Bendice en lugar de maldecir
Dannah Gresh: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 25 de julio de 2023.
En un momento vamos a continuar la conversación que comenzamos ayer con Judy Douglass sobre amar a los hijos pródigos. Pero antes de retomar la conversación, no es un secreto para ninguna de nosotras, que estamos viviendo un torrente de violencia, caos y destrucción en muchos lugares. Hay dolor, miedo, confusión, ira. Pero como creyentes en Jesús, Él se preocupa y nosotras estamos llamadas a preocuparnos también. Incluso si no sabemos qué hacer, podemos orar.
Mientras nos preparamos para continuar esta conversación, sé que hay muchas madres y abuelas que están escuchando el episodio de hoy con corazones heridos por sus hijos pródigos, así que me gustaría tomar un momento para orar por ti.
Oh Señor, te pido por las madres, abuelas, hermanas…aquellas que se preocupan …
Dannah Gresh: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 25 de julio de 2023.
En un momento vamos a continuar la conversación que comenzamos ayer con Judy Douglass sobre amar a los hijos pródigos. Pero antes de retomar la conversación, no es un secreto para ninguna de nosotras, que estamos viviendo un torrente de violencia, caos y destrucción en muchos lugares. Hay dolor, miedo, confusión, ira. Pero como creyentes en Jesús, Él se preocupa y nosotras estamos llamadas a preocuparnos también. Incluso si no sabemos qué hacer, podemos orar.
Mientras nos preparamos para continuar esta conversación, sé que hay muchas madres y abuelas que están escuchando el episodio de hoy con corazones heridos por sus hijos pródigos, así que me gustaría tomar un momento para orar por ti.
Oh Señor, te pido por las madres, abuelas, hermanas…aquellas que se preocupan por los pródigos, por aquellas cuyos corazones se sienten cargados hoy en medio de todo lo que está sucediendo en nuestra nación y nuestro mundo. Tienen heridas personales debido a relaciones rotas y corazones heridos y pródigos que están lejos del Padre y lejos de casa. Señor, oro para que puedas ministrar gracia especial, esperanza y paz para esos corazones en este día.
Gracias por nuestra amiga, Judy Douglass, y por la gracia que has derramado sobre su familia y a su favor. Señor, oro para que muchas oraciones asciendan a Ti y que cientos y miles de pródigos sean inexplicablemente atraídos primero a tu corazón y luego a los corazones de aquellos en casa que los aman. Oramos en el nombre de Jesús, amén.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si te perdiste la conversación de ayer en Aviva Nuestros Corazones, ¡tienes que regresar y escucharla! Puedes ir a avivanuestroscorazones.com, y allí encontrarás la transcripción y el audio para escuchar.
Hemos estado hablando con Judy Douglass. Y Dannah, conozco mi corazón… Aunque no tengo hijos propios, no puedo imaginar que el corazón de cualquier padre no se conmueva con esta historia que hemos estado escuchando de la madre de tres hijos, uno de ellos fue un hijo pródigo durante años.
Dannah: Sí, mi corazón se ha conmovido, Nancy. He estado tomando notas. Creo que esto no es solo para padres de hijos pródigos, sino que es para que cada padre aprenda a amar a sus hijos de la manera en que Dios nos ama.
Nancy: Judy Douglass es nuestra invitada de hoy. Ella y yo, su familia y la mía, nos conocemos desde hace décadas. Tuve la alegría de conocer a Steve y a Judy Douglas mientras crecía gracias a la participación de mis padres en lo que ahora es Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo.
Y Judy, he seguido a lo largo de los años esta trayectoria con Josh. Estamos teniendo una conversación bastante rápida porque nuestro tiempo en estas conversaciones va muy rápido. Pero cuando comenté sobre eso después de que terminamos el programa de ayer, dijiste: «Pero no sucedió rápido». Fueron años preparando esta historia.
Judy: ¡Absolutamente! Yo diría que viví en un desierto durante unos quince años, ¡y fue todo un reto! No más retador que para muchos otros padres, no solo por las situaciones que se presentan en la crianza de los hijos, sino muchas otras situaciones difíciles en la vida. Pasamos por estos viajes por el desierto.
Y Dios hizo algunas cosas realmente buenas en mi vida. En primer lugar, la oración se convirtió en mi aliento; ¡se convirtió en mi salvavidas! En nuestro ministerio oramos mucho. La mayoría de los creyentes, oramos por la mañana y por la tarde; oramos por nuestros alimentos.
