Cultivando una hermandad auténtica, día 1
Annamarie Sauter: ¿Cómo luce una hermandad auténtica?
Nancy DeMoss de Wolgemuth: No es como un programa, aunque existen algunos programas excelentes de mentoría, sino que es una forma de vida. Es un estilo de vida; es algo orgánico.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hoy Nancy compartirá con nosotras por qué necesitamos amistades genuinas y piadosas en el cuerpo de Cristo. Este mensaje se titula, «Cultivando una hermandad auténtica».
Nancy: ¡Adornadas! Ustedes saben que ese es el título de mi libro sobre Tito 2. Medité mucho tiempo ese tema de ser «Adornadas». De hecho, el inicio, los orígenes de ese libro, busqué en mi computadora portátil el día de hoy…y fue más o menos en el año 2007, cuando me dispuse a enseñar Tito 2:3-5.
Por todo el tiempo que dediqué y el esfuerzo que había …
Annamarie Sauter: ¿Cómo luce una hermandad auténtica?
Nancy DeMoss de Wolgemuth: No es como un programa, aunque existen algunos programas excelentes de mentoría, sino que es una forma de vida. Es un estilo de vida; es algo orgánico.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hoy Nancy compartirá con nosotras por qué necesitamos amistades genuinas y piadosas en el cuerpo de Cristo. Este mensaje se titula, «Cultivando una hermandad auténtica».
Nancy: ¡Adornadas! Ustedes saben que ese es el título de mi libro sobre Tito 2. Medité mucho tiempo ese tema de ser «Adornadas». De hecho, el inicio, los orígenes de ese libro, busqué en mi computadora portátil el día de hoy…y fue más o menos en el año 2007, cuando me dispuse a enseñar Tito 2:3-5.
Por todo el tiempo que dediqué y el esfuerzo que había invertido en este tema, y la forma como el Señor había impactado mi vida a través del estudio de ese pasaje, decidí que «algún día iba a escribir un libro sobre ese tema», sobre esos temas que trata el pasaje.
Cuando empecé a trabajar en el libro, yo era una de esas mujeres jóvenes de las que Tito habla. Y cuando terminé el libro, hace unos meses, ¡yo era una de las mujeres mayores, de las ancianas de las que Tito habla! Así que he estado en ambas etapas en el transcurso de escribir este libro.
Cuando comencé a escribir el libro, yo era Nancy Leigh DeMoss. Cuando terminé el libro yo era Nancy DeMoss Wolgemuth. Así que muchas cosas han sucedido y muchas cosas han cambiado en mi vida durante este tiempo en que escribía este libro sobre Tito 2.
Durante los últimos ocho años y aún unos años antes, estudiando este pasaje… permíteme animarte a que lo busques, porque vamos a pasar un tiempo en ese pasaje. Alguien me preguntó si tengo una presentación de Powerpoint o diapositivas o si solamente voy a mostrarlo y explicarlo.
La creatividad no es una de mis fortalezas, no soy de las creativas en esta hermandad. Así que simplemente voy a decir, «vamos a abrir nuestras biblias y comencemos». Pero permítanme introducir el tema de la siguiente manera: a medida que he vivido este pasaje durante estos años, he crecido en mi entendimiento de estas cualidades de las que Pablo habla.
De hecho, cuando publicamos este libro decidimos retransmitir la serie de radio de Tito 2, y regrabamos algunos de los programas, porque he meditado mucho y he madurado en mi propio entendimiento de lo que significan algunas de estas palabras. Y como dice Pablo: «No pretendo haberlo alcanzado». Pero si decidimos revisarlo y editarlo otra vez dentro de diez años, creo que querré grabar nuevamente algunos de los programas.
Y realmente he luchado…con «¿qué significan algunas de estas palabras? ¿Cómo las aplicamos a nuestras vidas?» Entonces, hay un crecimiento involucrado aquí. El hecho de escribir un libro asusta un poco, porque cuando el libro sale, la gente dice, «bueno, eso es lo que ella cree, eso es lo que piensa».
Solo este libro (La Biblia), es el único que no cambia, que no necesita ser «revisado o editado», por así decirlo, porque Dios no necesita un editor. ¿No es así? ¡Yo sí necesito un editor! He tenido la oportunidad durante estos años de experimentar los gozos y los desafíos de vivir lo que Pablo le dice a Tito.
