El Padre Nuestro, día 13
Kim Wagner: Creo que las personas toman el nombre de Dios en vano sin darse cuenta en realidad de lo que dicen algunas veces.
Annamarie Sauter: Con nosotras Kim Wagner.
Kim: Pienso que nosotras necesitamos recordarles que Él es Dios. El Dios Santo. Cuando tomamos el nombre de Dios en vano, lo ponemos al nivel de cualquier otra palabra.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
«Venga Tu reino». Esta frase contiene un rico significado, y es lo que hemos estado viendo esta semana. Hoy y mañana veremos algunas aplicaciones prácticas de esta frase contenida en la oración del Padrenuestro, que es nuestro tema de esta serie. Estarás escuchando una conversación entre un grupo de mujeres que estuvieron presentes en la grabación original de las enseñanzas de Nancy.
Con nosotras Nancy, Kim Wagner, Jane Green y Holly Elliff.
Holly …
Kim Wagner: Creo que las personas toman el nombre de Dios en vano sin darse cuenta en realidad de lo que dicen algunas veces.
Annamarie Sauter: Con nosotras Kim Wagner.
Kim: Pienso que nosotras necesitamos recordarles que Él es Dios. El Dios Santo. Cuando tomamos el nombre de Dios en vano, lo ponemos al nivel de cualquier otra palabra.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
«Venga Tu reino». Esta frase contiene un rico significado, y es lo que hemos estado viendo esta semana. Hoy y mañana veremos algunas aplicaciones prácticas de esta frase contenida en la oración del Padrenuestro, que es nuestro tema de esta serie. Estarás escuchando una conversación entre un grupo de mujeres que estuvieron presentes en la grabación original de las enseñanzas de Nancy.
Con nosotras Nancy, Kim Wagner, Jane Green y Holly Elliff.
Holly Ellif: El día de ayer hablé con una joven esposa. Ella está en un matrimonio bien difícil. Es una nueva creyente. Ella está tratando desesperadamente de rendirse a aquello que el Señor quiere en su vida pero le es muy difícil. Estuve hablando con ella por teléfono y le decía aquello que era bíblicamente correcto que yo entendía que ella debía hacer. Yo estaba llorando con ella.
Ella me decía, «eso es lo que yo quiero; quiero ser obediente al Señor». Ella me dijo, «me levanto cada día diciendo: Dios, que se haga Tu voluntad y no la mía. Que se haga la tuya, no la mía».
Esto se ha convertido realmente en una oración consciente en su vida; el poder aprender a rendir su voluntad porque ella anhela que el reino de Dios esté presente, para que Él sea glorificado en su hogar. Ella no sabe cómo va a suceder eso.
Mientras hablábamos, le decía, «¿te das cuenta que sin importar lo que tu esposo haga, él no puede impedir que te conviertas en la mujer que Dios quiere que seas? Lo único que puede impedir que te conviertas en esa mujer es que tú le digas a Dios, «Dios esto es muy difícil. Yo quiero hacer mi voluntad porque estoy cansada de esperar Tu voluntad».
Ella es un ejemplo maravillosamente refrescante de alguien que está viviendo en medio de muchas cosas, pero que entiende que no puede vivir su vida de una manera que honre y glorifique al Señor, apartada de estar cada momento en Su presencia y buscando que Su reino venga y que Su voluntad sea hecha en su vida.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Esto realmente nos da una perspectiva del sufrimiento, el poder decir, «en este sufrimiento, ¿cómo puede ser glorificado el nombre de Dios? ¿Cómo puedo hacer que Su reino venga?» Y entonces eso se convierta en mi respirar, el grito de mi corazón, más que: «Dios, sácame de esto», lo cual podríamos desear desesperadamente, y poder decir, «aun si Dios no me saca de esto, si a través de mi caminar en medio de esto Dios puede ser glorificado y Su reino puede avanzar, entonces, estaré dispuesta a cumplir ese propósito».
Jane Green: Algo en lo que he pensado, Nancy, en la medida en que has estado enseñando hoy, es que he visto el Padrenuestro como una guía de cómo debo orar. Lo que escuché es cómo debo vivir. Hay una diferencia en esto o quizás hay una y es la misma.
Nancy: Yo creo que eso fue lo que me impactó en toda esta serie mientras estuve estudiando. Yo me acerqué al texto para aprender cómo orar y realmente hay una guía para ello. Pero mientras más me introducía en el pasaje, más me daba cuenta de que es una manera de vivir, una vida de oración, una manera de vivir centrada en Dios.
Jane: Sí. Yo he sentido que por más de tres años el Señor me ha estado diciendo: «Ven, ven», y Él quiere que yo tome todo –todo lo pequeño, pequeños detalles de mi vida– y que solo le hable a Él acerca de esto. «Solo ven a mí, Jane, ven, ven». El pensar en el Padrenuestro como una guía sobre cómo vivir, hace que esos pasos sean más fáciles de ver en cuanto a lo que hay que hacer.
Kim: Cuando era pequeña solía molestarme el preguntarle a mis maestros de escuela dominical, «¿qué significa orar sin cesar? ¿Qué significa esto realmente?» Siempre me daban la respuesta estándar, el maestro de escuela dominical respondía: «Bueno, significa estar en una actitud de oración». Y yo pensaba, «¿y qué es una actitud de oración?» Eso realmente me molestaba porque yo tendía –y probablemente todavía lo hago– a leer la Biblia muy literalmente.
Eso significa que debo tener una continua conversación con Él durante todo el día. Era lo que yo creía que eso significaba, pero nunca había llegado a esta conclusión y nadie me lo había explicado antes.
Holly: Dios usó ese mismo libro en mi vida, cuando yo era estudiante universitaria, para abrir totalmente mis ojos al hecho de que no se trataba de estar en un lugar en particular que fuera espiritual, o tener que esperar que fuera domingo en la mañana, o esperar a que yo me apartara en algún lugar con mi Biblia, lo cual era extraño en mí.
Me encanta esa conexión aún en el Padrenuestro porque es sobre nuestro caminar, tal como decía Jane un minuto atrás. No es acerca de un modelo de oración. Es un modelo de estilo de vida mientras caminas por ella, Dios está presente. El darte cuenta de que Él está presente en todo momento de tu vida, es lo que hace la conexión entre la eternidad y la realidad terrenal en la cual vivimos ahora mismo. En todo tiempo Dios está interesado en lo que está pasando en mi vida y tiene una voluntad perfecta para cada momento.
Kim: Nancy, me encanta esa observación que hiciste acerca de la accesibilidad, de cómo tu padre siempre estaba accesible para ti. Para mí esa es la belleza de la oración conversacional con el Señor, de orar a Él todo el tiempo. Yo puedo estar orando a Él ahora mismo aun mientras estoy teniendo esta conversación con todas ustedes o mientras estoy lavando la ropa o mientras estoy siendo confrontada con alguien que está en enojo que quizás esté ofendido.
Yo puedo estar orando, hablando con el Padre, incluyéndolo a Él en toda conversación, buscándole a Él para sabiduría mientras me estoy comunicando. Es algo constante. Ya sea si me despierto en medio de la noche, lo primero en la mañana o a través del día. Cuando me doy cuenta de que han pasado momentos en que no he estado hablando con Él, detiene mi corazón el hecho de que «he sido negligente en no hablarte, Señor, en esos pasados momentos, perdóname». Porque esta es una conexión vital.
Nancy: No creo que la mayoría de las personas que pudieran estar escuchando esta conversación puedan empezar a relacionarse con lo que acabas de describir, Kim. Nosotras, todas deseamos poder hacerlo o pensamos que podríamos hacerlo.
Pero la mayoría, pienso, que vivimos vidas tan rápidas, frenéticas, envueltas en nuestras propias circunstancias, o en lo que está sucediendo… Para decir, «okey, yo soy una hija de Dios. Yo deseo ese tipo de vida, pero ¿cómo la consigo? Tenemos ese estilo de vida donde todo está basado en lo temporal, en el ahora y el aquí; en lo urgente. ¿Cómo consigo una vida de oración?»
Kim: Creo que esto ayudaría: pídele a Él que te ayude a cultivar ese corazón en ti porque Él desea tener esa conversación contigo. Una oración que yo he orado una y otra vez y otra vez por años es, «Señor, dame más amor por Ti para dártelo de vuelta».
Holly: Para mí, pienso, se ha convertido muchas veces en algo que sale de la desesperación, porque yo despierto muchos días; pero la mayoría de los días me despierto consciente de que no puedo caminar a través del día de una manera que honre a Dios, apartada de Su presencia en mi vida. Así que escojo vivir en mis propias fuerzas y sentirme miserable y hago miserable a todo el que me rodea, o estoy consciente de que cada detalle de mi día puedo traerlo al Señor, en la medida en que va apareciendo en el camino.
Nancy: Jane, tú dijiste hace un minuto que has estado escuchando al Señor decirte, «ven», en cada momento. Yo pienso que eso es exactamente lo que es. No es que Dios pone requerimientos que nosotras debemos cumplir antes de encontrarnos con Él o para poder oírlo o venir a Su presencia.
Jane: Nancy, pienso que el dinero es una de las razones de por qué nosotras no experimentamos la oración tal como Kim decía.
Nancy: Dinos qué quieres decir con esto.
Jane: Bueno, recuerdo cuando tú entrevistaste a Randy Alcorn y su libro, El Principio del Tesoro. Esa entrevista que tuviste con él tuvo un impacto en mi vida porque me di cuenta de que yo no estaba viendo el dinero desde una perspectiva bíblica. Así que ahora tengo que detenerme y tratar de hacerlo, y eso significa que debo orar mucho más que antes. Y cuando no hay dinero me arrodillo.
Nancy: Porque nosotras podemos depender del dinero antes que del Señor.
Jane: Sí, de una tarjeta de crédito.
Holly: Yo me pregunto también, si hay alguna otra razón del porqué mucha gente no piensa de esa manera y es porque no tienen la libertad en su corazón de venir a Dios como Padre, como hablabas antes, y su manera de pensar de Dios como un amoroso proveedor está tan atada... Jane, tú mencionaste esto, que esto ha sido difícil para ti en el pasado.
Jane: Lo fue en un punto, sí. Fue dos años después de que fui salva que pude llamar Padre al Señor. De hecho, cada vez que estaba en un grupo y escuchaba a alguien orar y referirse a Él como Padre, era como si alguien estuviera rozando sus uñas sobre una pizarra. Tenía ese efecto sobre mí.
Nancy: ¿Por qué era esto?
Jane: Por mi propio padre, Dios pueda tocar su corazón, porque él no conoce al Señor. Él no era alguien a quien yo podía acudir a buscar consejo. Él no era alguien que estuvo ahí para mí. Él no hacía lo que decía que iba a hacer pero esa era mi excusa. Pero lo que realmente pasaba –luego lo entendí– era que yo no creía lo que Dios decía de Sí mismo en la Biblia. Le daba más peso a mi propia experiencia en vez de a lo que Dios decía en Su Palabra.
Kim: Nancy, me gustó cómo empezaste la serie poniendo todo en su contexto. Hablaste de lo que motivaba el orar y el acercarnos a Dios. En Juan capítulo 4, Jesús le dijo a la mujer en el pozo que el Padre está buscando adoradores que le adoren en espíritu y en verdad (v.24).
Yo pienso –hablando del asunto de la integridad en la oración– que es bueno preguntarnos a nosotras mismas si realmente queremos cultivar un corazón de oración:
- ¿Cuánto estoy orando a solas sin que nadie más sepa de ello?
- ¿Cuánto tiempo estoy conversando con Dios?
- ¿Deseo cultivar esa conversación con Dios?
- ¿Realmente busco esa conversación con Dios en la intimidad con Él, en comunión con Él?
Nancy: ¿Qué puede ayudar a cultivar ese profundo deseo? Porque algunas personas estarán oyendo lo que tú acabas de decir y dirán, «esto para mí es como de otro planeta. No es la manera como yo pienso. Yo no tengo ese tipo de deseos. Yo pienso que soy cristiana, pero esa intimidad, hablando con Dios como un amigo, esa cercanía, esas cosas no están, no es ahí donde yo estoy».
Kim: Pienso que hacerle preguntas a Dios ayuda. Como dije hace un momento, pedirle a Él que nos de hambre para orar, pero también hacerle preguntas sobre Él mismo, dejándole saber que yo quiero llegar a conocerlo como Él es. Yo quiero entender lo que Tú quieres que yo entienda acerca de Ti y de quién eres.
Esto me lleva a profundizar en Su Palabra, pero profundizar en Su Palabra de una manera que, en la medida en que la leemos, le estamos hablando a Él y preguntándole:
- ¿Qué quieres decir con esto?
- ¿Por qué usaste esta frase de esta manera?
- ¿Por qué la pusiste aquí?
- ¿Cómo quieres que yo aplique esto a mi vida?
- Venir a Él como un niño viene a su padre preguntándole todo esto.
Me encanta cómo en el Padrenuestro encontramos una mezcla perfecta. Holly y yo hablábamos acerca de un balance todo el tiempo. Hay una mezcla perfecta. Vemos a Dios en la intimidad como nuestro Padre y nos es presentado como nuestro Padre. Pero yo creo que hiciste tan bien en hacer el llamado a ser cuidadosas. En nuestra cultura hoy día, yo creo que hay una tendencia a ver a Dios solo como mi amigo, en el mismo nivel en que yo estoy.
Yo enseño en una escuela superior y tengo un estudiante que tiene una camiseta cristiana que dice, «Jesús es mi pana». No estoy compartiendo esto para ofender a los individuos que usan esta camiseta. Yo sé que ellos la usan con la mejor de las intenciones. Pero me preocupa que hoy en día en nuestra cultura, parecería que estamos tratando de quitarle a Dios su «singularidad» el hecho de que Él es único, Su trascendencia.
Estoy tan agradecida de que no vivimos en la edad media. Estoy tan agradecida por la reforma protestante. En la Edad Media, la gente sí veía a Dios como muy misterioso para entenderlo o llegar a conocerle. Él estaba muy lejano. Ellos no tenían la Palabra de Dios en su idioma. Así que estoy muy agradecida de que no estemos todavía allí.
Pero temo que hemos llegado al lugar en el que estamos tratando de degradar a Dios y le hemos quitado Su trascendencia. Temo que nosotras degradando a Dios y poniéndolo como nuestro «pana», estemos tratando de ponerlo a nuestro nivel. Yo estoy muy agradecida por la intimidad con el Dios santo, pero no puedo permitir que este privilegio de intimidad me lleve a degradarle de una manera que yo olvide que Él es santo y que Él no es como yo.
Nancy: Yo creo que esto se remonta a este pasaje en Eclesiastés 5. Dios está en el cielo. Nosotros estamos en la tierra. Vigila tus palabras. Las palabras importan. Deja que tus palabras sean pocas y déjalas ser aquellas que te sientas cómoda de decir en la presencia del Señor porque estamos en la presencia del Señor.
Kim: Así es. Pero creo que muchas veces las personas usan estas palabras sin darse cuenta de lo que están haciendo, aún en la iglesia. Esto es lo que más me entristece, ver personas usar el nombre de Dios tan fácilmente dentro de la iglesia. Sentados en un juego de un colegio cristiano puedes escuchar repetidamente decir a los adultos la palabra, «oh, D-I-O-S», si ellos no están de acuerdo con el réferi o por cualquier cosa.
Así que creo que necesitamos cuidar el honor de Dios y Su nombre. Necesitamos ser cuidadosas de cómo abordamos a las personas acerca de este asunto porque yo no sé si ellos se están dando cuenta de lo que están haciendo. Pero sí necesitamos dejárselo saber a nuestros hermanos creyentes. «Es el nombre de un Dios Santo. Piensa que en ese momento lo has usado tomándolo en vano».
Recuerdo una vez estando en una tienda por departamentos cuando mis niños eran pequeños. A ellos les encanta contar esta historia porque creen que fue tan graciosa. Se encontraba esta señora al lado mío, y ambas estábamos buscando algo en el pasillo. Ella no podía encontrar lo que buscaba y dejó salir de su boca estas palabras: «Bueno, Dios Todopoderoso». La miré y le sonreí y le dije, «realmente Él lo es. Él es Todopoderoso».
Mis hijos se reían de esto, porque yo no conocía a esa señora. Ella era una extraña pero eso era obvio… Ella me miró extrañada cuando yo le dije eso. Yo lo dije de una manera amable, Holly. Yo no le quité la cabeza de una mordida. Creo que la gente toma el nombre de Dios en vano sin darse cuenta en realidad de lo que dicen algunas veces. Pienso que nosotras necesitamos recordarles que Él es Dios. El Dios Santo. Cuando tomamos el nombre de Dios en vano, lo ponemos al nivel de cualquier otra palabra.
Nancy: Así es, quizás nosotras somos culpables de esto mismo. Cuando nos ponemos de pie en la iglesia, alabamos y cantamos coros acerca de Dios, del nombre de Cristo, «Cuán grande es Él» «Mi Jesús, te amo», pero estamos solamente articulando las palabras, haciendo lo que la multitud está haciendo, cumpliendo con el programa sin pensar, sin un corazón postrado delante de Dios en reverencia a Él. ¿No somos tan culpables, de alguna manera, de tomar el nombre de Dios en vano también?
Holly: Sí. Yo pienso que lo que nosotras constantemente vemos en la vida de Cristo es que Él tomaba quien era Dios y lo daba a conocer a los hombres, pero reaccionó violentamente ante los hombres que pensaban que conocían a Dios pero no tenían vida en Él. Así que yo pienso que sea que estemos diciendo palabras que no deberíamos decir o quizás tengamos un perfecto hablar pero nuestro corazón es impuro para el Señor, el asunto del corazón es crítico y es crítico porque solo Dios lo conoce.
Yo nunca me pararé en una tienda por departamentos y usaré el nombre de Dios, pero yo podría ser mucho más culpable de tener un corazón impuro o estarle adorando con una errónea motivación.
Nancy: O solo estar allí con poco entusiasmo.
Holly: O lucir como si yo estuviera adorando, cuando mi corazón no está allí. Así que aunque estemos espiritualmente entrenadas y quizás las palabras incorrectas no estén saliendo de mis labios, nuestro corazón es impuro hacia el Señor porque no le estamos dando gloria con aquellas cosas que sabemos hacer. El peligro está en que sabiendo cómo hacerlas tan bien, se convierten en vanas repeticiones como cualquier otra palabra que puede salir de nuestros labios.
Kim: Así es.
Holly: Esta semana tuvimos una experiencia con una señora mayor llamada Loren, a quien conocemos desde hace mucho tiempo. Ella es una preciosa mujer de Dios, amante de la oración. Su funeral fue esta semana, mi esposo dirigió el servicio.
Su hijo, que ahora debe estar en sus cuarenta, elogió a su madre y fue muy tierno. Una de las cosas que mencionó fue, «para ella todo era motivo de oración. Cada detalle de su vida». Él dijo, «ella no hacía el café en las mañanas si no oraba mientras lo preparaba y estaba listo en la cafetera».
Dos días antes del funeral, él fue a la casa y la encontró sin vida. Ella estaba arrodillada al lado de su cama, con sus manos sobre la cama, su cabeza encima de sus manos, sus lentes en una de sus manos y su Biblia justo al lado de ella. Así fue como murió. Ella se arrodilló allí para orar y lo siguiente que supo cuando ella abrió los ojos de nuevo fue...
Nancy: ¡Que ella está viendo al Señor!
Holly: ... el rostro de Cristo. Ese es un pensamiento asombroso.
Él dijo, «fue un final tan apropiado para su vida, porque así fue como vivió. Cada momento de su día era con el fin de llegar a Dios. Y esto fue un retrato de eso».
Nancy: Un retrato de la oración como estilo de vida. Cuando vives de esa manera y oras de esa manera, entonces realmente la muerte se convierte para el creyente, para el creyente que ora, en el próximo paso en la presencia del Señor con el que has vivido y has hablado por mucho tiempo, a la presencia física del Señor.
Kim: Estamos en Su presencia en este lugar, en este momento. Pero es muy emocionante pensar que cuando seamos removidos de esta carne y de esta limitación de nuestro cuerpo, ese es justo el próximo paso para el creyente. No puedo esperar.
Nancy: Nuestra tendencia es pensar que el cielo y la eternidad están muy alejados de la vida aquí y ahora. Así que vivimos con esta sensación de separación, creo que es un sentido de no estar conectados a la eternidad, a la presencia de Cristo. Francamente, el Padrenuestro, nos llama a vivir una vida que es vivida a la luz de la presencia de Dios y a la luz de la eternidad y a la luz de las realidades espirituales; a vivir, no esta vida secular desconectada, sino una vida que sea todo acerca del reino de Dios, la voluntad de Dios, el poder de Dios, la gloria de Dios.
He sentido convicción durante el estudio de esta serie acerca de todo lo referente a las motivaciones. He visto como esto representa un gran problema en mi vida. ¿Cuántas cosas en el transcurso de mi vida han perdido toda esperanza de recompensa, por haberlas hecho para ser vistas por los demás, habiéndolas hecho para impresionar a los demás? Solo podría taparme y nunca mostrar mi cara de nuevo.
Pero es justo ahí, cuando debo ir hacia Dios por gracia y decir, «Dios, mira el desastre que soy. Mira cuán distinta a Cristo soy. Gracias por hacer resplandecer Tu luz, Tu Espíritu y Tu Palabra en mi corazón. Me arrepiento, pero hasta eso es un regalo tuyo. Cambiar mi corazón, es algo que solo Tú puedes hacer.
Esto no es un asunto de mi esfuerzo, de mi lucha por ser una mejor cristiana. Decir: «No tendré motivaciones impuras». Bueno, yo sí tengo motivaciones impuras. Así que inclino mi corazón ante Dios y le digo, «Señor, tú conoces todas las cosas. Lávame. Límpiame. Cámbiame. Santifícame». Solo Dios puede cambiar mi corazón.
Así que no quiero poner a las personas bajo la esclavitud de tratar de vivir de acuerdo con una ley más. Quiero decir, somos infractores de la ley todos. Yo soy una infractora de la ley. El Padrenuestro, me ha mostrado de todas las formas posibles, más allá de lo que puedo imaginar, que soy una infractora de la ley y que no he estado orando o viviendo de una manera agradable al Señor.Sin embargo, he de esperar que eso me lleve a Cristo, al evangelio, a la cruz, ahí donde puedo ser liberada y donde mi vida va a ser cambiada.
Holly: Pienso que la vida de Jesús es un tremendo ejemplo de Su constante confrontación hacia las malas motivaciones. Esto se encuentra en todo el Nuevo Testamento. Lo hablamos anteriormente, mientras estabas enseñando Nancy. Hablabas sobre cuán controversial fue para el mundo judío que Cristo llamara a Dios Su Padre. Qué declaración tan controversial fue aquella.
Y me quedé sentada allí pensando. Toda Su vida fue una controversia. Todo lo que Cristo hizo desde que llegó a la tierra fue controversial. Pero esto forzó a los hombres a examinar sus corazones y a meditar por qué hicieron lo que hicieron. Cuando Él confrontó al joven rico sobre sus riquezas, Jesús estaba mirando su corazón. Y cuando Él confrontó a los fariseos, es porque Él podía ver las motivaciones de sus corazones, y ellos no podían o no habían pensado en ellas.
Eso es lo que más amo una y otra vez del Nuevo Testamento. Si estamos leyendo y estudiando la Palabra de Dios, vamos a estar siendo confrontadas con la verdad, que no nos dejará avanzar más allá del camino si en serio nos estamos cuestionando sobre esta pregunta: ¿Cual es la motivación de mi corazón?
Nancy: Romanos 8:14, dice: «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios». De esto es que estamos hablando. Nosotras no estamos tratando de que las personas se sientan culpables y digan, «ah, pero es que necesitamos vivir una vida tensa». No es eso lo que estamos diciendo. Lo que estamos diciendo es:
- ¿Estamos llenas del Espíritu?
- ¿Estamos permitiendo al Espíritu controlar y dirigir lo que digo y cómo lo digo?
- ¿Estamos permitiéndole a Dios escudriñar nuestros corazones?
- ¿Estamos permitiéndole purificarnos para poder decir lo que de veras sentimos y sentir lo que decimos?
- ¿Estamos orando, viviendo y hablando honesta y puramente delante de Dios?
Yo no quiero que la gente escuche una conversación como esta y diga, «oh, debo poner un candado en mi lengua. No voy a abrir mi boca. Yo solo voy a tener que vivir bajo esta sombra de que pudiera decir algo errado». Nosotras queremos ser llenas del Espíritu de tal manera que Dios controle nuestro corazón, y lo que salga de él le plazca.
Annamarie: Orar, «venga Tu Reino» afecta lo más profundo de nuestro corazón y toda nuestra vida. Esto es de lo que Nancy DeMoss Wolgemuth, Holly Elliff, Kim Wagner y Jane Green nos han estado hablando. Ellas han estado compartiendo sobre las cosas que han aprendido del reino de Dios en sus vidas, como parte de nuestra serie actual titulada, Padre nuestro.
Escucharemos la continuación de la conversación mañana, así que asegúrate de acompañarnos para ese próximo episodio.
Holly: Pienso que a veces, y en especial para las madres, el interior de una habitación –el cuarto de lavado, o el mismo vehículo mientras esperas a los chicos– pero tú sabes bien que puede ser cualquier lugar que te permita estar unos minutos a solas con el Señor.
Annamarie: Orando «venga Tu reino» juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
1 Bennet, Arthur, ed. El valle de la visión, El estandarte de la verdad, 2014, p. 193. Print.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación