Como el Buen Pastor, día 3
Débora: Robert Wolgemuth aclara lo siguiente. . .
Robert: Tu labor como esposo, si tu esposa está en desacuerdo contigo en cuanto al liderazgo, es hacer todo lo que puedas para ganártela, para atraerla. Recuerda que eres un pastor; ella tiene que escoger seguirte. Pero tu deber es hacer todo lo puedas para que ella lo desee.
Así que, no puedo cambiar a mi cónyuge, pero puedo orar para que Dios lo atraiga. Y como esposa puede ser que digas: «¡De ninguna manera!». No puedes cambiar a tu esposo, eso es cierto, pero puedes orar por él.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 26 de junio de 2024.
Aviva Nuestros Corazones es un ministerio con enseñanzas dirigidas a mujeres, pero sabemos que en ocasiones también tenemos hombres que nos siguen. Hoy escucharemos a un invitado que ha …
Débora: Robert Wolgemuth aclara lo siguiente. . .
Robert: Tu labor como esposo, si tu esposa está en desacuerdo contigo en cuanto al liderazgo, es hacer todo lo que puedas para ganártela, para atraerla. Recuerda que eres un pastor; ella tiene que escoger seguirte. Pero tu deber es hacer todo lo puedas para que ella lo desee.
Así que, no puedo cambiar a mi cónyuge, pero puedo orar para que Dios lo atraiga. Y como esposa puede ser que digas: «¡De ninguna manera!». No puedes cambiar a tu esposo, eso es cierto, pero puedes orar por él.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 26 de junio de 2024.
Aviva Nuestros Corazones es un ministerio con enseñanzas dirigidas a mujeres, pero sabemos que en ocasiones también tenemos hombres que nos siguen. Hoy escucharemos a un invitado que ha escrito un libro para los esposos, titulado «Como el Buen Pastor». Creo que nosotras como mujeres también nos beneficiaremos mucho de esta conversación en la que escucharemos sobre el rol que tienen los esposos de liderar como Jesús lo hizo.
Aquellas que son esposas y madres aprenderán cosas prácticas que pueden hacer para alentar a sus esposos e hijos a ser lo que Dios quiere que ellos sean. Y aquellas que son solteras obtendrán consejo sobre qué cualidades buscar en un esposo piadoso.
Aquí está Nancy con nuestro invitado de hoy, su esposo Robert Wolgemuth.
Nancy: Es un gozo para mí estar en el estudio con mi esposo. ¿Alguna vez pensaron que me escucharían decir algo así? Para muchas de nuestras oyentes creo que aún es algo surrealista, algo increíble, escucharme decir: «Mi esposo Robert Wolgemuth».
Gracias mi amor por ser parte de esta conversación y por hablar, no solo en muchas áreas de mi vida donde nuestro matrimonio me está ayudando a crecer y a convertirme en la mujer que Dios quiere que yo sea, sino también por haber escrito este libro y venir hoy para conversar sobre este tema de los esposos pastoreando y liderando sus matrimonios con gracia y amor.
Realmente quiero hacer énfasis en la gracia y el amor, porque uno puede malinterpretar la palabra «liderar». De hecho, uno de nuestros productores, cuando terminábamos los últimos detalles del episodio de ayer, me preguntó «¿Mencionarás algo incómodo en este tema?», porque para muchas mujeres el concepto de un esposo siendo el líder no tiene que ver con el amor y la gracia.
Incluso, Robert, mientras estabas escribiendo este libro, tú leíste otro libro escrito por la esposa de un pastor.
Robert: Así es. Leí un libro escrito por una mujer que fue físicamente abusada por su esposo. De hecho, él utilizaba Efesios 5: «Las casadas estén sujetas a sus propios maridos», esta era una excusa para abusar de ella.
Nancy: Y sé que cuando leíste ese libro simplemente no podías creerlo. Y fue tan doloroso para ti pensar que este tipo de situaciones existe en los hogares cristianos. Pienso que Dios también lo usó para motivarte a mostrar una imagen totalmente diferente acerca de lo que estamos hablando en el contexto del matrimonio.
Robert: Y quisiera ser cuidadoso al animar y amonestar a los esposos sobre este rol de líder. Quiero asegurarme de no solo hablar en términos generales.
