, Aviva Nuestros Corazones, ha impactado a mujeres en Latinoamérica. Escucha de una oyente que ha experimentado la bendición de sumergirse en la Palabra de Dios.
Berenice: Mi nombre es Berenice Montes. Escuché de Aviva Nuestros Corazones cuando estaba pasando por un momento muy doloroso en mi vida, y agradezco infinitamente a Dios que puso este recurso en un momento crucial para hablar a mi corazón y acercarme a Él. Cuando comencé a escuchar los mensajes de Nancy, me di cuenta que no estaba buscando a Dios de la manera correcta; que yo lo buscaba pero según mis propios términos, de una manera muy superficial, sin comprometerme verdaderamente en obediencia a Su Palabra.
El sábado 4 de octubre de 2014, nuestra vida dio un giro inesperado, mi mente me bombardeaba con todo tipo de pensamientos y preguntas: Dios, ¿por qué te descuidaste, no te das cuenta que se trata de mis padres a quienes amo tanto? ¿Por qué te estás llevando a los dos? ¿Por qué de esta forma? ¿Por qué permites que sea tanto el dolor? ¿Por qué habría Dios de permitir algo como esto en sus hijos?
Dios ha usado este recurso de manera sorprendente en mi vida. Él comenzó a tratar de una forma más directa en mi corazón. Uno de los temas que escuché fue el de la iglesia, un hermoso desastre. Dios estaba poniendo al descubierto nuestros corazones para traer crecimiento, para traer avivamiento, para santificarla. Él nos estaba dando una lección de que Su iglesia, y a quien debíamos dirigirnos era a Él, con el fin de ser más como Cristo.
Otro de los temas que escuché fue el del quebrantamiento, en el que Dios me llevó al punto de darme cuenta que me había estado sintiendo cómoda espiritualmente, no estaba buscando a Dios como Él quería que yo le buscara. Mi confianza estaba en que yo había sido cristiana por muchos años, había escuchado la Palabra, había participado en muchos ministerios. Así que no concebía la idea de que yo no estuviera bien con Dios. Pero entre más me acercaba a Dios, Él me iba confrontando más acerca de mi pecado.
Había estado tan confiada en mí misma que el orgullo se había apoderado de mí. Conforme iba escuchando y leyendo la Palabra, más podía ver la necesidad que tenía de Él. Pude entender claramente que en esta vida nada se trata de mí; que Dios no actúa según mis deseos o planes, aún lo que trae a nuestras vidas no es para nosotros, sino que de Él, por Él y para Él son todas las cosas.
¡Qué liberador ha sido ese mensaje! El evangelio se trata de Él. Dios ha trabajado mucho en mi vida durante estos últimos años, ha sido como un curso intensivo en el que he aprendido a confiar, a ver a Cristo en medio de las circunstancias por más dolorosas que estas sean. A entender que los accidentes no existen, a confiar en Su control soberano, a esperar en Su voluntad, a depender totalmente de Él, a valorar lo que Él me ha dado, y sobre todo a estar satisfecha en Él.
Sé que aún me falta mucho por aprender y mi deseo es que el Señor termine la obra que ha comenzado en mí. Hoy después de años que Dios llamó a mis padres a Su presencia, puedo ver el panorama más claro; como si las piezas de un rompecabezas se empezaran a juntar. Entonces comienzas a ver la imagen. Puedo decir que solo a través de la muerte hay vida; una vida que solo se encuentra en Cristo.
Mi deseo es crecer en el conocimiento de la verdad y estoy muy agradecida con Dios por el ministerio de Aviva Nuestros Corazones que me ha animado a estudiar y permanecer en la Palabra. He podido aprovechar los recursos en línea, las conferencias, los libros y los artículos que se publican. Es una enorme bendición tenerlos en español y que la Palabra de Dios se siga difundiendo, para que el nombre de Dios sea glorificado y para la expansión de Su reino.
Patricia: Estoy tan agradecida por la manera en la que el Señor está utilizando Aviva Nuestros Corazones en la vida de Berenice y por cómo Él ha honrado nuestro deseo de ser un ministerio impulsado por la Palabra. Estoy tan agradecida por las maneras en las que el Señor está usando diferentes mujeres que comparten el mensaje de Aviva Nuestros Corazones, ayudándonos a llevar libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
Durante todos estos años, el Señor ha estado utilizando oyentes como tú para ayudarnos a hablar a las mujeres por todo el mundo, para llevarlas a la Palabra de Dios. Si aprecias la forma en la que el Señor ha utilizado Aviva Nuestros Corazones en tu vida, ¿considerarías hacer una donación especial al celebrar en este inicio de mayo cinco años de nuestro ministerio en español? ¡Tu apoyo hoy va a ayudar a Aviva Nuestros Corazones a continuar como un ministerio impulsado por la Palabra, centrado en Cristo, saturado del evangelio!
Por tu donación hoy, te enviaremos un regalo como una muestra de gratitud. Se trata del libro, «Mujer verdadera: El maravilloso diseño de Dios para tí». Podemos hacerte llegar este libro si vives en Estados Unidos o Canadá. En este las impulsoras del ministerio Aviva nuestros corazones y del movimiento Mujer verdadera han trabajado en equipo para abordar las cuestiones esenciales de cada etapa en la vida de una mujer, y para ayudarte a vivir de manera consagrada y llegar a ser una mujer verdadera de Dios, independientemente de tus actuales circunstancias. Al hacer tu donación pide el libro, «Mujer verdadera: El maravilloso diseño de Dios para tí». Puedes llamar desde Estados Unidos o Canadá al 1–800–569–5959, especificando que tu donación es para el ministerio de alcance hispano; o puedes visitarnos en AvivaNuestrosCorazones.com.
Annamarie: Buscando a Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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