Arraigadas en toda etapa (Susan Hunt, parte 1)
Patricia de Saladín: En medio de las ideas individualistas en que vivimos hoy, Susan Hunt nos trae un importante recordatorio.
Susan Hunt: Nuestras circunstancias y nuestras relaciones no cambian necesariamente. Pero hay un cambio radical en nuestras actitudes y acciones cuando nos encomendamos a nuestro Padre fiel.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Patricia: ¿Qué significa tener una vida abundante en Cristo? Susan Hunt dice que no significa hacer más cosas, sino crecer en semejanza a Cristo.
Si no sabes quién es Susan Hunt puede que pienses, «¿y cómo sabe ella esto?» Bueno, ella tiene 81 años. Luego de más de cincuenta años de matrimonio quedó viuda. Y aunque ya está algo frágil en su cuerpo físico, es fuerte de espíritu. Ha sido una madre espiritual para muchas mujeres –incluyendo muchas que son parte de Aviva Nuestros Corazones …
Patricia de Saladín: En medio de las ideas individualistas en que vivimos hoy, Susan Hunt nos trae un importante recordatorio.
Susan Hunt: Nuestras circunstancias y nuestras relaciones no cambian necesariamente. Pero hay un cambio radical en nuestras actitudes y acciones cuando nos encomendamos a nuestro Padre fiel.
Annamarie Sauter: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Patricia: ¿Qué significa tener una vida abundante en Cristo? Susan Hunt dice que no significa hacer más cosas, sino crecer en semejanza a Cristo.
Si no sabes quién es Susan Hunt puede que pienses, «¿y cómo sabe ella esto?» Bueno, ella tiene 81 años. Luego de más de cincuenta años de matrimonio quedó viuda. Y aunque ya está algo frágil en su cuerpo físico, es fuerte de espíritu. Ha sido una madre espiritual para muchas mujeres –incluyendo muchas que son parte de Aviva Nuestros Corazones y del Movimiento Mujer Verdadera.
Ella fue de inspiración para Janet Lynn, a quien escuchaste en una serie anterior titulada, «Metamorfosis de una madre». Escucha la traducción simultánea de lo que Janet compartió en la conferencia Revive '21 sobre cómo Susan ha impactado su vida.
Janet Lynn: Gracias Nancy. Yo sé que muchas de ustedes estarían aquí haciendo lo mismo que nosotras, pero comparto mi historia. Una vez me levanté, a los 63 años, llena de desesperación. Me sentí infructífera. Tuve una juventud muy feliz porque era una patinadora profesional, era muy competitiva, era coreógrafa y productora; estaba felizmente casada, tenía dos hijos mellizos, era fuerte… Había sido cristiana por décadas y muchas personas habían invertido en mí, me habían bendecido con amor y con consejo, pero cuando yo tenía 63 años mis hijos se fueron a la universidad.
¿Cómo se atreven? Me quedé con el nido vacío, y me di cuenta que no tenía plan, no tenía propósito en mi vida, y entonces como muchas aquí, quizás me sentí muy desesperanzada. Luché contra esto y me sentí increíblemente inadecuada, no tenía cosas que hacer, no tenía nada que ofrecer al mundo y es horrible sentirse así. Y entra Susan Hunt 5 años después. Buscando en Revive Our Hearts me encuentro con Susan Hunt, con este título, Envejeciendo con gracia:No te des por vencida… Y pensé, Susan tan gentil y sabiamente y con gran fortaleza y con tanta Escritura derramó Tito 2 y lo usó para invertir en mí…eso cambió mi vida, cambió mi perspectiva y me permitió tener la esperanza para continuar, para seguir adelante, para hacer una diferencia en el mundo.
Patricia: Janet finalizó diciendo cómo a su edad tiene todo un tesoro de experiencias –de fracasos y éxitos que ahora puede compartir con la próxima generación. Y cómo, en lugar de lamentarse, ella decidió decir, «sí Señor» al llamado de modelar buen consejo y ser de aliento a las jóvenes.
Y bueno, estoy segura de que las palabras de Susan –traducidas simultáneamente al español– también serán de inspiración para ti en los próximos minutos. Escucharás un mensaje en el que ella nos anima a glorificar a Dios y a disfrutar de Él en todas las etapas de la vida. Ella lo impartió allí en la conferencia Revive '21.