Pero en nuestro ministerio, oramos antes de cada reunión y durante la reunión y después de la reunión, y tenemos días de oración. Pensé, sé orar, pero Josh me enseñó a orar…porque no sabía qué más hacer! Habíamos hecho todo lo que sabíamos hacer.
Él había progresado bastante pero luego se estrelló, tropezó, recayó, lo cual en realidad es bastante normal con los hijos pródigos.
Nancy: Y permítanme decir, para aquellos que no estuvieron con nosotros en la conversación de ayer, tú y Steve después de haber tenido dos hijas biológicas, trajeron a Josh a su casa cuando tenía entre ocho y nueve años. Cuidaron de él como padres de acogida durante tres años, y luego, cuando le quitaron los derechos a la madre biológica, adoptaron a Josh.
Y esto no mejoró. Josh tuvo problemas relacionados con las drogas y el alcohol mientras crecía. Tuvo problemas cerebrales, problemas de comportamiento, problemas con el entorno…tantas cosas que hicieron sus vidas –las de la familia– realmente difíciles.
Y durante todo este viaje, este «desierto» como lo llaman, el Señor estuvo trabajando en la vida de Josh. Hubo un punto en el que Josh hizo una profesión de fe, pero Dios también estaba haciendo una obra en sus vidas.
Y déjenme decirles que hoy Josh tiene treinta y pico años y está en un buen lugar (porque no quiero alargar demasiado el suspenso). Dios ha derramado gracia en este viaje en el desierto, no solo a Josh, sino también a ti Judy y a Steve. Pero Dios estaba obrando en tu corazón. ¿Acaso las oraciones más fervientes no nacen de la desesperación?
Judy: ¡Absolutamente! Las Escrituras hablan de que a Dios le agrada que clamemos, que acudamos a Él en verdad, que seamos honestas con Él. Descubrí que no solo podía rogar, suplicar y pedir, sino que podía enojarme con Dios. Podía decir: «¡Dime qué hacer!», y «¡esto es demasiado! ¡No puedo hacerlo!»
Una y otra vez, sentía que Dios me rodeaba con Sus brazos de amor, y que era suficiente. ¡Él dice que es suficiente! Y siguió siendo suficiente para mí, no solo día tras día, sino año tras año de este viaje.
Pero ahora…ahora hablo con Dios. Cuando dice que debemos orar sin cesar, estoy en esta conversación constante con Dios. Podría estar conduciendo por la carretera y mi respuesta inicial a alguien que hace algo tonto es reaccionar impulsivamente. Pero el Señor me recuerda decir, «gracias, Señor».
Tuvimos algunos retos hace poco tiempo con alguien de nuestra familia, y pudimos decir, «gracias, Señor», aunque no fue algo fácil. Pero sobre todo, Dios recibirá cualquier cosa que yo le traiga, incluso mi dolor que me hace decir cosas que realmente no quiero decir. Pero estoy desesperada, ¡y no sé cómo decirlo!
Dios lo recibe y da misericordia. Me da la seguridad de Su amor por mí. Y en aquel momento –no estamos hablando de Josh, estamos hablando de mí y de Dios, de nuestra relación. Y así, mi conversación de oración con Dios sigue y sigue, y eso es un regalo de nuestro hijo.
Nancy: ¡Wow, así es! Y fue algo que Dios realmente usó durante los tiempos difíciles con tu hijo, para dar a luz en tu vida ese tiempo de oración de una manera nueva.
Judy: ¡Absolutamente! No oramos tanto en los tiempos fáciles.
Dannah: No. ¿Puedo hacerte una pregunta sobre eso, orando por un hijo pródigo? Judy, ¿tú y tu esposo tenían gente orando por ustedes? ¿Fueron transparentes sobre el viaje en el que estaban y el dolor que sentían?
Judy: Sí. De hecho, esto es lo que sucedió: cuando descubrimos que no teníamos idea de cómo íbamos a superar esto, les pedí a algunas personas que oraran. Tengo amigos en todo el mundo con nuestro ministerio, y sabía quiénes eran algunos de los verdaderos guerreros de oración.
Así que les envié un correo electrónico y les dije: «¿Orarías con nosotros?» De hecho, comenzamos un día mundial de oración del pródigo para orar por Josh el día 2 de junio, que es su cumpleaños espiritual. Y así, durante varios años, este grupo cada vez más grande oraba con nosotros.
Pero yo tenía algunos otros a quienes podía contactar en cualquier momento, y también estarían dispuestos a orar conmigo y Steve.
Dannah: Qué ejemplo, como líderes del ministerio ser transparentes así. Me parece que eso es algo que muchas personas que tienen hijos pródigos tienen miedo de hacer.
Judy: Eso también debe haber sido un regalo de Dios, que Él no nos permitió ocultarlo. Dentro del ministerio, especialmente los pastores, misioneros, y otros líderes en varios tipos de ministerio, sienten vergüenza cuando sus hijos toman malas decisiones.
Dannah: ¡Es humillante! Puede ser vergonzoso, ¿cierto?
Judy: Sí, incluso hay miedo. Conozco a un pastor que, cuando descubrió que su hija consumía drogas, supuso que lo iban a remover del pastorado porque no la había educado bien, a pesar de que ella era una adulta. No lo hicieron, y aunque fue difícil, estuvieron dispuestos a dejarlos ser honestos, abiertos y a no juzgarlos, lo cual fue algo maravilloso.
Creo que más que nada, toda esta situación abrió las puertas dentro de nuestro ministerio para que las personas estén dispuestas a admitir cuando tienen problemas. La gente quiere ver a estas personas del ministerio y a su familia y decir: «¡Oh, serán geniales! Los han criado bien, les enseñaron bien, han estado en la iglesia».
Así que nuestra disposición a abrirnos fue algo muy importante para la gente de nuestro ministerio, y fue otro regalo que surgió de todo esto. Unos tres años después de mi día de oración por el hijo pródigo, por Josh, Dios me dijo: «¿Qué tal si expandimos eso? Hay muchas otras personas». Y así comenzamos, cada 2 de junio, un día mundial de oración por el hijo pródigo.
Y no es algo enorme, pero es una comunidad virtual. La mayoría de ellos no se conocen cara a cara, pero la gente viene; y tenemos un sitio web (es seguro). Ponen peticiones de oración, derraman su corazón. Otros vienen y escriben sus oraciones por esas personas.
¿Sabes lo que significa que alguien pueda decir: «Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda!», y que otros que han estado transitando por ese camino escriban oraciones por ellos? ¡Es una bendición increíble!
Nancy: Sé que muchas de nuestras oyentes van a preguntar: «¿Dónde está ese sitio web? ¡Quiero ser parte de eso!» Vamos a vincular ese sitio web, esa información, en avivanuestroscorazones.com, para que puedas ir allí.
Espero que el servidor no se caiga porque sé que este es un tema muy importante y necesario para el pueblo de Dios. Quieren tener un lugar seguro a donde acudir y donde puedan decir: «¿Podemos orar juntos por este hijo?»
Dannah: ¡Sí, ese lugar seguro es muy importante! Hace varios años viajaba con alguien cuando estaba enseñando, y su hijo estaba atravesando un período pródigo en su vida. Eso pesaba en mi corazón cuando hablé, así que me sentí guiada a decir: «¿Hay alguien en este lugar (una pequeña sala de unas ochenta personas), que tenga un hijo pródigo en su vida, por el que quieras que oremos?»
¡Y nadie se levantó!
Judy: ¡Eso es impresionante!
Dannah: Pensé, vaya, soy tan tonta. No estaba escuchando a Dios. Pero esas personas vinieron a mí en lugares tranquilos, una tras otra, una docena de ellas: «Tengo un hermano pródigo que está haciendo la transición para ser una hermana. Tengo una nieta pródiga que vive con su novio en California». ¡Hay tanta vergüenza!
Y llegar a un día como este nos permite caminar en el poder de Mateo 18:20 que dice: «Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre (y me traen cosas en oración), allí estoy yo entre ellos». Cuando oro por mis hijos en tiempos difíciles, quiero que alguien ore conmigo, ¡porque la Biblia dice que hay poder en eso!
Judy: Sí, ¡eso es tan real!
Nancy: Judy, quiero saber, mientras reflexionas sobre esos años…y ahora estoy segura de que madres, abuelas de pródigos vienen a ti. Probablemente has escuchado más historias de las que hubieras conocido si no hubieras pasado por esa trayectoria, por ese viaje.
¿Cómo oras? ¿Qué estás orando por ese hijo pródigo? ¿Qué les aconsejas a otras madres que oren?
Judy: Bueno, oro por lo que hay en mi corazón, lo que veo como una necesidad específica, pero sobre todo oro dos cosas: oro las Escrituras. Encuentro las Escrituras sobre lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas, y oro esos versículos.
Nancy: ¿Hay algunos versículos en particular que vienen a tu mente que son como pilares para ti?
Judy: Bueno, a menudo oraba algo así, «cautiva sus corazones (porque Él quiere hacer eso), aun mientras los convences de pecado, cautiva sus corazones». Por supuesto, me preguntas eso y ¡mi mente se queda en blanco!
Nancy: Está bien, puedes pensar en eso mientras tanto.
Judy: Bueno, te diré otra cosa por la que oro, por las bendiciones. ¡Todas necesitamos ser bendecidas! Descubrí que lo que mejor puedo hacer es tomar algunas Escrituras y convertirlas en bendiciones. Puedo leerles un par de ellas en mi libro (suponiendo que pueda encontrarlo aquí).
Nancy: Mientras lo encuentras, todavía no hemos mencionado tu libro hoy, así que permíteme hacerlo ahora. Se llama When You Love a Prodigal (Cuando amas a un hijo pródigo), por ahora está disponible en inglés, y el subtítulo es 90-days of Grace for the Wilderness (90 días de gracia para el desierto).
Y es para las personas que están atravesando experiencias en el desierto, ya sea con sus hijos pródigos o hermanos o incluso un compañero, ¡pero es una experiencia en el desierto donde necesitas la gracia de Dios! Amas a esta persona. Quieres amarla bien, pero eres frágil, estás seca, y estás luchando.
Este es un libro de 90 lecturas cortas, que infundirán gracia y sabiduría de la Palabra de Dios al corazón de alguien que ama a un hijo pródigo.
Judy: Bueno, para mí hay dos cosas que hago con estas bendiciones. Uno, tanto como puedo, hablo bendiciones a cualquiera, pero especialmente a Josh. Aprendí a hacerlo. Tomo las Escrituras…voy a usar Miqueas 7:8 y 9, y lo convierto en una bendición: «Que te levantes cuando caigas y salgas de la oscuridad a la luz de Dios».
Y en Jeremías 24:6–7: «Que seas edificado, no derribado; plantado, no desarraigado. Que puedas volver a Dios con todo tu corazón». Y déjenme leerles uno más, que realmente me encanta, de Jeremías: «Que lo consueles, que le dará a Dios alegría hacerte siempre el bien».
Así que tengo un capítulo completo de bendiciones.
Nancy: Ahora, eso es un poco contradictorio de alguna manera. Porque cuando este niño u otra persona en tu vida está actuando mal, te hace la vida imposible, se está resistiendo a ti, la bendición no es realmente lo que quieres darle.
Judy: ¡Eso es cierto!
Nancy: Y quieres dar lo contrario, ¿cierto? Las palabras son tan poderosas, las palabras que pensamos y hablamos a otros y sobre otros. Entonces de manera natural quieres maldecir, no en el sentido de decir palabras feas necesariamente, sino en el sentido de «¡me estás haciendo la vida difícil! Tienes que…» Y hay palabras difíciles que necesitan ser pronunciadas. ¿Pero hablar palabras de bendición?
Judy: Bueno, las Escrituras son bastante claras. Nos dicen que debemos bendecir incluso a nuestros enemigos. Y de alguna manera, ese hijo que amas todavía parece un enemigo, ¡porque te causa mucho dolor! Por eso, Dios nos ha ordenado bendecir, no maldecir.
También tengo un capítulo sobre la gracia, y parte de él se llama «La voz de la gracia». Ahí solo hablo de las palabras que pronunciamos. Dios dice que nuestra lengua debe estar llena de gracia.
Así que, incluso cuando tenemos que decir palabras duras, porque lo hacemos cuando hay consecuencias, cuando hay una verdad que necesita ser reconocida, pero deben ser pronunciadas con gracia y no con condenación. Las personas recibirán eso, se sentirán bendecidas, se fortalecerá su espíritu. Puede que incluso se animen, en lugar de resistirse porque los estés condenando y menospreciando todo el tiempo.
Nancy: Y eso realmente ilustra lo que dice Proverbios 18:21, cuando dice que «la muerte y la vida están en el poder de la lengua».
Judy: ¡Absolutamente!
Nancy: ¿Entonces qué significa esto? Bueno, una aplicación de eso es que nuestras palabras, si están reflejando el corazón de nuestro Padre celestial, si son sabias, llenas de gracia, humildes palabras de amor, pueden ser un medio que Dios usa para traer a estos hijos pródigos de la muerte a la vida.
Judy: ¡Absolutamente!
Nancy: Ahora, no es una promesa que si oras bendiciones a tus hijos automáticamente sus corazones regresaran al Señor.
Judy: No, no es una promesa.
Nancy: Pero ciertamente son medios que Dios usa en el proceso.
Judy: Una de las cosas que digo repetidamente es: «No puedo darte ninguna garantía. No te diré, “si haces esto, estará bien”». Nunca diría eso, porque no tengo la capacidad para hacer que eso ocurra.
Pero sí sé, por mi propia experiencia y por todos estos años de trabajo con personas que tienen hijos pródigos, que el amor, la gracia y la misericordia hacen más para atraerlos que las palabras duras y ásperas.
De nuevo, la verdad importa. Tienes que decir algo de eso, tienes que tener algunas consecuencias, pero la forma en que lo haces hace una gran diferencia. Romanos 2:4 dice que Dios dice: «¿No sabes que es mi misericordia lo que los trae de vuelta?» (parafraseado).
Nancy: Los lleva al arrepentimiento.
Judy: Y eso es lo que me ha llevado a seguir teniendo amor, misericordia y gracia en mi necesidad de seguir asegurándome de que las cosas se están haciendo bien.
Dannah: Creo que esto está hablando directamente a mi corazón, porque lo que sale de mí naturalmente cuando estoy frustrada con alguien –mis hijos, mi esposo, mis amigas– es mencionarles todas las cosas que han hecho mal y que nos han llevado a un lugar difícil. Y me guste o no, mi naturaleza caída guarda un registro de cómo me han herido.
Judy, ¿siempre hablaste este lenguaje de bendición? ¿Salió naturalmente de ti? ¿O tuviste que elegirlo? Haces que suene tan fácil.
Judy: ¡Definitivamente tuve que elegirlo! Dios tuvo paciencia porque no fue algo fácil. La verdad es que por lo general tengo muchas opiniones y soy bastante buena expresándolas. Le dije algunas cosas muy duras. Una amiga, que era mi compañera de oración más fiel, me amonestó y me dijo que tenía que dejar de hablarle así.
Entonces Dios comenzó a obrar. Era como si Él me amonestara cada vez que salían las palabras equivocadas o el tono de voz incorrecto. Especialmente cuando Josh decía cosas como, «¡no eres mi verdadera madre!», lo que era bastante devastador. A veces lo decía cuando estaba enojado.
Pero una de las cosas que me ayudó para aprender a bendecir fue hacer algo tangible para bendecirlo. Cuando habíamos tenido algún conflicto, y él se iba sin disculparse, yo buscaba su ropa para lavarla (porque para mis hijos, una de sus tareas principales era lavar su propia ropa).
Ponía su ropa en la lavadora, una por una y decía: «Esto es una bendición para ti, Josh. Te bendigo Josh. Te bendigo Josh». Hasta llenar la lavadora. Lavé su ropa, la sequé y la puse de nuevo en su habitación.
Me gustaría decir que dijo: «¡Oh, muchas gracias!», pero no con demasiada frecuencia. Puede que no haya tenido mucho impacto en él, pero tuvo un impacto muy fuerte en mí el hacer cosas tangibles y visibles de bendición cuando no lo merecía en absoluto.
Nancy: Y esto viene directamente de las Escrituras. Jesús lo dijo en el Sermón del Monte. Y también habla de bendecir a tus enemigos en Romanos 12:14: «Bendigan a los que los persiguen. Bendigan y no maldigan».
Y luego dice en los versículos del 18 al 20: «Si es posible, en cuanto de ustedes dependa, estén en paz con todos los hombres. Amados, nunca tomen venganza ustedes mismos, sino den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: “Mía es la venganza, Yo pagaré”, dice el Señor. Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza».
Y luego el resumen de toda esta sección de Romanos 12, el último versículo, el versículo 21 dice: «No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien». ¿No es esa una palabra que todos los padres necesitan, que toda persona necesita? ¡Es por eso que están en las Escrituras! Pero somos tan fácilmente vencidas por el mal en los demás o en nuestro mundo.
Judy: O en nosotras mismas.
Nancy: O en nosotras mismas. Y Dios está diciendo: «Permíteme llenarte con Mi amor, con la bendición de Cristo que has recibido, y así te convertirás en un canal de esa bendición para los demás». Y al hacerlo, el bien del carácter de Dios vence al mal al que estábamos reaccionando…no necesariamente…como dijiste Judy. Josh no cambió de la noche a la mañana. ¡Este fue un largo, largo recorrido para ti y para ustedes! Pero Dios comenzó a cambiarte mientras respondías a Su Palabra y a Su Espíritu.
Judy: ¡Sí, pasé mucho tiempo en Su Palabra! El libro de Isaías me pareció especialmente útil, particularmente la segunda mitad. Hay tantas Escrituras que Dios me dio allí. Él fue muy bondadoso, también me dijo algo muy específico, Él dijo: «Judy, cuando cometas errores con este chico…y lo harás, (¡y por supuesto que los he cometido!) hazlo por el lado de la gracia», que no es lo que normalmente te dicen.
Te dicen, «si están siendo rebeldes y actuando y haciendo todas estas cosas, si tienen mal comportamiento, debes ser dura con ellos». Tienes que ser firme, ser clara, debes tener expectativas, límites y consecuencias. Pero hay que estar llena de gracia y ternura con ellos, porque en muchos casos hay motivos.
Incluso si es tu propio hijo y lo has tratado bien y lo has amado bien, puede haber cosas en su vida que fueron traumáticas de las que no tienes idea…una enfermedad o un nuevo bebé que viene y reemplaza a un hijo. Todas esas cosas requieren una forma gentil y amable de tratar con ellos, en lugar de decirle lo malo que es.
Nancy: Bueno, sabemos con certeza que hay un enemigo de todas nuestras almas, incluidas las de nuestros hijos. Viene a robar, a matar y a destruir. Esas son sus armas; ese es su objetivo. Así que, debe ser una madre, una abuela, un miembro de la familia, una persona amorosa que venga y le diga: «¡Quiero que conozcas al Cristo que da vida y en abundancia! ¡Quiero que experimentes eso!»
Y también guiarlo con gracia. Necesitas gracia y verdad. «Con misericordia y verdad se expía la culpa», nos dice Proverbios 16:6. ¡Se necesitan ambas! Pero el guiar con gracia, como Dios nos guía con gracia en nuestras vidas, ¡qué precioso regalo es para aquellos a quienes amamos!
Judy, retomaremos esta conversación mañana aquí en Aviva Nuestros Corazones, pero quiero asegurarme de que nuestras oyentes estén al tanto de este libro que has escrito. Creo que habrá muchas madres y abuelas que querrán obtenerlo.
Se titula When You Love a Prodigal: 90-days of Grace for the Wilderness (Cuando amas a un hijo pródigo: 90 días de gracia para el desierto).
Dannah: Si hay un hijo pródigo que amas por el que quieres que otros oren, puedes compartir tu solicitud de forma segura y anónima hoy y otros levantarán a tu ser querido en oración. Creo que es maravilloso que Judy eligiera el 2 de junio para ser este día de oración por el pródigo, porque es el día en que su hijo Josh dio su vida al Señor.
Nancy: ¡Es tan hermoso! He visto a Judy, a su esposo Steve y a su familia recorrer este trayecto a lo largo de los años. Ha sido algo hermoso ver a Dios escribiendo su historia y la historia de su hijo también. Sé que Dios está en el proceso de hacer esto en las vidas de muchas de nuestras oyentes hoy. Es posible que no puedas ver lo que Dios está haciendo, pero Él está obrando en la vida de ese hijo pródigo. Puedes confiar en eso. Espera al Señor y confía en Él para escribir la historia que solo Él puede escribir.
Hay más en la historia de Josh. Continuaremos esta conversación con Judy Douglass mañana y pasado mañana, mientras Judy comparte algunas de las lecciones que aprendió al amar a un hijo pródigo.
Dannah: Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth te reta a bendecir, incluso cuando es difícil.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación