Cuando él no responde
Annamarie Sauter: Para brindarle respeto incondicional a tu esposo, tus ojos deben estar en la recompensa.
Dr. Emerson Eggerichs: Cuando haces esto para Cristo y puedes ver más allá de los hombros de tu marido, ves a Jesús diciéndote: «Hazlo para Mí. Quita tu vista de él. Mírame a Mí».
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La lectura de hoy de la Biblia es Números capítulos 22 y 23.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Esta semana nos encontramos tratando un tema que en nuestra cultura no es considerado políticamente correcto. Sin embargo, en Aviva Nuestros Corazones, lo que nosotros tratamos es ser bíblicamente correctos. Nosotros creemos que cuando seguimos las pautas que Dios ha trazado podemos vivir con libertad, gozo y paz. Por esto enseñamos las cosas que enseñamos, motivando así a las mujeres a que vivan una vida con gozo, …
Annamarie Sauter: Para brindarle respeto incondicional a tu esposo, tus ojos deben estar en la recompensa.
Dr. Emerson Eggerichs: Cuando haces esto para Cristo y puedes ver más allá de los hombros de tu marido, ves a Jesús diciéndote: «Hazlo para Mí. Quita tu vista de él. Mírame a Mí».
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
La lectura de hoy de la Biblia es Números capítulos 22 y 23.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Esta semana nos encontramos tratando un tema que en nuestra cultura no es considerado políticamente correcto. Sin embargo, en Aviva Nuestros Corazones, lo que nosotros tratamos es ser bíblicamente correctos. Nosotros creemos que cuando seguimos las pautas que Dios ha trazado podemos vivir con libertad, gozo y paz. Por esto enseñamos las cosas que enseñamos, motivando así a las mujeres a que vivan una vida con gozo, a plenitud y que además puedan vivir una vida que dé frutos para Cristo.
Nuestro invitado de esta semana es el doctor Emerson Eggerichs. El doctor Eggerichs además de haber sido pastor, es el autor del libro titulado, Amor & Respeto.
Queremos motivar a nuestros oyentes, tanto hombres como mujeres, a que adquieran una copia de este libro en su librería cristiana favorita. Si eres una mujer, por favor no le ordenes este libro a tu esposo, cómpralo para ti misma y pídele al Señor que te hable a través de él.
Dr. Eggerichs, gracias por estar una vez más aquí con nosotros ayudando a estas mujeres a que comprendan mejor Las Escrituras, cuando nos hablan sobre el tema en particular de, el respeto.
Dr. Eggerichs: Gracias a ustedes por haberme invitado,hasido una grata experiencia estar aquí.
Nancy: No sé si la mayoría de las mujeres comprenden lo poderoso que es este principio. Claro que obedecer a Dios siempre es algo poderoso, siempre es lo correcto. Aun cuando no funcione, es el camino a la bendición y al gozo.
En este programa quiero hablarles sobre lo que pasa cuando este principio no funciona. Pero, antes de comenzar, quisiera hacerle una pregunta. Yo no he tenido el privilegio de conocer a su esposa Sarah, aunque espero algún día poder conocerla, porque sé que ella es una parte vital en su vida, que ustedes se aman y que se respetan mutuamente.
¿Cuáles son algunas de las maneras en que ella muestra su respeto? ¿Cuáles son algunas de las maneras en que nosotras las mujeres podemos mostrar que «respetamos a un hombre»?
Dr. Eggerichs: Bueno, ya hemos introducido un principio que verdaderamente funciona; es uno que ha motivado a las parejas que asisten a las Conferencias de Amor & Respeto; parejas a quienes también aconsejamos a medida que leen este libro. Algunas veces lo que hago es decirle a Sarah, mi querida esposa: «Sentí en tu forma de tratarme que me faltaste el respeto, ¿sentiste tú que te traté sin amor?» Porque nosotros decimos que «sin amor, ella reacciona sin respeto; sin respeto, él reacciona sin amor», y a esto le llamamos un «círculo vicioso». Para poder salir de este círculo vicioso yo le digo a Sarah: «Sentí que no fui tratado con respeto», pero yo no la acuso de faltarme el respeto.
- No estoy diciendo que yo tengo la razón
- No estoy diciendo que yo estoy errado
- Lo único que estoy diciendo es que sentí que no fui respetado
- Entonces le doy el beneficio de la duda, «¿sentiste que te traté sin amor?»
Cualquier mujer que yo conozco, y Sarah por seguro, inmediatamente se abrirá para tener una conversación. Esto me permitirá escuchar su corazón y le permitirá a ella también escuchar el mío.
De esta forma podemos conversar sobre lo sucedido. Nosotros no pasamos juicio el uno sobre el otro, de quién tiene la razón o no. Nosotros creemos que Dios hará Su voluntad.
En respuesta a esta pregunta, Sarah también me dice: «Sentí que me trataste sin amor», pero ella tampoco me acusa de tratarla sin amor. Ella no me acusa de falta de amor cuando yo sé que soy capaz de dar la vida por ella, ni me dice: «No puedo creer que hayas sido capaz de hacer eso». A las mujeres les encanta hacer este tipo de comentarios generalizados para traspasarles a los hombres un mensaje mucho más profundo. Sin embargo, el hombre tiende a escucharlos de una forma más literal y esto les hace reaccionar de una forma adversa.
Cuando la mujer dice –y es lo que hace Sarah– «esto se sintió como una falta de amor de tu parte», en vez de decir de una manera categórica, «esto es falta de amor», ella está diciendo cómo se siente y de esta forma está reconociendo que es su problema, no el mío. Así ella está comunicando cómo se siente, lo que promueve a hacer una pregunta de seguimiento: «¿te parece que te falté el respeto?»
De esta manera el círculo vicioso es activado automáticamente dando así a nuestras esposas el beneficio de la duda.
Sarah es bastante directa conmigo: «sentí que me trataste sin amor, ¿te traté yo con falta de respeto?» A nosotros esto nos funciona aunque al principio tememos lo que el otro pueda responder cuando le preguntamos. Sarah teme que yo le responda, «sí, eres una bruja y te compré una escoba nueva»; o que yo le diga, «siempre me tratas con falta de respeto y no es mi culpa».
Aquí vemos nuestro mayor temor…
Nancy: …el que nos pisoteen…
Dr. Eggerichs: Exactamente Nancy. Puede que al principio sea así con una persona que tenga muchos problemas. Pero tendrías que estar casado con un hombre o con una mujer carentes de gracia para que se cierren de esta manera cuando lo que estás haciendo es tratar de llenar sus necesidades más profundas. Aquí estamos partiendo de la premisa de que la necesidad más profunda de una mujer es la de ser amada por quien ella es, y la necesidad más profunda del hombre es la de ser respetado por quien él es.
Cuando comunicas el mensaje de que estás tratando de entender esta necesidad básica, tendrías que estar casado con alguien muy «malo» para que no reaccione.
Si la reacción inicial de tu cónyuge es negativa, no te rindas, oye bien. No alces las manos hacia arriba y digas, «esto no está funcionando para nosotros». No, no, puede que lo que esté pasando es que se encuentre bajo una profunda convicción. Permanece firme.
Si te dicen, «sí, es tu culpa», simplemente responde, «entonces lo siento, ¿me perdonas?» Y déjalo así.
Nancy: Este es el camino de la humildad, ¿no es cierto?
Dr. Eggerichs: Sí lo es, y funciona. Hay poder en la humildad. Cuando Cristo nos dijo que pusiéramos la otra mejilla no fue para que nos convirtiéramos en unos blanditos. Lo que estamos haciendo es enfrentando la situación de una forma espiritual. Cuando ellos te miran a ti y se miran a ellos mismos, entonces comprenden que están en la presencia de alguien que tiene autoridad espiritual. Por esto los judíos dicen: «pones carbones encendidos sobre sus cabezas».
De manera que si una esposa dice, «de verdad lo siento ¿me perdonas?», y se retira; el esposo no tendrá otro camino que venir bajo una tremenda convicción.
Si el hombre responde: «Eso fue una falta de respeto. ¿Sentiste que te trate sin amor?»
Y ella le dice: «Tú no mereces que te respete porque siempre me tratas sin amor».
A lo cual él le responde: «Esto me hiere, pero te pido perdón. Espero que me puedas perdonar»; y entonces se retira…
¿Qué mujer no se sentiría terriblemente mal?
Nancy: Esto te derrite.
Dr. Eggerichs: Así es. Por esto les decimos a las mujeres que lo crean. Cuando utilizan este tipo de lenguaje: «Yo sentí falta de amor en tu trato. ¿Sentiste que te falté el respeto?», y él responde: «Sí, tú siempre me faltas el respeto».
«Pero aun así, ¿puedes perdonarme? De verdad lo siento mucho», y se retira, te puedo decir que él vendrá bajo convicción. Sigue haciéndolo así. Sigue ese camino, sobre todo cuando el tema en cuestión no es en realidad el problema en sí. Cuando sientas que su espíritu se desinfla al igual que el tuyo, debes tratar el problema desde su raíz, la cual es el amor y el respeto.
Debes poner las cartas sobre la mesa y dejar de evadir las cosas. Debes arriesgarte al igual que lo hemos hecho todos nosotros. Esto es algo que conlleva sus «riesgos» y es algo que puede crear emociones negativas. Sin embargo, si permaneces firme encontrarás que el espíritu de tu esposo comienza a ceder.
Esto es algo que de verdad funciona. Entonces, ¿por qué no tratarlo? Los demás métodos no trabajan y en algún momento tendrás que darte cuenta de la realidad de que lo que has estado haciendo hasta ahora no está funcionando. Si tú estás siendo negativa, negativa, negativa, ¿crees que tu esposo se motivará a ser positivo? ¿Crees que las cosas sucederán como por arte de magia? «Oh, yo veo que eres bien negativa, por lo tanto, esto me motivará muchísimo a ser positivo… ¡Ya entiendo!»
Nancy: ¡Nunca jamás!
Pienso que usted ha podido notar una y otra vez a través de su ministerio pastoral y a través de las conferencias, que cuando este ciclo se reversa y una persona decide comenzar el proceso de salirse de él, se convierte en algo positivo y energizarte en vez de ser un «ciclo vicioso». Cuando una mujer dice: «Yo voy a comenzar a respetarte aun cuando en este momento sienta que me tratas sin amor».
Dr. Eggerichs: Así es, y esto nos lleva a la próxima pregunta. ¿Y si esto no me funciona? ¿Y si me pareja no responde? Puede que este sea el caso, pero no por esto debes concluir que no funciona. Los exhorto a que se mantengan firmes.
Sin embargo, supongamos que al principio esto no te funcione. Quizás tu esposo sea como Judas. Tanto Pedro como Judas negaron al Señor aunque existe una gran diferencia entre ellos; yo espero que no estés llamando «Judas» a tu marido, si en realidad es un «Pedro», pero los «Judas» también existen.
¿Qué debes hacer entonces? Aquí es donde caminamos cuesta arriba. La Biblia es muy clara en mostrarnos que debemos hacer lo que Cristo hizo. De hecho, en Efesios 6:8, Pablo nos dice: «Sabiendo que cualquier cosa buena que cada uno haga, esto recibirá del Señor».
Es aquí donde exhortamos a una esposa a que sea sabia y piadosa. Cuando le brindas a tu esposo un respeto incondicional aun cuando él te trate sin amor, lo estás haciendo por Cristo –esto asumiendo que tu vida no está corriendo ningún tipo de riesgo. Si tu vida corre peligro debes salirte de esta situación, por tu propia salud física y la de tus hijos.
Sin embargo, aquí estamos asumiendo que la situación es acuciante emocionalmente, como cuando rayamos una pizarra con las uñas y hace ese sonido que no puedes aguantar porque te da dentera. Cuando haces esto para Cristo y puedes ver más allá de los hombros de tu marido y ves a Jesús diciéndote: «Hazlo para Mí. Esto se trata de Mí. Hazlo por Mí». No, no, no, no lo mires a él. No, no, no, quita tu vista de él. Mírame a Mí. No, no, no, yo sé que él no se lo merece. No, no, no, yo lo sé. Mírame a Mí».
Hay algo que hace «click» en los cielos. ¡Click! ¡Click! Las mujeres no se hacen una idea y yo les digo a algunas de las mujeres que nos están escuchando, Dios está mirando, Dios te está mirando a ti. Lo que ustedes hacen es importante para Dios. Estas son las cosas que Dios recompensa. Estas son las cosas que Él considera importantes.
Cuando haces estas cosas para Dios, en un sentido, tu esposo es irrelevante, Dios te otorgará Su favor. Dos veces Pedro nos dice: «Esto encuentra el favor de Dios». Algo grandioso está por llegar.
Debes actuar por fe. Al decir esto estamos retando a las mujeres a que vean más allá de sus maridos, quienes no están respondiendo como deben; piensen que ustedes están tocando el corazón de Cristo. La primera vez que yo enseñé sobre esto pensé que sería algo un poco atemorizante.
Sin embargo, Nancy, déjame decirte que las personas que se encuentran en este tipo de situaciones dolorosas, piensan que no tienen ningún propósito. Lo que nosotros estamos diciendo aquí es que tienen un propósito increíble. De hecho, tienen tanto propósito que cuando te encuentres en un estado santificado, no en el estado de desaliento y depresión que te encuentras ahora, podrás regocijarte y glorificar a Dios por toda la eternidad.
Podrás decir, «oh Dios, a través de Cristo, gracias. Gracias por el privilegio de permitirme sufrir. Gracias por la recompensa que me diste. Yo no tenía ni idea de que cada vez que respetaba a mi esposo cuando él me trataba sin amor pasaba algo increíble en el cielo; que lo que tenías preparado para mí era mucho más de lo que yo podía haberme imaginado. Oh Dios, gracias por esos pequeños segundos de sufrimiento comparados con la eternidad. Gracias por el privilegio que me diste».
Puedo asegurarte que nadie en este mundo comparte esta aseveración conmigo. Sin embargo, recuerda las palabras de Pablo cuando dijo: «Porque la sabiduría de este mundo es necedad para Dios» (1 Cor. 3:19).
Es necedad para este mundo respetar a un hombre que trata a una mujer sin amor. Es necedad para este mundo que un hombre ame a una mujer que le falta el respeto. Pero lo que la Palabra de Dios nos enseña es precisamente esto.
¿Por qué? Porque no se trata de ellos. En un sentido esto es un regalo de Dios, permitir que pases por este pequeño sufrimiento para que Él pueda recompensarte por toda la eternidad. Esto llegará.
Serías una persona muy triste si Dios escucha este tipo de oración de tu parte: «Dios, yo no quiero tener ningún tipo de sufrimiento», cuando la clave de la recompensa está ligada a esto. Es como si dijeras: «Dios ¿por qué ignoraste mis oraciones? ¿Por qué no me hiciste pasar por ningún tipo de sufrimiento? Yo no sabía, estaba tan centrada en mí misma. ¿Por qué no me permitiste sufrir a pesar de que yo te estaba orando, quiero ser feliz, quiero ser feliz?»
Sin embargo, ¿sabes qué? Ahora mismo Dios está escuchando esa oración y te está invitando a pasar por estos sufrimientos, por lo que Él quiere darte como resultado de ellos. Al mundo esto no le importa, pero a los seguidores de Cristo sí.
Vendrá el día cuando Dios te diga: «Bien, buen siervo y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor» (Mat. 25:23).
Entonces, suspirarás profundamente (¡ahhh!). Lo que Dios tiene para ti va mucho más allá de lo que puedas haber imaginado nunca en tu vida. No solo harás esto, sino que lo harás por toda una eternidad. Es lo que yo llamo un primer momento interminable que durará toda la eternidad. Todo lo que tienes que hacer son algunas pequeñas cosas. Cualquier bien que alguno haga, será recompensado por el Señor.
¿A qué se refiere? A las esposas respetando a los maridos que no son particularmente sentimentales y amorosos. Es todo lo que tienes que hacer.
Nancy: Me pregunto, ¿cuánto remordimiento será expresado en ese momento? Si en vez de haberlo hecho como Dios nos ha dicho, si en vez de permanecer firmes y perseverando, lo que hicimos fue ceder a la tentación de pagar mal por mal y decir: «Estoy cansada de respetar a mi esposo. Estoy cansada de hacer las cosas a la manera de Dios. Estoy cansada de responder con un espíritu manso y apacible». Tomamos la espada, decidimos actuar irrespetuosamente y por un momento nos sentimos mejor y sentimos que el argumento quedó empate.
Entonces cuando lleguemos al cielo y nos demos cuenta diremos: «Perdí la recompensa. Pude haber hecho algo más. Pude haber sido más semejante a Cristo, quizás pude haber sido un instrumento para que mi esposo fuera más quien Dios quería que él fuera». Debemos considerar todo lo que podemos ganar o perder en este momento.
Dr. Eggerichs, yo aprecio mucho cómo este libro ha ayudado a las mujeres, al igual que a los hombres, a entender que puedes ser verdaderamente libre en tu relación con el Señor sin importar las circunstancias en las que te encuentres, independientemente de cómo tu pareja esté respondiendo.
Dr. Eggerichs: Eso es así.Las Escrituras nos hablan de dos dimensiones. Podemos ser heridos por las personas y podemos ser afectados por las personas. Pablo se deprimió cuando Tito no estaba con él. Hay toda un área que yo considero emocionalmente neutral y que puede ser negativa por naturaleza, pero que no es pecaminosa en sí misma.
Cada persona debe ser honesta. Pero te digo algo: mi reacción es totalmente mi responsabilidad, o sea que yo soy responsable por la forma en que reacciono. Sarah no es la causante de que yo actúe sin amor. Ella solo revela que yo soy una persona sin amor y que Dios me ha mandado a ser amoroso. Así que, si yo no la trato con amor, ¿es esto culpa de Sarah? No, no, bajo ninguna circunstancia. Mi reacción es mi total responsabilidad.
Sarah no es la causante de que yo sea como soy. Ella solo revela quién soy. O sea que, si mi respuesta es la falta de amor, lo único que revela es un problema de pecado en mí y esto no es culpa de ella.
De la misma manera la respuesta de Sarah es su responsabilidad. Yo no soy el causante de que ella sea irrespetuosa. Ella está revelando que tomó la decisión de no obedecer y de no confiar en el Señor Jesucristo al no obedecer el mandamiento de mostrar respeto independientemente de mí.
Esto no se trata de mí. Se trata de que ella tiene que ser obediente a Cristo. Si no le ponemos atención a esto, si mantenemos la idea de que yo soy como soy porque mi pareja es la causante de que yo sea así, esta es una doctrina falsa y podemos decirlo de esta manera: es una enseñanza falsa.
Tú eres una persona libre. Eres una persona libre.
Un granito de arena en el ojo de una persona al principio solo causa irritación, pero después causa una infección que si no se trata a tiempo puede llegar a causar la pérdida de la visión. Este mismo granito de arena en una ostra al principio causa irritación y luego causa una secreción que se convierte en una perla.
¿Es el granito de arena el causante de este resultado en el ojo humano? ¿Es el causante del resultado en la ostra? No, el granito de arena fue el factor irritante que reveló las propiedades inherentes del ojo humano y de la ostra.
Si esto no es así, la próxima vez que te caiga un granito de arena en el ojo, ten cuidado, quizás produzcas una perla.
El punto es este, tu pareja es un factor de irritación en muchos momentos, pero al final lo único que está haciendo es revelar tu carácter. Sarah está revelando quién yo soy en realidad.
Al principio esto es algo que nos intimida. Pero al final, lo que nos está diciendo es que somos libres. Libres. Nuestras parejas no nos controlan, por lo menos no como nosotros creemos que nos controlan. Nos afectan, eso es una realidad, pero en un sentido no nos controlan.
Cristo dijo: «Porque de adentro del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos» (Mar. 7:21).
Pablo nos dice en Gálatas 5:19 que, «las obras de la carne son evidentes».
El problema está dentro de nosotros mismos. Así que si yo no soy tierno o respetuoso, cuando llego a poder decir, «ok, voy a responsabilizarme de esto. Detesto esta enseñanza. Pero voy a hacerlo porque entiendo que mi respuesta es mi responsabilidad». Es increíble. Es increíble lo que ocurre en este momento en términos de nuestra libertad interna.
Puede que veas lágrimas en sus ojos. Él quiere ser tu mejor amigo.
Puedo predecir que en el primer año de tu matrimonio él te lo contaba todo. Sin embargo, te escandalizaste cuando él te dijo que tuvo una tentación en la oficina ya que tú no tienes este tipo de tentaciones. Te sentiste amenazada.
Mandaste un mensaje muy claro: «Sé abierto conmigo solo en aquellas cosas que van a aumentar el amor entre nosotros. Si me dices algo que revele el lado negro de tu alma con el cual estás luchando, esto me asustará en lo más profundo de mi ser. Así que mejor cállate. No me digas este tipo de cosas. Y no se te ocurra orar conmigo por esto».
Entonces no preguntes por qué él no es tu líder espiritual. Tú le estás diciendo alto y claro: «Nunca me digas nada del lado oscuro de los problemas con los que estás luchando. No me pidas que ore contigo por ellos. Enciérrate en ti mismo porque como mujer yo me siento amenazada».
Lo que les estoy diciendo a las mujeres es que tienen que volver hacia atrás. Pidan perdón por su falta de respeto y miren lo que pasa. ¡Oh, miren lo que sucede cuando hagan esto!
Annamarie: Emerson Eggerichs les ha dado a las esposas mucho en qué pensar. Él ha estado conversando con Nancy DeMoss Wolgemuth sobre el poder que tienen las palabras de una mujer, y la importancia de fijar nuestros ojos en Cristo. Ellos regresarán en un momento.
Esta conversación está basada en el libro escrito por el Dr. Eggerichs titulado, «Amor y respeto». Te animo a buscarlo en tu librería cristiana favorita, y más que leerlo o escuchar estos programas, permite que estas enseñanzas sean parte de tu vida y matrimonio.
En nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com, puedes encontrar más recursos relacionados al tema del matrimonio o el de las palabras. Solo ve allí y haz uso del buscador para encontrarlos por tema, por Escritura o por autor.
Aquí está Nancy de regreso con la conclusión del programa de hoy.
Nancy: Me pregunto, Dr. Eggerichs, si pudiéramos concluir nuestra sesión de hoy orando por las mujeres que nos están escuchando, y que se encuentran luchando con este tipo de problemas, con la obediencia y con el respeto, y también oremos por los diferentes tipos de matrimonios aquí representados.
¿Podría orar por las mujeres y las esposas en particular para que Dios nos dé la gracia, el valor y la fe necesarios para hacer todo aquello que Él nos manda?
Dr. Eggerichs: Claro que sí Nancy, y también quiero exhortarlas a que comprendan que este mensaje sobre el amor y el respeto es una forma justa y balanceada de tratar con este tema. Hemos considerado este subtítulo: «El amor que ella desea pero el respeto que él desesperadamente necesita».
El primer capítulo trata sobre el hecho de que el amor solo, no es suficiente. Hemos visto cómo los hombres se están involucrando, porque es una forma justa y balanceada de acercarnos a este tema. Nos debatimos porque no queremos cargar a los hombres más que a las mujeres, sino a ambos por igual.
Los hombres encuentran que es muy interesante por lo cual se sienten motivados a involucrarse. Por esto exhortamos a las mujeres que nos escuchan ya que los hombres también están respondiendo a este mensaje. Esta es una de las cosas que nos animan, ahora oremos juntos…
Padre, quiero pedirte por esta mujer que se encuentra escuchándonos, que quizás le sucede igual que a mi madre. Nosotros pasamos juntos muchos días, meses y años miserables cuando estaba en mis años de adolescente. Sin embargo, mi madre se mantuvo firme y al final fue un instrumento que Dios utilizó para que mi padre viniera a Ti. Mi mamá nunca le abrió la boca ni le faltó el respeto a mi padre. Hubo mucho dolor envuelto, etapas de mucho sufrimiento.
Padre, yo te doy gracias por mi madre, porque se mantuvo firme y como resultado hoy ambos están contigo en el cielo. Valió la pena. Fue una decisión increíble por parte de mi madre y mi padre lloró como un niño el día que vino a Cristo.
Padre celestial, sé que las mujeres se encuentran desesperadas. Mi madre también se encontraba desesperada. Sin embargo, yo confío en que Tú les estás hablando a sus corazones y las animo a que se den cuenta de que Tú les has revelado algo en Tu Palabra. Esta no es la palabra del mundo, es Tu Palabra y en un sentido lo que esta mujer está pasando es una crisis de fe.
¿Confiará en ti? ¿Caminará por fe y no por vista? Pablo nos dice en 1 Tesalonicenses, de cómo él estaba agradecido porque la palabra que recibieron no fue de hombres sino que en realidad fue la Palabra de Dios, la cual obró en los corazones de aquellos que la creyeron, «la cual también hace su obra en vosotros los que creéis».
Señor, dale a esta querida mujer la gracia de confiar en ti. Anímala. Tú conoces el sentimiento de derrota. Penetra hoy en su corazón. Señor, también Te oramos por estas personas que disfrutan de buenos matrimonios, como algunas de las hermanas que se encuentran hoy entre nosotros pero que están al borde de un divorcio por razones minúsculas, ellas saben quiénes son y saben también que no tienen base bíblica para esto. Simplemente no se encuentran felices y desean algo más.
Señor, esto no es vivir conforme a las riquezas que Tú nos has dado aquí en la tierra. Más aún, puede que estén saboteando esta relación con su falta de respeto. Este es un buen hombre quien se encuentra en la mejor disposición de responder si, en un sentido, le quitan esta «presión» de encima.
Por lo que Te pedimos Señor, despierta su alma para que se dé cuenta de que la situación no es tan mala como ella piensa. Que se encuentra a muy pocos centímetros de distancia para que las cosas vuelvan a ser como eran en la etapa del cortejo. También encomendamos esta mujer en tus manos a través de Jesucristo. Amén.
Annamarie: ¿Será que en tu búsqueda de crecer en piedad has dejado a Jesús a un lado? En nuestra próxima serie, Elyse Fitzpatrick te ayudará a abrazar tu verdadera identidad como hija amada de Dios. Si eres creyente, abrazar esa identidad transformará tus pensamientos y acciones. Acompáñanos el lunes, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Viviendo la belleza del evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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