Cabeza
Annamarie Sauter: Nancy DeMoss de Wolgemuth nos recuerda que la iglesia es un cuerpo.
Nancy DeMoss Wolgemuth: La iglesia no es una institución. No es una organización. Es un organismo vivo con una cabeza conectada al cuerpo.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Las últimas semanas hemos estado en una serie que nos ha ayudado a conocer mejor a Jesús, titulada, “La maravilla de Su Nombre: 32 Nombres de Jesús que cambian la vida.” Aquí está Nancy,
Nancy: Bueno, en la última sesión, hablamos de Jesús como Señor. Y hoy queremos ver un nombre que está estrechamente relacionado. Vamos a estar viendo a Jesús como la Cabeza, la Cabeza sobre todas las cosas y la Cabeza de Su Iglesia.
Así que Permíteme invitarte, si tienes tu Biblia, a ir al libro de Efesios al capítulo 1. Vamos a …
Annamarie Sauter: Nancy DeMoss de Wolgemuth nos recuerda que la iglesia es un cuerpo.
Nancy DeMoss Wolgemuth: La iglesia no es una institución. No es una organización. Es un organismo vivo con una cabeza conectada al cuerpo.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Las últimas semanas hemos estado en una serie que nos ha ayudado a conocer mejor a Jesús, titulada, “La maravilla de Su Nombre: 32 Nombres de Jesús que cambian la vida.” Aquí está Nancy,
Nancy: Bueno, en la última sesión, hablamos de Jesús como Señor. Y hoy queremos ver un nombre que está estrechamente relacionado. Vamos a estar viendo a Jesús como la Cabeza, la Cabeza sobre todas las cosas y la Cabeza de Su Iglesia.
Así que Permíteme invitarte, si tienes tu Biblia, a ir al libro de Efesios al capítulo 1. Vamos a pasar algún tiempo hoy en Efesios y también en Colosenses. Así que búscalos si puedes. Efesios capítulo 1 es donde vamos a comenzar, y permíteme leer algunos versículos comenzando en el versículo 20. Este tema de Cristo como la Cabeza es muy importante, y es especial para el apóstol Pablo y el escribe a menudo sobre esto es estas dos epístolas.
Efesios 1, el versículo 20 es una frase larga como solo el apóstol Pablo puede escribir, pero él habla de cómo Dios a Cristo “Le resucitó de entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra” (vv. 20-21).
Entonces, ¿Dónde está Cristo? El está arriba. Él está arriba, por encima de todo, de todo nombre, y no solo en esta era sino también en la venidera, y “todo lo sometió bajo sus pies.” Así que Cristo esta sobre todas las cosas, y todas las cosas están bajo Sus pies, y Dios “le dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo.” (vv. 22-23).
La Cabeza sobre todas las cosas. Así se le llama a Jesús en este pasaje. Y a propósito, esa palabra “cabeza” es la misma palabra de la que hablamos hace unas semanas cuando hablamos de Jesús como la Piedra Angular. En el lenguaje original, la palabra que es traducida “Angular” es ahora traducida como “cabeza.”
Habla de Su superioridad, Su rango superior, el hecho de que Él es preeminente. Él es el gobernador supremo sobre todas las cosas. Él es la piedra angular preeminente, y ahora Él es la cabeza sobre todas las cosas.
Él es Señor, Maestro. Él es Señor, así como hablábamos en la última sesión. Todas las cosas están bajo Sus pies, y Él es cabeza sobre todas las cosas. Y Eso de “todas las cosas” prácticamente incluye todas las cosas… cosas en el cielo, cosas en la tierra, todos los ángeles, los ángeles santos y lo ángeles caídos. Él es cabeza sobre todas las cosas. Él es cabeza sobre todos los seres humanos, sobre toda la creación, sobre todas las naciones. No existe nada ni nadie que esté más alto, por encima de Cristo, quien es la Cabeza.
Ahora, después de resucitar de entre los muertos y ascender al cielo, el Padre exaltó a Cristo, el Padre exalto al Hijo, al Señor Jesús, como la cabeza de todas las cosas. Él vino y tomó su lugar aquí abajo por un periodo de tiempo, el fue hecho menor que los ángeles. Se humilló así mismo, se hizo un siervo. Pero después que resucitó de entre los muertos, el ascendió al cielo, y se sentó a la diestra del trono de Dios, y Dios lo exaltó y le dio este lugar exaltado como Cabeza sobre todas las cosas. Él fue hecho la Cabeza de Su Cuerpo, que es la Iglesia.
