Arraigada en la Escritura
Annamarie Sauter: Kay Arthur dice que las pruebas en tu vida ponen en evidencia dónde está tu fe.
Kay Arthur: Yo he escrito esta frase al inicio del capítulo 11 de Hebreos: «La fe no es fe hasta que es probada». Es en la prueba que veo, «¿realmente le creo a Dios? ¿Realmente creo que Él es soberano? ¿Realmente creo que Él es omnisciente? ¿Realmente creo que todas las cosas ayudan a bien?»
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Con relación al programa de ayer una oyente escribió: «Mis ojos están llenos de lágrimas mientras escribo este mensaje. Kay Arthur es mi mentora. Nunca he tenido la oportunidad de conocerla, pero la considero una de mis “madres espirituales”». Esta oyente escribe que escuchaba a Kay Arthur cuando era nueva creyente mientras cuidaba a su bebé; y continúa diciendo, «ella …
Annamarie Sauter: Kay Arthur dice que las pruebas en tu vida ponen en evidencia dónde está tu fe.
Kay Arthur: Yo he escrito esta frase al inicio del capítulo 11 de Hebreos: «La fe no es fe hasta que es probada». Es en la prueba que veo, «¿realmente le creo a Dios? ¿Realmente creo que Él es soberano? ¿Realmente creo que Él es omnisciente? ¿Realmente creo que todas las cosas ayudan a bien?»
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Con relación al programa de ayer una oyente escribió: «Mis ojos están llenos de lágrimas mientras escribo este mensaje. Kay Arthur es mi mentora. Nunca he tenido la oportunidad de conocerla, pero la considero una de mis “madres espirituales”». Esta oyente escribe que escuchaba a Kay Arthur cuando era nueva creyente mientras cuidaba a su bebé; y continúa diciendo, «ella me enseñó sobre la Palabra de Dios. Sus palabras eran como agua y yo como una esponja».
Si no escuchaste ese primer programa en esta serie, encuéntralo en AvivaNuestrosCorazones.com.
Kay y su esposo Jack, son los fundadores de Ministerios Precepto Internacional. Dios los ha usado de manera poderosa para acercar personas a Su Palabra. Y Nancy está aquí para continuar la conversación con Kay. Y… hablando de la Biblia, si la estás leyendo junto a nosotras este año, la lectura de hoy es Números capítulos 1 y 2.
Nancy: Kay, gracias por acompañarnos aquí en Aviva Nuestros Corazones. Estoy tan feliz de poder presentarte de una manera un poco más informal y personal a la familia que escucha Aviva Nuestros Corazones.
Kay: Lo estoy disfrutando grandemente. Por supuesto, parte de eso, es que puedo pasar tiempo contigo. Te amo Nancy y me maravillo por lo que Dios está haciendo a través de este ministerio y la manera en que Él te está usando, tan poderosamente.
Nancy: Tú siempre me has dado ánimo eres como mi porrista. Con frecuencia le he dicho a la gente que tú y Joni Tada, que tienen sus propios ministerios nacionales e internacionales, han sido dos de mis grandes porristas (animadoras) desde que comencé con el ministerio de radio. En lugar de tener un espíritu de competencia o diferencias entre nosotras, ambas han tenido una mentalidad del reino, me han enviado notas de aliento de vez en cuando, de tanto en tanto, y han orado y me han animado. Estoy muy agradecida por eso.
De muchas maneras, lo que estoy haciendo al enseñar la Palabra de Dios a las mujeres hoy, es parte del fruto de tu fiel ministerio a lo largo de los años.
Kay: Gracias.
Nancy: Así que muchas gracias por eso.
Yo envié un correo electrónico a varias de mis amigas en los últimos días –mujeres que yo sabía que habían sido impactadas por tu ministerio y por el Ministerio Precepto– y les dije: «Si pudieran hacerle cualquier pregunta a Kay Arthur, ¿qué le preguntarían?»
Kay: Esto va a ser divertido.
Nancy: Sí será divertido. Varias de ellas me mandaron sus preguntas, y yo sé que ellas hubieran deseado estar aquí para hacerte estas preguntas. Voy a lanzar algunas de esas preguntas al aire, porque creo que hay otras mujeres entre la audiencia que nos escucha, a quienes les gustaría oír lo que tú respondes.
Hemos hablado acerca de tu corazón y tu amor por la Palabra y de tu deseo de afianzar a la gente en la Palabra de Dios. No hay sustituto para esto. Tú has estudiado y enseñado muchos, muchos libros de la Biblia. Si tuvieras que escoger uno hoy, ¿cuál ha sido tu libro favorito de la Biblia para enseñar?