A muchos hombres les gustan los deportes. Y si nos damos cuenta, incluso en los equipos profesionales, vemos cómo el entrenador llama al equipo fuera del campo de juego y saca una pequeña pizarra blanca. En esa pizarra blanca se encuentra la clave y las jugadas. Con un marcador, el entrenador les muestra a los jugadores lo que deben hacer exactamente. Ahora, estos hombres podrían molestarse. Ellos podrían decir: «¿Quién crees que eres? Yo sé lo que tengo que hacer en esa jugada»; pero ellos están enfocados en las instrucciones del entrenador.
Y creo que, como hombres, cuando las personas hablan en términos generales (usando términos filosóficos) realmente queremos información que podamos usar, que nos ayude a saber qué hacer y qué no hacer. Básicamente, que nos den instrucciones.
Ahora, yo sé que por lo general los hombres nunca se detienen a pedir instrucciones. Sin embargo, creo que al final del día un hombre quiere saber qué tipo de expectativas tienen de él y cómo llegar desde donde está hacia donde necesita estar.
Tal y como dijimos en el programa de ayer, esto debe ser transmitido por la esposa amorosamente. Creo que este libro aporta aspectos más específicos que simplemente decir: «Aquí está lo que tienes que hacer» de una manera general, sino: «Estas son algunas cosas que puedes hacer en tu hogar, que será muy satisfactorio para tu esposa y para ti como líder».
Nancy: Y hoy hablaremos sobre algunos aspectos específicos tomados de las Escrituras. Pero antes volvamos al inicio por un momento: tú enfatizas a los esposos que su llamado a liderar su matrimonio con amor y gracia no significa que debas hacer que tu esposa se someta a ti, o que puedas, o que tengas el derecho de demandar que se someta a ti.
Robert: Ciertamente intento dejar eso muy claro en el libro. Si tu esposa no está dispuesta a que tú seas el líder del hogar, si ella dice: «lo siento, realmente no me interesa. Esa es tu interpretación de las Escrituras, pero no estoy de acuerdo con esto», o, «Los dos tenemos la misma autoridad aquí», o cualquiera que sea el término que ella use, tú no puedes obligar a tu esposa a que acepte ese concepto, esa filosofía.
Nancy: Pero también le dices a los esposos que «No tienen que hacerlo».
Robert: Bueno, lo digo porque mi esperanza es que el esposo se convierta en un hombre amoroso, un líder tan efectivo que su esposa sea atraída hacia él. Las Escrituras dicen que el amor de Dios nos apremia, nos atrae.
Nancy: Es irresistible.
Robert: ¡Me encanta eso! Es como cuando pasas por una pastelería. Estás en la acera, abren la puerta y simplemente no te puedes contener…
Nancy: Nadie tiene que forzarte a entrar.
Robert: Así es. Y ese es el mensaje aquí. Tu labor como esposo, si tu esposa está en desacuerdo contigo en cuanto al liderazgo, es hacer todo lo que puedas para ganártela. Recuerda que eres un pastor; ella tiene que escoger seguirte. Pero tu deber es hacer todo lo puedas para que ella lo desee.
Otro aspecto importante es (y sabemos esto intuitivamente), que no puedo cambiarte Nancy. Puedo pensar que sí. Y eso no nos pasó a nosotros, pero sé que en algunas bodas el esposo y la esposa (la novia y el novio) están allí de pie pensando: bueno, el sesenta por ciento de esto es bueno, el cuarenta por ciento lo podemos cambiar. ¡No funciona así!
Sin embargo, nosotros sí conocemos el poder de Dios. De hecho, hace un tiempo tú y yo conocimos a un joven que fue un hijo pródigo por tres años. Su papá estaba en el ministerio, y él era parte de ese ministerio. Pero de repente él simplemente se alejó del Señor.
Hablamos sobre el poema de Francis Thompson «El sabueso celestial». Dios, sin cesar, persiguió a este joven. Su mamá estaba de rodillas orando por él, y ese joven regresó al Señor una semana antes de que lo viéramos. Él se puso de rodillas en la habitación de un hotel y Dios recapturó su corazón completamente.
Así que, no puedo cambiar a mi cónyuge, pero puedo orar para que Dios lo atraiga. Y como esposa puede ser que digas: «¡De ninguna manera!». No puedes cambiar a tu esposo, eso es cierto, pero puedes orar por él.
Nancy hay historias que tú y yo conocemos sobre mujeres que han orado fielmente para que sus esposos vengan a Cristo, y eventualmente «El sabueso celestial» triunfa y ese hombre viene a Cristo.
Nancy: Y creo que el matrimonio, y todo lo relacionado a él, nunca se acercará a lo que debe ser si ese matrimonio no tiene un Pastor con «P» mayúscula, un buen Pastor, un gran Pastor que los esté guiando, liderando.
Bueno, antes de ir a los pasajes en la Palabra de Dios que van a aclararnos más el tema, quisiera volver a hablar del liderazgo. Para algunas personas, el que un esposo sea líder de la esposa puede traer a la memoria (a aquellos que tienen edad suficiente), episodios de serie televisivas donde eran familias y eran un tipo de comedias.
Robert: Tristemente sí, lo recuerdo.
Nancy: ¿Estos individuos en estas comedias de familia eran líderes o cómo describirías la figura que representaban en ese entonces?
Robert: Estos líderes en estas comedias eran toscos, abusadores, profanos, crueles, desconsiderados…
Nancy: Podemos decir que eran como cretinos.
Robert: ¡Lo eran! No tengo mi diccionario aquí, pero sí que lo eran. Realmente creo que en un futuro, cuando se escriban los libros de historia, la década de esos programas de televisión será un estereotipo de cómo se veía el liderazgo en su peor expresión.
Aunque hay personas que pudieran decir: «¡Esos hombres eran líderes!», pero realmente nunca se levantaron de su sofá!, ¿cierto?
Nancy: Sí, es el tipo de líder que grita órdenes: «¡Sírveme!».
Robert: Exactamente. ¿Puedes imaginarte a esos líderes diciendo: «¿Hoy voy a lavar los platos?».
Nancy: ¡No, para nada!
Robert: ¡No!
Nancy: Algo, que por cierto, tú haces cada noche. Gracias mi amor.
Robert: Bueno, creo que se me da mejor lavar los platos que hacer la cena. Sé cómo dejar limpios los platos.
Nancy: Es que hacemos trabajo en equipo.
Robert: Así es. Me encanta eso.
Nancy: Solo quisiera aclarar que ese estereotipo que mencionábamos está muy lejos de lo que estamos hablando aquí, de lo que tú hablas en tu libro y de lo que significa cuando Dios dice que el esposo debe ser cabeza de la mujer, el líder, el guía de su esposa o de la familia. Y eso no es algo cruel, abusivo, desatento, o malvado, sino que es el corazón amable, amoroso y afectivo de nuestro Pastor y Salvador. Y eso es lo que estamos tratando de enfocar aquí.
Robert: Así es. Yo doy una ilustración en el libro que muestra que somos iguales en este matrimonio, ¿verdad? Y, de hecho, he tenido algunos amigos que lo han leído y han cuestionado esto un poco.
La historia que cuento es acerca de mi negocio. Yo tenía un negocio con un amigo que se llama Michael Hyatt. Fuimos a ver a un abogado para redactar los documentos corporativos, y ese hombre nos preguntó: «¿Quién es dueño de qué?», y, «¿Cuánto tiene cada uno?».
Nos miramos el uno al otro y dijimos: «este es un acuerdo de partes iguales».
Y el abogado nos dijo: «les aconsejo que no hagan eso».
Y nosotros dijimos: «Pero, ¿por qué?».
Y el abogado respondió: «Bueno, porque llegará el momento en que uno de ustedes tendrá que tomar una decisión. Así que, ¿qué harán si es a partes iguales?».
Tengo diez años más que Mike, así que nuestro abogado le dijo a Mike: «Robert y yo hemos estado unos años más que tú dentro del negocio de la publicidad. Creo que Robert debe tener el cincuenta y uno por ciento». Eso no nos afectaba financieramente, pero en los documentos corporativos, yo era el dueño con el cincuenta y uno por ciento.
Déjame decirte lo que pasó. Mike es un hombre dotado de muchas cualidades (lo sabía desde hace 30 años). Mi trabajo desde ese momento era hacer todo lo que estaba a mi alcance para que Mike fuera un ejecutivo exitoso en el negocio. Yo tenía el poder de hacer eso posible, ya que era el dueño del cincuenta y uno por ciento.
Entonces es lo mismo en el matrimonio. Esta es la metáfora del liderazgo: somos compañeros de igual valor, pero cuando llega el momento decisivo… Yo cuento algunas historias en el libro donde tú me dices: «Mi amor, hemos hablado sobre esto, lo hemos debatido, hemos orado por esto, hemos acudido a personas en las que confiamos, pero quiero que seas tú quien tome la decisión. Tú eres quien tiene el cincuenta y uno por ciento». No utilizaste esa expresión, pero así lo era en ese momento.
Nancy: Mencionaste a Michael Hyatt, quien es tu amigo de hace mucho tiempo y un antiguo compañero de negocios (algunos reconocerán su nombre). Él es un autor de libros más vendidos, bloguero y un orador muy conocido.
En la contraportada del libro, Como el buen Pastor, hay un párrafo escrito por una persona y esa persona es Michael Hyatt. Y Robert, sé que vas a sonrojarte un poco mientras leo una parte de lo que Mike Hyatt escribió sobre el libro; también pienso que muchos hombres serán animados a considerar leerlo. Él dijo:
«Como amante de los libros, mi biblioteca personal incluye muchos volúmenes que me han ayudado y me han moldeado. Muchos son buenos, otros son muy buenos. A algunos los considero clásicos. Mientras lo leo, sé cuando un libro será un clásico cuando de pronto pido diez copias más sin haber terminado de leerlo.
Sí, «Como el buen Pastor» ¡es así de bueno! Robert Wolgemuth presenta una imagen convincente de lo que le puede suceder a un matrimonio cuando el esposo escoge liderar a la esposa como el Buen Pastor lidera a su rebaño.
Estoy maravillado con lo que Robert ha hecho aquí, valientemente sostener el estándar bíblico. La narración es fabulosa. Fácipuedes hacerl de leer, es el mejor libro sobre el matrimonio que he leído en mucho, mucho tiempo. ¡Con entusiasmo se los recomiendo!».
Ese mensaje viene de un hombre, un hombre respetado, eso anima a nuestras oyentes, y también a otros, a obtener una copia de este libro. Y lo que me encanta de este libro es que está basado en el paradigma que vemos en las Escrituras de nuestro Buen Pastor, nuestro Gran Pastor: un llamado a los esposos a seguir Su liderazgo.
Y hay muchos pasajes en las Escrituras que describen de manera hermosa la relación entre las ovejas y los pastores y qué es lo que hace un buen pastor. Sin embargo, pienso que ninguno es más valioso o famoso que el Salmo 23.
Así que, quisiera que conversáramos sobre cuáles son algunas de las maneras en que los pastores lideran a sus ovejas. Robert, ¿pudieras leer ese pasaje y empapar nuestro corazón con esa Palabra?
Robert: Me encantaría. Utilicé este salmo como guía en el diseño de los capítulos del libro, así que nuestros oyentes verán en el bosquejo del capítulo cómo se explican algunos de estos conceptos.
Salmo 23, salmo de David:
«El Señor es mi pastor, Nada me faltará.
En lugares de verdes pastos
me hace descansar;
Junto a aguas de reposo me conduce.
Él restaura mi alma;
Me guía por senderos de justicia
Por amor de Su nombre.
Aunque pase por el valle de
sombra de muerte,
No temeré mal alguno,
porque Tú estás conmigo;
Tu vara y Tu cayado me infunden aliento.
Tú preparas mesa delante
de mí en presencia de mis enemigos;
Has ungido mi cabeza con aceite;
Mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia
me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa del Señor
moraré por largos días». (vv. 1-6)
Nancy: ¡Amén! Esa es una imagen en el Antiguo Testamento que muestra cómo Dios pastorea a Su pueblo, cómo Cristo pastorea a Su Iglesia. Así que en resumen, este libro muestra maneras en las que los esposos pueden pastorear a sus esposas y que el llamado a ser esposo es un llamado a ser como el Buen Pastor.
No expondremos todo el tema en esta conversación, pero me gustaría tratar algunos conceptos que pienso que serán alentadores tanto para las esposas como para los esposos. Y uno de los puntos es todo este concepto del pastor protegiendo a las ovejas. Eso supone que hay cosas de las cuales proteger a las ovejas, porque hay depredadores.
Para obtener un panorama completo quiero dar una pequeña ilustración. Es algo que nuestras oyentes no pueden ver, pero me encantaría que lo describieras para ellas. Hubo una temporada en nuestra casa (que duró alrededor de ocho meses ya) en la que tuvimos insectos en toda el ala oeste de la casa, en todas las habitaciones. No sé por qué en esa área específica de la casa. No sabíamos de dónde venían o si se estaban reproduciendo allí.
Robert: ¡Seguramente sí!
Nancy: En ese momento no debía ser temporada de insectos, pero todo el tiempo estábamos aplastándolos, bueno, tú lo hiciste más que yo, ¡pero recuerdo que fue muy molesto! Sin embargo, en ese tiempo te diste cuenta de que no me gustan los insectos.
Robert: ¡Oh sí, me di cuenta!
Nancy: Bueno, recuerdo que me dio miedo pensar que si una madrugada intentaba tomar tu mano, en lugar tu mano tomaría un insecto.
Robert: De hecho, en una ocasión había un insecto dentro de una bebida que estabas tomando.
Nancy: ¡Una botella de agua! Una botella de agua que dejé destapada. ¿Recuerdas cuánto grité?
Robert: Sí lo recuerdo. Está muy vívido en mi mente. Gracias. No tienes que recordármelo.
Nancy: Luego vimos en YouTube cómo hacer una trampa para esos insectos, y ¡se te iluminaron los ojos! Hiciste dos de esas trampas. ¡Descríbelas por favor!
Robert: Hice una para tu estudio y una para el mío. Tomé una botella plástica de dos litros. Luego, corté un tercio de ella en la parte superior. Si te lo imaginas parece como un túnel; después pones la botella boca abajo. Pones una luz LED en el fondo y los insectos son atraídos por esa luz. Bueno, parecía un proyecto de ciencias hecho por un estudiante de secundaria.
Nancy: Pero realmente, ¡es mi esposo protegiendo a su esposa de los insectos! Aunque tú estabas haciéndolo de una forma muy literal. Gracias mi amor. Yo esperé que todos cayeran ahí y se fueran para siempre.
Robert: Bueno, regresando a lo que hablábamos hace unos minutos, eso me dio algo que hacer; era una tarea, algo que podía hacer para ayudarte con tu problema y tu miedo a esos pequeños insectos.
Yo pude ser empático, ¿cierto? Pude decir: «Oh mi amor, lamento tanto que tengamos estos insectos. Hemos hablado con los exterminadores pero ellos no saben qué hacer». Pero luego tú me mostraste ese video que decía como hacer una trampa para esos insectos. Y en dos horas fui a la tienda, compré las botellas y…¡ta-rán! ¡Allí estaba la trampa!
Nancy: Y en nuestro matrimonio, tú fuiste quien tomó esa responsabilidad. No queremos sugerir en lo absoluto que habría algo de malo en que fuera la esposa la que construyera la trampa para insectos. Algunas esposas pueden hacer eso mejor que sus esposos y no hay problema con eso, pero hay un instinto protector que Dios puso en el corazón del esposo que funciona de la misma manera en la que Dios protege a Su pueblo.
Y la mayoría de las veces, esa protección se trata necesariamente de elaborar algo. ¿Cómo puede un esposo ser el protector de su esposa? ¿Cuáles son algunos de esos depredadores?
Robert: Bueno, algunos de ellos son emocionales. Pondré un ejemplo más práctico. A mí me gustan las películas con helicópteros.
Nancy: A mí no tanto.
Robert: Yo puedo decir: «Esta es una película que puede asustar a mi esposa y mantenerla despierta toda la noche. Voy a protegerla de eso».
Este es otro ejemplo: yo manejo una camioneta, y tú un auto común. Cuando te subes a mi camioneta, me gusta tomarte del brazo para asegurarme de que no resbales cuando pongas tu pie en el escalón.
Algunos hombres pueden decir: «¡Ella puede sola!» Pero me encanta tomar ese rol. Hace décadas, al caminar por la acera, los hombres caminaban por el lado de la calle. Lo hacían debido a los charcos en la calle. Si un carruaje pasaba, ambos podían ser salpicados. Pero la razón por la que los hombres hacían esto era porque si el carruaje pasaba por un charco, era más probable que le salpicará a él y no a ella. ¿Sabías eso?
Nancy: Sí. Esa es realmente la esencia de ser un caballero, ¿cierto? De hecho, una de las cosas que le dije a una amiga después de nuestra primera cita fue: «Es un caballero y un hombre muy amable». Eso fue por ese espíritu protector que tienes.
Y recuerdo otra conversación que tuvimos al inicio de nuestra relación, donde yo te conté sobre una relación que por años ha sido bastante difícil y me había provocado cierta angustia y estrés; había sido un reto para mí.
Cuando te conté sobre eso (y fue un momento muy tierno; había ocurrido otra situación en esa relación), tú me dijiste: «Si el Señor nos lleva a convertirnos en marido y mujer, a estar casados, esa relación no será una carga para ti nunca más. Yo voy a llevar esa carga, por ti, contigo». Eso es protección.
Y eso no significa que ya no tenga que lidiar con esa relación, tengo que hacerlo, pero respecto a la carga que implica, dijiste: «Voy a llevarla sobre mis hombros». Esas fueron las palabras de un protector, de un pastor.
Robert: Y para los esposos que están sentados escuchando esto, les prometo una cosa: Cuando asumes ese rol, tendrás mucho más gozo que cualquier otra cosa que hayas experimentado en tu matrimonio.
Por ejemplo, durante dos años y medio fui el cuidador de mi primera esposa que tuvo cáncer de ovario en etapa terminal. No puedo ni siquiera describir el gozo (y esto que diré va a hacerme parecer mejor de lo que soy), no puedo describir el gozo que tuve al proteger a mi primera esposa, Bobbie, durante cientos de citas con doctores, esperando despierto toda la noche, especialmente durante los últimos meses de su vida y siendo su principal protector y cuidador.
Ese es el rol. Y lo repito: espero que el hombre que esté escuchando entienda que esto no es una tarea cruel.
Estoy ofreciéndote un regalo. Dios te creó para este rol, ¡y Él te conoce mejor de lo que tú te conoces a ti mismo! Puedes hacerlo poco a poco y te traerá gran gozo.
Y hablando de películas, si me gusta una, la recomiendo a mis amigos, porque sé que la disfrutarán también. Así que esto es igual. Les digo a ustedes, hombres: si tú eres un esposo y estás escuchando esto, te prometo que mientras más efectivo seas en amar y proteger a tu esposa, mayor será el gozo que experimentarás como hombre y como esposo.
De hecho, la frase «a salvo» es muy importante para mí. Cuando aterrizo (cuando tú y yo no viajamos juntos Nancy) en el momento en que el avión toca la pista de aterrizaje, te escribo un mensaje con la frase: «aterricé a salvo».
Y esto puede sonar ingenuo y tonto, pero este es un mundo ocupado y peligroso, quiero sentirme seguro en tus brazos y sé que tú quieres sentirte segura en los míos.
Nancy: Y una de las cosas que me has dicho muchas veces es: «Quiero que te sientas segura conmigo». Eso puede significar seguridad física, pero también emocional. Puede referirse a sentirme segura en cuanto a no tener que escuchar palabras crueles, estar a salvo de vivencias hirientes, o ataques emocionales. «Quiero que te sientas segura conmigo».
Y has hecho todo, mi amor, para crear un ambiente en nuestro matrimonio donde yo sé que es muy importante para ti el que yo me sienta segura contigo, porque quieres que yo conozca cuán seguros estamos tú y yo en el Señor.
Robert: ¡Así es!
Débora: Nancy DeMoss de Wolgemuth y su esposo Robert nos han estado mostrando cómo las parejas casadas pueden hacer de su hogar un lugar seguro. En su libro titulado: «Como el buen pastor: Lidera tu matrimonio con amor y gracia», Robert Wolgemuth ha llamado a los hombres a entregar sus vidas por sus familias.
Aviva Nuestros Corazones es un programa para mujeres, pero si nos escuchas hoy y eres un hombre, te animamos a adquirir una copia de este libro. Y si nos escuchas y eres una mujer que tiene un esposo, un padre o un hermano que quiere aprender cómo liderar como Jesús, puedes regalarle una copia. Obtén más información de cómo adquirir este libro en nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com
Si has cometido errores en tu matrimonio y crees que ya no tienen solución o que no hay forma de mejorar tu relación matrimonial, Robert Wolgemuth te dará ánimo el día de mañana. ¡Aún tienes tiempo, acompáñanos!
Llamándote a imitar a Cristo, el Buen Pastor, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras fueron tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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