Cuando sabemos cómo termina la historia (Daniel 12)
Nancy DeMoss Wolgemuth: Toda la historia se está moviendo hacia un final predeterminado y decretado. Y esto sucederá exactamente cómo y cuándo Dios lo ha ordenado; porque el cielo gobierna.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Aquí está Nancy con la continuación de la serie titulada, El cielo gobierna: La soberanía de Dios en el libro de Daniel.
Nancy: Bueno, el libro de Daniel ha sido una experiencia increíble para mí, y espero que también lo haya sido para ustedes. Yo no sabía lo mucho que no sabía. Cada vez que leo o escucho este libro, lo cual he estado haciendo mucho últimamente, aprendo cosas nuevas. Veo cosas nuevas. Desearía tener el tiempo para compartir todo esto con ustedes; pero realmente estamos tratando de enfocarnos en las evidencias de que «el cielo gobierna». Te he animado a …
Nancy DeMoss Wolgemuth: Toda la historia se está moviendo hacia un final predeterminado y decretado. Y esto sucederá exactamente cómo y cuándo Dios lo ha ordenado; porque el cielo gobierna.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Aquí está Nancy con la continuación de la serie titulada, El cielo gobierna: La soberanía de Dios en el libro de Daniel.
Nancy: Bueno, el libro de Daniel ha sido una experiencia increíble para mí, y espero que también lo haya sido para ustedes. Yo no sabía lo mucho que no sabía. Cada vez que leo o escucho este libro, lo cual he estado haciendo mucho últimamente, aprendo cosas nuevas. Veo cosas nuevas. Desearía tener el tiempo para compartir todo esto con ustedes; pero realmente estamos tratando de enfocarnos en las evidencias de que «el cielo gobierna». Te he animado a que lo marques en tu Biblia.
Hoy estamos en el último capítulo del libro de Daniel, pero no es el último día de la serie, ya que mañana haremos un episodio más de conclusión, para dar una visión general de lo que hemos visto en el libro de Daniel.
Ahora, los dos últimos capítulos de Daniel son una respuesta a las oraciones de Daniel. Dios envía un mensajero angelical –pensamos que probablemente era Gabriel– para contarle a Daniel las cosas que estaban por suceder, particularmente a su pueblo; el pueblo judío. Al final del capítulo 11 hablamos sobre esto en el último episodio, y leímos sobre lo que ahora sabemos que es el surgimiento del último Anticristo.
Este es un dictador poderoso y malvado, que quiere gobernar toda la tierra y persigue al pueblo de Dios. Pero el cielo gobierna. ¿No es así? Entonces, vemos ahora en Daniel capítulo 12, versículo 1: «En aquel tiempo…», durante la gran tribulación, cuando este Anticristo esté reinando y gobernando, tratando de controlar el mundo.
«En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que vela sobre los hijos de tu pueblo». (El pueblo de Israel).
Ahora, Miguel, el gran príncipe al que nos referimos aquí, es un ángel. Y en la Escritura, él siempre está conectado con las batallas espirituales. Él es mencionado tres veces en el libro de Daniel, y parece estar especialmente asignado para proteger a Israel.
En el libro de Judas en el Nuevo Testamento, él es llamado el arcángel Miguel. Él enfrenta a Satanás. En Apocalipsis capítulo 12, él es mencionado de nuevo. Hay una guerra en el cielo, y el arcángel Miguel, el gran príncipe, guía a un ejército de ángeles quienes derrotan a Satanás, y Satanás es echado del cielo. Así que él es un personaje importante entre los ángeles del cielo.
Durante la gran tribulación, cuando surja el Anticristo, en el momento que Dios así lo ordene, Miguel se levantará para defender al pueblo de Dios. Esto me recuerda, que cuando los poderes del mal se levantan en este mundo, Dios no deja a Su pueblo para que se defienda por sí solo. Él tiene siervos poderosos. Él tiene ángeles que velan para proteger a aquellos que confían en Él. Y estos ángeles, estos siervos del Señor, estos mensajeros, representan y actúan en nombre del Señor de los ejércitos quien vela por Su pueblo. Ellos lo representan a Él.
Ahora el versículo 1 dice: «En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que vela sobre los hijos de tu pueblo y será un tiempo de angustia cual nunca hubo desde que existen las naciones hasta entonces».
¿Te suena familiar este versículo? Debería, porque en Mateo 24:21, Jesús dice exactamente lo mismo, cuando estaba hablando sobre la gran tribulación y los últimos tiempos. «Porque habrá entonces una gran tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás».
A través de la historia, Israel ha tenido muchos momentos de tribulación y persecución. Y todavía habrá más angustia –la más grande tribulación de la historia, una gran tribulación final. Pero a pesar de eso, hay un mensaje de esperanza.
«…en ese tiempo (el ángel le dice a Daniel) tu pueblo (los judíos) será librado, todos los que se encuentren inscritos en el libro» (v.1).
Es un tiempo de gran angustia, pero en ese tiempo este ángel, este poderoso ángel siervo del Señor, se levantará. Él defenderá al pueblo de Dios; se levantará, y en ese tiempo las personas que están escritas en el libro, escaparán.
Ahora, ¿cuál es ese libro? Bueno, es el libro de la vida del Cordero que fue inmolado, Apocalipsis 13 nos lo dice. Es una lista de todos los judíos y gentiles que están en Cristo, y ellos escaparán. Ellos serán librados de la angustia. Ahora, este es un mensaje de esperanza; pero no significa que los creyentes no sufrirán o que no serán perseguidos.
De hecho, serán perseguidos, y algunos serán asesinados. Sin embargo, esa persecución, ya sea que preceda a la gran tribulación o sea la gran tribulación misma, esa persecución no es el último capítulo. Aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida, ellos serán librados de la muerte final, de la destrucción final, y lo que es más importante, serán librados del juicio de Dios.
Y a propósito, los incidentes que hemos visto en el libro de Daniel, cuando los tres jóvenes hebreos son librados del horno de fuego, y Daniel es librado del foso de los leones, eso nos apunta al evangelio. Es Cristo quien nos libra de la ira venidera. La persecución, la tentación, los hornos de fuego y los fosos de los leones, y a veces sentimos como si estuviéramos experimentando todo eso; pero no es para siempre. Habrá un final. Aquellos cuyos nombres se encuentran en el libro de la vida escaparán.
Versículo 2: «Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra (una metáfora para la muerte física) despertarán…»
¿En qué te hace pensar eso? En la resurrección. Ahora, aquí hay dos resultados muy diferentes. Para aquellos que mueren y luego resucitan, dice: «…unos para la vida eterna, otros para la ignominia, para el desprecio eterno» (v.2).
Vemos la resurrección de aquellos que son salvos y están en Cristo, y ellos serán levantados para vida eterna. Y luego vemos la resurrección de aquellos que están bajo el juicio de Dios, y ellos serán levantados a ignominia (desgracia) y el desprecio eterno. En el final de los tiempos, Dios ejecutará juicio sobre los malvados, y Él librará a Su pueblo. El juicio y la salvación, estos caminos paralelos recorren toda la Escritura. Necesitas asegurarte de estar en Cristo; porque esa es tu única esperanza de escapar de la ira venidera.
Versículo 3: «Los entendidos brillarán (otras versiones dicen «los sabios») como el resplandor del firmamento, y los que guiaron a muchos a la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad».
«Los entendidos», vimos esta frase en el último capítulo, capítulo 11. «Los entendidos» algunas versiones dicen: «los sabios». Esta es una palabra en hebreo que no sé muy bien cómo se pronuncia, pero se escribe «s-a-k-a-l» (sajhal). Estos son los entendidos, y esta palabra es utilizada nueve veces en el libro de Daniel.
Sakal, a veces es traducido como «ser sabio», o «entender», o «tener habilidad», o como aquí «entendido». Daniel era un hombre sakal. Cuando él era un adolescente fue llevado cautivo por una nación idólatra que odiaba a los judíos. Él vivió en un mundo oscuro y pagano. Pero Dios lo colocó en posiciones estratégicas y de influencia. Su vida en Babilonia fue una luz brillante. Él sobresalió. Él hizo la diferencia porque era un hombre sakal. Él tenía entendimiento, tenía sabiduría, tenía inteligencia.
Es interesante que Proverbios, capítulo 19:14, dice: «… Pero la mujer prudente viene del SEÑOR». Es la misma palabra «prudente» –sakal. Una esposa sakal, una esposa sabia, comprensiva y entendida viene del Señor. Su vida es una luz brillante. Brilla, resplandece en un mundo oscuro, pecaminoso, que desesperadamente necesita ver a Jesús.
Tengo una amiga que es una esposa prudente. Ella es una mujer sakal. Su esposo fue nombrado recientemente presidente de una de las universidades más importantes en los Estados Unidos con miles de estudiantes. La universidad está enfrentando muchos problemas y escándalos. Este hombre ha sido lanzado al foso de los leones, al horno de fuego. Él se encuentra en una posición similar a la que estuvo Daniel. Pensé en esta pareja cuando meditaba en este pasaje en estos últimos días.
Le envié un mensaje de texto a mi amiga, y le dije: «Estoy orando por ti y por tu esposo, mientras inician este nuevo capítulo. Estoy segura de que habrá momentos difíciles y asperezas; pero los ángeles del cielo están velando y listos para actuar a favor de ustedes, ¡en cualquier momento Dios da la orden!». Y luego compartí este versículo con ella, que habla de aquellos que tienen entendimiento, aquellos que son sakal, que son como estrellas brillantes. Le dije: «¡Qué bendición eres para tu esposo, siendo prudente, sakal, en un momento como este! Y qué bendición será él como un hombre sakal para esa institución y para aquellos que trabajan con él».
Daniel sirvió a una sucesión de reyes en Babilonia, leímos sobre esto en las últimas semanas, este hombre en esta universidad está sirviendo a los líderes de una institución secular muy grande. Pero como Daniel, él es un hombre piadoso. Él sabe que en definitiva, él está sirviendo al Rey, con «R» mayúscula. Esta pareja sakal está viviendo para la eternidad y para el reino de Cristo que nunca tendrá fin. Es una posición muy importante. Es un trabajo arduo, pero su identidad no está en este trabajo o en esta posición. Ellos están como embajadores de Cristo, y como resultado, sus vidas están resplandeciendo como luminares que guían a muchos a Jesús.
En medio de las tinieblas y la angustia de este mundo, nosotras estamos llamadas a ser sakal, a ser sabias, para guiar y mostrar a otros la justicia que está en Cristo. Filipenses 2:15 lo dice de esta manera: «Para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo».
Tal vez no seamos consideradas sabias o importantes según los estándares de este mundo, pero si tenemos esa sabiduría, ese entendimiento, si somos sakal, vamos a irradiar en este mundo la sabiduría y la hermosura de Cristo que nunca se desvanece por los siglos de los siglos.
Bueno, en el versículo 4 el ángel dice:
«Pero tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin…»
El tiempo y el fin –cuando se estudia la Biblia, hay que fijarse especialmente en las palabras y frases que se repiten. Y estas dos palabras, «tiempo» y «fin» se repiten en temas importantes por todo el libro de Daniel y especialmente, en los capítulos proféticos que estamos viendo ahora. «Hasta el tiempo del fin», al estudiar estas palabras, ves que Dios controla el reloj profético. Y cuando Él diga: «Es tiempo» la alarma sonará, anunciando el fin. Verás, toda la historia se está moviendo hacia un final predeterminado, decretado. Y sucederá exactamente, cuándo y cómo Dios lo ha ordenado; porque el cielo gobierna.
Versículo 5:
«Entonces yo, Daniel, miré y vi que otros dos estaban de pie, (estos eran ángeles) uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y uno de ellos dijo al hombre vestido de lino…» (vv.5-6).
Hagamos una pausa aquí, porque vimos esta frase en Daniel capítulo 10, un hombre vestido de lino. La descripción es casi idéntica a la visión de Jesús, que leemos en Apocalipsis capítulo 1. Así que creemos que esta es una visión de Cristo preencarnado.
Versículo 6: Entonces, uno de estos ángeles le dijo al hombre vestido de lino, quien nosotras creemos que es Cristo, «que estaba sobre las aguas del río…» ¿Estaba Él caminando sobre las aguas? Tal vez. Uno de los ángeles dijo: «¿Para cuándo será el fin de estas maravillas?» (v.6).
Versículo 7: «Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, que levantando su mano derecha y su mano izquierda al cielo, juró por Aquel que vive para siempre, que será por tres años y medio…» (v.7).
Tres años y medio. Esta es una referencia a la segunda mitad de los siete años de tribulación.
Si has estado estudiando Daniel capítulo 9, así como lo hicimos hace unos días, esta es la semana setenta en la profecía de Daniel. Este es el fin de esos siete años de tribulación. Bueno, Daniel dice en el versículo 8: «Yo oí, pero no pude entender». Me he sentido así muchas veces mientras estudiaba el libro de Daniel, y me imagino que tú también te sentiste así al escucharme enseñar de este libro. Pero Daniel preguntó: «… Señor mío, ¿cuál será el resultado de estas cosas?» (v.8).
Entonces, aquí hay dos preguntas, y estas son preguntas que nos hacemos cuando estamos en tiempos de angustia. Se encuentran en el versículo 6: «¿Para cuándo será el fin de estas maravillas?» Y la otra en el versículo 8: «¿Cuál será el resultado de estas cosas?» Queremos saber el final de la historia.
Estuve hablando con una amiga esta semana sobre una situación realmente difícil con uno de sus hijos. Estuve hablando con otra amiga, que ha estado cuidando por mucho tiempo a su madre anciana y está enfrentando muchas dificultades en esa situación. Además, tengo otra amiga querida, que tuvo una mastectomía recientemente. Hace poco recibieron el reporte de patología, y ella tiene cáncer en múltiples nódulos linfáticos.
Cada una de estas personas y otras personas que tú conoces o tal vez tú misma, en tiempos de angustia, nos preguntamos: «¿Cuánto tiempo durará esto? ¿Cuándo terminará? ¿Cuál será el resultado de estas cosas?»
Ahora, déjame decirte que no tiene nada de malo hacer estas preguntas, pero al final del día, tenemos que estar dispuestas a confiar en Aquel, el Único, que sabemos que conoce las respuestas a estas preguntas. Porque sabemos que Él es digno de confianza. El futuro es desconocido en gran medida para nosotras. Pero es plenamente conocido por Él. Cuando Él escoge no responder a nuestras preguntas, tenemos que confiar, el cielo gobierna.
Daniel pregunta: «¿Cuál será el resultado de estas cosas?» Pero el mensajero angelical, en el versículo 9, no le dice lo que va a pasar. Él no responde la pregunta. Esto fue lo que él contestó:
«…Anda, Daniel, porque estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin» (v.9).
Vimos este mismo concepto en el versículo 4: «Pero tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin…»
Esto nos recuerda que muchos de los planes de Dios permanecerán en secreto para nosotras hasta el tiempo del fin. Ni siquiera Daniel pudo saber todo lo que eso significaba, o cuándo sucedería, o cómo sería, o cuál sería el resultado. Dios le dijo: «Sella el libro». Ciérralo; es más lo que no sabes que lo que sabes sobre lo que está por venir».
Versículo 10, esto es lo que sabemos:
«Muchos serán purificados, emblanquecidos y refinados. Los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos comprenderá, pero los entendidos comprenderán». (Aquí está esa frase de nuevo, aquellos que son sakal, aquellos que son sabios).
Así que cuando el resto del mundo no tiene ni idea y actúa como la gente impía, que es con maldad, los que conocen a su Dios harán un gran contraste. Tendrán corazones puros. Tendrán sabiduría; tendrán entendimiento. Ellos sabrán qué hacer.
Versículo 11: «Y desde el tiempo en que el sacrificio perpetuo sea quitado y puesta la abominación de la desolación, habrá 1,290 días. Bienaventurado el que espere y llegue a los 1,335 días» (vv.11-12).
Ahora, muchos comentaristas y maestros de la Biblia han tratado durante años de averiguar a qué se refieren esos días. ¿Cuándo comenzarán? ¿Cuándo terminarán? ¿Qué significan? Y no voy a decir nada acerca de eso, excepto que esto me muestra que Dios es el matemático por excelencia, el Dios que inventó las matemáticas conoce la respuesta a la pregunta, ¿cuánto durará? Él conoce el número exacto de días. Nosotras no estamos seguras, ¿cuándo comienzan, cuándo terminan, qué significan exactamente?; pero Dios conoce la respuesta a la pregunta: «¿Cuánto durará?»
Puede que no seamos capaces de averiguar todos los cálculos, pero podemos esperar. El versículo 12 dice: «Bienaventurado el que espere», el que espera y llega. Nosotras podemos esperar hasta que Dios revele el fin de la historia. Aquellos que esperan en el Señor, aquellos que confían en Él se gozarán. Es la palabra «bienaventurados» en el Antiguo Testamento. Ellos serán sostenidos por la fortaleza, la gracia y el poder de Dios hasta el fin.
Versículo 13: «Pero tú…» Él repite lo que dijo en el versículo 9: «…sigue hasta el fin…»
«Pero tú, sigue hasta el fin. Descansarás y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días».
Ahora, esta profecía fue sellada, escondida hasta el fin. Hay mucho sobre el futuro que es aún desconocido. La mayor parte no ha sido revelada por Dios para que la conozcamos. Él le dio a Daniel algunos vistazos. Él nos ha dado algunos vistazos en Su Palabra; pero es mucho más lo que no sabemos, que lo que sabemos.
Pero lo que sí sabemos es que habrá un final. Habrá un final para todos los misterios. Habrá un final para todo lo que se opone a Dios y a Su pueblo.
A veces puede parecer interminable, y por eso nos ponemos tan molestas y tan enfadadas, y tan furiosas, y nos quejamos, porque nos olvidamos de que todo va a terminar. Todo este mal llegará a su fin.
Entonces, ¿qué hacemos mientras esperamos? ¿Cerrar los ojos y esperar ansiosamente el rapto? Bueno, mientras tanto, el ángel le dijo a Daniel: «Anda, Daniel…» Él le dijo esto dos veces, en el versículo 9 y en el versículo 13: «Pero tú, sigue hasta el fin…»
Ahora, Daniel era un hombre anciano, probablemente cerca del final de su vida. Tenía más de 80 años, pero debía seguir adelante. Quiero decirles esto a ustedes, gente mayor (ustedes deciden si encajan ahí), sigan adelante. No deben retirarse, sino seguir hacia adelante. Sigan su camino. También quiero decírselo a los más jóvenes. Ustedes deciden si son uno de ellos. Deben seguir su camino, seguir adelante. No te desentiendas. No te desconectes de lo que está pasando en nuestro mundo. Nos preocupamos, somos observadoras, tenemos conocimiento, tenemos sabiduría, vivimos una vida sakal, pero no nos desanimamos por ello. Seguimos viviendo como fieles siervas del Señor que viven en Babilonia. Fieles, hasta el final de nuestras vidas, eso es lo que el ángel le dijo a Daniel, «Daniel sigue tu camino hasta el fin».
Y luego viene la promesa de Dios después de que Daniel sirvió y trabajó fielmente: «…descansarás». Esto significa primero que todo, que morirás. Tu vida llegará a su fin, y cuando mueras; entrarás al descanso eterno en la presencia de Dios. Apocalipsis 14:13: «… Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor…para que descansen de sus trabajos».
Así que continúa sirviendo. No te retires y digas: «Muy bien, hasta aquí llegué. Dejemos que la gente joven haga todo el trabajo». No. Continúa sirviendo con la energía y la sabiduría y el sakal que Dios te dé mientras estás viviendo aquí en Babilonia. Pero sabes que llegará el tiempo en que descansarás. Tu cuerpo descansará en la tierra, y tu alma entrará al descanso eterno que se encuentra en la presencia de Dios.
Versículo 13: «Pero tú, sigue hasta el fin. Descansarás y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días» (v.13).
Entonces, al finalizar su vida terrenal, Daniel descansaría. Y al final de los tiempos, junto con los otros creyentes de todos los tiempos; él se levantará, resucitará. Y nosotros también tenemos esa esperanza. Tenemos esa promesa. En primer lugar, el descanso, nuestros cuerpos descansarán. Nuestras almas descansarán en la presencia del Señor. Luego llegará el día cuando nuestros cuerpos terrenales se levantarán y serán transformados en cuerpos nuevos, glorificados y eternos, como el de Cristo, un cuerpo incorruptible. Te levantarás, resucitarás y recibirás la recompensa.
Esta es la Palabra de Dios, no solo para Daniel, sino para todo Su pueblo. Para ti, para mí, en cuanto a ti, sigue tu camino, continúa sirviendo. Sí, hay muchas locuras sucediendo. Hay un rey tras otro. Sí, ellos no conocen a Dios. Ellos no respetan a Dios. Odian a Dios, odian a Su pueblo. Esto va a suceder. Ha estado sucediendo por miles de años, y así sucederá hasta que Jesús vuelva de nuevo. Pero sigue tu camino, continúa sirviendo. Sé fiel, mantente firme, resiste hasta el final de tu vida, aferrándote a la seguridad de que el cielo gobierna.
Ese es el mandato de Dios para Su pueblo, sigue hasta el fin. Y la promesa de Dios para Su pueblo, para ti y para mí: «Descansarás y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días». Serás recompensada. Cada obra fiel, cada vez que has perseverado en los lugares difíciles y a través de las lágrimas, en todas las interrogantes que has confiado en Dios. A pesar de no tener ni idea de las respuestas, tu fe será recompensada. La fe será vista, la oración será alabanza, y estaremos con el Señor para siempre.
Señor, estamos viviendo días extraños, días de locura. Pero en realidad no son peores a los días de Daniel, y a las profecías que le fueron reveladas a él, y lo que sabemos que sucederá al final de los días, en la gran tribulación. Así que te pedimos por los hombres, las mujeres y las familias, por los esposos y esposas, por las madres y mujeres solteras, por los estudiantes y los trabajadores que son sakal, que son sabios. Seguiremos adelante, seguiremos haciendo lo que Tú nos has llamado a hacer. Seguiremos siendo lo que Tú nos has llamado a ser. Somos como las estrellas que resplandecerán para siempre. Que la luz y la vida de Cristo resplandezca a través de nosotras en este mundo que vive en tinieblas. Ayúdanos a perseverar. Y luego, danos la confianza, la fe, la seguridad, de que un día descansaremos, nos levantaremos, y recibiremos la recompensa. Te damos gracias, porque el cielo gobierna. En el nombre de Jesús, amén.
Annamarie: Sabes cómo termina la historia, pero, ¿qué haces mientras esperas? Nancy DeMoss Wolgemuth te ha animado a perseverar con la esperanza de que todas las promesas de Dios se cumplirán.
Este mensaje que acabas de escuchar es muy importante en medio de un mundo donde somos sacudidas constantemente. Y la forma en que permanecemos firmes, experimentamos paz y crecemos en sabiduría es arraigándonos en la Palabra de Dios. Es algo que te hemos animado a hacer a lo largo de los últimos años y que te ayudamos a hacer a través de recursos como este podcast, libros, blogs y mucho más, que puedes encontrar en nuestra aplicación llamada Aviva Nuestros Corazones, o en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com. Y aprovecha y échale un vistazo a nuestra tienda en línea allí en nuestro sitio web.
Y mañana acompáñanos para la conclusión de esta serie de episodios. Nancy te traerá un repaso de los temas principales que hemos visto en el libro de Daniel.
Llamándote a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
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