Arraigadas en toda etapa (Susan Hunt, parte 2)
Patricia de Saladín: Con nosotras Susan Hunt.
Susan Hunt: ¿Cómo te glorifico en este lugar? Podemos glorificarlo disfrutándolo, y el fruto de la rectitud no se limita lo que hacemos, sino que es Él creciendo en nosotras, llenándonos. Deja a tu imaginación volar al hacer esa pregunta, ¿cómo te glorifico en esta etapa?
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Patricia: Cada una de nosotras necesita permanecer firme en un mundo que se tambalea. Y para eso es indispensable que vivamos en comunidad –una comunidad que ha sido formada por Dios: La iglesia. La iglesia es todo el cuerpo de creyentes de todas las épocas comprados con la sangre de Jesús. Y si tú eres hija de Dios, eres parte de esta gran familia. Y también, más específicamente, Dios nos ha bendecido con iglesias locales para la mutua edificación, …
Patricia de Saladín: Con nosotras Susan Hunt.
Susan Hunt: ¿Cómo te glorifico en este lugar? Podemos glorificarlo disfrutándolo, y el fruto de la rectitud no se limita lo que hacemos, sino que es Él creciendo en nosotras, llenándonos. Deja a tu imaginación volar al hacer esa pregunta, ¿cómo te glorifico en esta etapa?
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Patricia: Cada una de nosotras necesita permanecer firme en un mundo que se tambalea. Y para eso es indispensable que vivamos en comunidad –una comunidad que ha sido formada por Dios: La iglesia. La iglesia es todo el cuerpo de creyentes de todas las épocas comprados con la sangre de Jesús. Y si tú eres hija de Dios, eres parte de esta gran familia. Y también, más específicamente, Dios nos ha bendecido con iglesias locales para la mutua edificación, de modo que florezcamos en comunidad.
Esto es algo que Susan Hunt compartió con un grupo de mujeres en la conferencia Revive '21. Ayer escuchaste la traducción simultánea al español de su enseñanza titulada, Arraigadas en toda etapa. Si te la perdiste, asegúrate de escucharla. Encuéntrala en nuestra aplicación Aviva Nuestros Corazones, o en nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com. Hoy compartiremos contigo diversas interacciones que tuvieron lugar luego de su enseñanza, en las que ella nos habla de la importancia de tener raíces firmes en nuestra fe y de dejar un legado a la próxima generación.
Para iniciar escucharás la historia de una mujer que fue ejemplo de fe al morir, y luego, una sesión de preguntas y respuestas con Dannah Gresh y Susan Hunt.
Susan: Mi amiga Judy floreció en nuestra pequeña iglesia. Era parte de nuestro grupo de Tito, y ella estaría con nosotras en esta conferencia, pero le dio cáncer y murió en julio. Su hija Sarah está aquí con nosotras y ella me va ayudar a contar la historia de Judy. Judy es una de nuestras cuentistas del libro Envejeciendo con gracia. Ella empieza explicando que su esposo la dejó luego de 43 años de matrimonio. Sarah, lee parte de lo que tu mamá escribió.
Sarah: ¿Podría recuperarme del trauma del divorcio y moverme de lo familiar a lo no familiar? Me refugié en el Señor y en el santuario de Su presencia. Él me ministró por Su Palabra; lentamente, fue infundiendo aliento de vida, esperanza y gozo a mi alma. Eventualmente proveyó un nuevo hogar y una familia en una iglesia que me acogió. Le pedí que me dejara proclamar Su poder a esta nueva generación. (Salmo 71:18)
Quiero que mis hijos y mis nietos sepan que en este mundo quebrantado tendremos problemas, pero en Cristo podemos tener gozo, paz, contentamiento y esperanza, si mantenemos nuestros ojos en Él, si rendimos nuestra voluntad a la suya, y si florecemos en Su perfecto plan para nosotras.
Susan: A medida que Judy se iba debilitando, el fruto de justicia se hizo cada vez más dulce y más abundante. Una mañana me escribió… Sarah, lee este texto.
