Cristo, nuestro Sacerdote y Rey, día 3
Annamarie Sauter: ¿Eres una discípula de Jesús? ¿Lo conoces como tu Rey y tu Sacerdote? Entonces descansa, en Sus manos estás segura.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Si Él es nuestro gran Sumo Sacerdote, entonces siempre seremos aceptadas por Dios. Él no nos rechazará. Él nunca, nunca nos apartará, porque tenemos un gran Sumo Sacerdote. Su nombre es Jesús.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: Bueno, esta semana estamos celebrando la semana santa en el calendario cristiano, y hemos dicho que el 30 de mayo celebraremos el Día de la Ascensión, cuarenta días después de la resurrección de Jesús cuando Él ascendió corporalmente al cielo; y que bueno que tenemos un rey, sacerdote y juez que ha sido exaltado y establecido para siempre como Rey. Como hemos estado viendo en el Salmo 110, se le dice que se …
Annamarie Sauter: ¿Eres una discípula de Jesús? ¿Lo conoces como tu Rey y tu Sacerdote? Entonces descansa, en Sus manos estás segura.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Si Él es nuestro gran Sumo Sacerdote, entonces siempre seremos aceptadas por Dios. Él no nos rechazará. Él nunca, nunca nos apartará, porque tenemos un gran Sumo Sacerdote. Su nombre es Jesús.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy: Bueno, esta semana estamos celebrando la semana santa en el calendario cristiano, y hemos dicho que el 30 de mayo celebraremos el Día de la Ascensión, cuarenta días después de la resurrección de Jesús cuando Él ascendió corporalmente al cielo; y que bueno que tenemos un rey, sacerdote y juez que ha sido exaltado y establecido para siempre como Rey. Como hemos estado viendo en el Salmo 110, se le dice que se siente a la diestra de Dios el Padre Todopoderoso.
¿Al estar estudiando esta serie, está creciendo tu amor por el Salmo 110? Estamos en el tercer día de esta serie o quizás, ¿te sientes un poco confundida? Ambas cosas podrían ser verdad. Yo me he sentido más que un poco confundida en la medida en que he estudiado este salmo una y otra vez en los últimos meses.
Así que si estás escuchando esto por primera vez, algunas de ustedes pudieran ser muy nuevas en las Escrituras, y están nadando en un lugar muy complejo en ellas, en efecto, la porción del Salmo 110 que veremos hoy es particularmente compleja. Así que no te desanimes, abróchate el cinturón de seguridad, porque vamos a dar un paseo.
Y si no entiendes todo esto, está bien. No decidas que no quieres estudiar la Biblia porque piensas: «esto está pasando por encima de mi cabeza». Parte de esto también está pasando por encima de mi cabeza, también. Y vamos a continuar, a seguir buscando, a seguir creciendo y permitiendo que el Señor nos enseñe lo que Él quiere que conozcamos.
Espero que tengas la idea principal sobre el poder del Cristo resucitado y lo que Él está haciendo para extender Su reino y Su gobierno en la tierra.
Permíteme leer el salmo en su totalidad, son solo siete versículos, y después nos enfocaremos hoy solo en el versículo 4.
Salmo 110: Salmo de David:
«Dice el SEÑOR (en letras mayúsculas, Jehová, el Padre) a mi Señor (el Señor de David, Adonai, el Mesías, Cristo; el Padre le dice al Hijo): Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
El SEÑOR (Jehová) extenderá desde Sion tu poderoso cetro, diciendo: Domina en medio de tus enemigos. Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder; en el esplendor de la santidad, desde el seno de la aurora; tu juventud es para ti como el rocío».
Versículo 4:
«El SEÑOR ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. El Señor está a tu diestra; quebrantará reyes en el día de su ira. Juzgará entre las naciones, las llenará de cadáveres, quebrantará cabezas sobre la ancha tierra. Beberá del arroyo en el camino; por tanto Él levantará la cabeza».
Esta es la Palabra del Señor.
Y, oh Señor, ¿abrirías Tú nuestros ojos, nuestras mentes, nuestros corazones, nuestro entendimiento? Y que podamos decir, «sí, Señor», a todo lo que Tú nos muestres que sea verdad acerca de Ti mismo, de Tu reino y de Tus caminos en este día. Oro en el nombre de Jesús, amén.
Ahora, en los dos últimos días hemos analizado los versículos del 1 al 3 del Salmo 110, y si te has perdido esos programas, permíteme alentarte a que vayas a AvivaNuestrosCorazones.com y escuches esos dos días porque algo de lo que vamos a decir hoy no tendrá tanto sentido para ti si no has escuchado esos dos días. Así que quiero alentarte a que escuches la serie en su totalidad.
Pero en los primeros tres versículos, el Mesías ha sido retratado, prefigurado como el poderoso Rey de reyes, quien reina y gobierna, el exaltado. Él es el Rey de reyes.
Ahora, en el versículo 4, Él es visto como el Sacerdote eterno. Primero el Rey exaltado, y ahora el Sacerdote eterno.
También tenemos en el versículo 4, el segundo oráculo, (recuerda que hablamos de dos oráculos en este salmo); un oráculo es un anuncio divino. En este pasaje, en el versículo 1, el Padre está hablando al Mesías o a Su Hijo y le dice: «Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies», (ese fue el primer oráculo).
Ahora en el versículo 4, hay otro pronunciamiento divino: «El Señor ha jurado y no se retractará: Tú (Cristo; Tú, el Mesías; Tú, Mi Hijo; Tú, este Rey exaltado) eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec».
Ahora, si eres nueva en el estudio de las Escrituras, e incluso si has estado involucrada en el estudio de la Biblia durante bastante tiempo, probablemente te estés preguntando: «¿De qué se trata todo esto?»
Solo quiero alentarte a que cuando entres en la Palabra de Dios, no solo leas con los ojos físicos vidriosos. Detente y pregúntate: «¿Qué significa esto? Melquisedec, ¿quién es él? ¿Aparece en algún otro lugar de las Escrituras?» Bueno, me alegra que lo hayas preguntado porque sí, lo hace, y vamos a hablar de eso hoy, pero ahora solo haré unos cuantos comentarios de introducción aquí.
Primero, el Rey de los versículos del 1 al 3 es también un Sacerdote. En mis notas, tengo «R« mayúscula para Rey y «S» mayúscula para Sacerdote. Ahora, toda esta idea debió haber sido un gran impacto para los judíos del Antiguo Testamento, porque según la ley de Moisés, los reyes de Israel no podían ser sacerdotes, y los sacerdotes no podían ser reyes. Y cuando intentaron mezclar esos roles, se metieron en serios problemas.
Por ejemplo, en 2 Crónicas capítulo 26, el rey Uzías terminó siendo herido con lepra por atreverse a entrar al templo para quemar incienso, algo que solo un sacerdote podía hacer.
Recuerdas al rey Saúl, el primer rey de Israel, ¿cómo perdió su corona y su reino porque trató de ofrecer sacrificios, algo que estaba reservado para los sacerdotes?
Entonces, esto era algo que estaba prohibido. Sin embargo, vemos aquí que el Mesías prometido iba a ser Rey y Sacerdote a la vez. Y eso debería animarnos, si conoces tu Antiguo Testamento, que de paso, lo estás conociendo mejor mientras estudiamos todo esto, cuando veas que Él es un Rey y también es un Sacerdote, eso debería hacerte decir: «¡Guau! ¿Qué está pasando aquí? ¿Cómo puede ser esto posible?»
Bueno, está relacionado con ser un sacerdote, no según el orden del sacerdocio levítico, sino «según el orden de Melquisedec», que apareció en escena 500 años antes del establecimiento de la ley levítica y del sacerdocio levítico. Ahora, sé que algunas de estas grandes palabras pueden ser muy confusas. Pero está bien. Vas a entender la idea antes de que termine la explicación.
Melquisedec entró en escena 500 años antes de que los hijos de Aarón, los sacerdotes de los hijos de Leví, fueran nombrados sacerdotes. Melquisedec es una figura un tanto oscura del Antiguo Testamento. Aparece solo en tres lugares de la Biblia, en el libro de Génesis, aquí en el Salmo 110 y en el libro de Hebreos. Sin embargo es extremadamente importante para la fe cristiana porque es un símbolo que nos señala, nos apunta a Cristo, el Mesías.
Ahora, mucho, mucho, mucho podría decirse, y mucho se ha dicho y escrito sobre Melquisedec. Pero en el tiempo que tenemos hoy, solo vamos a echar un vistazo a la superficie y vamos a ver una reseña breve de esta figura de Melquisedec y por qué nos importa y también cómo el Mesías es como él.
Primero, para conocer el trasfondo de Melquisedec, busca en tu Biblia Génesis capítulo 14. Déjame darte el trasfondo porque no leeremos todo el pasaje.
Aquí tenemos una poderosa confederación de cinco reyes que se reúnen. Ahora, estos reyes no son reyes de imperios o naciones masivas. Estos son reyes de ciudades, estados de pequeñas ciudades amuralladas que tienen su propio rey. Cinco de estos reyes de las ciudades, estados, se han unido y están saqueando cada ciudad y pueblo a su paso. Simplemente se van moviendo como un huracán por la tierra, y todo a su paso estaba siendo destruido.
Así que en este pasaje ellos toman posesión de Sodoma y Gomorra, dos de estas pequeñas ciudades. Recuerdan, ¿a quién conocemos que en este momento vivía en Sodoma? Lot, el sobrino de Abram. Lot se había mudado, primero, para estar en las afueras de Sodoma, pero en este punto, él estaba viviendo en Sodoma. Su corazón y su hogar se habían establecido en Sodoma. Él había echado raíces allí en lo que era una ciudad perversa e inicua. Entonces él, su familia y sus posesiones son llevados cautivos por estos cinco reyes confederados.
Así que Abram recibe esta noticia. Él escucha lo que está pasando, y reúne a una tropa de trescientos de sus siervos que persiguen a estos cinco poderosos reyes. Ahora, Abram es un anciano en este punto. No es un guerrero, pero va a pelear en el poder que Dios le da. Él persigue a estos reyes que han sido victoriosos sobre todo. Nadie ha sido capaz de resistirlos.
Y él los persigue por aproximadamente 160 millas... a pie... durante la noche... con sus trescientos siervos, y dice que eran siervos entrenados en su casa. Quiero decir, ¿qué tan entrenados podrían haber estado? Ellos no eran guerreros.
Y él se enfrenta a estos cinco poderosos reyes, los derrota y rescata con éxito a Lot y todas sus posesiones. Algo que sin duda no tenía que hacer por su sobrino errante, pero eran familia y él va a rescatarlo.
Ahora, cuando Abram regresa de esta batalla masiva, se encuentra con dos reyes. Retomamos en el versículo 17, donde se nos dice que el rey de Sodoma salió a encontrarse con Abram. ¿Ahora piensas que el rey de Sodoma estaba agradecido de que Abram hubiera venido y no solo rescatara a Lot sino a las personas que habían sido tomadas cautivas? El rey de Sodoma no había podido defender a Sodoma, pero Abram había acudido en defensa de Sodoma.
De manera que el rey de Sodoma en este pasaje, pienso que representa la maldad de esa región y de todo este mundo caído. Este rey trata de recompensar a Abram con los despojos de la batalla, pero Abram le dice: «De ninguna manera». Se niega a quedarse con algo para sí mismo. Él no quiere estar aliado con este rey malvado. Él no quiere estar en deuda con el rey de Sodoma, por lo que dice: «Guarda tus cosas. Solo déjame tener a Lot y su familia. Tú quédate con todo. No lo necesito. No lo quiero. No voy a tomarlo».
Ahora, en medio del intercambio entre Abram y este rey de Sodoma, y literalmente, en medio, porque el versículo 17 es acerca del rey de Sodoma y luego los versículos del 18 al 20 son acerca de este segundo rey, y luego retoma con el rey de Sodoma de nuevo. Entonces, literalmente, en medio de esta historia y cuando estás leyendo esto, piensas: «¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué se interrumpe todo este relato del rey de Sodoma?»
Bueno, estos dos reyes son completamente polos opuestos entre sí en lo que simbolizan. En medio de este intercambio, otro rey sale a encontrarse con Abram, y puedes leer acerca de él en el versículo 18 de Génesis capítulo 14, «Entonces Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino».
Así que tenemos al rey de Sodoma que viene ofreciendo el botín de la batalla. Y luego tenemos a Melquisedec, de quien nunca habíamos escuchado hasta este momento. Él es el rey de Salem, y él sacó pan y vino.
«Él era sacerdote del Dios Altísimo» (v.18); él es un rey, y él es un sacerdote. No sabemos nada más sobre él hasta este momento. Vamos a hablar sobre todo lo que esto significa en un momento, pero déjame leer el texto. Versículos 19 y 20:
«Y lo bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo que entregó a tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram el diezmo de todo».
Este es un pasaje increíble. Tenemos una serie completa sobre este pasaje en Aviva Nuestros Corazones. Puedes ir a los archivos en AvivaNuestrosCorazones.com y puedes encontrar el mensaje sobre, «La batalla después de la batalla». Tomamos este pasaje entero y lo estudiamos, pero quiero referirme a Melquisedec aquí.
Entonces, ¿qué sabemos sobre Melquisedec?
Bueno, primero, el nombre Melquisedec significa «rey de justicia». «Rey de justicia».
Luego se nos dice que él es el «rey de Salem», que muchos comentaristas creen que se refiere a Jeru-Salem. Jerusalén, donde David algún día gobernaría como rey. Esa palabra Salem está relacionada con la palabra hebrea «shalom»; shalom, que significa paz, bienestar, florecimiento. Y así Melquisedec es el rey de justicia, y él es el rey de paz.
Ahora, lo interesante es que no puedes tener paz sin justicia. Entonces él es ambos. Él es el rey de justicia, y él es el rey de paz. Rey de Salem, Jerusalén.
Y se nos dice que él es «sacerdote del Dios Altísimo». Ese es un nombre importante para Dios en hebreo –El Elyon– Dios Altísimo. No hay nadie más sublime que Dios. Este nombre de Dios enfatiza Su fortaleza y Su soberanía.
Y entonces Melquisedec es a la vez rey, y es también sacerdote. Él es el rey de justicia, el rey de paz, y él es el sacerdote de El Elyon, el Dios Altísimo.
Ahora, algunos creen que Melquisedec era una aparición pre-encarnada de Cristo, una aparición de Cristo aquí en la carne antes de nacer en la tierra como un bebé en Belén. He escuchado algunos argumentos que me convencen de eso. Aunque escuché uno recientemente que me hizo pensar que tal vez no sea el caso. Realmente no tiene importancia.
Lo que sí sabemos es que, sin lugar a dudas, Melquisedec nos señala hacia Cristo, quien es la realidad suprema y el cumplimiento de lo que Melquisedec representa.
Entonces, ¿qué hace Melquisedec? Bueno, él provee alimento a Abram. Él le trae pan y vino. Él bendice a Abram, y él bendice a Dios. Él le recuerda a Abram quién es Dios. ¿Quién es Dios? «El Creador del cielo y de la tierra», Dios Altísimo, el Creador y Dueño del cielo y de la tierra.
Y por cierto, cuando Abram le dice en los siguientes versículos: «No», al rey de Sodoma, «puedes guardar tus cosas», ¿qué crees que le dio el valor de decir: «No necesito tus cosas»? El hecho de que él había estado familiarizado con Dios, quien es el Creador y el Dueño del cielo y de la tierra. Abram dice: «Si Dios es mío, tengo todo lo que necesito. No necesito las cosas de este mundo, el botín de este mundo. Tengo al Creador del cielo y de la tierra».
Entonces, Melquisedec le recuerda a Abram quién es Dios, y le recuerda que este Dios Altísimo, el Creador del cielo y de la tierra, es quien le dio a Abram la victoria sobre los cinco reyes. «Bendito sea el Dios Altísimo que entregó a tus enemigos en tu mano».
En respuesta, Abram le da a Melquisedec una décima parte de todo lo que posee. Ahora, eso es algo dulce porque el rey de Sodoma le ha dicho: «Toma aquí, puedes tener todo esto», y Abram le contestó: «No. No voy recibir nada de ti». Y entonces cuando el rey de Salem viene, Abram le dice: «Te daré una décima parte de todo lo que tengo», reconociendo que todo lo que tiene le pertenece a Dios.
Cuando le perteneces a Dios, el Creador del cielo y de la tierra, el Dios Altísimo, no tienes que recibir. Puedes decir, «no», a las cosas del mundo, a las ganancias mal obtenidas. No las necesitas. Pero también puedes ser una persona que da, y puedes estar bendiciendo al Señor, quien te ha dado todo lo que tienes, y reconociendo, al dar ese diezmo, o el porcentaje que sea, que todo le pertenece a Dios. Todo es del Señor.
Ahora, al darle a Melquisedec la décima parte de todo lo que poseía, Abram reconoce que Melquisedec es su superior. Y esto va a ser importante en el libro de Hebreos cuando él vuelva a aparecer. Veremos eso en solo un momento, y nos daremos cuenta de que Melquisedec señala a Cristo, quien es el Rey y Sacerdote, quien es superior a cualquier otro rey y sacerdote.
¿Estás empezando a entender todo esto? Bueno. Solo un dato más que es interesante sobre Melquisedec, y luego veremos Hebreos.
El Antiguo Testamento guarda silencio con respecto a cuándo nació Melquisedec y cuándo murió. No dice nada sobre quiénes fueron sus padres. A diferencia de prácticamente todos los demás personajes importantes del Antiguo Testamento, y muchos sin importancia, Melquisedec no aparece en ninguna genealogía del Antiguo Testamento. Esas genealogías son muy importantes porque muestran quién estaba conectado con quién, pero Melquisedec no aparece en ninguna genealogía.
En lo que respecta al registro bíblico, no tenía padre ni madre. Él parece aparecer de la nada. Y en esto, también, Melquisedec nos señala hacia Cristo, como aprendemos en Hebreos capítulo 7. Entonces, si quisieras ir allí, acompáñame a Hebreos 7.
Entonces vemos a Melquisedec en Génesis capítulo 14. Lo vemos en Hebreos capítulo 7. Y luego volveremos en tan solo un momento al Salmo 110, los tres lugares donde aparece este rey y sacerdote.
Hebreos capítulo 7, versículo 1. Ahora que acabas de escuchar lo que escuchaste en Génesis y Salmos, este pasaje encenderá algunas luces para ti.
«Porque este Melquisedec (rey de justicia, significa este nombre), rey de Salem (rey de paz), sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abraham cuando este regresaba de la matanza de los reyes, y lo bendijo.Abraham le entregó el diezmo de todos los despojos, cuyo nombre (Melquisedec) significa primeramente rey de justicia, y luego también rey de Salem, esto es, rey de paz, sin padre, sin madre, sin genealogía, no teniendo principio de días ni fin de vida».
Ahora, eso no significa necesariamente que no tuvo un padre y una madre o que no nació en un momento determinado o no murió en un momento determinado, pero creo que eso significa que en la medida en que el registro bíblico revela, él no tenía padre, madre, genealogía, comienzo de días o final de vida. Y así, él nos señala hacia Cristo. Eso es lo que la última frase dice aquí, «siendo hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote a perpetuidad». Este Melquisedec nos señala a Cristo.
El Salmo 110 nos dice en el versículo 4, el versículo que hemos estado viendo: «El SEÑOR (Yahweh) ha jurado y no se retractará: Tú (Cristo, Tú Mesías, Tú Mi Hijo, Tú este Rey exaltado) eres sacerdote para siempre (un sacerdote eterno) según el orden de Melquisedec».
Como Melquisedec. No como el sacerdocio levítico. Muy diferente a ese sacerdocio. Pero como la orden de Melquisedec, quien fue establecido como sacerdote 500 años antes del sacerdocio levítico.
Así David anticipó en este pasaje, el Salmo 110, bajo la inspiración del Espíritu Santo, la venida de un Sacerdote y Rey que no sería de acuerdo con la línea de sacerdotes levíticos, porque ellos no podían ser sacerdotes y también reyes, sino que vendría según el orden de Melquisedec, que era un sacerdocio muy superior al sacerdocio levítico, Rey de justicia (con «R» mayúscula), Rey de la paz, Sacerdote del Dios Altísimo.
¿De quién es qué estamos hablando? Estamos hablando de Cristo, el Señor Jesús, quien está sentado a la diestra de Dios el Padre Todopoderoso.
¿Y qué significa el sacerdocio de Cristo para nosotras? Hemos hablado sobre lo que significa su reinado. ¿Qué significa Su sacerdocio para nosotras? Bueno, hay mucho que podríamos decir al respecto, pero permíteme hacer dos observaciones.
El trabajo delos sacerdotes del Antiguo Testamento era ofrecer sacrificios a favor del pueblo. Su trabajo era orar por las personas, interceder por ellas, y bendecir a la gente en el nombre de Yahweh. ¿No es eso lo que Cristo hace por nosotros?
Él ha ofrecido un sacrificio por nosotros, a favor de Su pueblo, para que podamos tener la libertad de acercarnos al trono de Dios, ser aceptadas por Dios, y que nuestros pecados sean expiados, perdonados, pagados.
Él no solo ha ofrecido el sacrificio, Él mismo ES el sacrificio. Y Él es el Sacerdote que ofrece el sacrificio.
¿Qué hace nuestro gran Sumo Sacerdote? Él vive en el cielo para interceder por nosotras. Él ora por nosotras ante el trono de Dios. Él nos bendice en el nombre del Padre.
Y luego este salmo nos dice: «El SEÑOR ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre». Para siempre.
A diferencia de los sacerdotes del Antiguo Testamento, este Sacerdote, Cristo Jesús, el Mesías, nunca jamás morirá, por lo que nunca tendrá que ser reemplazado. Él nunca tendrá un sucesor. Los sacerdotes del Antiguo Testamento morían, y entonces su hijo tomaba su lugar. Cuando él moría, su hijo tomaba el control. No es así con Cristo nuestro Sacerdote Celestial. «Tú eres sacerdote para siempre».
Esta es la base para la seguridad de nuestra salvación, la seguridad de que no perderemos nuestra salvación, porque Cristo es nuestro Sacerdote para siempre, no importa cuánto pequemos, no importa cómo fallemos, si hemos sido redimidas por Su sacrificio, si hemos sido revestidas con Su justicia, si nos hemos convertido en súbditos del Rey de Justicia, el Rey de Paz, y hemos sido ministradas por nuestro gran Sumo Sacerdote, si Él es nuestro gran Sumo Sacerdote, entonces siempre seremos aceptadas por Dios.
Él no nos rechazará. Él nunca, nunca nos apartará de Sí, porque tenemos un gran Sumo Sacerdote. Su nombre es Jesús. Así que...
Ante el trono celestial Él intercede hoy por mí;
Gran Sacerdote es Jesús, Quien por siempre vivirá
Y en Sus manos por Su amor mi nombre ya grabado está;
Y mientras en Su trono esté, nadie de Él me apartará, nadie de Él me apartará.
Ningún poder en la tierra, ningún poder en el infierno, ningún poder en el cielo nos puede decir: «Ya no perteneces a Dios». Mientras Él intercede, mientras Él está sentado a la diestra de Dios, nada, ni nadie puede separarnos del amor de Dios por los siglos de los siglos. Y todo el pueblo de Dios dice... ¡Amén!
Annamarie: ¡Amén! Has estado escuchando a Nancy DeMoss de Wolgemuth en la serie titulada, «Cristo, nuestro Sacerdote y Rey».
Te animo a compartir esta serie con mujeres en tu círculo de influencia, de modo que en esta semana en que recordamos la Pasión de Cristo, muchas puedan ser animadas por medio de la verdad. También puedes reunirte con un grupo de hermanas y escuchar estos programas juntas. Encuentra tanto los audios como las transcripciones en AvivaNuestrosCorazones.com.
Hay un versículo de la Escritura que dice que el Mesías «beberá de un arroyo en el camino». ¿Sabes por qué esto es tan significativo? Nancy te lo explicará mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Invitándote a decir: «Sí, Señor», Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Ante El Trono Celestial, Sovereign Grace Music, El Dios Que Adoramos, ℗ 2013 Sovereign Grace Music. Canción usada con permiso.
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Recursos del Episodio
Serie: «La batalla despues de la batalla»
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