Pero pasa al siguiente capítulo y ve a Efesios capítulo 4, y puedes ver esta conexión entre Cristo como la Cabeza y el Cuerpo, la Iglesia.
Efesios capítulo 4, versículo 15:
Sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo de quien todo el cuerpo… Esta no es una cabeza sin cuerpo, y no es un cuerpo sin cabeza. Es una cabeza y un cuerpo que están conectados. Él es la cabeza de quien todo el cuerpo –y esas somos nosotras, (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor (vv. 15-16). Todo eso sería imposible sin Cristo como nuestra Cabeza.
Pero ahora quiero que pases a un capítulo más, al capítulo 5 de Efesios, versículo 23;
Dice:
Porque el marido es cabeza de la mujer [y hablaremos más de eso en unos minutos] así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo Él mismo el Salvador del cuerpo.
Pero ahora quiero que avancemos un poco más y vamos al libro de Colosenses. Ahora con los Colosenses era un poco diferente la situación que con los Efesios. En la iglesia en Colosas, y yo he podido visitar el lugar donde la Iglesia de Colosas existió en Asia Menor. Había falsos maestros que estaban perturbando a la iglesia. Venían de adentro de la iglesia. Ellos estaban enseñando falsa doctrina, y estaban provocando problemas.
Ahora, ¿cómo tratas con la herejía dentro de la iglesia? Esa es la pregunta que Pablo trató, respondiéndola en el libro a los Colosenses. La manera para tratar con eso es guiar a los creyentes de regreso a Jesús, a Jesucristo. Él es la verdad, y Él es la única cabeza suprema de la iglesia, y cabeza sobre todas las cosas.
Capítulo 1 de Colosenses, versículo 17:
Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía (vv. 17-18).
Aquí Vemos a Pablo exaltando a Jesús, exaltándolo como Dios lo exalta, siendo la cabeza sobre todas las cosas, y dándole el lugar correspondiente en Su cuerpo. Él no es un apéndice en Su cuerpo. Él no es una idea tardía del cuerpo. No es un órgano innecesario del cuerpo. Él es la cabeza del cuerpo, y veremos qué tan importante es esto.
Pero mira el capítulo 2 de Colosenses, el versículo 9, Dice; Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en Él.” Él es Dios encarnado. Y a propósito, Él todavía es hombre, Él es humano en el cielo. Él todavía tiene un cuerpo. Él es Dios, el Dios/hombre. En Él mora Dios corporalmente “y habéis sido hechos completos en Él, que es la cabeza sobre todo poder y autoridad” – Él es la cabeza sobre todo.
Ahora, en esta iglesia en Colosas, estos falsos maestros decían que ellos eran más espirituales que otras personas porque ellos tenían estas extrañas creencias místicas – es lo que hoy en día conocemos como Gnosticismo. Por eso, como ellos pensaban que tenían esta revelación superior o conocimiento superior, eran orgullosos. Y estaban “inflados” como Pablo dice en Colosenses 2:18.
¿Y cuál era su error fundamental? Bueno, lo vemos en Colosenses 2, en el versículo 19. Ellos no se estaban aferrando a la Cabeza. Estaban operando independientemente de la Cabeza. Habían perdido el contacto con Cristo y habían ido tras todas estas doctrinas extrañas y falsas. Ellos dejaron a Jesús y no se estaban aferrando a la Cabeza de la cual todo el cuerpo, estando nutrido y bien unido por la cohesión que las coyunturas proveen, crece con un crecimiento que es de Dios.
Cuando te apartas de Cristo, nuestra Cabeza, cuando tratas de operar separada de Él, vas a terminar creyendo cosas extrañas e influenciando a otros en formas que no son bíblicas.
Así que tenemos a Cristo quien es la Cabeza de la Iglesia, y nosotras como creyentes somos Su Cuerpo. Y esta es una descripción de la relación entre Cristo y nosotras como creyentes – Cabeza y cuerpo. Y Pablo usa esta metáfora para describir esa relación, esta imagen física y visible de una cabeza física en un cuerpo físico.
Y quiero que pensemos acerca de lo que una cabeza y un cuerpo hacen y cómo trabajan juntos y así obtener una idea de lo que significa que Cristo es la Cabeza de Su Cuerpo, la Iglesia.
Ahora, yo no sé mucho de ciencia o biología o anatomía o de estas cosas, pero tengo una amiga que se acaba de graduar de la escuela de enfermería en la Universidad de Liberty. Así que le envié un correo electrónico, y le dije, “Por favor explícame como la cabeza y el cuerpo trabajan juntos y porqué el cuerpo necesita la cabeza.” Quizás pensarás que es obvio, pero solo quise preguntarle a alguien que verdaderamente sabe de esto. Y aquí está su respuesta; ella dijo:
La hormona del crecimiento es segregada por la pituitaria anterior la cual es estimulada por el hipotálamo localizado dentro del cerebro y es responsable por la regeneración de las células dentro del cuerpo. El bulbo raquídeo controla la respiración, la digestión, y el ritmo cardiaco. Y usualmente es lo que mantiene a alguien vivo mientras está en un “estado vegetativo” – eso sostiene la vida.
Y eso puedo entenderlo. Eso es lo que la cabeza hace. Eso es lo que el cerebro hace. Y mientras conversábamos – le dije, “¿Podrías decirme todo eso en términos más entendibles?” Y aquí están algunas de las cosas que ella me contestó, si piensas en la relación entre tu cuerpo y cabeza física, aquí están algunas ideas acerca de Cristo, nuestra Cabeza, y Su Cuerpo, la Iglesia:
En primer lugar, y esto es, muy obvio. La cabeza y el cuerpo están conectados. Están conectados. Están orgánicamente conectados. No puedes pegar una cabeza a un cuerpo, como con pegamento o con cinta adhesiva. Están conectados. Jesús está orgánicamente, íntimamente conectado a Su cuerpo, la Iglesia. No simplemente está pegado allí. Él está conectado a Su Cuerpo. La Iglesia no es una institución. No es una organización. Es un organismo vivo con una cabeza que está conectada al cuerpo.
En segundo lugar, la cabeza es esencial para el cuerpo. El cuerpo no tiene vida y no puede existir separado de la cabeza. Si el cuerpo está separado de la cabeza, el cuerpo está muerto. Bueno, como la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, nuestra vida se deriva de Cristo. No tenemos vida separadas de Él, y aquellos que no están conectados a Él están muertos, espiritualmente hablando, claro. No tienen vida.
Ahora, aquí está la tercera observación, y es que cabeza es el centro de control para todas las funciones del cuerpo. La cabeza alberga el cerebro, ¿no es cierto? Y es el cerebro que da dirección al cuerpo. Le dice al cuerpo lo que tiene que hacer. Así que el caminar, al hablar, al tragar, al respirar, al pensar, todas estas cosas están controladas por el cerebro, que está en la cabeza.
Es el cerebro, la cabeza que controla nuestro sentido del tacto y del gusto y de la vista y olfato, el oído. Es la cabeza, el cerebro, que controla las emociones, la memoria y la percepción. Y el cerebro siempre está mandando señales – eso está pasando ahora mismo mientras estamos hablando y escuchando. No estás consciente de que está sucediendo, pero está sucediendo. El cerebro está mandando señales a otras partes de tu cuerpo para que puedas respirar y puedas escuchar y puedas ver y mover tu mano y puedas escribir. Ese es el cerebro que está dirigiendo a tu cuerpo. Cada movimiento que tu cuerpo hace es gobernado por el cerebro que está en la cabeza.
Pues bien, como la Cabeza de la Iglesia, Jesús es el cerebro. Él es el centro de control de cada función de Su Cuerpo – la manera en cómo el cuerpo se relaciona e interactúa con otros miembros del cuerpo, la manera como el cuerpo interactúa con el mundo de afuera. Jesús es el centro de control de todo eso, para cada función de Su Iglesia. Él gobierna sobre Su Iglesia. Él la dirige. Él la controla. Él tiene autoridad absoluta sobre ella..
Y los miembros del Cuerpo en la Iglesia – no podemos movernos a nuestro antojo, como deseamos. No podemos tomar nuestra propia iniciativa. Tenemos que operar solamente bajo la dirección y bajo las órdenes de la Cabeza. El cuerpo, físicamente, solamente puede obedecer, y seguir, lo que, las ordenes que recibe. Y en la Iglesia, ¿no debería ser cierto que lo que Él dice, es lo que se hace? Él es el centro de control.
Y luego el cuerpo depende de la cabeza. El cuerpo, como mi amiga en la escuela de enfermería dijo, secreta estas hormonas que hacen que las células del cuerpo se regeneren. El cerebro hace que el cuerpo desee comida. Sin el cerebro decir, “tienes hambre,” no comieras. Sin el cerebro, tu diafragma no se movería para permitir cada respiración. Así que tu cuerpo depende de la actividad del cerebro en tu cabeza.
Bien, como el Cuerpo de Cristo, somos totalmente dependientes de Él como nuestra cabeza. Nuestra vida está sostenida por Él. Nuestro crecimiento viene de Él, como leímos en Efesios y Colosenses. Nuestra nutrición viene de Él. Y la cabeza sabe lo que el cuerpo necesita y trabaja para suplirlo.
¿Y no te alegra que Jesús sabe lo que Su Cuerpo necesita? Él sabe lo que tú necesitas como miembro del Cuerpo. Y Él suple esas necesidades.
Y aquí tenemos otra observación. El cuerpo humano solo tiene una cabeza. Cualquier criatura con dos cabezas es un fenómeno (es un monstruo), y no puede funcionar. Busqué en Google mientras estaba investigando eso. Y pensé, ¿Bueno, me pregunto si hay algunos animales con dos cabezas? Y vi un video en YouTube de una serpiente con dos cabezas, y fue entretenido verlo.
Entiendo que hay un letrero en el Zoológico de San Diego al lado de una serpiente de dos cabezas, que dice, “La serpiente de dos cabezas compite consigo misma al recoger alimentos y otras funciones necesarias de la vida. Y no puede sobrevivir mucho tiempo, porque al final se destruye a sí misma.” Y eso es lo que pasa cuando tienes dos cabezas.
El cuerpo humano tiene una cabeza. Si tiene dos cabezas, hay algo que esta verdaderamente mal con eso El Cuerpo de Cristo, la Iglesia, también tiene una Cabeza – Su nombre es Jesucristo. Y el Cuerpo, la Iglesia, toma sus órdenes de Él. Dios le ha dado a Jesús como “cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia.”
Yo no soy la cabeza. Quizás dirijo una organización, pero yo no soy la cabeza de esta organización. No soy la cabeza del Cuerpo de Cristo. No soy la cabeza de mi iglesia o de la iglesia de los demás. Tú tampoco eres la cabeza del Cuerpo, ni nadie más en la Iglesia es la cabeza del Cuerpo, ni ninguna institución humana es la cabeza sobre la Iglesia.
El Estado no es cabeza sobre la Iglesia. El Estado no tiene el derecho de gobernar sobre el Cuerpo de Cristo. La Iglesia recibe órdenes de Jesús, su Cabeza viviente. Y por creer esto, ha habido millones de creyentes a través de los siglos que han ido a la muerte como mártires por decir: solo tenemos una Cabeza; Y su nombre es Cristo Jesús.
Ahora bien, Jesús ha nombrado a pastores terrenales para dirigir y alimentar al rebaño – cambiando aquí la metáfora – pero también reciben dirección de Él. Ellos operan bajo Su autoridad, bajo Su Señorío. No es mi iglesia. No es la iglesia de tal pastor. No es la iglesia de “fulano de tal” o de cual pastor reconocido o muy popular, o de quien sea que pastorea tu iglesia. No es su iglesia. Es la iglesia de Él con E mayúscula; la Iglesia de Jesucristo. El cuerpo solo tiene una Cabeza y debe estar en sujeción a esa Cabeza, la cual es Cristo.
Y luego cada miembro del cuerpo, físicamente hablando, tiene una relación directa con la cabeza. Es controlado por la cabeza. Y así cada miembro del Cuerpo de Cristo debe tener su propia relación con Cristo. Por eso Pablo dice a los Colosenses, “Deben aferrarse a la cabeza. No la suelten. Hagan lo que Él dice.”
Y aquí está lo interesante: Si tenemos una relación correcta con la cabeza, entonces vamos a tener una relación correcta con los demás miembros del cuerpo. Nuestra habilidad para resolver y tratar con problemas con otros creyentes, con nuestras parejas, etc., depende de la relación de cada miembro con la Cabeza.
¿Quieres sanar un matrimonio o ver un matrimonio sanarse? No te enfoques tanto en esa relación sino enfócate en la relación con la Cabeza, y deja que cada uno se enfoque en su relación con la Cabeza, y cuando ambos tengan una relación correcta con la Cabeza, entonces tendrán una relación correcta el uno con el otro. Y lo mismo aplica a los conflictos en el Cuerpo de Cristo.
Y luego esto: El estar separado de otros miembros del cuerpo es estar cortado o separado de la cabeza. Tu mano, tu ojo, tu bazo – o el órgano que sea y donde esté – si opera independientemente del cuerpo, también estará separado de la cabeza. No puedes vivir o prosperar o funcionar a menos que los miembros del cuerpo estén conectados el uno con el otro y a su vez conectados a la cabeza.
Ahora, ¿por qué es todo esto tan importante? Porque hay muchas personas hoy que quieren tener una relación con Jesucristo pero no quieren tener una relación con Su Cuerpo, que es la Iglesia. Quieren ser cristianos al estilo Llanero solitario. Pueden haber sido desilusionados por como otros miembros del Cuerpo han actuado con ellos.
Pero entonces si mi mano se va y dice, “No me gusta como esta mano me trató; me voy a ir por mi propia cuenta.” Si esa mano se va por su propia cuenta, y es cortada del cuerpo, es cortada de la cabeza, no puede vivir. Como creyente, no puedes tener una relación con Cristo, la Cabeza, y no tener una relación con el resto del Cuerpo.
Ahora bien, como miembros del cuerpo, tenemos diferentes dones, diferentes características, diferentes necesidades, diferentes asignaciones, pero compartimos la cabeza en común. Y esa es la base de nuestra unidad. Es la base de nuestro compañerismo, de nuestra comunión las unas con las otras. Estamos interconectados con cada uno por medio de nuestra relación con la Cabeza.
Y luego la cabeza o el cerebro coordina todas las funciones del cuerpo y las varias actividades de los diferentes miembros. Es Cristo nuestra Cabeza que mantiene el Cuerpo unido y quien hace que los miembros trabajen juntos. Si nos vamos por nuestra propia cuenta, haciendo nuestras propias cosas, siendo nuestra propia autoridad, siendo nuestra propia cabeza, vamos a tener un desastre, y es exactamente lo que tenemos en mucha de la Cristiandad en el día de hoy. Pero si nosotras, juntas, venimos bajo Su liderazgo, entonces Él coordinará el crecimiento y el alcance y las relaciones de los diferentes miembros.
Ahora, como la Cabeza de Su cuerpo, Jesús modela para nosotras lo que significa estar bajo el liderazgo de alguien más. Hay un versículo importante acerca de esto. No te voy a pedir que vayas ahí, pero escucha cuidadosamente a 1ra a los Corintios capítulo 11, el versículo 3. El apóstol dice, “Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios.”
Ahora, hay mucho más en ese versículo que lo que vamos a tener tiempo de comentar en el día de hoy, pero solo fíjate en la última frase, dice: “La cabeza de Cristo es Dios.” Cristo no solo es la cabeza – la Cabeza de Su Iglesia – sino que Él también tiene una cabeza.
Ahora, tú sabes que el Hijo y el Padre son iguales. Tienen una unión eterna – el Padre, El Hijo y el Espíritu Santo – son de la misma esencia. Son iguales el uno y el otro, sin embargo el Hijo está sujeto, subordinado sometido, sujeto al liderazgo del Padre – felizmente, y con alegría. Y esto no lo hace inferior. Esto no lo hace menos. Él fue obediente en todas las cosas – todavía lo es – como un Hijo con su Padre, al ser la Cabeza sobre todo.
Y creo que viendo a Jesús tomar Su lugar bajo el liderazgo del Padre nos demuestra la belleza del orden creado por Dios. Tu cuerpo no se queja de que tiene que hacer lo que la cabeza dice. Tu cuerpo no rezonga de que no puede operar independientemente de la cabeza. El estar bajo el liderazgo de tu cabeza no es carga que soportar. Es un privilegio. Es lo que hace que tu cuerpo trabaje – el hecho de que tienes una cabeza es la razón porque la que tu cuerpo puede funcionar.
Tu cuerpo no tiene que conscientemente esforzándose a “someterse” a tu cabeza. Tú no estás simplemente sentada allí pensando, Oh, tengo que hacer lo que mi cabeza me dice que tengo que hacer. Simplemente es algo natural como resultado de estar conectada a la cabeza –
Bueno, el estar bajo el liderazgo de Cristo no es una cosa pesada. Es un privilegio vivir en unión con Él, saber eso, que como nuestra Cabeza, Él cuida de nosotras. Él siempre actúa a nuestro favor y por nuestro bien, y Él nos está protegiendo y proveyendo todo lo que necesitamos para sostener la vida. Es un privilegio como Su Cuerpo el operar como una extensión en este mundo de Su corazón y de Su mente. Y es un privilegio estar involucradas en cumplir Su voluntad y Sus directrices en este mundo a medida que avanzamos en nuestras vidas y nuestros deberes…es un gran privilegio.
Y lo mismo sucede con una esposa. El esposo es la cabeza de la esposa, la Escritura lo dice aquí. Ahora, tu esposo no es Jesús. Tú sabías eso ¿verdad? – no tenia que decírtelo. Pero es una responsabilidad enorme que los esposos tienen de amar a sus esposas así como Cristo ama a Su propio cuerpo, para proteger y proveer, y dar dirección piadosa y sabia, y ese esposo siempre estando él mismo bajo el liderazgo y señorío de Cristo. Es una responsabilidad enorme que tienen los hombres.
Pero también es un gran privilegio para la esposa vivir bajo el liderazgo de Cristo y vivir en unidad con su esposo, y permitirle proveer, proteger, dirigir, dejarlo ser la cabeza de la esposa, servir sincronizada con él, y juntos cumplir las directrices de Cristo quien es nuestra Cabeza.
Así que todo acerca de tu vida Cristiana depende de tu conexión con Cristo, tu Cabeza viviente. Fuimos creadas para glorificarle a Él, para llamar la atención hacia Él, a hacer brillar la luz sobre Él. Y Eso sucede en la medida en que respondemos a Él como nuestra Cabeza. Cuando el mundo nos ve amándolo, honrándolo, exaltándolo, sometiéndonos a Él, obedeciéndole, considerando un privilegio el estar bajo Su liderazgo, entonces el mundo va a ser atraído a esa fe. Verán que ese Jesús es increíble. Y es una Cabeza maravillosa, Déjame hacerte unas cuantas preguntas;
¿Has reconocido a Cristo como tu Cabeza? ¿Vives como si Él fuera tu Cabeza? ¿Estás consciente de que no puedes vivir sin Él; que dependes de Él; que no tienes ningún derecho a tomar tus propias decisiones en la vida o ser tu propia cabeza?
Al igual que nuestras Iglesias, pienso que necesitamos preguntarnos: ¿Estamos honrando y exaltando y adorando a Jesucristo como la Cabeza de Su Cuerpo, la Iglesia? Escucha, eso terminaría con la alabanza de los hombres, con honrar y exaltar a los hombres. Sí, debemos honrar a aquellos que dirigen el rebaño, pero no como honramos a Jesucristo. Esto de adorar a otras personas y líderes, exaltándolos y adorándolos, no, no, no, no, no. Todo es acerca de Jesús, nuestra Cabeza.
Él reina y gobierna como Cabeza sobre Su Iglesia hoy, y nuestra meta, nuestro anhelo es ver ese dia cuando todas las cosas sean puestas bajo sujeción a Él, lo cual sucederá un día. Al final del tiempo, todas las cosas serán puestas en sujeción bajo Sus pies, bajo Su liderazgo, y Él reinará por siempre. ¿Amén? ¡Amén!
Annamarie: Nancy DeMoss de Wolgemuth nos ha estado mostrando por qué es tan importante reconocer a Jesucristo como la Cabeza del Cuerpo. Ella estará de regreso para orar.
Esta enseñanza es parte de la serie titulada “La maravilla de Su Nombre: 32 Nombres de Jesús que cambian la vida.” Queremos enfocarnos en Jesús en la medida en que anticipamos la Pascua. Si te has perdido alguno de los programas anteriores visita nuestra página AvivaNuestrosCorazones.com.
Y si estos programas han sido de bendición para tu vida, te animo a que los compartas con hermanas o amigas, ayudándonos así a llevar el mensaje de libertad, plenitud y abundancia en Cristo alrededor del mundo.
Jesús está vivo e intercediendo por nosotras. Nancy DeMoss de Wolgemuth dice que cuando entiendes que Jesús está intercediendo ante Dios por ti, esto te dará valentía y te ayudará a perseverar a través de cualquier problema. Ella explicará por qué mañana, aquí en Aviva Nuestros Corazones. Ella regresa para orar,
Nancy: Gracias Señor Jesús, porque Tú eres Cabeza sobre todas las cosas. Es un privilegio ser parte de Tu Cuerpo, estar conectadas a Ti, para extraer nuestra vida de Ti.
Podrías tomar solo un momento ahí en tu corazón y decirle, “Señor Jesús, te adoro como mi Cabeza. Gracias por darme vida. Gracias por darme dirección. Que mi vida te honre y te exalte a Ti como la Cabeza sobre todas las cosas.” En el nombre de Jesús, amén y amén.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique otra fuente.
Dawn Wilson, Lindsay Swartz, y Darla Wilkinson proveyeron asistencia en investigar para esta serie.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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