Coraje y fe
Débora: Dawn Wilson está sufriendo de un cáncer severo. Aquí está una parte de lo que escribió en sus publicaciones en las redes sociales.
Dawn Wilson:
«Por el dolor y el agotamiento me siento como veinte años más anciana. Oro para recibir la gracia de aferrarme tenazmente al gozo, que es distinto a la felicidad, que honra a Dios en las circunstancias difíciles, y para aprender a sufrir bien.
Oro al Señor para que me sostenga cuando sienta que me desmorono. Todo en mí quiso desanimarse luego de esa cita en aquella ocasión. Pero escogí acudir a Dios para que me diera esperanza, gozo, paz y sabiduría en los días por venir. El diagnóstico que me dio el doctor es que el mieloma está activo. Pero el diagnóstico de mi Gran Médico es: “Yo morí por eso también, y te sanaré. Es solo cuestión de cuándo y dónde”.
¡Alabado sea …
Débora: Dawn Wilson está sufriendo de un cáncer severo. Aquí está una parte de lo que escribió en sus publicaciones en las redes sociales.
Dawn Wilson:
«Por el dolor y el agotamiento me siento como veinte años más anciana. Oro para recibir la gracia de aferrarme tenazmente al gozo, que es distinto a la felicidad, que honra a Dios en las circunstancias difíciles, y para aprender a sufrir bien.
Oro al Señor para que me sostenga cuando sienta que me desmorono. Todo en mí quiso desanimarse luego de esa cita en aquella ocasión. Pero escogí acudir a Dios para que me diera esperanza, gozo, paz y sabiduría en los días por venir. El diagnóstico que me dio el doctor es que el mieloma está activo. Pero el diagnóstico de mi Gran Médico es: “Yo morí por eso también, y te sanaré. Es solo cuestión de cuándo y dónde”.
¡Alabado sea mi soberano Señor! ¡Soy su humilde sierva y me regocijo en Su salvación!»
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de Confía en Dios para escribir tu historia, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 29 de febrero de 2024.
Dawn:
«Hoy me siento como el salmista. A menudo él describe sus sentimientos, sus lamentos, sus quejas y sus miedos al Señor. Pero él no se detuvo ahí. Él siempre terminaba alabando a Dios o con una afirmación de confianza en Dios.
Un buen ejemplo de esto es el Salmo 13, donde él dice: “¿Hasta cuándo, oh Señor?”, pero él termina con: “Pero yo confío en Tu gran amor” (NVI). No voy a negar lo que está pasando en mi cuerpo, pero voy a continuar confiando en esta gran verdad: ¡Dios será glorificado en mi cuerpo y en mi testimonio!
Esa es mi determinación en acción, así como Dios está en acción. Doy gracias a Dios por el dolor; pero no solamente por el dolor en mis piernas por la quimioterapia, sino por el dolor en mis dos tobillos al haber sufrido un esguince hace un tiempo. Le doy gracias a Dios por el dolor, porque me está enseñando muchas cosas.
Pero también le doy gracias, porque en medio del dolor puedo confiar en que Él me ayudará a sufrir bien y con propósito, a sufrir para Su gloria. Mi experiencia con el mieloma me ha traído al menos cuatro oportunidades de compartir con mis vecinos más cercanos el gozo en Cristo más allá de las circunstancias y la fuente de ese gozo: Jesús mismo.
Eso es algo por lo que he orado durante años, ¡y Dios está contestando mis oraciones de una forma que nunca me hubiera imaginado! ¡Él es un buen, buen Padre!»
Nancy DeMoss Wolgemuth: Esa es Dawn Wilson. Si te perdiste el episodio de ayer, quiero animarte a que vayas a avivanuestroscorazones.com y escuches el inicio de nuestra conversación. Dawn es autora, escribe para un blog personal y también es expositora. Ella ha estado muy involucrada en el ministerio para mujeres durante muchos años, y junto a su esposo ha estado sirviendo en varios ministerios evangelísticos y de misiones en el extranjero durante años. Dawn también es parte del equipo de Revive Our Hearts, como asistente de investigación desde nuestros inicios.
Dawn, gracias por tomar el tiempo en medio de tu tratamiento y de tu debilidad para compartir con nosotras desde tu hogar en el sur de California. Sé que esta conversación ha llegado al corazón de muchas de nuestras oyentes.
Dawn: Es un gran placer, Nancy.
Nancy: Cuando dices que es un placer, es realmente un placer para ti porque estás escogiendo encontrar el gozo en el Señor y Su llamado para tu vida, en medio de esta temporada tan difícil. Hace un tiempo fuiste diagnosticada con mieloma múltiple, y como conversamos ayer, esto fue algo completamente inesperado y una sorpresa chocante para ti.
Y me gustaría Dawn, que des un pequeño resumen para aquellas de nuestras oyentes que no escucharon nuestra conversación de ayer, sobre tu diagnóstico y cómo ha cambiado tu vida.
Dawn: Bueno, al principio no sabía cómo iba a cambiar mi vida; era una incertidumbre total. Pero realmente cambió mis prioridades, cambió mis opciones y cambió mi forma de pensar. Cuando tienes algo como una enfermedad crónica, una enfermedad que los doctores dicen que es incurable, empiezas a pensar en las cosas que realmente son importantes en tu vida. ¿Qué es lo que realmente importa?
¿Cómo quieres que te recuerden? ¿Cómo quieres alcanzar a tu familia con un legado piadoso? Todos esos pensamientos asaltan tu mente, y te das cuenta de que no puedes hacer nada de eso sin la dirección de Dios. Así que desde el principio fue una temporada atemorizante, pero también de compromiso, de que iba a hacer esto pensando en la gloria de Dios.
Nancy: Y eso ha significado para ti aceptar la debilidad, la debilidad física, el cansancio, la fatiga y el dolor. Y mencionaste que hace un tiempo te lastimaste los tobillos también durante este tiempo.
Dawn: Sí.
Nancy: Siempre has sido una mujer fuerte, físicamente fuerte y saludable, que puede hacer varias cosas al mismo tiempo. ¡Haces muchas cosas! Eres una mujer increíble. Así que, te pregunto Dawn, ¿cómo ha sido todo para ti a raíz de los medicamentos y el proceso de tratamiento? Ayer mencionaste que los doctores estaban tratando de estabilizar tu cuerpo para que pudieras recibir el trasplante de células madre. Pero todo este proceso te ha causado debilidad física, cansancio, y has tenido que cambiar tu estilo de vida. Compártenos acerca de este reto y cómo ha cambiado tu vida.
Dawn: Bueno, por muchos años me exigí mucho a mí misma, probablemente más de lo que debí. Incluso una mujer piadosa, que era directora de un ministerio de mujeres, me dijo que si yo no tenía cuidado me agotaría excesivamente. Pero no tomé en serio sus palabras en ese momento y llegué incluso a pensar que eso que ella me decía era ridículo; así que le dije: «Bueno, no me conoces; ¡puedo hacer cualquier cosa!»
Así que cuando Dios permitió que me diagnosticaran con este cáncer de mieloma, esa fue Su forma de hacerme ver lo frágil que soy en este momento y llegar a la conclusión de que ya no podría hacer todas esas cosas que antes hacía. Tuve que comenzar a pensar: ¿Qué es lo que realmente importa?
Muchas de las cosas que pensaba que eran importantes han pasado a un segundo plano. Las prioridades son diferentes, he soltado muchas cosas en mi vida y ya no hacen ninguna diferencia. Lo que es importante para mí ahora, es asegurarme de que cada día estoy haciendo lo que Dios quiere que haga.
Recuerdo que la Biblia dice que Jesús hizo todo lo que el Padre le pidió que hiciera (ver Juan 5:36), y eso se ha convertido en mi oración cada mañana: «Señor, no tengo tiempo ni fuerzas para todo, así que ayúdame a saber exactamente qué quieres que yo haga en el día de hoy». Orar así permitió que yo pudiera dejar de hacer muchas cosas que no eran importantes.
De cierta manera, todo eso ha sido algo bueno y un regalo, porque he podido liberarme de mucho estrés en mi vida y decir con fe: «Señor, enséñame Tu corazón y enséñame lo que tienes para mí el día de hoy. ¿Cuál es la oportunidad que tengo hoy para honrarte?»
Nancy: Wow. A mí me encanta Juan 17:4, cuando Jesús dice al final de Su vida: «Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hiciera»; no la obra que la gente le pidió que hiciera, sino la obra que Dios le encomendó hacer. Y Dawn, no hay un mejor medio que esta enfermedad que estás atravesando, que te ayude a recordar cuál es la obra que Dios tiene para ti en esta etapa. Y esta etapa es diferente a la de hace cinco años; porque es una etapa diferente. Y parte de confiar en Dios para que escriba tu historia es aceptar el hecho de que esta etapa es diferente a la anterior.
Dawn: Y Nancy, tienes razón cuando dices que esta enfermedad es el mejor medio para recordar cuál es el trabajo que Dios tiene para mí en esta etapa. Creo que a medida que envejecemos, de una forma u otra, Dios usa distintos medios para recordarnos cuál es la obra que Él quiere que llevemos a cabo en este momento. Y creo que llega ese momento en el que decimos: «Quiero que mi vida sea más sencilla. Quiero botar todas esas cosas que tengo en mi casa que ya no uso. Quiero tener más libertad para hacer lo que Dios quiere que haga».
Así que, cuando estamos caminando con el Señor, llega el momento en que tenemos que despojarnos de aquellas cosas que nos impedirán terminar bien para poder estar de pie ante el Señor, sin ninguna vergüenza, sabiendo que le hemos obedecido. Yo he estado haciendo eso desde que cumplí los 65 años; pero cuando me diagnosticaron con mieloma a los sesenta y ocho, fue como: «De acuerdo, vamos a acelerar este proceso un poco más».
Nancy: Dawn, tú estás confiando en que Dios escribirá tu historia en Su tiempo, en el tiempo que Él ha escogido. Y has hablado con mucha honestidad en algunas de tus publicaciones en Facebook acerca de enfrentar el desánimo y la duda. ¿Podrías compartir con nosotras cómo se ve eso en las circunstancias difíciles? ¿Qué nos lleva a la duda? ¿De dónde surge esa batalla con la duda y el desánimo?
Dawn: Bueno, tengo que decir que el desánimo y la duda han sido dos grandes retos para mí; regularmente llegan a mitad de la noche, cuando no puedo dormir. Parece que ese es el momento en que Satanás ha escogido atacarme. En realidad, no hay nada de malo con la duda, porque incluso la duda puede llevar a la fe, si sabemos a dónde acudir con nuestras dudas.
Entonces, cuando esas dudas acerca de lo que Dios está haciendo vienen a mí en medio de la noche, busco dentro de mi corazón las Escrituras que he memorizado o algo que pueda recordar, y respondo a Satanás con esa verdad. Lo mismo con el desánimo. El desánimo puede ser un lugar realmente oscuro, pero debes regresar a la luz de la Palabra de Dios.
Y cuando hago eso, Él llena mi corazón con el gozo y la paz que necesito para enfrentar a Satanás diciéndole: «¡No vas a ganar esta batalla! Quizás quieras que yo me desanime, pero encuentro mi valor en Dios basada en Su verdad».
Nancy: Encontrar valor y ánimo en Dios es lo que te saca del desánimo. Y la realidad es que el estar desanimadas viene de creer las mentiras del enemigo. Eso es lo que trae desánimo, pero podemos librar esa batalla cuando encontramos valor en Dios.
Dawn: Correcto. Hay un pasaje muy sencillo en las Escrituras que yo he abrazado, y es sobre la esperanza. Para mí, la esperanza y el valor van de la mano. El pasaje se encuentra en el Salmo 71:14, que dice: «Pero yo esperaré continuamente, y aún te alabaré más y más». Ese pasaje es como una invitación a tomar la decisión correcta: yo escojo tener esperanza en Dios, escojo alabarle y permitir que esa alabanza florezca en mi vida. Eso es algo muy emocionante que veo sucediendo en mi propia vida.
Nancy: Y realmente veo que está sucediendo en ti, Dawn, y es algo hermoso contemplarlo. Quizás más de lo que te imaginas. Permíteme volver al tema del desánimo por un momento. Hace un tiempo, en una de tus publicaciones, mencionaste que tuviste un momento de autocompasión.
No ha sido así todo el tiempo, pero sé que has tenido esos momentos. ¿Podrías leernos lo que escribiste en esa publicación de tu Facebook acerca de ese momento de autocompasión?
Dawn: Claro, esto fue lo que compartí:
«Estuve sintiendo un poco de lástima por mí misma, ¡pero Dios no quiere nada de eso! Mi Padre fiel me recordó Su amor incondicional, un amor que lo llevó a enviar a Jesús, para rescatarme de mis pecados. Ese es el amor que diariamente me sostiene, me provee y me guarda.
¡Estoy tan agradecida de que el amor de Dios no se basa en mi fidelidad, sino en Su fidelidad! Él se deleita en mí y anhelo aprender cómo deleitarme mejor en Él. ¡La autocompasión es una pérdida de tiempo porque nos hace olvidar la esperanza que tenemos en Cristo!»
Nancy: Pudiste poner una cara feliz después de eso, cuando dijiste: «¡La autocompasión es una pérdida de tiempo!» Todas nosotras sabemos que eso es verdad. La autocompasión no ayuda en nada, no nos lleva a ningún lugar bueno. Pero eso es lo que sucede cuando olvidamos la esperanza que tenemos en Cristo, y cuando olvidamos esa esperanza, ya no tenemos nada.
Bueno, mientras escoges creer la Palabra de Dios, aferrarte a ella y confiar en Su corazón y en la historia que Él está escribiendo, Dios está haciendo cosas maravillosas en tu vida: Él no solamente te ministra a ti, sino que ministra a otros a través de ti. Y mientras recibes la gracia de Dios, de igual forma te conviertes en un canal de la gracia de Dios en la vida de otras personas. Y has hablado sobre eso en algunas de tus publicaciones en Facebook.
Me gustaría, Dawn, que nos compartieras un poco sobre cómo el Señor te está concediendo una mayor sensibilidad o habilidad para ministrar a otros en medio del sufrimiento.
Dawn: Bueno, creo que tal vez tenemos que pasar por algún dolor profundo antes de que podamos consolar a otras personas en su dolor, o al menos tener algún grado de compresión sobre lo que están pasando. En una de mis publicaciones escribí:
«En mi travesía a través del cáncer he podido ganar una sensibilidad, como nunca antes había tenido, por aquellas personas que están sufriendo. Estoy orando por aquellas personas que conozco que están experimentando un profundo dolor en este día; especialmente por una pareja, mi nutricionista y su esposo, quienes están atravesando por el valle de una profunda oscuridad, pero con una fe firme. ¡Estoy tan agradecida por el Dios de toda consolación!»
Nancy: Y, Dawn, es maravilloso ver que mientras sufres, Dios te da consuelo, y antes de que tu sufrimiento termine, te da también la oportunidad de conocer el dolor y el sufrimiento de otros y ser de aliento para ellos. Quiero decir: ¡Qué maravilloso es eso!
Dawn: Sí, así es. Es maravilloso, porque, siendo honesta, pienso que antes de mi diagnóstico (no quería estar en esta posición) pero pienso que era una persona que se enfocaba mucho en sí misma, y en las cosas que afectaban mi vida. Pero es como si Dios hubiera abierto mis ojos a las personas que sufren a mi alrededor, personas que necesitan que yo entre en sus vidas no solo con mis oraciones, sino con una auténtica preocupación y ánimo.
Dios realmente ha hecho un trabajo con el egoísmo en mi vida. Él me ha hecho salir más de mí misma, ¡y eso realmente ha sido una gran bendición!
Nancy: Y es maravilloso escucharte hablar acerca de las bendiciones del Señor mientras estás en medio de un valle oscuro y profundo. Hoy estamos aquí, has sido diagnosticada con mieloma múltiple. Estás esperando que el tratamiento y los medicamentos hagan efecto para que, si Dios lo permite, puedas tener un trasplante de células madre.
Pero todo eso es desconocido para ti en este momento y para cualquiera en la tierra. Así que mientras piensas en el futuro (hemos estado conversando acerca de la esperanza), pero mientras piensas en el futuro, la esperanza será, y la oración será: que Dios te restaure y te sane, que Él toque tu cuerpo y revierta o deshaga (o cualquiera que sea la terminología aquí) ese cáncer.
Pero tú no sabes lo que va a suceder. Así que mientras piensas en la sanidad, en el futuro y lo que esperas en la vida, ¿cómo estás procesando todo esto?
Dawn: Bueno, he decidido que ya sea que tenga un año de vida o que con el trasplante tenga cinco años…y realmente, con el trasplante podrían ser hasta nueve años, pues los doctores van a congelar algunas de mis células para dármelas más adelante con la posibilidad de que sean nueve años. Incluso, quizás con los avances del tratamiento para el mieloma, puede ser que sea más que eso.
Pero he decidido que no se trata de la cantidad de años, sino de lo que yo estoy haciendo con el tiempo que Dios me ha dado, sin importar que sea un corto tiempo o un largo tiempo.
Nancy: Y Dawn, ha sido tan precioso ver cómo has abrazado la providencia de Dios, tan misteriosa como es, de esa manera, y verte decir: «Sí, Señor», a lo que sea que Dios diga que tiene para ti en estos días, sin conocer lo que traerá el futuro.
Y hace tiempo, en otra publicación, hiciste referencia a 2 Corintios 4:16, cuando el apóstol Pablo dice: «Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo (lo que es cierto para muchas de nosotras, sin importar que tengamos cáncer o no, nuestro hombre exterior se está desgastando), sin embargo, nuestro hombre interior se renueva de día en día».
Y tú has respondido a ese versículo y has hablado acerca de todo este asunto de la sanidad física: tu hombre exterior y tu hombre interior, como dice Pablo. Comparte con nosotras sobre ese pensamiento acerca de lo que Dios está haciendo en ti, a pesar de que tu cuerpo, así como el de todas nosotras, se está desgastando.
Dawn: Claro. Bueno, la verdad es que yo he podido ver el cuadro completo de la soberanía de Dios con respecto a mi sanidad. Yo escribí:
«Seré sanada algún día, sea en esta tierra o en el cielo. Pero mi hombre interior ya se ha renovado, y probablemente esto sea así en gran medida por el impacto de mi diagnóstico más que por cualquier otra cosa. Todo esto me ha llevado a la amorosa presencia de Jesús. ¡Estoy caminando en el Espíritu más que antes!»
Nancy: Así que puedes ver a Dios haciendo una obra interna en ti que te está llevando a estar más cerca de Él. Y el Señor te ha permitido caminar más alineada con Su Palabra y Su Espíritu. Y con eso estás diciendo que algunas de estas cosas son el fruto de ese diagnóstico; un diagnóstico que nunca habrías escogido si fueras tú quien estuviera escribiendo tu historia. ¿Lo entendí correctamente?
Dawn: Sí, exactamente es eso.
Nancy: Esa es la descripción de lo que Dios está haciendo contigo en este momento. Pero háblanos del futuro, ya sea uno, cinco o nueve años o cinco o nueve días. Quiero decir, ¿quién de nosotras sabe cómo o cuándo morirá? Puede ser que sea cáncer o un accidente automovilístico o cualquier cosa. Y sé, Dawn, que tú has pensado más en la muerte en todo este proceso.
¿A dónde va tu mente y qué llena tu corazón de esperanza, cuando pensar en eso podría ser deprimente?
Dawn: Bueno, no le temo a la muerte porque sé hacia dónde voy. Sé que estaré con mi Señor que me ama. Así que no le temo a la muerte, pero tampoco estoy anhelando morir. Todavía tengo algunos sueños y cosas que desearía lograr y hacer, pero solo Dios conoce mi futuro.
Yo quisiera escribir un libro como un legado para mi familia, porque así ellos sabrían lo que hay en mi corazón. También quisiera tener otras oportunidades para escribir. Realmente estaría tan agradecida si pudiera escribir para alguna revista; ¡me encantaría tener esas oportunidades! Pero también quisiera realmente considerar lo que significa un «legado». Quiero que mi legado en el Señor sea auténtico.
Quiero que sea un legado para Su gloria, porque lo único que realmente importa es que sea fiel a Dios. Así que no temo morir y no estoy anhelando morir. Como te dije, tengo muchos sueños todavía, y pienso que es Dios que pone esos sueños en mi corazón; yo creo que eso es parte del proceso de tener esperanza. Pero al mismo tiempo, en Su providencia, puedo confiar en que Él sabe cuál será mi último aliento.
Nancy: Nuestros días, nuestro tiempo, nuestras vidas están en Sus manos, ¿cierto? Esto es lo que las Escrituras dicen (ver Salmo 31:15).
Dawn: ¡Exactamente!
Nancy: En el Salmo 139:16 dice que el Señor escribió todos los días que nos fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos. Así que, Dawn, estás en medio de una providencia compleja y misteriosa; misteriosa para ti y para nosotras, pero no para Dios. Tú y yo conocemos muchas personas que se encuentran en medio de otros tipos de situaciones de esta misteriosa providencia.
¿Qué le dirías a esa mujer que está escuchando, y que está experimentando una historia que no habría escrito para su vida, una historia sobre la que siente que no tiene el control, pero es la historia que Dios, en Su providencia, ha escrito para su vida? Desde tu perspectiva, que sabemos que es tan rica por lo que estás experimentando en este momento: ¿qué le dirías a esa oyente para animarla a confiar en Dios para que escriba su historia en esta etapa?
Dawn: Para mí, todo se reduce a esto: «¡Dios todavía está sentado en Su trono!» Dios no ha cambiado a pesar de que mis circunstancias sí han cambiado. Su presencia es real, Sus misericordias son reales para mí. Su diseño para mi vida aún es real, y lo será hasta el día en que muera. Quiero caminar cerca de Él, para no perderme ni un solo momento de Su dulce presencia; no me perderé ninguna oportunidad que Él tenga para mí.
Este cuerpo se va desgastando, pero la mente y el Espíritu todavía se encuentran aquí. ¡Quiero cooperar con Él en toda buena obra que Él ha preparado para mí desde antes de la fundación del mundo!
Nancy: Amén, así es. Háblale a esa mujer que quizás no esté pasando por un momento difícil ahora. Y gracias a Dios que muchas de nosotras no tenemos tormentas en nuestras vidas en este momento. Pero, ¿cómo te preparas para las tormentas que vendrán? Tú hablaste de un fundamento en tu vida. ¿Cuáles son el tipo de cosas que podemos hacer en las buenas etapas y las etapas fáciles, que nos ayudarán a prepararnos para las tormentas que vendrán o el día de la angustia?
Dawn: Pienso que una de ellas es caminar en la Palabra. Las cosas que he leído y estudiado, y especialmente memorizado, son las cosas que vienen a mi mente para animarme en mis tiempos de debilidad. Hace un tiempo estuve leyendo el Salmo 119, y me sorprendí de cuántas referencias hay de las aflicciones, y de la esperanza que tenemos en nuestro Dios, por Su Palabra, en medio de las aflicciones.
Y respecto a la memorización, un día estuve bromeando con una amiga. Estábamos hablando sobre la tecnología: eso de copiar y pegar. ¡Me di cuenta de que todas las Escrituras que había memorizado era como si yo estuviera «copiando» en mi corazón, y ahora las estaba «pegando» a los problemas y dificultades de mi vida!
Nancy: ¡Wow, me encanta esa ilustración!
Dawn: Estoy tan agradecida de que esas Escrituras están ahí. Ellas vienen a mi mente, y me traen una paz real y una esperanza real. Tengo que decir que tristemente me arrepiento de no haber memorizado más las Escrituras cuando fui joven. Siendo joven tuve más oportunidades de «pegar» las Escrituras en cualquier situación difícil que me encontrara. Pero estoy agradecida por la Palabra, estoy agradecida de que puedo descansar en esa dulce paz, y caminar con el Espíritu mientras recuerdo las cosas que Dios ha dicho en Su Palabra. Esa es la verdad que me ayuda a contrarrestar las mentiras de Satanás. Esa es la verdad que me anima en medio de la noche, cuando pienso que no puedo más, cuando me siento muy débil. Esa es la verdad que me enseña que Dios es mi fortaleza.
Así que animo a las personas a memorizar la Palabra y a «copiarla» en sus corazones para que sea real y esté lista cuando más la necesitemos.
Nancy: ¡Qué buenos consejos! Y, Dawn tú, has vivido esto por décadas. Lo estás viviendo ahora. Quisiera orar por ti en un momento, y sé que muchas oyentes se unirán a mí en esta oración. Pero primero, quisiera mencionar que la vida de Dawn es una viva imagen de lo que Robert y yo tratamos en nuestro libro, el primer libro que hemos escrito juntos. Se titula: Confía en Dios para escribir tu historia: Descubre los misterios de la providencia de Dios. Creo que Dios usará este libro de una manera maravillosa para ministrar gracia, esperanza y perspectiva, y ayudar a muchas personas que se encuentran en momentos difíciles.
¿Conoces a alguien que se encuentra pasando por un momento difícil? Este libro te ayudará a ministrarle, o incluso puedes regalárselo a esa persona. Hay muchas historias como la de Dawn en este libro. Puedes obtenerlo visitando aviva nuestros corazones.com. Dawn todavía está confiando en Dios para que escriba su historia en estos días. Yo sé que muchas oyentes han sido animadas hoy al saber que pueden confiar en Dios para que escriba sus historias.
Y, Señor, quiero agradecerte por esta preciosa hermana. ¡Qué amiga y compañera ha sido por tantos años en el ministerio! Ella es una fiel servidora. Y la veo, aun en su debilidad y sus cambios físicos, tratando de hacer todo lo que pueda para mantenerse en esas áreas de responsabilidad donde ella comparte su ministerio.
Ella ha sido tan fiel. He visto la belleza de lo que has hecho en su vida en este tiempo tan difícil. Gracias, Señor, porque ella abrió su corazón para nuestras oyentes en esta conversación, y sé que nuestras oyentes han recibido el ánimo, la sabiduría y la perspectiva que tanto necesitan. Y, Señor, oramos juntas en el nombre de Jesús, que fortalezcas a nuestra hermana; que la sostengas en esta etapa de dificultad, que continúes santificándola por Tu gracia, y que la sostengas y la animes en esas horas difíciles de la noche.
Señor, que Tu Palabra siga siendo su deleite y que esa Palabra que ella ha internalizado en su corazón se transforme en una realidad para ella. Oro que Tu presencia continúe cerca de ella y que ella anhele Tu presencia. Señor, continúa santificándola profundamente con Tu amor incomparable. Continúa llenándola de esperanza en Ti y no en los pronósticos del doctor o en los resultados de las pruebas.
Oramos para que esos medicamentos sean efectivos, y que ella obtenga el tratamiento que necesita, y en Tu voluntad le concedas más años de vida. Señor, Tú ordenaste el día en que nacimos y el día en que vamos a morir, así que oro que más que nada que cuando sea el turno de Dawn y cuando sea nuestro turno de que Tú nos lleves a casa, ¡que podamos ir sabiendo que hemos completado la obra que nos has encomendado, y que estamos listas para conocerte!
Mientras tanto, oro para que llenes a Dawn de Ti. ¡Llénanos a cada una de nosotras, en cualquiera que sea nuestra circunstancia, con esperanza y gozo en Cristo, quien es nuestra única esperanza! Así que te alabamos, Señor, y te damos las gracias por el testimonio que hemos escuchado de nuestra amiga Dawn. Oramos por Tu bendición sobre ella de una forma especial en esta etapa. Oramos en el nombre de Jesús, amén.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth, ha estado conversando con nuestra amiga Dawn Wilson, quien nos ha estado enseñando cómo confiar en Dios con un diagnóstico de cáncer. Es nuestro anhelo que el testimonio de Dawn haya traído ánimo y fortaleza sin importar por lo que estés pasando en este momento, y que puedas recordar que puedes confiar en Dios para que escriba tu historia.
Ayudándote a encontrar valor y ánimo en el Dios que está escribiendo tu historia, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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