Susan: Mujeres, no sé por qué estoy aquí, aparte de que soy vieja. Me imagino que necesitaban a alguien viejo para hablar sobre ser arraigada hasta la recta final. Y me imagino que se están preguntando, ¿qué tan vieja es? Bueno, tengo 81 años y estoy muy vieja para estar parada por 30 minutos. No sé si puedo hablar 30 minutos. Pero mi preocupación más grande es que esta es mi hora de siesta y no sé si puedo estar despierta por 30 minutos.
Pero no se preocupen, mis dos hijas y 10 hijas espirituales de mi grupo de Tito 2, están sentadas por ahí cerca de las escaleras. Hemos vivido una vida juntas, hemos compartido el evangelio juntas por 25 años y me conocen muy bien y me cuidan muy bien. Y puedo asegurar que si se me olvida de qué estoy hablando ya tienen un plan y puedo asegurarles que al menos una de ellas puede tomar el micrófono y decirles qué iba a decir…y ella sabe quién es.
Pero no se preocupen, estoy bien por ahora y quiero decirles a ustedes lo que les he estado diciendo a ellas. Proverbios 4: «Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta que es pleno día» (v.18). Mujeres, es cierto. Mientras los ojos van fallando, nuestra visión espiritual se hace cada vez más brillante y vívida. En contraste, el versículo 19 también es cierto: «El camino de los impíos es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan» (v.19).
Nos angustiamos y nos alarmamos debido al caos, a la profunda oscuridad que nos rodea. Y las personas ni saben que causa tal vacío y desesperación. Pero el camino a través de la oscuridad es cada vez más brillante porque la Palabra de Dios es lámpara para los pies de los justos, y es luz para nuestro camino. La Palabra de Dios renueva nuestras mentes y nos equipa para pensar bíblicamente. Nos ayuda a pensar más allá de las realidades que vemos y nos ayuda a ver las realidades eternas.
Lentamente, mientras nos arraigamos en estas realidades eternas, comenzamos a conectar con nuestras realidades terrenales, nuestra teología, y se convierte en nuestra doxología. JI Packer escribió: «Mientras más viejo me pongo, más quiero cantar acerca de mi fe, y hacer que otros canten conmigo. La teología es para la doxología, lo primero que deseamos hacer con ella es convertirla en alabanza y así honrar a Dios, quien es el objeto de esta». Colosenses 1, dice que fuimos escogidas antes de la fundación del mundo para la alabanza de Su gloria. Nuestro fin último, nuestra meta final es glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre. En la década de mis veinte esta declaración profunda cautivó mi atención porque contestó la pregunta que tenía en mi corazón: «¿Por qué estoy aquí?» Me enfocó en la grandiosa realidad de que el evangelio es lo suficientemente grande y lo suficientemente poderoso para hacer de cada momento y de cada etapa de la vida algo significativo y glorioso.
El evangelio me ha enfocado en esta verdad, y poner esto en práctica ha sido vergonzoso y dolorosamente lento. Una batalla diaria de morir a mí misma. Pero el estar arraigada en esta verdad clarifica y simplifica mí vida, y al mismo tiempo me reorienta cada mañana cuando despierto, y oro por la gracia para glorificar y disfrutar a Dios en cualquier situación que Él ordene para mí ese día.
Si pueden buscar el Salmo 92 conmigo. Este da una visión poética del camino de los justos, nos enseña cómo glorificar y disfrutar a Dios. Muestra un crescendo de la extraordinaria promesa de que el camino será cada vez más brillante. El versículo 12 dice: «El justo florecerá como la palma, crecerá como cedro en el Líbano». «Aun en la vejez darán fruto» (v.14). ¿Quiénes florecerán? Los justos, los que han sido justificados.
Jesús transitó por el camino de la justicia hasta la cruz, y dio Su vida sin pecado como sustituto y sacrificio por nuestro pecado. Basado en Su obediencia, Dios nos declara justos, como si nunca hubiésemos pecado. Nos declara tan justas como Jesucristo. No nos paramos delante de Él desnudas y avergonzadas. Isaías 61:10 dice: «…Porque Él me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto de justicia…» ¿Qué significa florecer? No significa ser más, significa lucir más como Jesús.
No nos parece lógico, pero florecer es la muerte progresiva del yo para dejar que la vida de Cristo crezca en nosotros. Este salmo es muy personal para mí. Lo comencé a estudiar hace 3 años más o menos, y había estado orando y leyéndolo por un año y ahí mi esposo murió y quedé viuda. Y en medio del dolor y de la fatiga de la enfermedad de Jim, en medio del lugar muy poco familiar de la viudez, Dios cumplió Su promesa. Experimenté la verdad de estas promesas y realidades.
Las verdades del Salmo 92 fueron de mi cabeza a mi corazón. Es un cántico del Día de reposo, una canción de comunidad. La cantaban juntos cuando se congregaban para adorar. Porque nuestra salvación es personal pero Dios nos adopta en Su familia. Él no quiere que caminemos solas por el camino. Lo que vemos en el Salmo 92 sucede en comunidad. El versículo uno dice: «Bueno es dar gracias al Señor, y cantar alabanzas a Tu nombre, oh Altísimo». Nota los nombres de Dios, nos recuerdan la centralidad de Dios en la verdadera adoración. Señor en hebreo es Yahwe, Dios se revela a Sí mismo como un Dios personal, y entra en una relación personal con nosotros.
Él se ata a nosotros en una relación de amor de pacto y de lealtad, prometiéndonos, «Yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo y yo viviré entre ustedes, estaré con ustedes siempre». Altísimo, nos recuerda de Su soberanía trascendente, este canto nos recuerda el amor y la soberanía de Dios, Su presencia y Su promesa, Su grandeza y Su bondad. Esta es la teología que nos va a arraigar y nos va ayudar a glorificar a Dios aún en medio de los lugares y relaciones difíciles. Su soberanía nos asegura que Él puede cumplir cada promesa. Su amor de pacto nos asegura que lo hará.
Esto es lo que Jesús nos enseña en el Padrenuestro cuando nos dice cómo orar. Padre nuestro apunta al amor tierno de Dios por nosotros –que está en los cielos. Nos apunta a Su soberanía. El salmista también nos enseña cómo cantar nuestra teología, es bueno dar gracias. Yo comencé a orar que la gracia de la gratitud calara profundo en mi corazón. En ese lugar difícil de la enfermedad y la muerte de Jim, el Señor contestó mi oración. Mi temor fue reemplazado por una gratitud abrumadora cuando sentí la presencia de Dios con nosotros.
El versículo 2 dice: (Es bueno) «Anunciar por la mañana Tu bondad, y Tu fidelidad por las noches». Bondad, amor, la palabra hebrea es hesed, es el amor de pacto y el compromiso de Dios de amarnos y ser fiel a cada promesa que Él ha hecho, sin importar el costo. Vemos la expresión completa de este hesed en la cruz, hablando de la bondad y el amor inagotable de Dios y Su fidelidad. El evangelio es bueno para nuestras almas.
El versículo 2:4 dice: «Porque Tú, oh Señor, me has alegrado con Tus obras, cantaré con gozo ante las obras de Tus manos». Mientras oraba, «alégrame con Tus obras», Él me hizo pensar en Sus manos cuando fueron clavadas a la cruz. También en Su obra salvífica y Su obra de santificación en mi vida, y en la vida de los que me rodean, muy especialmente en la vida de Jim. Estaba tan débil…pero cada vez que alguien entraba a su habitación a sacarle sangre o a limpiar el piso, abría sus ojos, sonreía, y decía: «gracias».
En lugar de ver su debilidad podía ver el poder y la brillantez del evangelio, eso me alegraba. El dolor es real, es difícil, pero nos dolemos en el contexto de la esperanza, del poder y del gozo del evangelio. G.K. Chesterton escribió: «el gozo es el secreto gigantesco del cristiano». No debemos guardar este secreto solo para nosotras. Una vez escuché a un pastor decir: «Muchos cristianos lucen y actúan como si hubieran sido bautizados en vinagre». Pero piénsalo, la historia de la redención, nuestra historia, es una historia de gozo.