Kay: Cuando comencé a escribir nuestros cursos de estudio inductivo de la Biblia, y estaba orando acerca de qué hacer, el primer curso que escribí fue acerca de Romanos. La razón por la que escribí el curso de Romanos, fue por que Romanos es como un tratado, una confesión de nuestra fé. Tengo hasta un lenguaje corporal que uso para representar, enseñar las diferentes secciones de la carta a los Romanos. Por ejemplo, en Romanos desde el capítulo 1 hasta el capítulo 3:20, es para representar pecadores, y hago algo como una pequeña serpiente.
Luego, del 3:21 al capítulo 5, es para la palabra salvado. Y extiendo mis brazos y hago la forma como de una cruz.
Luego, en los capítulos del 6 al 8, la palabra es santificado. Así que hago un halo sobre mi cabeza y junto mis manos como si fuera en oración. Pero, ¿cómo Dios me aparta, me serapa? ¿Qué hace Él para permitirme vivir una vida santa?
Así que tenemos: pecadores, salvados, santificados, y luego –para mostrar que es todo por la soberanía de Dios– doblo mis brazos y señalo hacia arriba con mi dedo. Es la soberanía de Dios. En los capítulos 9,10 y 11, tú ves la soberanía de Dios en la salvación. Luego en Romanos del 12 al 16, me pongo de pie y pretendo que estoy haciendo un saque sacando una pelota de tenis, esto es para el servicio de Dios.
Tú puedes ver la importancia de Romanos. No es necesariamente cuál es mi libro favorito, sino que este es el libro que Dios usó para poner el fundamento. De Romanos, fuí a Génesis. ¿Por qué? Porque Génesis es el libro de los comienzos, y es ahí donde tú ves cuando comenzó el pecado. Ves todo el proceso, ves...
Nancy: Tú ves cuando muchas cosas comenzaron.
Kay: Sí, porque Génesis significa «el libro de los comienzos». Significa «generaciones». Tú ves cuatro eventos principales y ves cuatro personajes principales.
El próximo libro sobre el que escribí fue el Evangelio de Juan. ¿Por qué Juan? Porque fue el último evangelio que fue escrito, pero fue escrito porque... «Jesús hizo muchas otras señales... las que no están escritas en este libro; pero estas han sido escritas para que puedan creer que Jesús es el Cristo», Él es el Mesías, el Prometido; Él es el Ungido, «el Hijo de Dios»; que significa que Él va a mostrar la deidad de Cristo, lo cual es absolutamente crucial para tu fé. «…y que creyendo puedan tener vida en su nombre» (20:30-31).
Así que, ¿cuál libro de la Biblia es mi favorito?
Nancy: Solo deseo tener más entusiasmo por la Escritura.
Kay: Es toda la Biblia.
Nancy: Tú pasión es contagiosa.
Kay: Me alegra tanto.
Nancy: Y tú tienes razón. Es tan hermoso ver cómo todo está conectado.
Kay: Sí. ¿Tú sabes lo que me pasa a mí? Estoy sentada leyendo, me detengo y lloro. Y le digo: «Dios, es tan hermoso solo conocer esto acerca de Ti, solo entender esto». Lo leo, y pienso, «yo no tengo ningún problema porque Dios es Dios. Él lo tiene todo bajo control».
Eso es lo que Él desea que Israel sepa, pero ellos no quieren escuchar Su Palabra. Ellos no quieren oir Su Palabra. En Oseas, Él dice: «Mi pueblo está pereciendo; están siendo destruidos por falta de conocimiento», y Él dice: «Porque han rechazado el conocimiento, yo he rechazado a sus hijos» (4:6, parafraseado).
Así que me siento ahí, leo, pienso, y entonces todo entra en perspectiva. Pero también, mientras leo, yo veo, «esto es lo que viene». Y eso me da una quietud y una confianza. Yo veo que no importa lo que esté pasando –las pruebas que nunca pensamos que atravesaríamos– puedo vivir como más que vencedora «a través de aquel que nos amó» (Rom. 8:37). «Esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe» (1 Juan 5:4, NVI).
Así que cuando lees la Biblia, tú conoces a Dios. Tú ves, eso es lo que ocurre, porque yo estoy estudiando y por la forma en que estoy estudiando, conozco a Dios.
La otra cosa es que puedo discernir el error. Hay tantas personas que no pueden discernir, y la Biblia habla acerca de personas que distorsionan la Palabra de Dios. El dice eso en 2 Pedro (ver 2:1-3).
Nancy: ¿Qué más te preocupa cuando ves la iglesia del Occidente del siglo 21?
Kay: Lo que me preocupa cuando veo la iglesia, es que los hombres no conocen la Palabra de Dios. En ningún lugar, excepto en los Estados Unidos, los Ministerios Precepto dieron la impresión de ser un ministerio para mujeres. Todo el liderazgo en los países hispanos está compuesto de hombres, pues esa es la cultura. Y en todo el mundo tenemos hombres, mujeres, niños y adolescentes haciendo los estudios. Así que esa es mi mayor preocupación.
Mi segunda carga son las mujeres. 2 Timoteo es la epístola final de Pablo. ¿Cuáles son las palabras que él le dice a Timoteo, su discípulo y discípulo de Jesucristo? Porque, de paso, Pablo dijo en Corintios: «Sean imitadores míos como yo lo soy de Cristo» (1 Corintios 11:1). La gente cree, «oh, no me sigas a mí». Bien, pero ¿por qué no puedo seguirte a tí? ¿No eres tú un imitador de Cristo? Si observo tu vida, ¿no veo a Jesús?
Entonces, de cualquier manera, en 2 Timoteo capítulo 3, él dice: «Entiendan esto, en los últimos días vendrán tiempos difíciles». Luego describe en ese pasaje cómo serán las personas: amadores de «sí mismos», oh, si eso no describe nuestra sociedad, «amantes del dinero», oh, si eso no describe nuestra sociedad, «orgullosos, arrogantes, pendencieros» (vv. 1-2).
El problema es que este pasaje describe a muchos de los cristianos porque muchos de los cristianos están centrados en sí mismos: en mí, en el yo, en mí mismo. Y luego llegas al versículo 5 que dice: «teniendo apariencia de piedad»; y eso precisamente es lo que los hace tan peligrosos.
Judas, ese pequeño libro tan poderoso, dice que hemos de «contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos. Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos…» (vv. 3-4), y así continúa describiéndolos.
Pablo dice que deberíamos «evitar tales hombres» (2 Tim. 3:5). Ahora, esta es mi carga: «Evita tales hombres». ¿Por qué deberíamos hacer esto? Versículo 6: «Porque entre ellos están los que se meten en las casas», y la manera en que se están metiendo en las casas no es necesariamente golpeando la puerta. Se están metiendo a través de la radio, y la televisión y el internet...
Nancy: Revistas, libros...
Kay: Revistas, libros, todo tipo de maneras –los medios, impresos y no impresos. Ellos «llevan cautivas a mujercillas cargadas de pecados, llevadas por diversas pasiones». Así que tú ves a estas mujeres débiles...
Nancy: …e ingenuas. He escuchado esa palabra antes.
Kay: Sí, ociosas, ingenuas, ellas tienen tiempo en sus manos, o...
Nancy: Pero no tienen discernimiento.
Kay: No, porque dice, son mujeres débiles; cargadas de pecados y son llevadas por diversas ¿qué?, pasiones, impulsos. No son intencionales. Ellas están «siempre aprendiendo y nunca pueden llegar al pleno conocimiento de la verdad» (v. 7).
Llegar al pleno conocimiento de la verdad, significa que tú entiendes la Biblia, que tú entiendes el contexto, y que tú entiendes todo el consejo de Dios. Pablo dice, «pues no rehuí declarar a vosotros todo el consejo de Dios» (Hech. 20:27).
En la oración final de Jesús por nosotros, como está escrito en Juan 17, Él le dijo a Su Padre: «No te pido que los quites, que los saques del mundo» –y Él no está orando solo por los apóstoles ahí; Él está orando por aquellos que van a creer. «No te pido que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno». Luego Él dice, «santifícalos» –apártalos, conságralos– «en tu verdad; tu Palabra es verdad» (vv. 15-17).
Lo que me preocupa a mí son esas mujeres que quieren su leche, pero no quieren carne. La carne viene, como dice Hebreos 5:14, «el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal». Dice que en un momento fueron fuertes y maduros, pero ellos regresaron (ver versículos 11-12).
Ves, yo creo que eso es lo que está ocurriendo. Estamos tan ocupadas, y creo que esa es la razón por la que muchas mujeres están fuera de tono con lo que Dios tenía la intención de que fueran. Es por esto que en nuestro ministerio tenemos lo que llamamos unos cursos para las mujeres, «el arte de ser mujeres de excelencia», mujeres únicas, femeninas. Tú puedes aprender más acerca de esto en algunos libros que hemos publicado.
Pero tu Nancy, estás enseñando eso. El fuerte de tu enseñanza es eso precisamente. Me encanta como lo presentas en Mentiras que las mujeres creen, porque estás tratando de traer a las mujeres de vuelta a la verdad. El problema es que nos hemos extralimitado de nuestro rol como mujeres y nos hemos hecho vulnerables. Eso nos hace débiles, tontas, improductivas, o como quieras llamarlo –mientras concuerde con la Palabra.
Nancy: Y nos descarriamos fácilmente.
Kay: Fácilmente nos descarriamos. Aprendiendo –quiero decir, yendo a los estudios bíblicos– pero nada está ocurriendo. Y la forma en que descubres qué es lo que está pasando, es cuando vienen las pruebas.
He escrito una frase al inicio del capítulo 11 de Hebreos: «La fe no es fe hasta que es probada». Es en la prueba que yo veo si:
- ¿Realmente le creo a Dios?
- ¿Realmente creo que Él es soberano?
- ¿Realmente creo que Él es omnisciente?
- ¿Realmente creo que todas las cosas ayudan a bien?
- ¿Realmente creo que soy contada como oveja para el matadero?
- ¿Realmente creo que debo ser puesta a muerte todo el día?
- ¿Realmente creo que ni desnudez, ni peligro ni espada pueden separarme de amor de Dios? (Ver Romanos 8:28-37).
- ¿Creo realmente todo eso?
- ¿Creo realmente que mis pecados son perdonados?
- ¿Creo realmente que no puedo cambiar el pasado, por lo tanto voy a seguir adelante hacia el futuro y a permitir que Dios tome el pasado y me moldee y me transforme en lo se supone que debo ser?
He dicho mucho ahí, ¿no es así?
Nancy: Sí, has dicho mucho y estás compartiendo esto en esta etapa de tu vida ahora, en tus 80...
Kay: Sí, 86.
Nancy: Tú estás pasando por algunas de las pruebas más profundas de tu vida...
Kay: Sí, las más profundas de nuestra vida.
Nancy: ¿Y cómo mantienes tus coordenadas?
Kay: ¿Sabes lo que hago? Con cada prueba, yo digo, «Dios, yo sé quién eres Tú y yo voy a vivir de acuerdo a lo que creo».
- Eso significa que voy a dar gracias.
- Eso significa que voy a contar todo por sumo gozo.
- Eso significa que voy a traer cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo.
- Eso significa que voy a permanecer estable e inamovible.
- Eso significa que no voy a ser paralizada por eso; y voy a siempre estar abundando en la obra del Señor.
- Significa que las personas están observando. Él me ha puesto en la prueba, pues Él dice en Romanos 8: «Somos llevados como ovejas para el matadero» (v. 36). Estamos siendo puestos a muerte todo el día. Estamos siendo observados (ver 1 Corintios 4:9).
Nancy: Somos como un espectáculo.
Kay: Somos un espectáculo y la gente está mirando.
Nancy: Y el cielo está mirando.
Kay: Así es. El cielo está mirando, y la gente está mirando. Y estoy siendo llevada como oveja al matadero. He sido puesta como un espectáculo, y están mirando.
La otra cosa que recuerdo es que lo veré a Él cara a cara. Yo recuerdo, Nancy, que tengo solo esta vida para vivir para Él, en este cuerpo físico, y que más vale que haga buen uso de ella para Su gloria.
Nancy: Amén. ¿Qué es lo que esperas con ansias acerca de verlo a Él, del cielo, acerca de la eternidad?
Kay: Creo que cuando volvamos con Él –y volveremos con Él– Apocalipsis nos dice que una de las cosas más gloriosas es que todo el mundo verá su gloria. El mundo entero sabrá que Él es Dios, y que no hay otro. El mundo entero doblará su rodilla. Esa es la primera parte de la gloria en la que pienso, porque podemos no morir. Él puede volver primero.
Pero aunque venga primero, si yo muero, no muero realmente. Voy a dormir y me despertaré en Su presencia. «Ausente del cuerpo... presente con el Señor» (2 Cor. 5:8). Y lo veré cara a cara. Y sé que volveré con Él. Yo sé que soy una novia. Y sé que la novia prepara su vestido de novia, y su vestido de novia son las acciones justas de los santos (Apoc. 19:8). Y quiero un hermoso vestido de novia para mi Novio, un hermoso, hermoso vestido.
Luego la batalla terminará. La batalla terminará para nosotros como hijos de Dios, porque lo corruptible será revestido de lo incorruptible. Lo mortal será revestido de inmortalidad. Así que, no va a haber más una batalla con la carne. Eso es algo hermoso, ¿no es así?
Nancy: Así es. Estoy aquí sentada pensando en esa antigua canción gospel que solíamos cantar: «Todo va a haber valido la pena cuando veamos a Jesús».
Kay: Sí. Exacto. Uno de mis pasajes favoritos está en Filipenses 3. Habla acerca de correr la carrera y de perseverar –eso significa que te estás extendiendo más allá de ti misma– estirándote para alcanzar «el premio del gran y supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (v. 14). Es un llamado tan alto y no me quiero perder ni un pedacito de esto.
Nancy: ¿Alguna vez te cansas de la carrera, te cansas de correr?
Kay: A veces creo que hay tanto sobre nosotros. Bueno, sabemos que la carga está sobre Sus hombros y Él la carga, pero no vivimos vidas ordinarias. Yo no vivo «normalmente», no como el mundo define «normal», porque nosotros debemos llevar el evangelio allá afuera. Así que, a veces piensas, «me pregunto lo que sería normal». Luego recuerdas lo que «normal» es, y no quisieras enfrentar nada de eso.
Nancy: Así es. Gracias, Señor, por librarnos de eso.
Kay: Así es. Yo no quisiera enfrentar nada de esto sin Jesucristo. Yo pienso acerca de todas las personas que lo hacen. El salmista dice: «He visto al hombre rico, he visto su arrogancia y su prosperidad y también vi lo que él tenía y mis pies casi tropezaron». Yo creo que es el Salmo 73, ¿no es así?
Nancy: Sí, así es.
Kay: Entonces él dice: «¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra.Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre». Él dice: «Mas para mí, estar cerca de Dios es mi bien; en Dios el Señor he puesto mi refugio, para contar todas tus obras». (v. 25-28).
Nancy: Amén. ¿Algún pensamiento de lo que podrías querer decirle a Jesús cuando lo veas?
Kay: Gracias. Gracias por decir, «no se haga mi voluntad, sino la tuya».
Lo que más disfruto es...cuando hacemos viajes a Israel, de estudio y yo enseño acerca de la tormenta en el lugar de los hechos. Cuando llegamos a la casa de Caifás, yo enseño por alrededor de una hora y media. La gente no está inquieta y yo enseño de todo el arresto, el juicio y la crucifixión de Jesucristo. Nos paramos ahí, en la casa de Caifás... y realmente creen que ahí es donde estaba la casa de Caifás, donde Jesús fue arrestado y latigado, golpeado y todo lo demás.
Mientras estoy de pie ahí, apunto al jardín de Getsemaní y les digo lo que pasó allí esa noche. La batalla fue ganada cuando Él, tres veces –bajo tanta presión que sangró, sudó gotas de sangre, lo que significa que Él no desmayó y que la presión fue tan grande que la sangre salía de su frente, y no dos veces, sino tres –Él dijo, «Padre... aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras» (Marc. 14:36).
Estoy tan agradecida de que Jesús haya cumplido con la voluntad del Padre para que yo pudiera conocer al Padre.
Annamarie: Hemos estado escuchando a Kay Arthur. Ella, al igual que tú, ha atravesado pruebas difíciles en su vida, a través de las cuales Dios ha obrado en su fe. Kay nos ha ayudado a ver la mayor prueba que alguien ha enfrentado, y es la cruz de Jesucristo, nuestro Señor. Él soportó esa prueba en obediencia al Padre, y por Él tenemos esperanza y gracia para cada situación—¡no en nosotras mismas!
Profundizamos en el conocimiento de Él a través del estudio constante de la Escritura, en la cual arraigamos nuestras vidas. Y en ocasiones tomamos una pausa de nuestras rutinas y actividades diarias para apartar un tiempo y enfocarnos en la Palabra. ¿Harías una pausa en tu agenda y demandas del día a día para enfocarte en la verdad de Dios?
Participa junto a nosotras de la Conferencia Mujer Verdadera el próximo mes de marzo, los días 13 y 14. Visita MujerVerdadera.20.com, para conocer cómo puedes ser parte y enterarte de los detalles.
Y en nuestra próxima serie tendremos un invitado que junto a Nancy quiere ayudarte a crecer en amor (sí, es Robert Wolgemuth). Ellos te mostrarán cómo amar siguiendo el ejemplo Jesús, a partir de Romanos capítulo 12. Asegúrate de acompañarnos mañana.
Invitándote no solo a sobrevivir en la vida cristiana, sino a tener una vida fructífera en Cristo, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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Recursos del Episodio
«Ministerio Precepto Internacional» (Precepts Ministries)
«PDF con lecturas diarias»
«Ejemplo Biblia devocional MV»
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