Sarah: Él me ha dado tal paz, descanso y esperanza…estoy en Sus manos. Es como nada que haya experimentado antes. No sé cuál será el resultado final pero Él sí lo sabe. Él me ha traído a este valle y está en este valle conmigo. Él decidirá cuándo saldremos del valle. La lección más grande hasta ahora ha sido no tratar de salir del valle por mí misma, sino esperar por Él.
Susan: Judy esperó, y cuando se le dijo que no había nada que se pudiera hacer por ella, el hospital envió a alguien de la oficina del capellán que le dijo, «estamos aquí para consolar a los pacientes y a sus familias; nosotros creemos lo que sea que tú creas». Sarah, ¿qué fue lo que dijo tu mamá?
Sarah: Dijo, «yo creo que mi única esperanza en la vida y en la muerte es Jesucristo».
Susan: Unos días antes de partir, mientras me sentaba al lado de su cama, algo de verla en esa bata de hospital me abrumó de dolor y tristeza. Mi hermosa amiga siempre lucía el mejor atuendo para cada ocasión. Luego recordé nuestra teología, recordé la realidad eterna y le dije, «tú te vas al último viaje, donde no necesitarás empacar o ir de compras, estás vestida con la perfecta justicia de Cristo, con las ropas que tu Salvador compró para ti».
Florecemos en los atrios del Señor mientras compartimos el evangelio y nuestras vidas unos con otros, y mientras las amistades son formadas; mientras ayudamos en el cuidado de niños o mientras planificamos un evento o mientras llevamos una comida a una familia que está en duelo. En el tiempo las amistades florecen y somos privilegiadas de hacer este trayecto sagrado hasta las orillas del cielo con una amiga en el evangelio.
Las relaciones de Tito 2, entre mayores y más jóvenes, pasan en la familia de Dios mientras una generación cuenta a la siguiente generación cómo ser dadoras de vida. Es donde lloramos con los que lloran y nos regocijamos con los que se regocijan. Es donde aprendemos a amarnos unos a otros, oramos unos por otros, nos arrepentimos unos con otros y donde nos perdonamos unos a otros. Nos convertimos en aquellos que dan de beber al sediento, reciben a los extranjeros, visten a los desnudos, visitan a los enfermos y a los prisioneros, y quienes un día escucharán a Jesús decir, «en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos míos, aún a los más pequeños, a Mí lo hicieron».
Es en las cortes del Señor que oramos por los cristianos que están siendo perseguidos, y le pedimos que de alguna manera misteriosa estos hermanos y hermanas en Cristo encaren el martirio con paz y gozo, cuando su teología se convierta en su doxología.
No es de extrañar que el salmista se maraville ante el asombro cuando exclama: «Grande es el Señor, y muy digno de ser alabado en la ciudad de nuestro Dios, Su santo monte. Hermoso en su elevación, el gozo de toda la tierra» (Sal.48:1-2).
En el Antiguo Testamento, Jerusalén era la ciudad de Dios. Ahora es la comunidad del pueblo de Dios en el cielo y en la tierra. Somos tú y yo, somos nosotras. Unámonos a los cristianos de todos los tiempos alrededor del mundo, y gozosamente declaremos nuestro propósito y nuestra esperanza, usando dos de los credos históricos de la iglesia escritos para arraigarnos en nuestra santa fe.
Ponte de pie junto a nosotras. Yo leeré las preguntas y Sarah las guiará en la respuesta.
Hermana, ¿cuál es tu fin principal?
Sarah: Mi fin principal es glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre.
Susan: ¿Cuál es el único consuelo en tu vida y en tu muerte?
Sarah: Que no me pertenezco sino que pertenezco en cuerpo y alma, en vida y en muerte, a mi Salvador Jesucristo. Él ha pagado por completo por todos mis pecados con Su preciosa sangre y me ha hecho libre de la tiranía del diablo. Él también cuida de mí de tal forma que ni un cabello puede caer de mi cabeza sin que sea la voluntad de mi Padre en el cielo. De hecho, todas las cosas deben obrar para mi salvación porque le pertenezco a Él, a Cristo. Por Su Santo Espíritu Él me asegura una vida eterna y esto me hace total y completamente dispuesta, y me prepara para vivir para Él de ahora en adelante.
Susan: ¿Qué debes saber para vivir y morir en el gozo de este consuelo?
Sarah: Tres cosas. Primero, cuán grande es mi pecado y mi miseria. Segundo, cómo he sido hecha libre de todos mis pecados y de mi miseria. Y tercero, cómo debo dar gracias a Dios por tal liberación.
Susan: Amén y amén.
Dannah: Sé que has amado la feminidad bíblica y has dedicado muchos años en tu denominación dirigiendo a las mujeres, porque te preocupas mucho por la feminidad bíblica –las mujeres viviendo como la Palabra dice.
¿Por qué te dedicaste a eso?
Susan: Bueno, fue un proceso de transformación para mí. Empecé a ver y mientras más hablaba de eso y me reunía con estas mujeres y veía cómo Dios las iba transformando, y me hizo más y más apasionada por este mensaje, y me enseñaba la belleza, el asombro, el gozo de esto cuando vi estos matrimonios transformados. El Señor lo arraigó muy profundamente en mi corazón.
Danna: Es muy fructífero.
Susan: Vi el fruto.
Dannah: Tienes tres hijos, tus dos hijas están aquí –muy hermosas ahí sentadas, las amamos– y trece nietos. Esos son muchos nietos. Yo tengo dos. ¿Qué sabiduría tienes para mí que acabo de empezar y no sé lo que estoy haciendo?
Susan: Yo sé, ora.
Dannah: Hablando de ser una abuela, una vez oí a Nancy decir que tú eres la abuela del Movimiento Mujer Verdadera. Tú has oído ayer del crecimiento en América Latina, de las muchas naciones y las traducciones a muchas lenguas, este es un movimiento del Señor que no puede ser atribuido a nadie, solamente al Señor; pero tu oración dirigió todo esto. ¿Cómo ves todo esto a través de Aviva Nuestros Corazones?
Susan: Es difícil ponerlo en palabras porque es algo tan sobrenatural pensar que alguien tan insignificante y pequeño oró, y aunque yo pensaba que mis oraciones eran grandes, no eran nada comparadas a lo que Dios ha hecho. En Efesios 3, Pablo les dice a los efesios, que Dios hará más aún de lo que pudieran imaginar, y esa es la historia de mi vida. Siempre las respuestas a mis oraciones han sido más grandes, más maravillosas de lo que yo pude haber imaginado. Y las oraciones que oro ahora sé que también serán así. Quizás no voy a ver las respuestas, pero sé que van a ser aún mayores de lo que puedo imaginar. No podemos imaginar la maravilla, el asombro de lo que Él hará. Y lo veo en estas mujeres. No puedo poner en palabras lo que significa para mí.
Dannah: Seguramente para muchas mujeres esto es nuevo. ¿Hay alguna manera en que Dios dice que vivamos las mujeres? ¿Qué Escritura tú dirías que debe ser donde la mujer empiece a estudiar esto?
Susan: Para entender la feminidad bíblica, Génesis del 1 al 3. Dios nos hizo a Su imagen –lo que habló Mary tan hermosamente esta mañana– nos hizo hombre y mujer, creó a la mujer para ser ayuda idónea. Cuando examinamos la palabra ayuda, la belleza de esa palabra, que Dios es nuestra ayuda, cómo Dios nos ayuda, cómo Dios nos ha creado y llamado a ser esas ayudas en este mundo. Pero también, que después de la caída Dios vino y les dio la promesa, la primera vez que Dios prometió el Salvador, Adán miró a su esposa y la nombró Eva, porque ella sería la madre de todos los vivientes.
Y Eva suena como la palabra hebrea dadora de vida. Cuando vi eso las luces se encendieron porque por el pecado todas tendemos a quitar vida, pero en Cristo, porque Cristo está en nosotras, ahora tenemos el potencial de ser dadoras de vida en cada relación, en cada situación, porque Jesús está en nosotras. Y creo que si tú puedes entender el concepto de ese potencial que tenemos por el poder transformativo del evangelio de ser dadoras de vida, seremos transformadas. Estas mujeres se llaman dadoras de vida en proceso.
Dannah: Uno de esos momentos en que se encendió en mí –en esa sección de la Escritura… Yo siempre pensé que ser una ayuda era como, «uy, eso suena tan servil…no sé si me gusta eso». Yo nací en un mundo feminista y ese término era algo que no me gustaba. Pero luego entendí que esa palabra era la palabra ezer, y esa misma palabra es la que se usa para Dios como mi ayudador. Él me está invitando a ser tan fuerte como Él, tan disponible, tan magnífico en dar…tienes razón. Esa es la escritura para comenzar. Estoy de acuerdo.
Susan: Qué bueno.
Dannah: He notado que no te has retirado de servir al Señor a tus 81 años. Aún estás aquí ministrándonos a nosotras. Estás sirviendo a estas mujeres. ¿Es ella una buena mentora?
Mujeres: ¡Sí!
Dannah: Lo supuse. Pero he notado que hay algunas mujeres de tu edad o 20 años menores que tú –y no estoy ahí todavía, estoy casi llegando– que se retiran de usar sus dones espirituales en el cuerpo de Cristo, algo que me preocupa. Entonces, como no estoy ahí todavía no puedo hablar. Pero tú que estás ahí, qué les dirías a esas mujeres de esa edad que –yo a veces tengo huesos que no me funcionan y quiero ir más despacio, es una realidad en mi vida, pero no estoy segura de que deba tirar la toalla. ¿Qué le dirías a esa mujer que está siendo tentada a vivir de manera más cómoda en el cuerpo de Cristo?
Susan: Creo que la pregunta que debemos hacernos en cualquier edad o etapa en que nos encontremos es, ¿cómo te glorifico y disfruto hoy? Es muy sencillo, no es ciencia. Cuando llegas a este punto donde ya no puedes físicamente hacer las cosas que hacías antes, la pregunta es la misma. Sé que la respuesta va a variar un poco, ¿cómo te glorifico hoy? Y ¿cómo te disfruto hoy? Ha habido momentos en los últimos años en que por diferentes razones he tenido que estar en la cama. Y ¿cómo te glorifico aquí en este lugar? Y podemos glorificarlo disfrutándolo. Y el fruto de la rectitud no se limita a lo que hacemos sino que es Él creciendo en nosotras, llenándonos. Deja a tu imaginación volar al hacer esa pregunta, ¿cómo te glorifico en esta etapa? Cualquiera que sea.
Dannah: Me recuerda a Amy Carlmichael, aquella misionera en la India que trabajaba con trata de personas, y esto ni siquiera se conocía. Ella rescataba niñas de la prostitución y era tan fuerte…pero ella se enfermó al final de su vida. Y en lugar de estar desesperada, ella convirtió eso en una oración. Desde su cama intercedía por esos niños, y muchos de sus trabajos de escritura vinieron de esos años. ¿Hay algo que harías diferente al mirar atrás en tu vida?
Susan: Por supuesto, uno mira hacia atrás a sus errores…¿sabes que no? Porque Dios puso todo mi pecado, el pecado de otros contra mí, los gozos, las tristezas, los sufrimientos… Él ha usado todo para atraerme más y más a Él y enseñarme más de Él.
Dannah: Siento que alguien debía escuchar eso.
Susan: Déjame agregar algo más. Una de las muchachas me dijo, «debes decirles esto». Me mandó un correo electrónico y me recordó que le dije –después que murió Jim, mi esposo– que yo pensé que el sufrimiento era más fácil de sobrellevar porque no tenía remordimientos. Jim hablaba de que uno de los dos se iría primero, «vamos a asegurarnos de que estamos disfrutando cada día, cada momento. Él y nosotros. Si tenemos que pedir perdón, pidamos perdón; vamos a perdonarnos, vamos a arrepentirnos».
Y de verdad que no tengo remordimientos. Así que lleva cuentas cortas; arrepiéntete y perdona; y si el otro no se arrepiente, perdona. Vive una vida de arrepentimiento y perdón.
Danna: Me encanta eso. Hermoso. Bueno espero que no te estemos recordando muy pronto, pero cuando ya tengamos que recordarte, ¿cómo quieres ser recordada?
Susan: Como alguien que amó a Jesús y a Su iglesia. Que amó a sus hijas –mis muchachas– y vivió la vida con ellas. Esto es hermoso, increíble, pero mi vida es con ellas, con mis mentoreadas.
Dannah: Es un buen recordatorio para nosotras, mamás y abuelas que nos ocupamos en tantas cosas. Gracias. Una última pregunta. Hablemos a las jóvenes aquí. Tenemos adolescentes, tenemos muchachas de universidad, muchachas en sus veinte, viviendo en un mundo que es muy opuesto a muchas de las cosas que hemos estado enseñando este fin de semana. Quisiera que les hablaras a ellas y les dijeras cómo pueden permanecer fuertes en la fe, en un mundo que les miente y ellas quizás se pregunten, ¿será que todo es mentira? Es un tiempo muy confuso para vivir, ¿qué les dirías a esas jóvenes?
Susan: Busca a Jesús, y busca mujeres piadosas que tengan vidas y experiencias reales. Espero que tu mamá sea una mentora espiritual para ti. Madres, yo las animo a que sean mentoras de sus hijas, pero también que las animen a buscar más mujeres en su iglesia para mentorearlas. Judy y yo nos mentoreamos y mentoreamos a otras. Búscalas. Habla con mujeres mayores piadosas, hazles preguntas.
Pregúntales qué hubieran querido saber a mi edad. Escucha su sabiduría. Está activa, involucrada en tu iglesia local, está cerca de ellas. Son una fuente de fuerza para ti más allá de lo que puedes imaginar. Jóvenes, no se vayan de sus iglesias, manténganse cerca a su iglesia local, amen Su palabra y Su pueblo, y dejen que oren sobre ustedes y las amen.
Dannah: No se desvíen. Déjenos amarlas.
Patricia: Has estado escuchando una conversación entre Dannah Gresh y Susan Hunt. Y tú, ¿cómo quieres ser recordada? ¿Qué legado quieres dejar? Y si eres una joven y nos escuchas hoy, ¿buscarás al Señor como parte de una iglesia local?
Dios ha diseñado la comunidad de creyentes de modo que pasemos Su verdad de una generación a otra, y tú eres parte de esto. Tanto tus fracasos como tus éxitos son parte de tu historia, y Dios la ha estado escribiendo con un propósito.
Y permíteme hacerte otra pregunta, ¿participarás activamente de la historia de redención que Él está escribiendo, abrazando tu llamado a la maternidad espiritual y a la oración? Y tú, joven, ¿estás dispuesta a ser enseñada y dejar un legado de fe?
Juntas arraiguemos nuestras vidas en Cristo y en la verdad de Su Palabra, para que nuestras vidas lleven mucho fruto para Su gloria.
Y si te entusiasma aprender principios sólidos de la Palabra de Dios, te animo a conectarte diariamente con nuestra aplicación, Aviva Nuestros Corazones, o con nuestro sitio web, avivanuestroscorazones.com. Al leer nuestras publicaciones de Joven Verdadera y Mujer Verdadera y escuchar los podcast que tenemos disponibles para ti, no solo estarás aprendiendo, sino que también podrás interactuar con otras mujeres alrededor del mundo que tienen tu mismo corazón y pasión.
Y bueno, mañana te esperamos para el último mensaje impartido en la conferencia Revive '21, titulado Permaneciendo arraigadas. ¡Asegúrate de acompañarnos!
Annamarie: Arraigadas en toda etapa, juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
Me Rindo a Ti, Jonathan & Sarah Jerez ℗ 2016 Aviva Nuestros Corazones.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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