«Pero el ángel les dijo: “No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo”» (Luc. 2:10). De gran gozo…el gozo del evangelio es difícil de entender porque no se basa en nuestras habilidades espirituales o naturales o de producir, es una realidad espiritual, una maravilla espiritual. Juan 15 dice: «Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto» (v.11). Su gozo en nosotros es un regalo. Él es la fuente. Las personas, las circunstancias, el perseguir mi propia felicidad, nada de esto trae gozo. Elizabet Elliot dijo: «El único camino al gozo y al contentamiento verdadero es hacer de Su gloria el principal objetivo de mi vida». Filipenses 4:4 dice: «Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocíjense!» ¿Es eso posible? Pablo estaba en la prisión, pero él sabía que si solo pensamos en grande hacia el futuro, si pensamos bíblicamente, podemos tener gozo.
Él sabía que esto le había pasado para avanzar el evangelio. Estamos en medio de la historia ahora, no podemos ver cómo va a terminar. Pero podemos regocijarnos porque nuestro Dios soberano lo va a usar para avanzar el evangelio en nuestras vidas, y quizás en las vidas de otros. Podemos regocijarnos en todas las cosas porque Él está con nosotros en medio de todas las cosas; nada nos puede separar de Su amor, dice Romanos 8.
Solo un Dios soberano y amoroso puede hacer estas promesas tan grandes. El gozo no es la ausencia de dolor y sufrimiento, es la presencia y el propósito de Cristo en nuestro dolor y sufrimiento. Así que hagamos como hizo nuestro Salvador –como dice 1 Pedro 2:23: «Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia».
Oh, hermanas, que podamos también encomendarnos a aquel, a nuestro Padre, quien es confiable; «y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz» (Heb 12:1-2). Jesús miró más allá de la realidad presente hacia la realidad eterna. No podemos producir este gozo, pero podemos orar por él. El Salmo 21:6 es mi oración constante, lo oro cuando camino por mi casa: «Con Tu presencia le (me) deleitas con alegría». Dame alegría con Tu presencia. Los siguientes versículos del Salmo 92 contrastan el camino de los justos y el de los malvados.
Este cántico del Día de reposo (Salmo 92) no borra la línea entre estas dos cosmovisiones. Claramente muestra el destino de aquellos que conocen y adoran a Dios, y el destino final de aquellos que no. El versículo 5 dice: «¡Qué grandes son Tus obras, oh Señor, cuán profundos Tus pensamientos! El hombre torpe no tiene conocimiento, y el necio no entiende esto: Que cuando los impíos brotaron como la hierba, y florecieron todos los que hacían iniquidad, solo fue para ser destruidos para siempre».
No hay capacidad mental ni espiritual. La palabra que se traduce torpe, viene de una palabra hebrea que se traduce bruto. El doctor James Boice escribió: «Nuestro llamado es mirar hacia Dios y ser como Dios en cuya imagen fuimos creados. Pero si no miramos hacia arriba, el único lugar donde podremos mirar es hacia abajo, y nos comenzaremos a comportar como animales».
La pregunta es, ¿estoy convirtiéndome en alguien hermoso como Cristo? ¿O me estoy embruteciendo? Jesús hizo la provisión para que podamos elegir la belleza. En la oración para Su pueblo en Juan 17, Él le dijo al Padre: «La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno» (v.22). Piensa en eso ahora. Su gloria está en nosotros ahora, Su gloria es la esencia de quien Él es. Es Su Espíritu Santo quien produce el fruto que da vida (Su vida), el fruto de amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad y dominio propio. Este es un resumen exquisito del carácter de Dios. El destino de los justos de Dios es ser como Cristo y reflejar a Cristo. Nuestra unión con Cristo nos transforma. Nuestras circunstancias y nuestras relaciones no cambian necesariamente, pero hay un cambio radical en nuestras actitudes y acciones cuando nos encomendamos a nuestro Padre fiel.
Los versículos del 8 al 11 del Salmo 92 nos llevan a Jesús. Nos recuerdan que es por el poder del evangelio que somos gradualmente transformados de bestias a bellezas. «Pero Tú, oh Señor, excelso eres eternamente. Porque Tus enemigos, Señor, porque Tus enemigos perecerán; serán esparcidos todos los que hacen iniquidad. Pero Tú has exaltado mi poder como el del búfalo; he sido ungido con aceite fresco. Mis ojos satisfechos han mirado a los que me acechaban, y oyen mis oídos de los malhechores que se levantan contra mí».
El cuerno de un animal es símbolo de poder, es un arma. Las Escrituras se refieren a Jesús como el cuerno de salvación. Recuerda, ellos cantaban esta canción durante el Día de reposo, que apuntaba –y nos apunta a nosotros hoy– a otro sábado cuando su cuerno fue exaltado. Dios derramó aceite fresco sobre Su ungido y Él se levantó victorioso de la tumba para ascender a las alturas por siempre, dispersando a Sus y nuestros enemigos, y asegurando nuestro destino, glorificar a Dios, y nuestro destino final, el hogar que Jesús está preparando para nosotros.
Así que te pregunto, ¿en qué camino estás tú? ¿Estás confiando en la obediencia de Jesús para tu salvación? Entonces estás vestida con Su justicia y Él te ha sentado a Sus pies en el buen camino. ¿Estás caminando en la brillantez y el gozo del camino de los justos…o te sientes atascada? ¿Están tus circunstancias y tus relaciones, los mensajes y el caos de este mundo caído, confundiéndote y derrotándote?
Caminamos el camino de la justicia usando los medios de gracia que Él nos ha dado –la Palabra, la oración, la adoración en el Día de reposo, los sacramentos (el bautismo, la comunión, la santa cena y la comunión de los santos)– mientras continuamos día a día, año a año, década a década, cultivando estos hábitos santos que a veces pudieran sentirse rutinarios. Pero es una rutina justa, recta, que nos lleva a un lugar cada vez más brillante, mientras oramos que Dios use estos medios de gracia para ser fortalecidas con poder de Su Espíritu en el hombre interior, de manera que Cristo habite por la fe en sus corazones; que sean arraigadas y cimentadas en amor y sean capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura, la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenas hasta la medida de toda la plenitud de Dios. (Ef. 3)
Cuando el Espíritu Santo usa los medios de gracia para fortalecer nuestro ser interior, el resultado es, Salmo 92:12: «El justo florecerá como la palma, crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa del Señor, florecerán en los atrios de nuestro Dios. Aun en la vejez darán fruto; estarán vigorosos y muy verdes». En el devocional de preparación del corazón de la semana pasada, Leslie Bennett explicaba que la flexibilidad de la palma y su sistema de raíces le permiten soportar los vientos violentos de un huracán. Y escribió: El Hijo de Dios está formado para permanecer derecho en medio de cualquier desastre, a través de los infinitos recursos de Su Espíritu, Su Palabra y Su iglesia. El fruto de la palma datilera que crece en Israel, se hace cada vez más dulce y más abundante en la medida en que el árbol envejece.
Los inmensos cedros del Líbano crecen en arboledas, crecen juntos, sus ramas se extienden y se unen –una dulce ilustración de la unidad y de la interdependencia de la iglesia de Dios. El árbol no se planta a sí mismo, Dios nos planta soberanamente en un lugar de la historia, en un lugar del planeta, en una familia, en una iglesia local donde Él quiere que florezcamos y ayudemos a otros a florecer. Florecemos en comunidad mientras declaramos, «cuán recto es el Señor, Él es mi roca y en Él no hay injusticia».
Si hubiera una pizca de injusticia en Cristo Él no sería nuestra justicia. Esta es una declaración de confianza, no de confianza propia sino de confianza en Cristo. La pequeña iglesia donde Dios me ha plantado tiene menos de 100 personas. Es insignificante a los ojos del mundo, pero Jesús ama a Su iglesia y se dio a Sí mismo por ella. Mateo 16, dice que Él dice que las puertas del Hades no podrán contra ella. La iglesia no es perfecta pero tenemos un Salvador perfecto que nos ha declarado justas a Sus ojos y quien usa Su Palabra, Su Espíritu y Su iglesia para hacernos gradualmente más justas en la práctica.
Patricia: Amén. Has estado escuchando la traducción simultánea al español del mensaje que Susan Hunt impartió en la conferencia Revive '21. Y tú, ¿conoces realmente el amor de Dios derramado en Cristo? ¿Te gozas en Él aun en medio de la aflicción? ¿Estás floreciendo en comunidad?
Reflexiona hoy en estas preguntas, y mañana regresa para escuchar algunas interacciones que tuvieron lugar luego de esta enseñanza. Veremos la importancia de tener raíces firmes en nuestra fe y de dejar un legado a la próxima generación. Acompáñanos, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Annamarie: Arraigadas en toda etapa, juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación