Cuando los secretos salen a la luz
Débora: Kim Jaggers nunca olvidará la llamada que recibió de la policía.
Kim Jaggers: Ellos dijeron: «Encontramos la camioneta de tu esposo, y hay un cuerpo adentro».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 5 de diciembre de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Esta semana hemos estado conversando con Kim Jaggers. Hoy, ella continúa compartiéndonos su historia. Al principio, su vida podría haber sido descrita como un cuento de hadas. Era una niña pequeña, de cabello oscuro y pertenecía a una iglesia bautista. Luego creció y se casó con el encantador capitán del equipo de fútbol, y pronto tuvieron una «vida de ensueño».
Ella y su esposo tenían carreras prometedoras. Tenían una casa hermosa y un bebé saludable; pero en medio de esa situación, Dios usó circunstancias difíciles para mostrarle a Kim que ella tenía una religión, pero no tenía …
Débora: Kim Jaggers nunca olvidará la llamada que recibió de la policía.
Kim Jaggers: Ellos dijeron: «Encontramos la camioneta de tu esposo, y hay un cuerpo adentro».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 5 de diciembre de 2023.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Esta semana hemos estado conversando con Kim Jaggers. Hoy, ella continúa compartiéndonos su historia. Al principio, su vida podría haber sido descrita como un cuento de hadas. Era una niña pequeña, de cabello oscuro y pertenecía a una iglesia bautista. Luego creció y se casó con el encantador capitán del equipo de fútbol, y pronto tuvieron una «vida de ensueño».
Ella y su esposo tenían carreras prometedoras. Tenían una casa hermosa y un bebé saludable; pero en medio de esa situación, Dios usó circunstancias difíciles para mostrarle a Kim que ella tenía una religión, pero no tenía una verdadera fe en Jesucristo.
Kim, ayer compartiste que llegó el punto en que, mientras eras una joven mamá, pusiste tu confianza en Jesucristo y toda tu vida dio un giro a partir de ese momento.
Kim: Así es. Jesús se volvió real para mí. Se convirtió en mi pan diario y desarrollé una relación personal con Él. Yo había tenido una religión que no había cambiado mi vida en lo absoluto. Jesús se convirtió en mi Señor, en el dueño de mi vida, el que guía mis pasos, quien levanta mi cabeza, la razón de mi paz, la razón de mi gozo. Él comenzó a mostrarme cosas que no solo me ayudaron a tomar mejores decisiones, sino a caminar a través de las circunstancias difíciles.
Nancy: Y estabas a punto de atravesar circunstancias muy difíciles. Quiero hacer una breve pausa y mencionar que si no escuchaste el episodio de ayer, por favor visita avivanuestroscorazones.com, para escuchar el audio o leer la transcripción, aunque vamos a tomar un momento para recapitular lo que Kim nos compartió ayer.
Bueno, Kim, nos contaste que tu segundo hijo nació prematuro, con serios problemas físicos y de salud. Durante mucho tiempo entrabas y salías de hospitales, y pasaste más tiempo dentro que fuera de ellos con un bebé que luchaba por vivir.
Kim: Fue un año muy difícil. Pasamos 264 días en el hospital. Durante ese tiempo vimos no solo que nuestros amigos continuaban con sus vidas normales, sino que yo tenía que manejar ida y vuelta al hospital durante la noche, dejando a mi otro hijo en casa, extraerme leche para darle a mi bebé que estaba en la unidad de cuidados intensivos, porque el respirar y ganar peso era una verdadera lucha para él.
También durante este tiempo, vimos nuestras finanzas desmoronarse porque tuve que dejar mi carrera bien pagada, para estar en casa y en el hospital. Pusimos en venta nuestra casa de ensueño y nos mudamos a un remolque.
La vida, tal como la conocía, todo aquello que era «atractivo» se había ido. Pero Jesús, durante todo ese tiempo, seguía dándome la paz que sobrepasa todo entendimiento. Él continuó llevándome durante esos días de momentos difíciles. Su gracia era suficiente para atravesar esos momentos. Pero las circunstancias se complicaban todavía más.
Nancy: Mientras te escucho, Kim, pienso en algo que con frecuencia les digo a las mujeres, y es que nunca sabrás que Cristo es todo lo que necesitas hasta que Él sea todo lo que tienes. Y cuando Él es todo lo que tienes, descubrirás que Él es todo lo que necesitas.
Así que en medio de la lucha de tu hijo por su vida, se desmoronaron tus finanzas, perdieron su casa, se mudaron a un remolque…¡y había más problemas por venir! La historia no mejora, externamente, por un buen tiempo. Pero aun en medio de todo eso estabas probando y descubriendo una gloriosa verdad: que Cristo es suficiente. Y eso se ha convertido en una parte importante del mensaje de tu vida.
Kim: Así es. Jesús es más real que el aire que respiras. Él te dará gozo en los momentos más difíciles. Él será tu fortaleza para continuar. Y para mí todos esos momentos difíciles continuaron.
Nuestra rutina era que Rick pasaba por el hospital en las tardes a traerme algo de comer, porque no podía separarme de Ben para ir a la cafetería del hospital. Pero Rick comenzó a llegar al hospital cada vez más tarde. Yo sabía que algo no andaba bien. Y la mayoría de los hombres, cuando las cosas no andan bien, ellos quieren arreglar las cosas. Pero claramente, él no podía arreglar nada de lo que estaba sucediendo.
Él trataba de bromear conmigo para hacerme sentir mejor. Había una canción muy peculiar en ese entonces llamada «la reina de mi remolque». Es una canción country, y Rick la cantaba para mí. Él lo intentaba, pero parecía cada vez más y más distante. Comencé a orar y a pedirle a Dios: «Señor, quiero ver que Rick se vuelva a Ti. Que se vuelva a Tu Palabra».
Honestamente, yo había sido la líder espiritual de nuestro hogar porque estaba creciendo en mi relación con el Señor. Así que comencé a orar: «Señor, ¿usarías estas circunstancias difíciles para traer a Rick hacia Ti?» En este punto me preguntaba si él realmente conocía a Jesús. También estaba orando para que él fuera el líder espiritual de nuestro hogar.
Pero las cosas no mejoraron al instante. De hecho, empeoraron. En un momento yo estaba en casa intentando cuadrar nuestro estado de cuentas del banco, y tratando de averiguar en qué gastábamos más dinero y qué podíamos hacer al respecto. Yo estaba revisando los registros y había 20 retiros de 20 dólares en el recibo bancario. Siendo yo la persona con conocimiento matemático en el matrimonio, Rick nunca había contabilizado un recibo bancario. No se dio cuenta de que esos 20 retiros en el mismo día aparecieron como lo hicieron en el estado de cuenta. Eso me hizo preguntarme de qué se trataba.
Lo llamé y me dijo que era algo del trabajo. Luego le dije que quería ver algunos recibos de eso para ver para qué era realmente. En cuestión de minutos llegó a casa a confesarme que se había vuelto adicto a las drogas, y que había gastado miles y miles de dólares comprándolas.
Rick era alguien que siempre había estado en la iglesia, al igual que su familia. Tampoco había tenido problemas de alcohol. Pero alguien le dijo: «Si consumes esto, puedes olvidar tus problemas».
El hospital se encontraba cerca de la Universidad de Tennessee, y no muy lejos de allí había un lugar que era un punto de venta de drogas. Me dijo que había manejado hasta allá con la intención de comprar marihuana para olvidarse de los problemas. Le vendieron cocaína y eso produjo en él una terrible adicción.
Recuerdo estar sentada allí muy enojada y herida. Además de tener un hijo en el hospital y mudarnos a un remolque, y aparte de todas las cosas que habían pasado, ahora tenía un esposo adicto a las drogas. Pero recordé a una mujer en un estudio bíblico que me había dicho una y otra vez que el matrimonio es un compromiso con el Señor. Yo sabía que ella estaba en lo correcto. El matrimonio es un compromiso con el Señor, y sabía que no importaba cuán enojada estuviera con él, aunque había traicionado nuestra familia, le había prometido al Señor que amaría a ese hombre, y que lo apoyaría.
Nancy: Permíteme agregar que hay algo que hiciste que es un punto clave, y es que confiaste en la Palabra de Dios, aun cuando tus emociones gritaban lo contrario, porque desde el punto de vista humano, fácilmente habrías podido salir de ese matrimonio. Porque como dijiste, estabas enojada, herida, te sentiste traicionada, pero estabas firme; anclaste tu corazón a la Palabra de Dios, y tomaste la decisión de permanecer comprometida en ese matrimonio, a pesar de cómo te sentías.
Kim: Y Dios me dio la fuerza para hacerlo porque había estado caminando con Él, porque tenía una relación con el Señor. Yo sabía que Dios no me iba a decepcionar ni a dejar; Dios no me desampararía; Él me sostuvo todo el tiempo. Mi esperanza, mi única esperanza, es seguirle con todo mi ser, más aún cuando mis emociones digan todo lo contrario. Debo estar siempre aferrada a Él.
Nancy: Ese es un gran reto porque todas nos enfrentamos a eso a lo largo de nuestras vidas. Si decidimos ir detrás de nuestras emociones en lugar de ir a la Palabra de Dios, eso nos llevará por un camino completamente distinto.
Kim: Sí. Al enemigo le encanta usar nuestras emociones, y nueve de cada diez veces no podemos confiar en ellas.
Nancy: Y, por supuesto, no puedes confiar en ellas cuando contradicen la Palabra de Dios.
Kim: Exactamente. La Biblia nos dice que llevemos todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. Así que, primero: necesitamos saber lo que Jesús dice. Luego: Cuando lo sabemos, podemos tener descanso en nuestras almas. En ese momento, tenía la esperanza de que Dios usara esa situación, así que fuimos y hablamos con el pastor. Rick terminó haciendo profesión de fe. Dijo que había estado tratando de hacer las cosas por su cuenta, que había intentado arreglar las cosas (como la mayoría de los hombres), pero sabía que no podía arreglar nada.
Dijo que necesitaba al Señor, así que hizo profesión de fe. En ese momento pensé, «Señor, esto es lo que estás haciendo. Has usado toda esta dificultad, todo este año que ha sido terrible para nosotros, para poner a Rick de rodillas ante Ti». Yo creí que Dios usaría ese momento, esos tiempos, para ayudarlo a ser el líder espiritual por el cual yo había estado orando.
Nancy: Y eso fue algo que debió ser muy alentador en ese momento.
Kim: Sí.
Nancy: Pero había más cosas por venir.
Kim: Sí. Rick era terriblemente adicto, físicamente adicto a la cocaína. Junto a nuestro pastor, lo registramos en un centro de rehabilitación para ayudarlo a no ser dependiente de las drogas. Ese mismo día, cuando llegué a casa, recibí dos llamadas de los doctores. Una era para decirme que Ben tenía un tercer y cuarto tubo en sus bronquios, y que el lóbulo de su pulmón derecho estaba perdiendo peso, y había que operarlo. También me dijeron que los linfocitos T, es decir, su sistema inmunológico, no estaba funcionando. Me dijeron que mi bebé estaba muy muy enfermo y que por sus serios problemas de salud la cirugía era muy arriesgada; que necesitábamos llevarlo a casa por el fin de semana y disfrutar de él. Yo sabía lo que eso significaba.
Llamé al centro de rehabilitación. Les expliqué lo que estaba sucediendo con nuestro bebé, y que la cirugía había sido programada para la semana siguiente y que ese podría ser el último fin de semana que pasaríamos con él. Gracias a Dios, le dieron a Rick la aprobación para que viniera a casa ese fin de semana.
Para ese entonces, Will tenía tres años y Ben tenía un año. Ben estaba conectado a un monitor cardiovascular y con oxígeno. Estaba conectado a todo tipo de cables, y necesitaba medicina cada hora y media, pero lo llevamos a casa y quisimos aparentar una vida normal
Nancy: Sí, ser una familia.
Kim: Ser una familia, disfrutar a nuestros hijos. Era el primer juego de fútbol de la Universidad de Texas, en el cual, si estabas cerca de Knoxville, sabías que la ciudad completa estaba vestida de color naranja y habría mucha diversión. Íbamos a ir a casa de mi mamá para ver el juego, comer algo y disfrutar a nuestros hijos.
Pero ese viernes en la noche tuvimos una pelea horrible. Estaba tan enojada con las circunstancias. Recuerdo que fui a la cama muy enojada. Pero me desperté la mañana siguiente, y sé que fue el Espíritu Santo el que me movió a acercarme a Rick para decirle que lo amaba y que todo estaría bien. Y así lo hice.
Rick me dijo: «Tengo que ir a sacar la basura». Vivíamos en un parque de remolques, y no había servicio para recoger la basura, así que él lo hacía. Me dijo: «Nos vemos en casa de tu madre en un rato».
Nancy: Para el juego de fútbol.
Kim: Para el juego de fútbol. Así que empaqué con los niños, llevé todo lo necesario para Ben, y fui a casa de mi mamá. El juego comenzó y Rick no había llegado. El juego se terminó y Rick aún no llegaba.
Nancy: ¿Entonces regresaste a tu casa después del juego?
Kim: Sí, regresé a casa y me senté a mirar por la ventana. En ese tiempo no había celulares, así que no podía llamarlo.
Nancy: Y él no llegó esa noche.
Kim: Nunca apareció. Siempre he sido muy temerosa. Surgió temor dentro de mí, pero me mantuve observando por la ventana. Nunca llegó.
Al día siguiente, empaqué las cosas y me fui con los niños en nuestro pequeño carro con el tanque de oxígeno de Ben. Fui a todos los lugares en los que Rick pudiera haber estado. Will, que tenía tres años, estaba llorando porque tenía hambre. Pero yo lloraba porque estaba muy preocupada de que algo andaba muy mal. Miré por todas partes y no pude encontrar a Rick. Mis amigos también me estaban ayudando a buscarlo.
El lunes, registré a Ben en el hospital, lo operaron y lo pusieron en la unidad de cuidados intensivos; desde allí llené un formulario de desaparición. Llegó el miércoles y todavía no había noticias de Rick.
El jueves, Ben estaba acostado en su cama conectado a sus tubos; mis amigos estaban ahí y la policía llegó al hospital. Pidieron verme a solas en una habitación. Así que fui con la policía y me pidieron que me sentara en una silla. Luego me dijeron: «Hemos encontrado la camioneta de tu esposo y hay un cuerpo dentro, pero la identificación visual no es posible».
Recuerdo que caí de rodillas, sin poder respirar…ni siquiera podía pensar. Era mi mejor amigo, el amor de mi vida. Llevábamos diez años juntos y se había ido. Había conducido hasta un almacén propiedad de la empresa donde trabajaba, y había metido una manguera que estaba conectada al tubo de escape en la cabina del camión y murió en cuestión de minutos. Pero su hermoso cuerpo estaba tan descompuesto que no pudieron decirme si había consumido drogas y tampoco había dejado una nota.
La gente comenzó a venir al hospital. Había susurros de conversaciones alrededor de mí. Era una mezcla de personas diciéndome que tenía que ir a casa y a hacer los preparativos. Y yo recuerdo que pensé: «No quiero tener un funeral. No quiero».
Alguien me dio un analgésico y eso hizo que mis pensamientos fueran aún más borrosos. Me dijeron que tenía que irme, pero no podía imaginarme dejar a Ben allí. Llegaron unos amigos enfermeros y me dijeron: «Nos quedaremos con él. Puedes irte». Alguien trajo a Will al hospital. Will tenía tres años, hablaba mucho, era un niño muy energético. Pusieron a Will en mis piernas y me sacaron en silla de ruedas. Recuerdo que la gente me miraba y yo pensaba: «¿Sabrán que mi esposo me abandonó? ¿Sabrán que escogió morir?»
Recuerdo pensar: «¿Debí haber notado señales de advertencia?» Todos estos pensamientos venían a mi mente. Me llevaron al auto y me pusieron dentro, estaban poniéndole el cinturón a Will a mi lado mientras todas estas preguntas venían a mi mente. Y de repente mis pensamientos se interrumpieron porque Will me miró y me preguntó: «¿Mamá, dónde está papá?»
Recuerdo pensar: «Debería leer un libro primero. No sé qué decirle. ¿Cómo manejo esto?» Luego lo miré y le dije las palabras más horribles que esos pequeños oídos pudieron haber escuchado. Le dije: «Cariño, tu papá ha muerto». Aunque Will solo tenía tres años, él sabía lo que eso significaba porque nuestro perro había muerto dos semanas antes. Bajó su pequeña cabeza y comenzó a llorar.
Nos fuimos a casa de mi mamá y ella me llevó a su habitación, me recostó en su cama, y puso al pequeño Will a mi lado. Recuerdo abrazarlo y desear desesperadamente que fuera a mí a quien abrazaran, que esos grandes y fuertes brazos me rodearan, que Rick me dijera: «Todo estará bien».
Recuerdo orar: «Señor, dame descanso». Y luego las Escrituras vinieron a mi mente. «Conduciré a los ciegos por un camino que no conocen, por sendas que no conocen los guiaré» (Isaías 42:16). Y luego la parte de ese versículo que dice que «Él hace los lugares escabrosos en llanura» (Isaías 42:16). Y Dios lo hizo.
Una vez más, durante los días y meses siguientes, Dios fue fiel en cada una de Sus palabras. Él, y solamente Él, era la única razón por la que pude continuar. Él era la fuerza para cada día. Su pan diario me dio la capacidad de poder caminar durante esos días tan difíciles. Se convirtió en el Padre de los huérfanos, y me recordó una y otra vez que Él nunca me dejaría; que nunca me abandonaría. Él era suficiente; Él es suficiente.
Nancy: Sin embargo, el viaje no había terminado porque aún había muchos días por venir con dos niños pequeños ahora, y uno de ellos con serias necesidades físicas. De nuevo, no me gusta detenernos aquí, pero volveremos mañana para ver cómo Dios comenzó a redimir este viaje. Lo que Satanás pensaba que sería para mal, el Señor lo utilizó para bien.
Kim, al leer sobre tu vida y al escucharte compartir tu historia, lo que continúo escuchando de ti es que Dios realmente es suficiente, y que Su Palabra es lo que ha sostenido tu corazón. Sus promesas y Su verdad han sostenido tu corazón en las noches oscuras.
Y Dios no evitó que atravesaras esas noches oscuras. Él permitió que experimentaras la dificultad y el dolor. Y en muchos sentidos, tu vida antes de ser cristiana parecía mejor, no tenías tantos dolores de cabeza y dificultades. Pero encontraste que Su presencia, Su gracia y Sus promesas estaban ahí siendo reales, verdaderas. Y eso era justo lo que necesitabas mientras caminabas en ese viaje.
Mañana escucharemos los planes de Dios para tu vida. Dios quería bendecir tu vida, y hacerte fructífera, quería animarte, fortalecerte y usar tu vida, aquello por lo que habías pasado, como un medio de bendición y de ministración para otras personas que están pasando por tiempos difíciles.
Así que esos tiempos oscuros y dolorosos han sido un escalón más para dar fruto abundante, ministrando a la vida de aquellas mujeres que están heridas, con corazones rotos, particularmente las madres solteras.
Hablaremos de esto en el próximo episodio aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Débora: Kim ha estado hablando con Nancy DeMoss Wolgemuth en una serie llamada, Qué hacer cuando la vida se desmorona.
¿Cómo manejas las cosas cuando tu esposo ha cometido suicidio, y tu hijo necesita cuidados médicos? Kim Jaggers estará de vuelta mañana.
Como ministerio nos alegramos de poder compartir contigo que tenemos un nuevo plan de lectura bíblica anual para el próximo 2024; este se titula: «Mujer Verdadera 365 Cronológico». El propósito de este plan de lectura es que puedas leer toda la Biblia en un año de manera cronológica. Cada día de lectura estará acompañado de un pequeño devocional que te ayudará a profundizar y meditar en los pasajes asignados para cada día.
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