Cómo tus luchas pueden animar a otros
Sarah: Holly Elliff dice que lo que experimentas como mujer joven tiene un propósito para más adelante en tu vida.
Holly Elliff: Parte de la perspectiva que viene de haber vivido más años, es que cuando miras hacia atrás en el contexto de tu vida, y ves a Dios proveyendo, ves a Dios interviniendo en tu necesidad, eso puede ser la base para decirle a una mujer joven: «He estado donde estás y sé lo difícil que puede ser».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 4 de abril de 2024.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy continuamos la conversación que tuve ayer con mi amiga de hace mucho tiempo, y amiga de Aviva Nuestros Corazones, Holly Elliff. Holly, recuerdo que estuviste aquí en Little Rock, Arkansas (donde estamos grabando hoy en los estudios de FamilyLife), durante los primeros días …
Sarah: Holly Elliff dice que lo que experimentas como mujer joven tiene un propósito para más adelante en tu vida.
Holly Elliff: Parte de la perspectiva que viene de haber vivido más años, es que cuando miras hacia atrás en el contexto de tu vida, y ves a Dios proveyendo, ves a Dios interviniendo en tu necesidad, eso puede ser la base para decirle a una mujer joven: «He estado donde estás y sé lo difícil que puede ser».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 4 de abril de 2024.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Hoy continuamos la conversación que tuve ayer con mi amiga de hace mucho tiempo, y amiga de Aviva Nuestros Corazones, Holly Elliff. Holly, recuerdo que estuviste aquí en Little Rock, Arkansas (donde estamos grabando hoy en los estudios de FamilyLife), durante los primeros días de grabación de Revive Our Hearts, Aviva Nuestros Corazones. De hecho, ¡esa grabación se llevó a cabo en la iglesia que tu esposo Bill ha pastoreado durante muchos años! Por favor, ayuda un poco a nuestras oyentes a tener una idea de cómo fueron esos primeros días.
Holly: Claro. La verdad es que yo también recuerdo esos días. Incluso antes de que Aviva Nuestros Corazones comenzara recuerdo que hubo una noche aquí en Little Rock, en tu apartamento, en la que estabas enferma en tu casa. Tenías puesta tu pijama y tus pantuflas.
Nancy: También lo recuerdo.
Holly: Mary Kassian, Kim Wagner y yo estábamos allí. Y estábamos sentadas, literalmente, en el piso de tu apartamento mientras tú estabas recostada en el sofá.
Nancy: Sí, me dolía el estómago.
Holly: Sí, y estábamos hablando sobre qué es lo que las mujeres necesitan para poder seguir al Señor en todas las circunstancias de la vida, y cómo recuperamos las cosas que el enemigo nos ha arrebatado, y las devolvemos al corazón y a la mente de las mujeres.
Fue una noche tan preciosa, porque fue como si hubieran encendido luces en nuestros corazones, mentes y espíritus. Y de ese momento, nació el deseo de ver a Dios hacer una obra extraordinaria en las mujeres. Así que, Aviva Nuestros Corazones creció a partir de esas semillas, y FamilyLife también invirtió en ello.
¡Puedo recordar vívidamente el nivel de temor que tenías, Nancy, cuando comenzamos el programa de radio! Una noche en particular, en nuestra iglesia, donde mi esposo pastorea, antes de la primera sesión de grabación de radio, un grupo de nosotros nos reunimos alrededor de ti, pusimos nuestras manos sobre ti y oramos por ti pidiéndole a Dios que bendijera lo que Él te estaba llamando a hacer.
Fue un momento muy precioso, porque sabíamos que Dios iba a hacer la obra. ¡Él ha sido tan fiel a Sus promesas! Así que en esos primeros días de radio, ¡tú te aferrabas desesperadamente al Señor para que Él te diera la capacidad de seguirlo!
Y ayer hablamos un poco sobre Proverbios 3:5-6, que si escuchamos, seguimos y reconocemos la voz del Señor…
Nancy: …y nos apoyamos en Él…
Holly:…Él dirigirá nuestro camino. Y, Nancy, eso es lo que yo te vi hacer en esos primeros días de grabación, porque tú estabas…
Nancy: ¡Estaba tan ansiosa porque sentía que el llamado de Dios para mí era demasiado alto! ¿Y sabes qué, Holly? Creo que probablemente también puedas relacionarte con eso. Estamos en una temporada de la vida muy diferente ahora. Aviva Nuestros Corazones ha crecido, y tus hijos han crecido. Pero, ¿no sientes cada día lo incapaz que eres para hacer lo que Dios ha puesto en tus manos, para hacer aquello que Él te ha llamado a hacer?
Holly: ¡Totalmente! Pero creo que la diferencia, tal vez, es que en lugar de ser atacada por el miedo…
Nancy: O el pánico…
Holly: …ahora mi perspectiva ha cambiado un poco, porque he visto al Señor caminar conmigo y guiarme a través de tantos momentos difíciles, y circunstancias difíciles, que ahora sé que Él seguirá siendo fiel.
Nancy: Así es, y tenemos todo un historial con Dios. ¡Lo hemos visto obrar una y otra vez!
De hecho, esta mañana estaba en la habitación del hotel y vimos la salida del sol. Tengo la costumbre de que cuando veo el amanecer (que no es tan frecuente, ¡Robert lo ve mucho más a menudo que yo!), me detengo y empiezo a cantar: «¡Grande es Tu fidelidad!» Robert y yo nos abrazamos y miramos ese amanecer cantando esas palabras tan conocidas: «Nada me falta pues todo provees. ¡Grande, Señor, es Tu fidelidad!»
Y en esos primeros días vimos a Dios obrar. Lo viste como madre, como esposa, y cuando ayudaste a dar a luz este ministerio. ¡Vimos a Dios una y otra vez! Ahora miro hacia atrás, y veo esta habitación llena de ingenieros, y veo a Julie Denker, quien fue parte de esos primeros días, que todavía está aquí sirviendo con FamilyLife. Y vimos a Dios hacer tantas cosas en este lugar con esas mujeres.
Holly: Así es.
Nancy: Y la noche antes de grabar los primeros programas del ministerio, yo decía: «¡Tengo que grabar estos programas mañana, pero no estoy lista! ¡No he terminado!» Pero Dios me dio sabiduría y perspectiva. Él iba a obrar en las vidas de las mujeres. Y debo decir que no es que ahora nunca esté estresada o ansiosa; y Holly, creo que tú puedes decir lo mismo.
Holly: Así es, no creo que pueda decir que nunca estoy estresada.
Nancy: Pero tienes razón, tenemos una perspectiva diferente ahora porque hemos visto la fidelidad de Dios. Y espero que estas sean palabras que animen a las mujeres jóvenes que están comenzando su caminar con Dios. Y saber que cuando confiamos en Él con todo nuestro corazón, y no nos apoyamos en nuestro propio entendimiento, sino que lo reconocemos en todos nuestros caminos, entonces Él enderezará nuestras sendas.
Holly: Así es.
Nancy: Él enderezará tus sendas, Él estará ahí para ti.
Holly: Y entonces esas promesas se vuelven muy, muy importantes.
Nancy: ¡Son promesas de vida!
Holly: Porque son la garantía de Dios para mí de que Él está presente en cada momento, cuando reconozco Su presencia, lo invito a entrar en mi vida, saber que Él está presente.
Nancy: Y Él ha estado ahí, contigo, en muchas temporadas diferentes. Te conozco desde hace treinta y tantos años, y he visto crecer a tu familia, te he visto crecer a ti y tu matrimonio. ¡He visto al Señor usarte en la vida de tantas mujeres! Sin embargo, tú nunca has abierto un anuncio diciendo: «Estoy disponible para discipular mujeres».
Pero las mujeres se acercan a ti porque han visto en tu vida un ejemplo de cómo, en tiempos difíciles, tenemos que apoyarnos completamente en el Señor. Te han visto llegar a una relación más íntima con Cristo, con más gracia y sabiduría. Ellas quieren saber: «¿Cómo puedo experimentar eso?»
Así que este ministerio que tienes como anciana con mujeres más jóvenes, no es algo que te hayas propuesto tener. Es algo que Dios ha traído a tu vida en el curso de tu caminar con Él.
Holly: Bueno, como el Señor me ha mantenido en circunstancias muy «reales» de la vida, no me siento superior a nadie y tampoco estoy enfocada en mí misma. Porque cuando estás rodeada de personas en las diferentes circunstancias de la vida…
Nancy: …y en necesidad…
Holly: …y en medio de problemas difíciles, lo que todo eso hace es, literalmente, quitar tus ojos de algunas de esas cosas hasta el punto en que seas tú quien esté en necesidad.
Nancy: Así es.
Holly: Cuando llegamos al punto de estar en necesidad y comprender que Dios ya tiene la provisión para esa necesidad, entonces en cada momento de nuestras vidas, ya sea que todo esté fuera de control o no (y es raro que las cosas estén tranquilas); pero si podemos llegar a ese punto de darnos cuenta de que Dios ya ha preparado lo que necesito para ese momento, ese día o esa relación (porque las cosas difíciles suceden), entonces sabremos que Dios está presente en medio de las circunstancias difíciles.
Nancy: ¡Totalmente!
Holly: Cuando me doy cuenta de que Él va a proveer para mi necesidad, eso anima mi corazón; eso me da dirección de cuál camino debo seguir, ¡y me recuerda cuán rica es la presencia de Dios, y cómo Él me cubre completamente con Su presencia!
Nancy: ¡Amén, así es!
Holly: Y eso no es algo místico o mágico, ¡es algo muy real!
Puedo recordar los años que estuve cuidando a mi mamá con Alzheimer. Cuando ella se mudó con nosotros mi hijo más pequeño tenía nueve años. Creo que todos mis hijos seguían en casa, excepto Jennifer, nuestra hija mayor. Todavía teníamos siete hijos en casa.
Era el día de la boda de Becca (mi segunda hija) cuando mi padre fue llevado a cuidados intensivos. Mi mamá, que tenía inicios de Alzheimer, no podía volver sola a casa. Entonces mi hermana me llamó desde Nashville (ella estaba allí con mi papá) y me dijo: «Mamá no puede volver a casa porque no puede estar sola». Y ese día, al final de la boda, tuvimos que reacomodar a los niños en otra habitación para que mi mamá pudiera mudarse a nuestra casa.
Nancy: Yo recuerdo esa temporada en tu vida.
Holly: ¡Comenzó una temporada de una década que fue muy, muy difícil!
Recuerdo una ocasión en que estaba de compras con mi mamá (esto pasó realmente), y ella no logró llegar al baño. Y estaba en mi vehículo con ella y yo pensaba: ¿Qué hago ahora? Recuerdo estar parada afuera con mi mamá y decir: «Está bien, ¿sabes qué? Vamos a orar ahora mismo para preguntarle al Señor qué hacer en este momento, porque no estoy segura de poder resolverlo».
Fue un momento precioso a pesar de que fue un momento inesperado de la vida real. Fue hermoso el darme cuenta de que, sin importar dónde estuviera y en qué circunstancia, puedo correr al Señor en cualquier momento, en un instante, y decirle: «¡Padre, no sé qué hacer!». Él ha prometido proveer para mi necesidad y darme sabiduría para lidiar con esa circunstancia.
Nancy: Y estás hablando de la gracia de Dios.
Holly: Correcto.
Nancy: Holly, cuéntanos cómo firmas tus correos electrónicos.
Holly: Al final de mis correos electrónicos dice: «Gracia para hoy (siguen cuatro puntos, pero deberían ser tres) y para mañana». Y esa es la verdad. En realidad, mi esposo me dijo que debería tener tres puntos después de la frase en lugar de cuatro.
Nancy: «Gracia para hoy…y para mañana».
Holly: La gracia de Dios es uno de mis temas favoritos para enseñar, porque es la clave para la supervivencia en mi vida. Y lo que eso significa es que Dios me va a fortalecer, capacitar y equipar para las necesidades de mi vida en cualquier momento cuando corro hacia Él.
Creo que he compartido esta ilustración en el pasado. Pero me encanta enseñar sobre la gracia y una de las ilustraciones que utilizo es sobre un momento en el que estaba en un parque con una de mis nietas.
Ella tenía unos tres años en ese momento. Hacía frío ese día. Ella corrió delante de mí en el camino y luego se dio la vuelta. «¡Abuelita!, ¡tengo frío!»
No me gusta tener frío, así que me puse mi abrigo largo de invierno y le dije: «¡Ven aquí!»
Ahora, normalmente ella seguiría corriendo, pero tenía el frío suficiente como para darse la vuelta y correr hacia mí. Así que la tomé, ella envolvió sus brazos alrededor de mi pierna, y la cubrí con mi gran abrigo largo. Y ella me dijo: «¡Esto es genial! ¡Ya no tengo frío!» Ahora, caminar con ella abrazada a mi pierna era casi imposible para mí, pero ella ya no sentía frío.
Y a menudo pienso en el hecho de que Dios está allí, esperando para cubrirnos con Su provisión, con Su gracia, y nos perdemos eso porque seguimos nuestro propio camino en lugar de dar la vuelta, reconocer que Él está presente, y regresar corriendo a Su presencia donde Él ya tiene exactamente lo que necesitamos.
En perspectiva, al mirar hacia atrás, veo ahora que en todos estos difíciles y duros momentos (¡y han sido muchos!) sé que Dios está allí con Su provisión. Su gracia está lista para recibirme y brindarme lo que necesito en cualquier momento que corra hacia Él y le diga: «¡Padre, necesito ayuda!»
Nancy: Y Dios tiene muchos «medios de gracia». Tiene maneras de ministrarnos gracia. Holly, has hablado sobre la importancia de pasar tiempo en la Palabra recibiendo las promesas de Dios. Ese es un medio de gracia importante e indispensable.
Pero me ha encantado ver a lo largo de los años y en nuestras vidas, cómo el Señor ha usado a otros creyentes para ser un medio de gracia y aliento.
Nosotras hemos sido parte de un grupo pequeño durante varios años. Estamos dispersas en diferentes partes de los Estados Unidos y Canadá. No nos vemos mucho físicamente, pero sí hablamos mucho por teléfono. Tenemos un grupo donde nos enviamos mensajes de texto. Y a lo largo de los años, todas hemos tenido estos momentos de necesidad desesperada en los que decimos: «¡No sé qué hacer!», pero nos contactamos y siempre hay alguien más que ha estado allí y nos puede dar aliento.
De hecho, en mi libro Adornadas, que es sobre Tito 2, en la contraportada hay una imagen de algunas de las mujeres de ese grupo, y tú estás en esa foto. Es como una hermandad. Así que, siempre que podemos, cuando una de nosotras cae, otra puede decir: «Dios te sostiene; ¡Él te va a sostener!»
Holly, tú has estado dando y recibiendo, al igual que cada una de nosotras. Así que, dinos cómo las amigas en Cristo, las hermanas en Cristo, pueden ser un medio de gracia en nuestras vidas.
Holly: Bueno, me encanta que el Señor nos habla personalmente a través de Su Palabra, y que Él derrama sobre nosotras lo que necesitamos. Pero también usa «personas de carne y hueso» que se acercan para animar nuestros corazones.
Hace un tiempo me reuní con una de las mujeres jóvenes que es esposa de un pastor en nuestra iglesia, y ella me dijo: «Necesito preguntarle a alguien que ya ha hecho esto: ¿Cómo hago esto? Porque me siento incapaz y no sé lo que estoy haciendo. Incluso a veces me siento tonta porque todavía no he tenido esas experiencias de vida».
Nancy: Y ahí es donde estuviste en algún momento. ¡Tuviste esas mismas preguntas y pensamientos!
Holly: ¡Totalmente! Fue tan hermoso poder sentarme con ella y animar su corazón con el hecho de que, si ella sigue al Señor, lo escucha y se apoya en Él, Él proveerá todo lo que ella necesita para la vida y la piedad. ¡Esa es una promesa gloriosa!
Nancy: ¡Amén, así es!
Holly: Y a veces eso es lo que Dios hace. Les habla a nuestras almas cuando estamos en silencio. A veces lo hace en medio de circunstancias que están fuera de nuestro control para que corramos a Él, y Él nos dice: «Yo te sostendré». Y Dios usa a otras personas en nuestras vidas, otras mujeres que se unen y levantan nuestros brazos, y alientan nuestros corazones en medio de las circunstancias difíciles. Hermanas en Cristo que nos recuerdan la verdad.
Nancy: Así es.
Holly: Cuando mis hijos eran pequeños, algunos de ellos podían vestirse solos porque eran más independientes. Pero otros querían que me sentara en el suelo, los pusiera sobre mis piernas para ponerles los calcetines, los zapatos, y les arreglara el cabello. Y así mismo, Dios a veces trae a otras personas que nos recuerdan esa verdad.
Y pienso en Dios diciéndonos que Él nos proporciona una armadura que nos protege. A veces, estamos tan desesperadas y necesitamos que alguien más venga y nos diga: «Ven, déjame ponerte este casco en la cabeza. Aquí está tu escudo para el pecho, ponte todo esto». Así que, son esas pequeñas cosas que animan nuestros corazones y nos recuerdan correr hacia el Señor, y no hacia otra cosa. Evitan que nos sentemos y que nos quedemos allí sin hacer nada cuando Dios ya ha dado una provisión.
Nancy: Sí. Y lo que me encanta de la forma en que ocurre ese ministerio de vida a vida, así como la conversación que tuviste con la joven esposa de ese pastor, es que no estás diciendo: «Mírame. Soy la solución a tus problemas».
Holly: Correcto.
Nancy: Es un momento en el que ella tiene miedo o no tiene la perspectiva correcta, pero la estás ayudando a fijar sus ojos en Cristo, en Su Palabra y Sus promesas. La estás ayudando a fijar su atención en el lugar correcto. No la estás apuntando hacia ti, la estás apuntando a Cristo.
Holly: Correcto.
Nancy: Y estas relaciones, de ancianas a mujeres jóvenes, pueden volverse poco saludables. Amistades, hermandad, todo esto puede ser poco saludable si pensamos que esa persona es la solución a mis problemas o si tan solo tuviera a alguien que me quisiera o me animara más.
Holly: Así es.
Nancy: No. La otra persona no es la solución a mis problemas. Yo no soy la solución a sus problemas. Lo que hacemos es ayudarnos mutuamente a aferrarnos a Cristo y a Su gracia. De eso es que se trata realmente esa mentoría, discipulado y hermandad en Cristo.
Holly: Eso es totalmente correcto. Y parte de la perspectiva que tienes al llegar a ser anciana es que cuando miras hacia atrás en el contexto de tu vida una y otra vez, puedes ver que Dios provee, ves a Dios interviniendo en tu necesidad y dándote todo lo que necesitas. Cuando miras hacia atrás y recuerdas esos momentos, eso te enseña a correr más rápidamente al Señor en busca de Su provisión.
Esa verdad te lleva a decirle a esa mujer joven: «He estado dónde estás y sé lo que se siente. Hoy no estoy allí, pero lo he estado y sé lo difícil que es».
Nancy: Así es.
Holly: Así que no se trata de que minimices su necesidad, porque es real, sino que la entiendas, y también entiendas que en el otro extremo de esa montaña rusa está la provisión de Dios. Incluso en medio de su dificultad y su necesidad hay que balancear ambas cosas. Esto es lo que le dije a esa joven esposa de pastor: «Aquí está tu necesidad, pero aquí está la provisión de Dios».
Lo que necesitamos en nuestra vida es un balance entre nuestra necesidad y recordar que Dios provee.
Nancy: No pueden ver a Holly, pero en este momento está colocando sus dos manos a un mismo nivel. Una mano es la necesidad y la otra es la provisión, que siempre es igual a la necesidad.
Holly: Así es.
Nancy: Así que, a medida que la necesidad aumenta, la provisión aumenta.
Holly: Me encantan los salmos en los que Dios habla de mantener nuestros pies en tierra firme. Algún día haré una serie sobre «El camino». Hay muchas cosas en las Escrituras sobre Dios nivelando el terreno, derribando los lugares altos, y levantando los lugares bajos. Y así mismo, incluso si las circunstancias de nuestras vidas son absolutamente caóticas, Dios sigue siendo el mismo. Si podemos llegar a donde estemos niveladas en nuestro pensamiento, incluso si nuestras circunstancias están fuera de control, el hecho de que Dios tiene provisión para mi necesidad es el balance en mi vida. Eso es lo que me mantiene equilibrada.
Así que no hago nada más que correr a la fuente correcta para obtener lo que necesito.
Nancy: Holly, mientras te escucho hablar sobre todas estas experiencias que has vivido, como una mujer joven que experimentaste la provisión de Dios y Su gracia, y ahora como anciana todavía experimentando eso, pero siendo capaz de usar tu experiencia pasada como un medio de gracia en la vida de las mujeres jóvenes, esta es una progresión que siempre debería estar sucediendo en nuestras vidas.
Y creo que es importante tanto para las mujeres jóvenes como para las ancianas. Le dice a la joven: «Lo que sea que estés pasando en este momento, hay dos verdades: una, Dios está allí, y la otra es que Él tiene provisión para tus circunstancias actuales. Pero ese no es el final de la historia. Llegará un día en que Dios te usará como un medio de impartir aliento y gracia en la vida de otra persona que está pasando por lo que tú estás pasando ahora. Así que, esta experiencia no es solo para ti, es para el beneficio y la bendición en la vida de otra mujer en algún momento. No guardes esto para ti. Dios quiere usar cada experiencia que hayas vivido para ser un medio de bendición para los demás.
Holly: Eso es correcto. Y lo que me encanta es que aplica en esos momentos difíciles y duros, como esa década con mi mamá, y de estar rodeada de todos mis hijos. Recuerdo un día en mi casa donde mis ocho hijos venían a mí al mismo tiempo con preguntas o necesidades. Y recuerdo haberle dicho al Señor: «¡Esto es imposible para mí!» ¡Y realmente era imposible alejada de Su gracia!
Nancy: Así es.
Holly: Pero mirando hacia atrás, todos esos momentos difíciles, incluso en mi matrimonio y mi relación con mi esposo, a medida que pasamos por tantos cambios en la vida, esos momentos difíciles se convirtieron en bendiciones. En el marco de mi vida, al mirar hacia atrás ahora, eso me da la capacidad de decirle a esta mujer: «Esto parece imposible en este momento y parece que nunca cambiará, pero sí cambiará.
Y a medida que cambia, nunca es en vano. Dios tiene un propósito y te lo está mostrando. Mientras pasas por eso, lo que Él está construyendo en tu vida en medio de esta dificultad, esta enfermedad o esta relación o esta circunstancia, confía en Él. Él está haciendo cosas en tu vida que necesitarás transmitir en dos décadas a otra persona».
Nancy: Y esa es una palabra para las ancianas que están escuchando esta conversación.
Holly: Exactamente.
Nancy: Piensa en el curso de tu vida y en las cosas por las que el Señor te ha guiado: momentos en los que tal vez sí confiaste en Él, y momentos en los que no; pero tuviste resultados o consecuencias de eso. De todas esas experiencias, eres ahora una administradora de todo eso.
Holly: Así es.
Nancy: Dios quiere que mires a tu alrededor y digas: «¿A quién ha puesto Dios en mi vida, en mi iglesia, en mi grupo pequeño de estudio, en mi familia (quizás una hija, una nuera, una joven en tu iglesia) que necesita el aliento que he obtenido del Señor para que ahora yo pueda ser un medio de aliento para ella?» Bueno, esto es Tito 2 vivo y desarrollado. Vamos a terminar nuestra conversación de hoy. Y mi libro, Adornadas: Viviendo la belleza del evangelio juntas, trata sobre este mismo mensaje. Si quieres obtener una copia de este libro, puedes hacerlo visitando avivanuestroscorazones.com
Holly: Yeste libro, Nancy, es una sencilla verdad. Es tomar estos conceptos de los que hemos estado hablando y desarrollarlos de una manera que las mujeres puedan verlo. Es una progresión en la vida de ellas. Y de principio a fin, es el mensaje de Dios para nosotras como mujeres, sobre cómo Él quiere vivir Su vida a través de nosotras.
Sarah: Hoy, Holly Elliff nos recordó que la gracia de Dios es suficiente para ti hoy y mañana. Asegúrate de unirte a nosotras nuevamente mañana para continuar esta conversación con Holly Elliff.
Débora: Ayudándote a descubrir y a abrazar el diseño de Dios para tu vida, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación