Cantar de los cantares, día 6
Annamarie Sauter: Debido a Su muerte en la cruz, Cristo ve a Su novia hermosa.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Él no nos ve como lo que somos sino como lo que seremos cuando estemos ante Él, santas, puras, sin mancha. Y con todo eso en mente, Él nos dice: «He aquí que eres hermosa, amada mía».
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hoy Nancy continúa en la segunda semana de la serie de enseñanzas titulada, «Cómo enamorarnos y permanecer enamoradas de Jesús».
Nancy: Bien, si has estado con nosotras en los últimos días, sabes que nos estamos tomando nuestro tiempo escudriñando la Canción de Salomón o como me gusta llamarla, el Cantar de los cantares. Es una canción de amor. Es una canción sobre el matrimonio. Es una canción sobre romance, intimidad. Pero, en el centro de …
Annamarie Sauter: Debido a Su muerte en la cruz, Cristo ve a Su novia hermosa.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: Él no nos ve como lo que somos sino como lo que seremos cuando estemos ante Él, santas, puras, sin mancha. Y con todo eso en mente, Él nos dice: «He aquí que eres hermosa, amada mía».
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Hoy Nancy continúa en la segunda semana de la serie de enseñanzas titulada, «Cómo enamorarnos y permanecer enamoradas de Jesús».
Nancy: Bien, si has estado con nosotras en los últimos días, sabes que nos estamos tomando nuestro tiempo escudriñando la Canción de Salomón o como me gusta llamarla, el Cantar de los cantares. Es una canción de amor. Es una canción sobre el matrimonio. Es una canción sobre romance, intimidad. Pero, en el centro de todo, es una canción acerca de un Dios que ama a Su pueblo apasionada, perfecta y perseverantemente.
Es una historia increíble y una canción de amor de Dios por Su pueblo, el amor de Cristo por Su novia y esa novia es la iglesia de Jesucristo. Si tú eres un seguidor, una seguidora de Cristo, perteneces a Él, eres parte de esa novia. Así que esta canción es una canción de amor para ti también.
No nos estamos moviendo rápidamente, como tú sabes. Creo que estamos en el sexto día y solamente estamos en el noveno versículo del primer capítulo. Pero vamos a coger el ritmo en la medida en la medida en que avancemos.Solo quiero que saborees, y yo quiero saborear, lo que estamos viendo y escuchando; y ya estamos escuchando respuestas de personas de que esto realmente les está hablando en su propio caminar con el Señor.
Por supuesto, esto tiene también implicaciones específicas para los que están casados, debido a que su matrimonio está destinado a ser un reflejo del amor de Cristo por la iglesia, de su perfecta relación con la iglesia. Sé que muchas de nuestras oyentes, muchas de las que nos escuchan en este día, no están casadas, pero creo que aun esto nos da mucha sabiduría y nos da intuición sobre cómo amar así, cómo dejar que el amor de Cristo fluya de nosotras hacia otros. Así que este libro nos habla a nuestros corazones en cada etapa de la vida.
Ahora, al llegar al versículo 9 del capítulo 1, el novio expresa cuán maravillado está con su novia. En la Biblia Textual él la llama «amada mía», y esa es la primera de nueve referencias a ese término en este libro, «amada mía».
Pero esa palabra también puede traducirse como, «mi amor, mi querida, mi amiga, mi compañera».
A propósito, ¿tienes tú un nombre con el que llamas a tu esposo o hay un nombre con el que él te llama a ti que no usan para nadie más? ¡Me refiero a uno agradable! Piensa en eso mientras lees el Cantar de los cantares y tú llamándolo, «mi amado» y él llamándote, «amada mía». Es un término que se reservan el uno para el otro, y creo que dice algo acerca de estimular y cultivar intimidad en el matrimonio, para lo que es bueno tener términos especiales, términos dulces que se reservan el uno para el otro.
Ahora, en este párrafo él empieza mientras la está admirando, con una comparación que puede sonar extraña a nuestros oídos del siglo XXI. Él le dice en el versículo 9: «A yegua de los carros de Faraón te he comparado, amiga mía». Mi caballo. Mi amada yegua. Hoy puede que no lo consideres un cumplido si tu esposo te lo dice, pero ese era realmente un gran cumplido.
En 2 Crónicas, en el capítulo 1, leemos que Salomón importó caballos de Egipto. Esos caballos eran los caballos elegidos para ser usados en los carros del Faraón. Eran de pura sangre. Eran una raza seleccionada. Eran hermosos. Eran además muy costosos. Eran grandemente valorados y atesorados por sus propietarios. Y el rey, Faraón o Salomón se deleitaba en esos caballos. Ellos realmente llegaron a ser compañeros del rey o el faraón. Y eran entrenados para la batalla. eran criaturas poderosas, majestuosas, hermosas. Así que este novio está piropeando a su novia. Él le dice, «eres como algo que realmente, de verdad me gusta, admiro y pienso que es hermoso».
Esos caballos, esos caballos campeones tenían sus rostros y sus cuellos arreglados con hermosos ornamentos. Él se refiere a eso en el versículo 10 cuando dice: «Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, tu cuello entre los collares, zarcillos de oro te haremos, con incrustaciones de plata». Ahora, tú ves aquí que los adornos que la hacen bella provienen de Él. Ella no los trajo al matrimonio. Él le dice, «haré estos para ti y te los daré».
¿Y de dónde es que vienen nuestros adornos en nuestro caminar con el Señor? ¿De dónde proviene nuestra belleza? ¿De dónde vienen nuestros ornamentos? Cristo los hace para nosotras y nos los da. Él es el único que adorna a Su pueblo con las gracias cristianas, con cualidades como las de Cristo tales como el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, pacieeeeencia. Traemos eso al matrimonio, ¿o no ? Él las tiene. Él las hace para nosotras y nos las da.
Pienso en Colosenses 3 empezando en el versículo 12:
«Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas (estos otros adornos), vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad» (vv. 12-14).
Tenemos que ponernos estas cosas. ¿Pero dónde las obtenemos? Las obtenemos en Cristo, pues estas cualidades son suyas.
El mismo concepto está en 1 Pedro capítulo 3 que dice a las mujeres en particular:
«Y que vuestro adorno no sea externo (que es en lo que el mundo dice que tenemos que concentrarnos): peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos (no permitas que ese sea tu enfoque, eso es solo belleza superficial, es temporal), sino que sea el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios (es súper valioso) (vv. 3-4).
¿Alguien aquí nació con un espíritu afable y apacible? ¿Hay alguien aquí que ha pensado en la última semana, «no tengo un espíritu afable y apacible»? Yo tengo mi mano alzada. ¿De dónde obtenemos estos? Él dice en este versículo de Cantar de los cantares: «Zarcillos de oro te haremos, tachonados de plata». Adornos preciosos, invaluables que Él hace para nosotras y nos los otorga. No los tenemos naturalmente. No podemos fabricarlos. Son el trabajo y el regalo que Cristo nos concede y forja en nosotras por Su gracia.
Ahora, en el versículo 12 la novia le responde: «Mientras el rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor». Esa palabra reclinatorio la NTV la traduce «sofá». Y cualquiera de las dos palabras puede usarse. Puede ser que esta sea una imagen de ellos dos solos. Pueden estar sentados en un reclinatorio o en un sofá. Puede sugerir un banquete real donde ellos se reclinan en divanes en sofás. Sabemos que la mesa de Salomón, de acuerdo a 1 Reyes, era un lugar de provisión abundante y espléndida. Era el palacio de un rey y era una mesa abundante.
Sabemos también por el Salmo 23 que nuestro Rey, Pastor, Cristo, ha preparado mesa para nosotras. Él nos invita a Su mesa. Él desea tener comunión con nosotras. Él nos dice esto en Apocalipsis capítulo 3, versículo 20. Pero tenemos que abrir la puerta para que Él entre y para que Él pueda tener esa clase de comunión con nosotras.
Así que aquí está la novia en comunión con el rey, con su amado. Están disfrutando de su mutua compañía. La escena solo sugiere comunión, intimidad. «Mientras el rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor». Otra vez aquí tenemos una referencia a la palabra fragancia, la cual, como les he dicho, es uno de los temas del Cantar de los cantares. Fragancia.
Leemos acerca de la fragancia de sus ungüentos en el versículo 12. Y ahora ella dice: «Mi nardo dio su olor. Mi amado es para mí como un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos. Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi es para mí mi amado». Esto se refiere a las tres diferentes especias, especias fragantes, nardo, mirra y alheña.
Primero, nardo. Este era un perfume raro y costoso que tenía una fragancia exótica. ¿Dónde más tú lees acerca del nardo en la Escritura? En Juan capítulo 12, María, la querida amiga de Jesús, la hermana de Marta y de Lázaro, «… tomando una libra de perfume de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó con los cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume» (v. 3).
En este caso fue una expresión de amor y de adoración. Si pones todos esos pasajes juntos en la medida en que tenemos comunión con Él a Sus pies, en Su mesa, en Su presencia, nuestros corazones son movidos y el dulce perfume de la alabanza y la adoración se levantará de nuestros corazones hacia Él.
¿Recuerdas en el versículo 2, cuando ella habló sobre la fragancia de sus ungüentos? ¿De dónde saca ella ahora esta fragancia? De él. Él la unge para que ella pueda ungirlo. Y de eso es que se trata la relación con Cristo. Eso es lo que es un matrimonio piadoso, saludable, bendiciéndose el uno al otro. Pero en este caso empieza con él.
Ella le dice en el versículo 13: «Mi amado es para mí un manojito de mirra». Esta es la primera vez que ella usa el término y este término aparece veinticuatro veces en los ocho capítulos del Cantar de los cantares. Ella dice, «Él es mi amado. Y un manojito de mirra», dice ella, «es mi amado para mí». Esta es la primera de ocho referencias a la mirra en el Cantar de los cantares. Así que es una fragancia importante.
Y otra vez, es una fragancia de perfume rara y costosa. La mirra era un ingrediente en el aceite de la santa unción usado en el tabernáculo. También fue usado en conexión con el nacimiento de Jesús. ¿Recuerdas eso? Los magos, los sabios de oriente, le trajeron mirra e incienso, esos perfumes. También se hace referencia a ella en la muerte de Cristo. La mirra no era solo una sustancia fragante, olorosa, sino que también era usada como analgésico. A Jesús se le ofreció mirra en la cruz pero Él rechazó cualquier cosa que amortiguara Su dolor para así poder ser nuestro sanador, una figura de Su amor sacrificial, de Su amor sufrido.
Y entonces ella dice: «Manojito de mirra es mi amado para mí, que reposa toda la noche entre mis pechos». Ahora, esta es una imagen que entenderías si hubieras vivido en esa época; de cómo las personas tomarían mirra en forma sólida, la pondrían en una bolsita y se la pondrían en el cuello durante la noche para que la fragancia los refrescara mientras dormían. Ellos no tenían duchas y todas esas formas que nosotros tenemos en el dia de hoy para mantenernos frescos, era una forma de refrescarse. Así que lo que ella dice es: «Tú me refrescas». Es una imagen del creyente teniendo a Cristo cerca de su corazón y dejando que Su fragancia lo bendiga, lo refresque, dejando que Su bálsamo sanador lo renueve y lo restaure.
Ella dice: «Mi amado es como este manojito de mirra que reposa toda la noche entre mis pechos», continuamente. Eso me recuerda el pasaje de 1 Tesalonicenses capítulo 5 que dice: «…nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros (la fragancia de Su ungüento vertida sobre nosotros), para que ya sea que estemos despiertos o dormidos (ya sea que vivamos o muramos), vivamos juntamente con Él» (v. 10).
Es una ilustración acerca de mantenerlo cerca de nosotros todo el tiempo, en todas las estaciones, día y noche, despierta o dormida, viva o muerta. Aún durante la noche, ese manojito de mirra puede referirse a tiempos cuando Él parece ausente o cuando tenemos problemas en la vida. Pero todavía así nos aferramos a Él con fe y con amor diciendo, «Señor, te necesito cerca de mí en todo momento». Es una ilustración de tenerlo a Él cerca.
Y luego ella dice en el versículo 14, «Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi es para mí mi amado» (v. 14). En-gadi es un oasis en Israel justo al oeste del mar Muerto. Es un lugar de vides y arbustos con flores fragantes que producen exquisitos perfumes, nuevamente, solo otra manera de describir la hermosura de Cristo.
Toma nota en estos últimos versículos donde ella dice dos veces: «Mi amado es para mí un manojito de mirra. Es para mí un racimo de flores de alheña». No lo que Él es para otros, sino lo que Él es para mí. ¿Qué es Él para ti? Ella está hablando aquí de una experiencia personal con su amado, no solamente lo que está leyendo sobre Él en alguna parte, si no lo que Él es para mí. Y lo que Él es para mí y para ti afectará a otros.
Se me pidió hacer una entrevista recientemente sobre el avivamiento de Gales en 1904, 1905. Así que repasé un poco esa historia. Regresé a una historia que había leído antes acerca de que ese avivamiento empezó en una reunión semanal de un grupo de jóvenes. En algún momento el pastor, Joseph Jenkins, pidió a los jóvenes compartir algunos testimonios. Y su pregunta fue: «¿Qué es Cristo para ti?» Y aquellos jóvenes empezaron a dar todas las respuestas correctas de la escuela dominical. ¿Entiendes lo que quiero decir? Ellos empezaron a dar respuestas teológicas y las respuestas correctas.
Pero el pastor los detuvo y les dijo: «Quiero saber lo que es Él para ti ¿Quién es Él para ti?» Y finalmente, hubo una jovencita, he escuchado que tenía que tenía catorce o quince años de edad. Su nombre era Florrie Evans. Era una jovencita tímida y no estaba acostumbrada a hablar en público. Aunque se había criado en la iglesia, hacía pocos días que se había dado cuenta de que no tenía una relación personal con Jesucristo. Ella había hablado con el pastor y le había entregado su corazón al Señor.
Allí, en esa reunión, cuando el pastor de jóvenes preguntó: «¿Quién es Cristo para ti?» Ella finalmente habló y dijo: «Amo a Jesús con todo mi corazón». Un testimonio simple pero personal. Aquí está lo que es Él para mí. Y con esas pocas y simples palabras, el corazón de aquellos jóvenes se derritió. Esa noche hubo una chispa encendida que Dios usó para incendiar una llama que empezó el gran avivamiento de Gales, en el cual cien mil personas se convirtieron a la fe en Cristo en un período de pocos meses. «Amo a Jesús con todo mi corazón». No fue una respuesta de gran sabiduría teológica o profunda. Solo, «¿quién es Cristo para ti?»
Ahora, empezando en el versículo quince, hay un intercambio realmente dulce entre la novia y su novio. Él habla primero, y ellos van y vienen. Lo verás en el texto. Él le dice: «He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí eres bella; tus ojos son como palomas» (v. 15). Él usa la expresión «he aquí». Esto es para enfatizar. Eso significa, presta atención. Escucha lo que Él va a decir. Asómbrate y créelo porque es verdad. «¡He aquí tú eres hermosa, mi amada!»
En este momento surge la pregunta de cómo consideramos nuestra relación con Cristo al escucharle decir como nuestro novio celestial: «Eres hermosa. Eres bella». Tenemos que preguntarnos, ¿cómo puede considerarme bella o hermosa? Él conoce todo lo que hay en nosotras. Él lo ve todo. ¿Cómo puede pensar que somos hermosas? ¿Te has preguntado eso alguna vez? Habacuc dice que Él es «muy limpio de ojos para ver el mal». Tenemos pecado, pecado morando en nosotras. ¿Cómo puede mirarnos y decir, «eres hermosa»?
Bien, la respuesta es que Dios está satisfecho con Cristo, Su amado Hijo con quien Él está complacido. Él nos ve a través de Cristo quien pagó para satisfacer la ira de Dios en contra de nuestro pecado. Vemos en esta historia el poder transformador del amor y la gracia de Dios.
A través del curso de este libro ella ve su oscuridad, ve su fealdad, su pecaminosidad, su debilidad, su insuficiencia. Pero él la ve a ella a través de los ojos del amor y de la gracia y la está haciendo una mujer hermosa mientras la justifica y la santifica, si vamos a utilizar la terminología de la salvación. Dando pureza posicional que obtenemos a través de Cristo, habiendo sido justificadas por la fe, por gracia a través de la fe; pero Él también nos santifica, dándonos pureza práctica, haciéndonos bellas, como ya Él nos ha hecho bellas en Sus ojos, gracias a lo que hizo por nosotras en la cruz. Así que, ¿cuál es el resultado de todo esto? Eres hermosa para Él, un reflejo de Su belleza. Él nos ve a través de los ojos del amor.
Ahora, desafortunadamente, la mayoría de nosotras realmente no cree cuando Él nos dice que somos bellas y hermosas. Estamos tan conscientes de nuestra propia indignidad que confiamos más en nuestros sentimientos de lo que confiamos en Su Palabra. Así que nos enfocamos en nuestra pecaminosidad y en nuestras deficiencias más que en Cristo y Su perfección, y la justicia que Él nos ha dado por Su gracia. A través de la Escritura Él nos expresa Su amor. Nos dice que no nos ve en la forma en que nos vemos a nosotras mismas. Por otro lado, Su amor no es ciego. Pero Él nos ve como siendo vestidas en Su justicia debido a Su muerte en nuestro lugar en la cruz. Él no nos ve como lo que somos sino como lo que seremos cuando estemos frente a Él, santas, puras, sin mancha. Y con todo eso a la vista, Él nos dice, «he aquí tú eres hermosa, mi amada».
Y luego él dice, «tienes ojos de paloma». En este momento, esta es la primera de varias referencias a las palomas en el cantar. Y hablaremos más acerca del significado de los ojos de paloma en el capítulo cuatro. Pero déjame decir solo esto aquí. Los ojos de las palomas solo se enfocan en una cosa a la vez. Tienen unidad de propósito y enfoque. Y hay una figura aquí de que su corazón es único y santo para su amado. «Pon tus ojos en Cristo, fija tus ojos en Jesús». Esa es una forma de cultivar intimidad en tu relación con Él, «tiene ojos de paloma».
Bien, y ella le responde. Él ha dicho, «he aquí que tú eres hermosa, amiga mía. He aquí tú eres bella». Y ella le responde y dice, «he aquí eres hermoso», es lo que la RV1960 dice aquí. Pero es la misma palabra traducida «hermosa» en el versículo anterior solo que en forma masculina en lugar de forma femenina. «Eres hermoso. Eres el único que es hermoso, mi amado. Sí, placentero. Me llamaste hermosa. Tú eres el único que es hermoso». Sus expresiones de amor le inspiran a ella para amarle y admirarle en respuesta. Y así sucesivamente en todo el libro. Ella está creciendo en su comprensión y apreciación por la belleza de Cristo.
¿Puedo recordarnos que no hay nada ni nadie tan precioso, tan hermoso, tan bello, tan placentero como Cristo? Nada en este mundo que tú ves y que te haga decir, «wow eso es hermoso», una persona, un atardecer, algo en la naturaleza, una mujer hermosa, todo lo que es bello solo es un pálido reflejo de Su hermosura y todo eso está diseñado para señalarlo a Él.
Y mientras llegamos al final de este capítulo, ella dice, «he aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho es de flores. Las vigas de nuestra casa son de cedro y de ciprés los artesonados». No voy a gastar mucho tiempo en esto, excepto para decir que ¿notaste que ella habla de «nuestro»? No mío o tuyo sino nuestro. Se están convirtiendo en uno. Están compartiendo todas las cosas. Están construyendo un hogar juntos, construyendo una vida juntos. Es una figura de la felicidad doméstica. «Nuestro lecho es de flores». Aquí hay una relación que está floreciendo. Está creciendo. Hay intimidad, hay comunión, hay fecundidad. Estamos construyendo un hogar juntos.
¿No es eso lo que estamos haciendo como la novia de Cristo, construyendo un templo donde Él pueda morar? En nuestra relación con Cristo ahora como Su iglesia, como Su novia, como Su pueblo, podemos tener un destello, un anticipo del amor eterno, de la vida eterna, del gozo eterno que disfrutaremos con Él en Su eterna morada. Y no será solo Su morada. Será nuestra morada. Así que todo lo que estamos haciendo aquí en esta tierra hoy es preparación. Estamos construyendo un hogar. Estamos construyendo un palacio con Él, un templo para Él, adecuado para Él, hecho con los mejores materiales. Es con un propósito porque pasaremos una eternidad junto con Él en ese santo lugar.
Annamarie: Nancy DeMoss de Wolgemuth te ha dado buenas noticias. Gracias a lo que Cristo ha hecho por ti puedes ser absolutamente hermosa a Sus ojos.
Para ayudarte a reflexionar en lo que has escuchado, Nancy ha escrito una serie de preguntas. Esas preguntas te ayudarán a aplicar la enseñanza de cada día de esta serie a tu vida, y te guiarán en una relación más íntima con Cristo. Cada uno de los programas de esta serie contiene la sección, «Hazlo personal» al final de la transcripción del programa. Encuéntrala en AvivaNuestrosCorazones.com.
Aun si te has perdido alguno de los programas anteriores, puedes escucharlos, descargarlos y acceder a las transcripciones y preguntas de cada día, allí, en AvivaNuestrosCorazones.com, en la sección de «Recursos».
Mañana, como continuación de esta serie, escucharás por qué puede que necesites disminuir la velocidad del ritmo de tu vida, para poder disfrutar de un tiempo en la presencia de Jesús y en su Palabra. Escucha más acerca de esto, mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Contemplando la belleza del evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Las Escrituras del Cantar de los cantares son de la RV1960*.
Dame a Cristo, Jonathan & Sarah Jerez, Vivir Es Cristo ℗ 2013 Jonathan & Sarah Jerez. Canción usada con permiso.
Hazlo personal
Día 6- Primer amor 4: El perfume no se puede ocultar
(Cantar de los cantares 1:9-17)
Escuchar programa #6:
- Observa cómo la novia y su novio expresan su deleite el uno del otro en este pasaje y a través de todo el libro del Cantar de los cantares. ¿Qué tanta comunicación de ese tipo se lleva a cabo en tu relación con Cristo? Si estás casada, ¿qué tanta comunicación amorosa de este tipo sostienes con tu pareja?
- Mientras el rey estaba a la mesa, mi perfume esparció su fragancia (1:12) ¿Cómo sería si tú pudieras sentarte con el Señor Jesús y entablar una conversación amorosa y personal con Él? ¿Cómo expresa Él Su amor por ti? ¿Cómo puedes expresar tu amor por Él?
- ¿Cómo responderías a la pregunta que Joseph Jenkins le hizo a su grupo de jóvenes en 1904? : «¿Qué es Jesús para ti?»
- ¡Cuán hermosa eres, amada mía! (1:15) ¿Qué significa para ti que Jesús te ve con ojos de amor y que eres hermosa para Él?
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación