Como el Buen Pastor, día 2
Débora: Robert Wolgemuth le recuerda a los esposos una verdad muy importante. . .
Robert Wolgemuth:
«El llamado a liderar a tu esposa con amor y gracia es el llamado a ser el tipo de esposo que atrae a su esposa, con una ternura y liderazgo humilde que también la atiende, es el tipo de seguridad que, con precisión, elimina sus ansiedades y temores. Es una dirección que provee un lugar seguro para que ella arraigue allí su corazón.
Como esposo, tienes la oportunidad de hablar palabras a su vida que le recuerden que aún la valoras, palabras que confirman que ella aún tiene ese tipo de belleza que te atrajo hacia ella en primer lugar. La sumerges en palabras que la nutren y traen vida a cualquier sequedad que pudiera haber en su corazón que viene de años de rutina y en ocasiones de trabajo poco agradecido.
Día tras …
Débora: Robert Wolgemuth le recuerda a los esposos una verdad muy importante. . .
Robert Wolgemuth:
«El llamado a liderar a tu esposa con amor y gracia es el llamado a ser el tipo de esposo que atrae a su esposa, con una ternura y liderazgo humilde que también la atiende, es el tipo de seguridad que, con precisión, elimina sus ansiedades y temores. Es una dirección que provee un lugar seguro para que ella arraigue allí su corazón.
Como esposo, tienes la oportunidad de hablar palabras a su vida que le recuerden que aún la valoras, palabras que confirman que ella aún tiene ese tipo de belleza que te atrajo hacia ella en primer lugar. La sumerges en palabras que la nutren y traen vida a cualquier sequedad que pudiera haber en su corazón que viene de años de rutina y en ocasiones de trabajo poco agradecido.
Día tras día te propones no cansarte de darte a ella. Ese es el tipo de líder que yo creo que la Biblia nos insta a ser a ti y a mí».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 25 de junio de 2024.
Aviva Nuestros Corazones es un programa para mujeres, pero nuestro invitado de esta semana ha escrito un libro para esposos y padres acerca de cómo guiar a sus familias. Te animamos a prestar mucha atención, porque escuchar sobre el diseño de Dios para los hombres, nos ayuda a las mujeres a aprender cómo podemos animarlos de una mejor manera.
Robert Wolgemuth es esposo de Nancy, y si no conoces su historia, te compartimos que él estuvo casado con Bobbie Wolgemuth y juntos tuvieron dos hijas. Él cuidó de Bobbie durante sus años de lucha contra el cáncer, hasta que el Señor la llevó al hogar celestial. Robert escribe mucho de su experiencia en su libro: «Como el buen pastor: Lidera tu matrimonio con amor y gracia» del cual estamos hablando en esta serie.
Aquí están él y Nancy para hablarnos acerca de su contenido.
Nancy: Bueno, es un gozo estar aquí esta semana y poder conversar con mi esposo. De hecho, hablamos toda la semana, todos los días y durante todo el día. Pero hoy nuestras oyentes de Aviva Nuestros Corazones se unen a nuestra conversación. Cariño, el libro del que estamos conversando, ¿es el veinti. . . algo?
Robert Wolgemuth: Sí, veinti-algo.
Nancy: Has escrito más de veinte libros. El primero fue el que se titula…
Robert: «Mi hija me llama papi: Siete cosas que debes saber sobre la crianza de una hija», escrito en 1996.
Nancy: Escrito para papás de niñas.
Robert: Correcto
Nancy: Y ese libro aún sigue disponible.
Robert: Así es.
Nancy: Podemos ver que siempre has tenido un corazón para la familia, para la crianza de los hijos y para el matrimonio.
Robert: Así es.
Nancy: Has escrito mucho acerca de ambos temas, pero estoy muy emocionada por este libro que escribiste, porque he aprendido mucho más sobre los caminos de Dios en el matrimonio, mi llamado como esposa, de ti y de haber estado contigo en el proceso de escribir este libro.
Se titula Como el Buen Pastor:Lidera tu matrimonio con amor y gracia. Y quiero animar a nuestras oyentes a escuchar el episodio de ayer si no pudieron hacerlo. Puedes visitar AvivaNuestrosCorazones.com o ir a la aplicación, para que escuches el audio o leas la transcripción.
Este es un episodio que será de ánimo, no solo para las mujeres, sino también para los hombres. Y si crees que esto es algo que podría interesarle a tu esposo, asegúrate de decirle cómo puede escucharlo.
Bueno, pienso que este es un libro que será una bendición para ambos: esposos y esposas. Ayer sugerimos adquirirlo para tu esposo, o uno de tus hijos adultos, o yernos, o algún papá que sepas que tiene un corazón con el anhelo de crecer en esta idea de liderar su matrimonio con amor y gracia.
Y ayer hablábamos acerca de todo este concepto de un esposo como pastor. Solo quisiera dejar esto claro, porque sé que alguien puede estar pensando: Si el esposo es el pastor, entonces la esposa es...
Robert: . . . una oveja (ambos).
Nancy: No creo que a muchas mujeres les encante que las llamen de esa manera.
Robert: Estoy seguro de que tienes razón.
Nancy: No se escucha como un término muy halagador. Así que Robert, ayúdanos a comprenderlo.
Robert: Claro que sí. Cuando se escribió la Biblia, los hombres eran pastores, agricultores, granjeros y pescadores. Esa era la cultura. No había llegado aún la era industrial. De manera que las ilustraciones en ese tiempo estaban en ese contexto. Pero es interesante, Nancy, porque la Biblia nos llama a todos ovejas.
Nancy: No solo a las esposas.
Robert: No solo a las mujeres. «Todos como ovejas nos hemos descarriado», «Jesús es el Cordero inmolado». Entonces, nos encontramos dentro de un grupo muy amplio. Ninguno se escapa de ser llamado oveja, y existe una razón para ello.
Las ovejas son muy buenas dispersándose. La primera historia en Lucas capítulo 15, es una que habla bastante sobre una oveja que perdió su camino. No lo hizo en rebeldía. Y como el hijo pródigo, esa historia también se relata en este capítulo, él agitó su puño en la cara de su padre y dijo: «me largo de aquí».
En el caso de la oveja no fue así. La oveja no parece tener una actitud desafiante. Simplemente pareciera que es fácil de distraerse, un poco de pasto aquí, otro poco de pasto por allá, y de pronto cuando voltea, ya no sabe dónde se encuentra. Así somos todos nosotros. La Biblia deja muy claro que nosotros tenemos esa tendencia.
Nancy: Y una de las cosas que me encanta del libro es que hablas acerca de que no son solamente las esposas quienes tienen la necesidad de seguir a un pastor humano, sino que también retas a los hombres. Retas a los esposos diciendo que no pueden liderar bien a sus esposas si no han aprendido que cada uno es una oveja en necesidad de un pastor, y que necesitamos aprender a seguir a nuestro Buen Pastor.
Robert: Sí. Uno de los conceptos más importantes en la vida es la idea de ser un aprendiz.
Nancy: Así es.
Robert: Cuando estudiaba en la universidad trabajaba para un contratista, y aprendí cómo hacer muchos oficios, desde albañilería, el trabajo eléctrico, carpintería, todo, observando cómo lo hacía él. Podría haber leído un manual (en ese entonces no había YouTube), pero aprendí cómo hacerlo observando a alguien que era un experto haciéndolo.
Y esa es la idea. Estoy aprendiendo a ser un pastor siendo oveja del Buen Pastor. Hablo mucho acerca de eso: tengo una mayor capacidad de ser un buen pastor si observo a mi Buen Pastor al mismo tiempo que soy una oveja obediente bajo Su liderazgo. Solo así sabré cómo se ve; he visto a alguien más hacerlo. Lo he experimentado con el Buen Pastor, con B y P mayúsculas, y ahora tengo algunas pautas para aplicarlas en mi propio hogar.
Nancy: Y esa es una de las cosas que ha sido una gran inspiración para mí. No es un secreto para nuestras oyentes que soy una mujer fuerte. Fui soltera por cincuenta y siete años. Fui liderada y discipulada, pero no de la manera en que lo soy ahora como esposa.
Y humanamente hablando esto pudo haber sido un cambio muy duro o incluso imposible, me refiero a estar en el papel de una esposa con un esposo que tiene una visión de pastorear a su esposa.
Además de la Palabra de Dios y los caminos de Dios, lo que me ha inspirado a nivel humano es ver cómo cada día, humilde y fervientemente, buscas a nuestro Buen Pastor. Lo estás siguiendo; estás escuchando Su voz. Te levantas aún antes del amanecer, de hecho casi todas las mañanas estás de rodillas delante de la Palabra, escuchando Su voz y orando por nuestro matrimonio y por las cosas que nos conciernen a ambos.
Eso hace que a mí me resulte mucho más fácil seguir tu liderazgo, confiar en tu liderazgo. No porque tenga la expectativa de que serás el esposo perfecto, como yo tampoco soy la esposa perfecta, pero sé que puedo confiar en el Señor.
Robert: Así es.
Nancy: Sé que podemos confiar en el Señor. Y si tú lo estás escuchando a Él, entonces Dios tiene cuidado nosotros.
Robert: Incluso ahora mismo, al decir esas palabras, tengo un sentido de pánico. Porque sé lo pecador que soy y sé que sin la gracia de Dios, Su misericordia y Su perdón, no tendría ni la más mínima oportunidad.
Nancy: ¿Pero no es ese el propósito para todos nosotros?
Robert: Así es. Por supuesto que lo es. Y al escuchar estas cosas amables y maravillosas, me siento agradecido por ellas. Son palabras que me animan porque me ayuda a querer continuar haciendo lo que estoy haciendo, y ser ese hombre en tu vida.
Pero estoy tan consciente de mi propia pecaminosidad y mi propia insuficiencia cuando se trata de hacer algo correcto, de ser obediente y escuchar la voz de mi Buen Pastor mientras te guio.
Nancy: Y no puedo imaginarme a algún esposo que conoce al Señor, y que se conoce a sí mismo, que no tenga esos mismos sentimientos.
Robert: Así es.
Nancy: Mi punto es: La confianza de una mujer, la confianza de una esposa, en última instancia, no está puesta en que su esposo sea todo lo que él debe ser, porque ¿qué esposo podría serlo? O ¿qué esposa podría serlo?
Robert: Correcto.
Nancy: Pero nuestra confianza está puesta en el Señor, que es la razón por la cual mencionaremos algo que dijimos ayer. Nuestra canción es «Cristo, cual Pastor, oh guía nuestros pasos en tu amor», necesitamos ese tierno cuidado. Al mirarlo a Él, podemos confiar en que Él conciliará esas diferencias y esos retos que vengan en la relación de pastoreo que tenemos.
Robert: Correcto.
Nancy: Y permítanme regresar a algo realmente fundamental. Cuando hablamos de un esposo como pastor dirigiendo su matrimonio con amor y gracia, eso es importante. Pero esa palabra «liderar», todo ese concepto, en nuestra cultura, nada podría ser más políticamente incorrecto.
Robert: Sí.
Nancy: De hecho, experimentaste eso como escritor, buscando una editorial que estuviera interesada en publicar este libro. Y para tu gran sorpresa, te diste cuenta de que muchas editoriales cristianas no querían publicar un libro como ese.
Robert: Así es. No les gustaba la palabra «liderar». Una editorial en particular me llamó. Ese ha sido mi ámbito de trabajo por cuarenta años. Conozco a esas personas, incluso algunos llegaron a trabajar para mí.
El editor muy amablemente me dijo: «Lo llevamos al comité de publicaciones, que es lo que siempre hacemos con las propuestas que nos llegan, y si estás dispuesto a cambiar la palabra “liderar” por alguna otra, entonces podríamos hablar de la posibilidad de publicarlo. Pero si no, no lo podremos publicar».
Tengo que decir, que parte de la razón por la que escribí este libro es para ayudar a explicarla. De hecho, estoy deseoso de enviarles una copia del libro, porque creo con todo mi corazón que las personas alrededor de esa mesa que rechazaron el término, entenderían de dónde vengo, mirarían el libro y dirían: «Ojalá hubiéramos publicado ese libro».
Y espero que este libro no sea lo que ellos pensaron que resultaría ser por esa palabra «liderazgo».
Nancy: Y yo estoy tan agradecida de que tuvieras la oportunidad de grabar una versión en audio de este libro. Y Robert quiero pedirte que leas una porción del libro que pueda resumir lo que realmente es el corazón de este libro. Vamos a escuchar algunos párrafos que capturen la idea central de lo que acabas de decir.
Robert Wolgemuth:
«El llamado a liderar a tu esposa con amor y gracia es el llamado a ser el tipo de esposo que atrae a su esposa, con una ternura y liderazgo humilde que también la atiende, es el tipo de seguridad que, con precisión, elimina sus ansiedades y temores. Es una dirección que provee un lugar seguro para que ella arraigue allí su corazón.
Como esposo, tienes la oportunidad de hablar palabras a su vida que le recuerden que aún la valoras, palabras que confirman que ella aún tiene ese tipo de belleza que te atrajo hacia ella en primer lugar. La sumerges en palabras que la nutren y traen vida a cualquier sequedad que pudiera haber en su corazón que viene de años de rutina y en ocasiones de trabajo poco agradecido.
Día tras día te propones no cansarte de darte a ella. Este es el tipo de líder que yo creo que la Biblia nos insta a ser a ti y a mí».
Nancy: ¡Wow! Y cariño, creo que eso resume el tema central de este libro.
Robert: Yo también lo creo.
Nancy: La manera en que describes el liderazgo, y para aquellas mujeres que pudieran sentirse incómodas con el concepto de que su esposo sea el líder, simplemente no encaja en esta cultura. Lo que estoy diciendo es: ¿Qué mujer que conoce y ama a Cristo no se sentiría emocionada de tener un esposo que piensa y lidera de esta manera?
Robert: Así es. Esta es una parte muy importante de la conversación, Nancy, porque tienes razón. Escribí este libro para los hombres, pero en su gran mayoría, son mujeres las que nos están escuchándonos en este momento. Digamos que muchas de ellas están casadas y tienen esposo.
¿Cómo recomendarán el libro a través de este programa? Digamos que la esposa lo ordena, y lo recibe en su correo, lo tiene en sus manos, y se pregunta: ¿qué haré ahora?
He pensado mucho en eso. Digamos que tienes algo que quieres darme, pero no es una caja de dulces. No es mi postre favorito, o lo que sea. Es algo que me va a retar. ¿Cómo lo haces?
De hecho estoy pensando en ir a dar un paseo en el auto. Supongamos que no tenemos GPS y que voy en la dirección equivocada. Tú estás sentada ahí, y tú…
Nancy: En nuestro caso, realmente sería lo opuesto. Yo sería la que no tiene ni idea de a dónde nos dirigimos.
Robert: Bueno, esto es sola una ilustración. Imaginátelo. . .
Nancy: Te seguiré la corriente.
Robert: Entonces, ¿qué harías para que yo vaya a la dirección correcta? Voy hacia el sur en la carretera, y necesito ir hacia el norte. La manera en la que me dices que cambie hacia la otra dirección es clave para cómo yo voy a responder.
Así que es absolutamente apropiado, creo, que las mujeres que están escuchando este programa están buscando la mejor manera posible de poner este libro en las manos de sus esposos. La manera en la que este libro pase de tus manos a las suyas tiene que ver con la forma en la que lo describan y entreguen.
No es un: «No tienes remedio. Todo lo haces al revés. Eres un líder terrible, un esposo lamentable (o lo que sea)»
Nancy: O: «Necesitas este libro».
Robert: «Realmente necesitas este libro». Debe ser de una manera amorosa, lo que sabes acerca de este libro y cuánto te encantaría que escuchara el corazón de un hombre sobre el tema.
Nancy: Eso sería de tanto ánimo para los esposos.
Robert: Sí. Exacto. Esa es mi esperanza.
Nancy: No se trata de cargarlos con la culpa por cómo están fallando.
Robert: Correcto.
Nancy: Se trata de animarlos en lo que creo que Dios puso en los hombres para querer ser y hacer.
Robert: Sí. Hace años publiqué a Tim LaHaye, que ha escrito muchos libros, muchos libros exitosos, incluyendo la serie «Dejados Atrás». Tuve el gozo de conocer a Tim y a su esposa Beverly. En una ocasión Tim me dijo algo que nunca he olvidado, y como publicista, se lo digo a todos mis clientes: «Ese libro es una larga carta para una persona».
No estoy hablando en un micrófono. No estoy predicando a una gran multitud de hombres. Estoy sentado en una esquina de un café con una taza de café sobre la mesa. Yo estoy inclinado, él se inclina para escuchar, y yo abro mi corazón.
Eso es lo que es este libro. No estoy predicando; no estoy apuntando a nadie con mi dedo. Si estoy apuntando a alguien es a mí mismo, haciendo saber lo fácil que es «tirar la toalla» en esta tarea. Esta es una conversación uno a uno en todos los sentidos. Un libro es un recurso muy íntimo.
La idea es que la mujer vea como invitarme, si puedo aspirar a tanto, a sentarme con su esposo y una taza de café para abrir mi corazón acerca de esta idea de liderar su matrimonio con amor y gracia.
Nancy: Sí. Y como ya lo hemos dicho. Este es un libro que también retará a las esposas. Esto es lo que una mujer escribió en la página de Facebook del libro «Como el Buen Pastor», y animamos a nuestras oyentes a ir a la página para que les sea de ánimo. Ella dijo: «Aunque al principio la imagen de esposas como ovejas era un poco extraña y una afrenta a mi orgullo, es bíblica, y estoy comprometida a seguir a mi Gran Pastor al dejar que mi esposo lidere».
Y luego te dijo a ti, Robert, «Gracias por tratar este tema con tanta gracia».
Robert: ¡Wow!
Nancy: Lo que haces en este libro es usar muchas ilustraciones, muchas ilustraciones que creo que los hombres van a disfrutar. Hay mucho humor que hace que este libro sea realmente accesible. Eres muy transparente; compartes tu propia experiencia y no escribes como alguien que ya lo ha alcanzado, que lo ha logrado.
Robert: Oh, me da gusto saberlo.
Nancy: Escribes como alguien que está en medio del recorrido. De hecho, una historia que te he escuchado contar en numerosas ocasiones se trata sobre un viaje en bicicleta que hiciste cuando estabas en la universidad, y que te enseñó algunas lecciones acerca del matrimonio.
Robert: Así es. Viajé en bicicleta con treinta y nueve amigos desde San Francisco, todos ignorantes de lo que íbamos a hacer, California, hasta la ciudad de Nueva York.
Nancy: ¿Cuántas millas?
Robert: 6,400 kilómetros. No descansamos ni un día. Viajamos por treinta y nueve días, sin descansar un solo día. Si llovía buscábamos alguna estación de gasolina que tuviera un techo y esperábamos que dejara de llover. Pasamos por tres desfiladeros de 3,000 metros yendo hacia el oeste. Rebasé un camión que iba a 96 kilómetros por hora, en una bicicleta de 28 libras y sin ninguna valla de contención a mi lado.
Nancy: Wow. ¿Y sin casco?
Robert: Sin casco. Eso fue en los días en que…
Nancy: . . .aún no era obligatorio usar casco.
Robert: (Riéndose) En parte porque tenía diecinueve años, y ese es el tipo de cosas que haces cuando tienes 19.
Así que para poder rebasar fácilmente a este grupo de cuarenta ciclistas, nos dividimos en grupos de cinco y seis hombres. Íbamos con dos kilómetros de separación, para que un carro pudiera rebasarnos poco a poco.
Esto es lo que aprendí: cuando viajas así y eres el que va al frente en un grupo de cinco o seis hombres, tienes la responsabilidad de abrir el camino, de manera que los ciclistas detrás de ti puedan seguirte fácilmente. Y aunque no lo parezca, pero es así, al que va detrás del primer ciclista le es más fácil porque el camino libre le permite mantenerse cerca de quien está abriendo el camino.
Y con eso me refiero a que cuando tú eres quien vas al frente, contra el viento, tienes la responsabilidad de abrir el camino para que aquellos que van detrás de ti simplemente te sigan.
Otra cosa sobre estar o ir al frente: Hay obstáculos en el camino. No quiero decir cosas que puedan resultar desagradables, pero había animales muertos, o pedazos de llanta, o madera, varas, o piedras.
Tienes que avisarles a los que van detrás de ti: «¡Piedra a la derecha! ¡Llanta a la izquierda! ¡Animal muerto a la derecha!». Lo que estás haciendo es alertar a los ciclistas detrás de ti, y esa es una metáfora muy buena de liderazgo. Requiere más trabajo, pero tienes la responsabilidad de mantener a los otros ciclistas a salvo prestando atención en el camino.
Así que, aprendí mucho sobre el liderazgo y el matrimonio en esa bicicleta. Esa es una metáfora de liderazgo que me ayudó a entender este concepto.
Nancy: Y ahora has estado en este camino del matrimonio por muchos años, pero en ese tiempo no sabías todo lo que sabes ahora; no comenzaste sabiéndolo todo. Ha sido un trayecto, como lo es para cualquier esposo o esposa.
Robert: Sí. Así es. Yo y Bobbie, mi primera esposa, estábamos en nuestros veintes. Éramos jóvenes. De alguna manera crecimos juntos y aprendí que algunas cosas como la expresión «Ya, olvídalo» no funcionan.
Nancy: Ese realmente no es un término de liderazgo, ¿o sí?
Robert: No. No lo es.
Nancy: ¿Alguna vez dijiste algo así?
Robert: Sí. Por supuesto. Aunque no lo sabía. ¿Puedo decir la palabra tonto? Así era yo, inexperto, digamos. Y una de las metáforas que uso en el libro, y que probablemente resulta tan frustrante como la de la oveja, es la de imaginar como si estuviéramos pescando en las profundidades del mar, a millas de distancia de la orilla, y me doy cuenta de que el guía olvidó traer una caña para pescar 150 libras.
Solo tenemos una caña que resiste como 13 libras. Entonces nuestro trabajo es, y disculpen si esto resulta una ilustración incómoda, poner un pez marlin de 150 libras, sobre la cubierta del barco con una caña que podría romperse si tiro demasiado fuerte.
Entonces, creo que a los hombres nos encantan las metáforas. Creo que a todos nos encantan. Jesús usaba parábolas para enseñar verdades bíblicas profundas. Así que, la labor de un esposo es ganarse a su esposa, atraerla y nunca dejar de atraerla.
Nancy, cuando tú y yo nos estábamos conociendo, hice lo que hacen la mayoría de los pretendientes. Fui romántico y dije cosas románticas por teléfono.
Nancy: Sí lo hiciste.
Robert: Bueno, cuéntale a nuestras oyentes lo que me dijiste.
Nancy: Un día le dije: «Si eres así de romántico ahora, ¿serás como esos hombres que son románticos solo durante el cortejo, y cuando se casan, dejan de serlo?».
Robert: Así es. Y yo te dije: «No, no dejaré de serlo. Te lo prometo». Y luego te animé a que le preguntaras a mis hijas que ya son adultas. No quiero alardear, pero eso lo aprendí de mi madre.
Bueno, soy hijo. Tus oyentes son mujeres y tienen hijos. Una madre puede enseñar a su hijo cómo ser un gran esposo demostrándole cómo ser gentil, amable, tierno y cómo animar.
Mi madre era increíble. Cuántas veces te he dicho: «Cómo quisiera que hubieras conocido a mi mamá (se llamaba Grace)». En su funeral dije estas palabras: «Sus padres le pusieron por nombre Grace (Gracia, en español) ¿Cómo lo habrían sabido?».
Una mujer puede enseñar a su hijo cómo ser un gran esposo humilde, gentil y tierno por la manera como lo trata como hijo.
Débora: Robert Wolgemuth y su esposa Nancy nos han hablado acerca de la manera en que las madres pueden animar a sus hijos a liderar como Cristo. Robert anima a los hombres a guiar de esta manera en su libro que hemos hablado en esta serie: «Como el buen pastor». Este libro puede ser un muy buen regalo. Puedes visitar AvivaNuestrosCorazones.com para adquirir una copia o encontrar el enlace al libro en la transcripción.
Robert Wolgemuth regresará con nosotros el día de mañana. Él nos hablará sobre insectos y lo que estos significan en nuestro matrimonio. Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Llamándote a imitar a Cristo, el Buen Pastor, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras fueron tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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