Me he llegado a convencer cada vez más en mi caminar con el Señor, de la importancia de las amistades con otras mujeres…«la hermandad». Vamos a hablar acerca de eso con algunas de mis hermanas y la importancia de las madres espirituales, tanto para nuestras propias vidas y para la vida y la salud de la iglesia, como para el avance del evangelio en el mundo.
Vi una gran ilustración esta mañana de lo que vamos a estar hablando, y de todo el concepto de Tito 2 de las mujeres mayores, de las jóvenes y de pasar la antorcha a la próxima generación. El Señor, en Su providencia (me encanta la manera como Él hace esto) me permitió experimentar algo, y dije, «de esto se trata el tema».
Fui a arreglarme el pelo esta mañana. Christina fue la peluquera que me ayudó con el proceso. Cuando llamé para hacer la cita, le dije, «soy una mujer de mediana edad y tengo canas. ¿Tienes a alguien que pueda trabajar con eso? No quiero a alguien que se especialice en jovencitas porque esa no soy yo».
La persona que hacía las citas me dijo, «Christina es una de nuestras mejores estilistas, y tiene un espacio libre, así que ella la atenderá». Tuve la oportunidad de conocer a Christina. Ella ha estado en esa peluquería durante diez años. También pude conocer a dos de sus asistentes (así se denominan entre ellas); una se llama Nikky y la otra se llama Faith (Fe).
Resulta que en este salón de belleza tienen un programa para aprendices, como una pasantía. Cuando Christina salió de la escuela de belleza hace diez años, ella llegó a este salón y se convirtió en una de las primeras aprendices. Yo le dije, «dicen que eres una de las mejores estilistas aquí y que ahora estás entrenando otras estilistas. ¿Quién te enseñó?»
Ella me contestó, «bueno, hubo dos mujeres que me tomaron bajo su enseñanza, cuando yo acababa de salir de la escuela de belleza. Con una de ellas no me llevaba muy bien; no me entusiasmaba mucho la forma como hacía las cosas». Pero me dijo, «la otra mujer…¡me encantaba! Ella invirtió en mí, y yo aprendí todo lo que pude de ella».
Y le pregunté, «¿cuánta influencia tuvo ella en la forma como haces las cosas ahora?»
Ella dijo, «noventa por ciento de lo que sé y hago ahora, lo aprendí de esa mujer. En la escuela de belleza no aprendí casi nada que esté usando hoy en día. De hecho, cuando recibimos jóvenes en nuestro programa de aprendices queremos recibirlas inmediatamente que salen de la escuela de belleza para que podamos enseñarles antes de que aprendan y afiancen errores en su trabajo, para que podamos deshacer mucho de lo que han aprendido que en realidad no se aplica a la vida real».
Bueno, y mientras estoy escuchando y estamos teniendo esta conversación, su aprendiz, su asistente, Faith, está parada allí mismo. Ella es una mujer joven, fresca y vibrante que acaba de salir de la escuela de belleza y ha estado en el programa de aprendices desde abril. Ella está mirando a su mentora y está observando como su mentora hace su trabajo.
Había también otra de las aprendices ayudándola y ella le daba directrices diciéndole: «Ahora haz esto así, en la práctica. Ella le está enseñando, la está entrenado y lo está haciendo mientras trabaja. Yo le pregunté, «¿te gusta la parte de enseñar?» (¡A ella le encanta ser estilista!)
Ella me contestó, «¡Me encanta!»
Y le pregunté: «¿A cuántas jóvenes has enseñado?
Ella dijo, «hmmm…» Ella contó y dijo, «ocho». Luego añadió, «están en el programa durante un año. Yo les muestro toda clase de técnicas y luego ellas obtienen un certificado en esa área. Después, el siguiente mes les enseñamos algo diferente. Les muestro cómo, les digo cómo se hace y les permito hacerlo mientras yo superviso. Yo observo y las animo. Luego ellas ya lo hacen por sí solas». Y esta fue la parte que me gustó. «¡Me encanta darle estilo al cabello!». Ella dijo eso (no yo, a mí no me gusta estilizar el cabello, a ella sí le gusta).
Y ella me dijo, «lo que verdaderamente me gusta es ver a alguien cuyo cabello quedó hermoso y fue arreglado por alguna de mis chicas. Y me gusta pensar que yo le enseñé cómo hacerlo. ¡Y esa mujer se ve espectacular!». Ella está enseñando su oficio, está enseñando con sus consejos, enseñándole cómo pensar.
Ella me comentó: «Muchas de estas chicas salen de la escuela de belleza, y enseguida entran a un salón de belleza y comienzan a trabajar. Estas personas terminan agotadas, o pasan de salón en salón y no duran». Pero aquí, ella está entrenando mujeres que van a permanecer.
Y pensé, ¡qué buena ilustración es esta de lo que Pablo le estaba diciendo a Tito en Tito capítulo 2! Estamos hablando de una perspectiva de hermandad según Tito capítulo 2, de las amistades entre mujeres y la maternidad espiritual. Esto está muy relacionado con nuestra misión, nuestro llamado, nuestro propósito.
Ustedes me van a perdonar, pero estoy emocionada, he estado viviendo en este pasaje por mucho tiempo durante los últimos años. Si me pinchas, sangro Tito 2. Así que estoy maravillada con este tema.
Este es un pasaje que aplica a mujeres de todas las edades, culturas, grupos poblacionales y procedencias. Esto es lo que me encanta de este pasaje. Es para todas nosotras: si eres tímida, si eres introvertida, si eres extrovertida, si crees que nunca podrás pararte en una plataforma y hablar… aun así, Tito 2 es para ti.
Cualesquiera que sean los dones que tengas o que no tengas… puedes pensar, «¡me siento más cómoda cuando no tengo que hablar!» o «¡Nunca podría enseñar!» Tito 2 es para ti. De hecho, hace un par de meses, Robert y yo tuvimos el privilegio de ir y visitar a Jennifer en McPherson, una cárcel de mujeres en Arkansas.
Y abrí mi Biblia en ese recinto con alrededor de cincuenta o sesenta mujeres, sentadas alrededor de mesas con sus biblias abiertas, sus cuadernos y sus bolígrafos, escribiendo enérgicamente. Enseñé sobre este pasaje expandiéndolo más que lo que tendré tiempo de hacer hoy.
Algunas de esas mujeres están cumpliendo cadena perpetua por homicidio sin posibilidad de libertad condicional. ¿Cuál es su propósito en la vida? ¿Cuál es su misión? ¿Qué hace que se levanten cada mañana con gozo, con un sentido de llamado? ¡Tito 2 lo hará! Y les decía, «cada una de ustedes en este recinto encaja en este pasaje. Este pasaje aplica para ustedes. Esto es para ustedes». Y se lo expliqué en detalle.
Ahora, ustedes conocen el contexto, y quiero refrescarles la memoria rápidamente por si no lo saben. Recuerden que Tito era un joven pastor en la iglesia de Creta. Esta era una iglesia nueva, pequeña y floreciente, y vivían bajo el dominio del Imperio Romano. En esa época Nerón era el emperador. Era despiadado, violento y estaba empeñado en exterminar el cristianismo. Y aquí está esta iglesia insignificante en una cultura que va en dirección totalmente opuesta. ¡Están nadando contracorriente!
Estos creyentes debieron sentir temor. Tuvieron que preguntarse: ¿Cómo sobreviviremos en esta clase de mundo? Peor aún: ¿Cómo prosperaremos en esta clase de mundo? Y mucho menos, ¿Cómo evangelizaremos en este mundo que está totalmente en contra de nosotros? ¿No será que nos estamos haciendo las mismas preguntas hoy en día?
Así que en el capítulo 1 (no entraremos en detalle), Pablo dice que lo primero que se debe tener son líderes bíblicamente calificados que enseñen la Palabra de Dios, que guíen a las personas a seguir la Palabra de Dios y que contrarresten la falsa enseñanza.
Ellos tienen que proteger, dirigir, guiar, alimentar…y eso es una buena parte del capítulo 1. Luego Pablo llega al capítulo 2 y dice, «necesitas estar fundamentado en la sana doctrina». En mi libro, Adornadas, tenemos un capítulo entero al principio del libro acerca de la doctrina. Y a veces pienso, ¿cómo hacer que la gente no compre un libro? Bueno, que miren el índice y lean que dice: «Capítulo 2: Doctrina».
Bueno, no se llama exactamente así el capítulo; más o menos se llama La Doctrina, Tú y Tito 2. ¡Porque es tan, pero tan importante! El resto de este pasaje no tendría ningún sentido, y en realidad sería hasta peligroso en nuestras manos, si no estamos arraigadas en la Palabra de Dios.
Entonces Pablo dice: «Enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina» (Tito 2:1). Él le dice esto al pastor, a Tito. Y luego, en lo que queda del capítulo 2, él habla de diferentes tipos de relaciones y poblaciones en la iglesia: hombres, mujeres, ancianos y jóvenes. Aún habla de siervos, esclavos y amos, y personas en distintas categorías socioeconómicas y diferentes grupos de edad.
Estos tres versículos (Tito 2:3-5), esta pequeña joya puesta allí está rodeada por el resto de este contexto de un estilo de vida lleno de gracia. ¿Cómo hacemos que el evangelio sea creíble en esta generación que no tiene idea de lo que se trata la gracia del evangelio… y que va en una dirección opuesta?
Bueno, una de las cosas que dice es que debe haber mujeres mayores que estén modelando la verdad. Permítanme detenerme un momento en la palabra «mujeres mayores». ¿Cuántas de ustedes no tienen miedo de decir que son mujeres mayores? ¡Como la mayoría de nosotras! Permítanme decir esto: cada mujer que escucha este programa es una mujer mayor para alguien. Así que tenemos muchas mujeres mayores.
Ahora, yo creo, hablando estrictamente en el contexto aquí, que Pablo probablemente está hablando de mujeres que ya han pasado sus años de tener y criar hijos. Así que hoy eso sería (dependiendo de cuanto se demoren en tener hijos), una mujer de mediana edad (que en ese tiempo hubiera sido una «mujer mayor» en esa época, cuando la expectativa de vida no era tan alta).
Yo no sé cuándo ustedes deciden que son mujeres mayores. Yo recuerdo el día que se me ocurrió que ya mi pelo no era castaño (risas). Durante años mi cabello ya no era castaño, pero yo no lo había asimilado realmente. Cuando completé la información para mi licencia de conducir, en la pregunta del color de cabello, siempre ponía «castaño». Bueno, ¡mi cabello ya no es castaño! ¿Cuándo sucedió eso?
Entonces, ¿cuándo llegas a ser una mujer mayor? Para aquellas de ustedes que sienten temor de ese adjetivo calificativo, aquí hay algo para ustedes; algo que leí ayer… algunas de las ventajas de tener más de cincuenta años:
- Los secuestradores no están interesados en ti (risas)
- En una situación de toma de rehenes tú serías probablemente liberada primero
- Nadie espera que entres a un edificio en llamas
- Las personas que llaman a las 9 p.m. preguntan, «¿te desperté?»
- Las personas ya no te consideran como una hipocondríaca
- Las cosas que compras ahora no se desgastarán. ¡Genial!
- Puedes cenar a las 4 p.m
- Disfrutas al escuchar de cirugías en otras personas
- Te involucras en discusiones acaloradas acerca de los planes de pensiones
- Haces una fiesta y los vecinos ni se enteran
- Cantas al compás de la música del ascensor
- ¡Tus ojos no empeorarán mucho más!
- ¡Tu inversión en tu seguro médico finalmente está valiendo la pena!
- Tus articulaciones son más confiables que el servicio meteorológico nacional
- Tus secretos están a salvo con tus amigas, ¡porque ellas ni siquiera los recuerdan!
- Y por último, no puedes recordar quién te envió esta lista. Así que, ¡no es tan malo tener más de cincuenta años!
De hecho, ¡vemos en este pasaje que aspirar a ser esta clase de mujer mayor es un gran gozo! Es un tesoro. Mujeres como estas son un regalo para el cuerpo de Cristo; son un regalo para sus familias; son un regalo para sus hijos y nietos.
Si son solteras, son un regalo para las familias de otros, son un regalo para las adolescentes y las mujeres que trabajan. Son un regalo para las familias del cuerpo de Cristo. Son un regalo para el mundo que no conoce a Jesús… las mujeres mayores.
Este pasaje comienza (y les estoy dando el resumen más amplio posible aquí), diciendo: «Así son estas mujeres. Este es su carácter». Y Pablo utiliza tres términos aquí (los cuales no vamos a explicar en detalle aquí). Él dice que deben ser «reverentes en su conducta».
Ahora, algunas de ustedes ya deben estar pensando, «bueno, las reuniones que llevamos a cabo no se sienten muy reverentes. Nos hemos estado riendo. Eso no parece reverencia». Escuchen, la reverencia no tiene nada que ver con hablar en voz baja, con susurros. Tú puedes hablar de esa manera y no ser una mujer reverente.
Y te puedes reír y tener un tiempo estupendo con algunas de las mujeres en esta hermandad… yo soy la seria en nuestra hermandad… ¡generalmente! Reverentes en su conducta… esto lo explicamos en el libro «Adornadas». Es una palabra que significa «vivir como alguien que está ocupada con deberes sagrados todo el tiempo».
Eso no significa que estás en la iglesia todo el tiempo. Eso no significa que siempre estás liderando un estudio bíblico, o que siempre estás hablando de Tito 2. Significa que lo que sea que hagas, tareas pequeñas, tareas domésticas, tareas difíciles, tareas familiares, sea que te estés divirtiendo, recreándote, en el gimnasio, en la práctica de fútbol, donde sea que estés, estás viviendo como una mujer que está ocupada en deberes sagrados… porque esos son deberes sagrados. Esa es una mujer que es reverente en su conducta.
Luego el pasaje dice que hay dos maneras en que esto se manifiesta, (dos formas como se ve). Primero, ella no es calumniadora (la manera como usa su lengua), y no es esclava de mucho vino. Ahora quizás te preguntes, «¿por qué, por qué dice eso? ¿Es que todas las ancianas de la isla de Creta tomaban mucho?» Bueno, creo que hay un concepto más amplio aquí que trata con nuestra tendencia al exceso.
Mi esposo y yo hemos estado hablando mucho acerca de esto. En mi propia vida esto es algo donde este estudio me ha confrontado. No vamos a hablar más de eso hoy, pero es sobre el tema de la esclavitud y de ser libre de cosas que nos esclavizan.
Mujeres mayores, tenemos que ser ejemplo de esto, modelos para las mujeres más jóvenes que luchan con estos asuntos y que nos pueden mirar a nosotras. No para que sientan, «¡oh, ya ella lo logró!» o «ella nunca ha luchado con esto», porque no seríamos honestas con nuestras luchas; sino para que las jóvenes puedan venir, y les podamos decir, «he luchado con esto, pero así me ha ayudado Dios con Su gracia. Mira cómo me ha cambiado Dios. ¡Déjame caminar contigo, a medida que crecemos en esto juntas!» Así deben ser las mujeres mayores. Así deben aspirar a ser las jóvenes.
Esto es lo que hacen. Tito 2:3-4: «Deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes…» ¡Tenemos trabajo, mujeres! Y esto no es solo para las personas que dictan grandes conferencias y enseñan un estudio bíblico en la iglesia; no, todas las mujeres debemos aspirar a ser esta clase de mujer.
«Enseñar lo bueno». Eso no quiere decir que lo haces con un micrófono o con una presentación en PowerPoint. Quiere decir que de tu vida y en tus relaciones, en el laboratorio de la vida, en el pasillo de la iglesia, en el gimnasio, donde sea que estés con otras mujeres, ¡tu vida está enseñando!
Hay mujeres, mujeres jóvenes, algunas bajo tu cuidado, y el punto es que siempre estás enseñando. Siempre estás enseñando. Estás enseñando el bien o estás enseñando el mal, pero siempre estás enseñando. La manera en que respondo a la presión les está enseñando a las jóvenes que están a mi alrededor.
«…Que enseñen lo bueno y que enseñen a las jóvenes…» La manera como hemos sido entrenadas, y estamos siendo entrenadas, así debemos nosotras también hacer y así debemos enseñar, esto es lo que debemos enseñar a las más jóvenes: «…que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos…» Todo esto no lo vamos a explicar todavía. Solo quiero darles el resumen general aquí.
Pero permítanme decirles: jóvenes, mujeres mayores, no podemos hacer esto solas. ¡Nos necesitamos mutuamente! Por esto Dios nos ha dado, dentro del cuerpo de Cristo, estas relaciones. ¿Qué me dijo Christina en el salón esta mañana? «Yo no aprendí esto en la escuela de belleza. Lo aprendí en el trabajo. Lo aprendí en la vida real con una mentora, con una mujer experimentada, con una mujer mayor que me tomó bajo su cuidado, con alguien que se tomó el tiempo para compartir conmigo de su experiencia».
¿Se podrían imaginar si hiciéramos esto en el cuerpo de Cristo todo el tiempo? ¡Cuántas situaciones que requieren consejería pastoral ni siquiera sucederían! Porque en el contexto de la vida, estaríamos animándonos, discipulándonos y orientándonos mutuamente. Esto no es un programa, aunque existen programas geniales de mentoría, esto es una forma de vida. Es un estilo de vida, es orgánico.
Permítanme concluir con dos pensamientos aquí. En nuestra boda, me di cuenta después, que las mujeres que habían estado ese día, pertenecían a tres categorías distintas: había una mujer mayor (su nombre era Vonette Bright). Seis semanas después de estar ahí conmigo ella partió con el Señor. Ella estaba enferma con Leucemia en ese tiempo. Ella hizo un gran esfuerzo para ir desde su casa en la Florida hasta el área de Chicago para estar en nuestra boda. Me preguntó si podía hablar conmigo en la habitación de la novia, quería orar conmigo minutos antes de la boda.
Cuando llegó en su silla de ruedas y tuvimos unos cuantos minutos a solas, ella me dijo, «cariño, yo soy una mamá y simplemente quiero saber… ¿Tienes alguna pregunta, tienes algo que te gustaría preguntarle a una mamá antes de casarte?» Ahora, no les contaré el resto de la conversación porque ya se me acabó el tiempo. Pueden leer el libro y descubrir lo que me ella me dijo (risas). Pero allí estuvo una mujer mayor que representaba a muchas de las mujeres mayores que se han invertido en mi vida.
Y también estaban mis amigas, estaba la hermandad. Ahora, hay muchas mujeres que son parte de «la hermandad» en mi vida, mis amigas, pero hay un pequeño grupo de nosotras que nos reunimos regularmente, hablamos, oramos, nos enviamos mensajes de texto continuamente. Muchas están aquí para compartir hoy. Estas mujeres, algunas mayores, otras más jóvenes, algunas divertidas, otras más serias… de muchos trasfondos diferentes. Pero cada una aporta cosas a la vida de la otra. Amistad. Esa amistad se ha edificado con los años. No sucedió de la noche a la mañana.
Y además, el cortejo en nuestra boda eran diez niñas. La mayor tenía diez años, y asistieron los nietos de algunos de mis mejores amigos. Así que he conocido a estas desde pequeñas. Y ahí estaban, vestidas con pequeños vestidos rojos, algunas vestidas de blanco, sus cabellos arreglados; desfilaron por el pasillo antes que Robert y que mi hermano que me entregó, y yo. Y ellas hacían resonar unas campanas. Y luego nos siguieron a Robert (mi esposo) y a mí haciendo resonar sus campanas. Y yo pensaba, «¡estas mujercitas en miniatura son la próxima generación de mujeres verdaderas!»
Entonces tuve estos tres grupos de mujeres, una ilustración de lo que se trata Tito 2 y de cómo somos llamadas a vivir juntas la belleza del evangelio. Y ¿por qué? Pablo nos da tres razones en Tito 2.
No las explicaré, pero la primera y la tercera, permítanme mencionarlas. La primera, «…para que la palabra de Dios no sea blasfemada» (v.5). Para que las personas no hablen mal de la voluntad de Dios cuando vean las vidas de las mujeres. Esa es la razón negativa.
Ahora les comparto la positiva: «…para que (ustedes) adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador…» (Tito 2:10).
Annamarie: Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha dado una degustación de Tito capítulo 2. También nos contó de algunas de las mujeres mayores, de sus contemporáneas y de las más jóvenes, que forman parte de su vida.
Y Patricia estoy deseosa de escuchar el programa de mañana en el que oiremos de algunas mujeres del staff de Aviva Nuestros Corazones.
Patricia: Así es, Anna. Una hermandad es un grupo de amigas (en este caso), con vínculos o relaciones de afecto y amistad. Nancy menciona la hermandad que ella tiene y disfruta y nosotras aquí en Aviva Nuestros Corazones podemos decir que Dios nos ha regalado un grupo cercano de hermanas amadas con las que compartimos casi a diario y que somos una hermandad. Dios sabe que nos necesitamos unas a otras, y no solo para llevar a cabo el trabajo que realizamos o para mostrar al mundo el amor de Cristo sino también porque a través de amigas reales y verdaderas, Dios va puliendo nuestro carácter y haciéndonos más semejantes a Su HIjo. A través de los años nos hemos dado cuenta que necesitamos mujeres que caminen junto a nosotras y que todas nos infundamos ánimo, unas a otras para seguir adelante. Así que en Aviva Nuestros Corazones hemos tenido el gozo de desarrollar algunas relaciones profundas entre mujeres, y ustedes escucharán más sobre esto y oirán algunas de ellas mañana.
Annamarie: Mañana, escucharás de algunas miembros de la «hermandad» que Dios ha formado en Aviva Nuestros Corazones; amigas que juntas comparten la vida. Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Invitándote a cultivar amistades auténticas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
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