Cultivando una hermandad auténtica, día 2
Annamarie Sauter: Hoy en Aviva Nuestros Corazones, escucharemos sobre el «desastroso» tema de las amistades auténticas.
Elba: En cada etapa de la vida Dios está presente. Con amigas o sin amigas, Dios es quien es nuestro Amigo fiel, nuestro Consolador.
Laura: Todas somos diferentes. Todas tenemos diferentes personalidades que nos retan, una a otra; y las diversas etapas y circunstancias de la vida son tan evidentes y vemos tan evidente como Cristo nos une y nuestro servicio a Él.
Betsy: Una de las características de una hermandad, es que nosotras podemos llamarnos al sano juicio. Cuando una le habla verdad a la otra, no se siente como una acusación, sino que es una demostración de amor.
Mayra: He aprendido muchísimo, por ejemplo de hospitalidad, de Elba y Patricia. Yo antes no le daba mucha importancia a servir con una bandeja con un pañito bonito...entonces todas esas cosas las he …
Annamarie Sauter: Hoy en Aviva Nuestros Corazones, escucharemos sobre el «desastroso» tema de las amistades auténticas.
Elba: En cada etapa de la vida Dios está presente. Con amigas o sin amigas, Dios es quien es nuestro Amigo fiel, nuestro Consolador.
Laura: Todas somos diferentes. Todas tenemos diferentes personalidades que nos retan, una a otra; y las diversas etapas y circunstancias de la vida son tan evidentes y vemos tan evidente como Cristo nos une y nuestro servicio a Él.
Betsy: Una de las características de una hermandad, es que nosotras podemos llamarnos al sano juicio. Cuando una le habla verdad a la otra, no se siente como una acusación, sino que es una demostración de amor.
Mayra: He aprendido muchísimo, por ejemplo de hospitalidad, de Elba y Patricia. Yo antes no le daba mucha importancia a servir con una bandeja con un pañito bonito...entonces todas esas cosas las he aprendido y las he valorado.
Patricia: Dios ha usado, definitivamente, Aviva Nuestros Corazones y esta hermandad para enseñarme muchas cosas, muchísimas cosas...
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Patricia de Saladín: En el dia de ayer comenzamos a hablar acerca de una hermandad auténtica. Decíamos que una hermandad es un grupo de amigos (en este caso un grupo de amigas, de mujeres) con quienes nos unen lazos de afecto y amistad.
Las relaciones interpersonales son parte de haber sido creadas a imagen de Dios. Dios es un Dios en tres personas, un Dios relacional, y nosotras reflejamos así Su imagen y Su carácter. Debemos amarnos, amonestarnos, exhortarnos, alentarnos, y muchas otras cosas más. Es parte de la vida cristiana, nos necesitamos unas a otras.
La Escritura habla de diferentes tipos de relaciones interpersonales y dentro de esas habla de lo que es una amistad; una buena amistad. El libro de Proverbios dice que «hay amigo más unido que un hermano» (Prov.12:24). Por ejemplo, David y Jonatán fueron íntimos amigos y el mismo Señor Jesucristo cuando estuvo aquí en la tierra estuvo rodeado de multitudes, es cierto, pero tuvo también doce discípulos, y dentro de esos doce, tuvo un círculo más íntimo de tres; y uno que es llamado el discípulo amado. Él tuvo también otros amigos como Marta, María y Lázaro, a quienes amó profundamente.
En el dia de hoy continuaremos hablando de una relación especial que se da entre mujeres. Como ya dijimos somos seres altamente relacionales por creación, y Tito 2 habla de manera especial de este tipo de relaciones. En los versículos del 3 al 5 hay un mandato a que nos relacionemos. Las mujeres mayores y las más jóvenes. Estoy convencida, después de muchos años de batallar con ese texto, de que hay bendición en obedecer al Señor en este mandato. Ese es Su método para nosotras las mujeres y para Su iglesia en este mundo.
Así que queremos compartir con ustedes hoy sobre esta hermandad que Dios nos ha regalado a través de Aviva Nuestros Corazones.
Dios nos ha permitido dentro de este grupo (el grupo de Aviva Nuestros Corazones), disfrutar, no de manera perfecta porque ninguna de nosotras es perfecta, pero sí de una manera real, con afecto, constancia en nuestra relación, transparencia, empatía y confianza de las unas con las otras. Así, trabajamos juntas, reímos juntas, lloramos, nos enseñamos, oramos unas por otras...y todo eso en el contexto de una hermandad.
En el programa escucharán a Laura Gonzalez, Betsy Gomez, Mayra de Ortiz, Elba de Reyes y una servidora; pero la hermandad de Aviva Nuestros Corazones es mayor, nosotras representamos un grupo mayor que no cabría en el espacio disponible para la grabación en el dia de hoy.
Para hacer un poco de historia, porque vamos a oír diferentes anécdotas de cómo surgió nuestra amistad, de cómo Dios nos fue uniendo antes de que soñáramos estar en Aviva Nuestros Corazones. Déjenme decirles, para las que no lo saben, que Laura y yo somos amigas desde que teníamos 14 años de edad, ¡¡ha llovido mucho desde entonces!! Pasamos todos esos años juntas, en la escuela, en familia, en viajes, almuerzos, cada dia. Y Dios nos dio un amor especial la una por la otra.
Pero con el paso de los años y por vivir en distintos países, nos distanciamos; aunque mantuvimos siempre el contacto en las ocasiones especiales.
Pero cuál no sería nuestra sorpresa, la sorpresa que nuestro Dios tenía para nosotras cuando luego de años y de haber orado por la salvación de Fausto y Laura, ellos vienen a Cristo ya como familia (todos se convirtieron, Fausto, Laura y Sarah); y en ese entonces se mudan desde Estados Unidos a República Dominicana. De eso hace aproximadamente 14 años, y Dios entonces nos une con un lazo que ahora ya no puede ser separado, no puede ser disuelto: la sangre de Cristo, una misma fe un mismo Señor, ahora no solo somos amigas sino que somos hermanas en Cristo.
Laura: Esa así Patricia. La realidad es que no teníamos idea de lo que Dios iba a hacer en el futuro cuando éramos jovencitas en la escuela. Dios tiene una providencia que no conocemos pero qué maravilloso ha sido y cuánto ha llovido, como tú dices.
Patricia: En su providencia el Señor no solo nos devolvió la amistad, sino que nos unió ahora en una misma pasión, en un mismo anhelo, porque fue a través de Revive Our Hearts que Dios puso ese deseo en nosotras, ahora como mujeres creyentes. Un deseo que permanece hasta el dia de hoy, no solo de ser Sus siervas de manera individual, sino que ahora le servimos juntas en este ministerio. Este ha sido uno de los regalos más hermosos que Dios me ha dado en mi vida cristiana. El hecho de que pudiéramos servir a las mujeres de habla hispana a través del mensaje de avivamiento y feminidad bíblica, llamandolas a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, eso solamente puede venir de Él.
Y Dios sigue agregando mujeres a esta hermandad de Aviva Nuestros Corazones…y así, fue poniendo en el corazón de Laura principalmente, y en nuestro camino, mujeres como Betsy, Mayra, Elba, y luego más adelante otras que componen el ministerio, como Maggie, Annita, Diana, Carmen, Martha, Isabel, Nicole y Nicole, Yamel y Yamel, Myrna desde México.
Laura, quisiera oír cómo esta hermandad de Aviva Nuestros Corazones, todo esto, ha transformado tu vida.
Laura: Bueno, este grupo de hermanas no solo son compañeras de ministerio, se han convertido como parte de mi familia. Y viviendo ahora en Oklahoma, la distancia no ha sido obstáculo para caminar juntas durante estos últimos años, conociéndonos unas a otras, amándonos en buenos y no tan buenos tiempos, animándonos, consolándonos, exhortándonos, orando unas por otras mientras transitamos por las diversas etapas y situaciones de la vida que todas tenemos. Aunque estamos lejos tenemos un grupo de Whatsapp que está continuamente activo, donde compartimos nuestros días.
Si tengo un dolor de cabeza, si tengo un problema de cualquier tipo o cualquier cosa que ocurra en nuestras vidas estamos ahí compartiéndola y viviendo juntas. Lo que me encanta es que todas somos diferentes. Todas tenemos diferentes personalidades que nos retan una a otra, y las diversas etapas y circunstancias de la vida son tan evidentes y vemos tan evidente cómo Cristo nos une, y nuestro servicio a Él.
Cuando algo pasa en mi vida, bueno o malo, es el primer grupo al que quiero escribir y contactar para contarles lo que está sucediendo, para que compartan mi gozo o mi preocupación, para que me acompañen en oración. Nos alentamos unas a otras. Siempre he pensado que una relación que no pueda soportar los cambios, los retos, las debilidades, los errores, los pecados del uno y del otro, que se sienta amenazada con la verdad, no puede perdurar; y eso es algo que ha sido probado en nuestra relación y Dios la ha sostenido a través del tiempo y de la distancia. Hemos pasado por diversas etapas y momentos difíciles, pero la gracia de Dios ha triunfado sobre nuestro pecado.
Así que para mí este grupo, son mis compañeras en la carrera de la vida, y mi oración es que podamos correr juntas hasta el final.
Patricia: Y quisiéramos oír de Betsy. Betsy cuando Laura y yo estábamos solas, Betsy fue como un rayo de sol y de frescura que entró a nuestra hermandad. Hoy en día Betsy pudiéramos decir que es de las más jóvenes, pero no es la más joven. Lo que pasa es que Betsy se ve, como dijo Dámaris hace un tiempo, como de 12 años, pero no tiene doce, no. Ella tiene a sus dos varones y a Moisés y tiene una etapa de vida que ha caminado ya, pero sí, definitivamente es la parte de mujer jóven que representa esta hermandad. Betsy, quisiéramos que tú nos contaras cómo llegaste el ministerio y qué ha significado para ti esta amistad con mujeres mayores y también con otras de tu misma edad.
Betsy: Bueno, la realidad es que Dios ha sido tan bueno y esta hermandad y estas relaciones que Dios me ha permitido desarrollar a través de los años son una evidencia de Su gracia, definitivamente. Es increíble cómo todo comenzó con una relación, porque recuerdo que una hermana de la iglesia, después de que escuché el programa de Aviva Nuestros Corazones, yo había aprendido que yo necesitaba una mentora; entonces esa hermana me dijo, «la persona perfecta es la esposa del pastor Fausto, Laura». Yo me presenté a ella y comenzamos esta relación de mentoría, y nunca nos íbamos a imaginar que luego –aunque recuerdo que Laura sí me dijo cuando hablamos esa primera vez, «yo creo que tú y yo vamos a trabajar juntas». En realidad yo lo tomé como algo completamente imposible. Lo último que me iba a imaginar era que luego, ella iba a ser además de mi mentora, una hermana mayor, como una mamá, y entonces también ella sería mi jefa en Aviva Nuestros Corazones. Honestamente, nunca lo he sentido así porque nuestra relación, no solamente con ella sino con todas, es exactamente como ustedes la describen, una hermandad.
Para mí ha significado muchísimo porque no vengo con una cultura, con una costumbre de atesorar las cosas de la casa, las cosas del hogar, las cosas que son importantes para Dios, y esta hermandad ha sido un recordatorio constante de la bondad de Dios en ese sentido. Me ha ayudado a enfocarme en amar a mi esposo, a mis hijos, me ha guardado en momentos en los que he querido salir como un caballo desbocado, y también me ha traído como ese balance de prudencia que los años no me dan. Necesito estar alrededor de mujeres mayores. Es característico de esta hermandad, y quiero que lo puntualicemos porque a veces se puede malinterpretar lo que realmente es una hermandad, es que esta nunca ha sido una hermandad exclusiva, o sea, esta no es mi única hermandad, ni tampoco siento que es la única relación a la que me debo; sino que esta hermandad porque es una hermandad bíblica, me lleva a desarrollar relaciones en los contextos donde Dios me ha colocado, que es en mi iglesia local con las mujeres que están a mi alrededor y aún de eso yo siento que debo rendir cuentas. Porque la hermandad del mundo lo que te dice es: esto es lo único para ti, tu fidelidad es con nosotras.
Imagínense como nosotras podríamos prosperar espiritualmente, si estando en diferentes países solamente nos debemos a este grupo. Entonces una de las cosas que quiero resaltar de esta hermandad, por lo cual agradezco al Señor, es que me ayuda a prosperar en las otras relaciones que Dios ha puesto delante de mí, y eso es maravilloso, que me pidan cuentas y que yo sepa que ellas me van a ayudar a crecer en otras áreas de mi vida.
Una de las características de una hermandad, es que nosotras podemos llamarnos al sano juicio. Cuando una le habla verdad a la otra, no se siente como una acusación sino que es una demostración de amor. Ha sido una gran bendición en mi vida y creo que como hispanas necesitamos crecer también.
Patricia: Mientras yo meditaba en este programa, yo pensaba en ese versículo de proverbios que dice: «Filo con filo se aguza» (Prov. 12:17). O sea como hierro se afila con hierro, y ahí mismo lo que dice es, «así un amigo se afila con su amigo». Otra traducción dice: «El hombre se pule en el trato con su prójimo» (RVC). Yo creo que podemos decir que esa ha sido nuestra experiencia, el trato de unas con otras nos ha ido puliendo; que es parte de lo que Dios quiere con las relaciones.
Quisiéramos oír también en el caso de Elba y de Mayra que están aquí con nosotras, ¿cuál ha sido su experiencia de esta hermandad de esta amistad a través de Aviva Nuestros Corazones y de esta relación de Tito 2 que se ha dado entre nosotras?
Elba: En mi caso, yo llego a ANC también por Laura, como casi todas nosotras, en un momento en que no me lo esperaba. Si te acuerdas, era un cumpleaños sorpresa de Laura y yo había estado orando por pertenecer a ANC, y cuando Laura me dice que voy a ser corresponsal bíblica, yo no tenía ni idea de lo que era eso pero yo dije: ¡Sí, sí, sí! Y después digo yo, «¿y qué es eso a lo que yo me estoy comprometiendo?». Cuando veo lo que es digo: «Bueno, sí, el Señor me ha capacitado para esto y me ayudará». Pero pertenecer a este grupo, para mí significa todo lo que tú has dicho, y poder acudir a una fuente de sabiduría constante, porque en cada una de ustedes Dios derrama sabiduría. Yo veo que cuando estoy en un momento en que no sé qué hacer, puedo acudir por el chat y decir: «Hermanas denme su sabiduría para esta situación», y yo sé que voy a encontrar el consejo apropiado basado en la Palabra. Voy a encontrar oración, voy a encontrar consuelo muchas veces, voy a encontrar edificación. Eso para mí no tiene precio porque en el mundo eso no aparece, fuera de la fe, eso no existe realmente. Es un regalo.
Por otro lado, quisiera hacer el balance. Muchas veces yo recibo correos, como ustedes saben, y no quisiera que otras hermanas que no tienen esto de lo cual hemos estado hablando aquí, sintieran que por no tenerlo sientan que les falta algo que no pueden alcanzar, o que Dios no ha sido bueno con ellas. En cada etapa de la vida, Dios está presente, con amigas o sin amigas. Dios es nuestro amigo fiel, nuestro consolador. Quizás hoy estás en una etapa de la vida –tú que nos estás escuchando– que no tienes esa amiga o esa hermandad a tu lado, pero Dios puede proveerla más adelante. Algunas de nosotras no tuvimos esto en un tiempo atrás en nuestras vidas y Dios lo ha provisto para ahora; y ahora que tú estás teniendo conocimiento sobre esto, Dios te puede preparar para que tú seas esa amiga para otras en un momento determinado de la vida.
No quisiera dejar pasar esto por alto porque no quisiera que al hablar estas cosas que han sido de tanta bendición para nosotras, podamos poner un peso, o un anhelo insatisfecho en el corazón de quienes nos escuchan.
Patricia: O las desanimemos. Porque lo que sí hablábamos es que Dios es soberano y nos coloca en la situación en que Él entiende que es mejor para cada una de nosotras en el momento específico que estamos viviendo. Si te quiere rodeada de amigas, amén. Pero si te quiere sola, porque muchas veces Dios se manifiesta de manera especial en nuestra soledad, y trabaja con nosotras, amén.
Al fin de cuentas como decía Elba, el Señor es nuestro mejor amigo y a la larga se trata es de contemplar Su imagen para ser transformadas a Su imagen. ¿Y en el caso tuyo Mayra?
Mayra: Hola. En mi caso, nosotros como familia llegamos al Señor en el año 2003 y en el 2006 hicimos un cambio de iglesia. Llegamos a la IBI y recuerdo como si fuera hoy, que fue en enero e inmediatamente quisimos ponernos en un grupo pequeño, mi esposo y yo, porque sabíamos que esa era una manera de conocer. Nos dijeron que teníamos que esperar hasta el próximo ciclo que empezaba en agosto-septiembre. No nos quedamos muy conformes y resulta que en ese momento los encargados de los grupos de parejas nos dijeron que en el grupo de Fausto y Laura (que tenían un grupo de parejas) había salido una pareja y que nosotros podíamos entrar ahí. Entramos, nos conocimos y yo en ese momento era una alta ejecutiva, como ustedes los que conocen mi testimonio saben, y yo lo que quería era conocer más hermanas, que aumentara mi amor por el Señor, crecer en la Palabra.
Dos años después, en el 2008, Laura organiza el viaje a True Woman 2008 y mi hija se casaba en el 2009 (ella estaba comprometida). Yo me motivé, pensando más en ella que en mí, porque yo estaba convencida de que yo estaba en lo correcto. Pues nos apuntamos las dos, fuimos a True Woman 2008, ya ustedes saben la transformación que hubo, la convicción de pecado en mi vida, todo eso, y yo creía que iba por una cosa y resultó otra.
Decido dejar mi posición ejecutiva y dedicarme a mi casa, y comienza en Laura y en Patricia, posiblemente, yo no tenía mucho conocimiento, la motivación de traer el programa para la República Dominicana.
Yo me ofrecí como voluntaria para traducir las transcripciones, y esas transcripciones fueron impactantes en mi vida porque yo lloraba transcribiendo porque como que todas eran para mí.
Así llego a Aviva Nuestros Corazones, y cuando se decide internacionalmente formar el ministerio, por mi experiencia en el área administrativa yo entro en el ministerio y qué les puedo decir... Para mí la relación entre mujeres era algo nuevo, y tengo que decirlo porque desde jovencita mis mejores amigos fueron varones. Yo reflexionando sobre hoy, yo decía: «posiblemente...yo vengo de una familia... –mi papá era muy estricto y nosotros no teníamos mucha oportunidad de salir y eso porque vivíamos fuera de República Dominicana y nos mantenía como muy protegidas.
En mi casa se desayunaba, comía y cenaba deportes, entonces yo sabía mucho de deportes porque se hablaba mucho de eso. Los varones hablan más de deportes y de otros temas y yo era quizás menos conflictiva, era como antichisme o conflicto, era como a llevarle la vida al otro, me sentía más cómoda con varones. Pero en el tema de que estamos en un ministerio de mujeres, viene para mí el adaptarme a ser obediente a la Palabra y relacionarme con mujeres.
Ustedes posiblemente se han dado cuenta que yo no soy tan abierta como muchas de ustedes, pero sí he crecido junto a ustedes, he aprendido muchísimo, por ejemplo de hospitalidad de Elba y Patricia. Yo antes no le daba mucha importancia a servir con una bandeja con un pañito bonito...entonces todas esas cosas las he aprendido y las he valorado, y poder abrir mi corazón aunque no es fácil para mí.
Yo valoro tanto la relación de Tito 2 porque las muchachas que yo mentoreo, realmente, somos amigas, nos complementamos. Yo les puedo aportar pero ellas me aportan muchísimo, yo aprendo muchísimo de toda esta tecnología y estas cosas, y siento que he rejuvenecido en este tiempo, siento que no soy vieja...y yo soy vieja por mi edad. Siento que tengo una mente y un corazón jóvenes y creo que se debe a la relación con las más jóvenes.
Patricia: Me puedo identificar contigo Mayra, porque yo batallé por años con ese pasaje de Tito 2, y no con el currículo del hogar, el esposo, los hijos, sino con las relaciones. Yo digo que Dios tiene su sentido del humor porque la última persona que Él hubiera escogido para un ministerio de mujeres, hubiera sido a mí. A mí no me gusta –siempre tuve una amiga, dos amigas muy especiales para mí, a quienes yo les daba mi corazón y mi amor, pero no me amplíes ese círculo porque yo no quiero más gente.
Mayra: Patricia, yo detestaba los retiros de mujeres porque yo decía: «bueno, y todas estas mujeres juntas llorando y como que…»
Patricia: Para mí no es fácil relacionarme con tantas personas y mucho menos cuando yo veía ese nivel que Dios nos pide de relaciones, unas con otras; yo le digo: «Señor es que no puedo». Por eso el evangelio para mí es tan glorioso, porque cada vez que yo digo Señor yo no puedo amar esa mujer, me recuerdo que Él dice que Él nos amó hasta el fin, y yo digo: «¡Gloria a Dios! En mi cuenta está puesto ese amor de Cristo por esa hermana hasta el fin» y yo no puedo llegar allá.
Eso para mí es glorioso, pero Dios ha usado definitivamente Aviva Nuestros Corazones y esta hermandad para enseñarme muchas cosas, muchísimas cosas. Esa por lo menos ha sido mi experiencia. Laura quiere decir algo.
Laura: Yo pensando acerca de esto de la hermandad y de la amistad; y pensaba en algunas características que debe tener, porque hay algunas características entre nosotras que creo que son importantes y que es lo que mantiene unido y con cohesión al grupo.
Primero que hay un afecto entre nosotras. Hay un afecto mutuo y hay un propósito en común. Tenemos ese propósito, primero de trabajar juntas para este ministerio, pero también que amamos al Señor y nos animamos en la carrera, entonces tenemos ese afecto, pero también un propósito en común.
También he visto que ha habido mucha constancia entre nosotras, en el sentido de que estamos ahí la una para la otra. Siempre estamos ahí. Si algo pasa estamos ahí, podemos depender. Yo sé que si algo me pasa puedo llamar a una de ustedes y van a orar por mí y se van a preocupar. También hay transparencia, nosotras nos contamos nuestras luchas, y contamos las cosas que estamos pasando y no tapamos el sol con un dedo, o nos hacemos más santas de lo que realmente somos, sino que nuestro pecado está ahí delante, que pueden las otras verlo y pueden también iluminarlo.
También honestidad, que podamos hablarnos verdad, creo que eso Betsy lo decía, hablarnos verdad una con la otra. Tolerancia, porque todas tenemos aristas que tenemos que cubrir con amor, ¿verdad? Y finalmente que hay confianza entre nosotras. Yo sé que si yo les cuento algo a ustedes, ustedes no van a ir por ahí a hablarlo, sino que queda entre nosotras, hay confidencialidad.
Quería dejar estas características ahí que creo que deben ser parte de cualquier hermandad.
Elba: Y quería decir como dice Gálatas, que es muy importante entre nosotras el poder «llevar las cargas las unas de las otras» (Gal. 6:2), porque así cumplimos la ley de Cristo realmente y ese es el propósito.
Mayra: Yo creo que esa es una de las cosas que más nos ha unido, la oración. El poder de la oración, nosotras oramos mucho las unas por las otras.
Patricia: Betsy quiere decir algo. Qué querías decir Betsy.
Betsy: Yo quería decir que las mujeres idealizamos muy fácilmente las cosas. Entonces, una mujer que está escuchando puede idealizar y decir, «wow, pero es que esa amistad es como...todo es maravilloso, todo es risas, todo es gozo, todo es perfecto, se dicen la verdad una a otra y se gozan en eso, pero realmente, nosotras hemos pasado por momentos muy difíciles juntas. A nivel personal, por circunstancias externas, por nuestro propio pecado, por muchísimas razones. Hemos llorado juntas y no necesariamente todo debe lucir color de rosa porque yo pienso que parte de lo que nos bendice, es como decía creo que Elba, cuando nosotras compartimos nuestra carga, se hace más ligera; pero cuando compartimos nuestro gozo, el gozo se hace más intenso, más grande. Entonces es importante que podamos ver que una amistad, como toda relación, tiene sus valles pero también tiene sus momentos altos.
Quiero animar a las mujeres jóvenes a que no tengan temor, a que no se intimiden, a cultivar relaciones con mujeres mayores, porque no puede haber un grupo más diverso que este y la realidad es que ha sido de tanta bendición para mí; he crecido tanto. Pero es muy importante que cuando nos acerquemos a ese tipo de relaciones, podamos acercarnos con un corazón enseñable. Así que no se intimiden, cultiven esas relaciones porque se van a divertir más de lo que probablemente se divierten con una mujer de su edad. Y si no, ustedes tienen que juntarse con Mayra, por favor. (Risas).
Patricia: Y a las mujeres mayores también que dejen que las mujeres jóvenes se acerquen, y no creer que tienen que tener todo el conocimiento del mundo para poder compartir. Es precisamente compartir de toda una vida vivida; de todo lo que el Señor ha hecho a través de décadas y de fracasos, como tú decías Betsy, y de cosas bien hechas también, y decir, «mira vamos a hacer esto así o oye este consejo...porque a veces nos intimidamos pensando que la juventud va muy rápido y hay muchos avances que las mujeres mayores no les caemos atrás, no seguimos. Pero es que sin embargo, esa sabiduría de las canas y ese mandato de Tito 2, como yo decía al principio, tiene bendición, hay una bendición en hacerlo así y Dios quiere que sea así.
Mayra: Y yo entiendo que las mujeres mayores tenemos que cultivar más la misericordia y la compasión porque muchas veces las jóvenes piensan que van a ser juzgadas, condenadas, y eso solamente lo puede hacer el Señor. Para mí ha sido de mucho crecimiento y mucha enseñanza en estos últimos años el crecer en eso, en misericordia y compasión por el pecado del otro. Cuando escucho algo, aunque yo no venga de ese pecado (pero vengo de otro), no debo asombrarme, porque entonces nadie se va a acercar, sino que las jóvenes van a decir, «ella me va a juzgar, me va a condenar». Que sientan esa confianza de que vamos a estar con los oídos de Cristo para escuchar dónde ella está ahora.
Patricia: Y a veces a mi me pasa que cuando pienso así, mi primer pensamiento es, «oh, y cómo puede ser esto», entonces pienso «en dónde estaba yo como mujer mayor, o las mujeres mayores que pudieron haber llamado a esta joven a la cordura. No verlo como una falta de la joven, sino como la ausencia de la cordura en una mujer mayor que no la guió a través de la verdad y a ponerle la verdad adelante.
Elba: Así es. Y la verdad es que la enseñanza de Tito 2 a la mujer mayor, es a compartir la vida. Muchas veces la mujer mayor no quiere hacer el mandato de Tito 2 porque se siente que no tiene la capacidad teológica de enseñar la Palabra, todo el conocimiento teológico, pero a ella se le manda a enseñar a amar el esposo, a enseñar amar a los hijos, a vivir la vida que honre a Dios; no a enseñar doctrina como tal. Entonces eso lo puede hacer cualquier mujer piadosa que ame a Dios. Es a caminar la vida de fe con otra mujer, a orar con ella, a estar al lado de una mujer más joven y eso lo puede hacer cualquier mujer mayor que ame al Señor.
Betsy: O al revés, Elba. A veces pensamos que solamente es lo teológico y menospreciamos la parte de compartir nuestra vida como si eso fuera algo de segunda categoría o menos importante.
Patricia: Realmente yo he visto que lo de compartir la vida es muy importante, y recuerdo una serie de Aviva Nuestros Corazones que nunca se me ha olvidado y que siempre es bueno –hay que tener tres tipos de amigos, o amigas en este caso: amigas que van junto contigo, caminando en la misma etapa de la vida, con las mismas luchas. Por ejemplo si tú estás casada, criando hijos, es muy bueno tener otras que estén en esa misma etapa y luchando juntas.
Pero es bueno tener personas que van más adelante también, que cuando tú te desanimas te dicen, «no te desanimes que esto pasa. Si caíste levántate y sigue adelante y mira, así y así sucede». Pero también es bueno tener personas que van detrás, personas más jóvenes a quienes tú les extiendes la mano y haces con otras eso que aquella que va adelante hizo por ti.
Así que son tres grupos, al lado, delante y detrás.
Mayra: Y si nuestra pasión es Cristo, no habrá algo que nos complete más como mujeres mayores, que llevar a otras a Cristo. Porque eso es lo que hacemos. Al final escuchar a una joven, a otra persona, a una mujer, es llevarlas a Cristo porque nosotras no podemos ser la solución a sus problemas sino Cristo.
Patricia: Amén.
Annamarie: Este programa es parte de la serie titulada, «Cultivando una hermandad auténtica». Estuviste escuchando de Mayra de Ortiz y también has estado escuchando de Patricia de Saladín, Elba de Reyes y vía telefónica, de Laura González y Betsy de Gómez.
Ellas nos han estado contando un poco acerca de cómo Dios ha ido formando una hermandad en Aviva Nuestros Corazones. Es nuestra oración que este programa te anime a cultivar amistades auténticas en los círculos donde Dios te ha puesto.
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