Aplica el evangelio a tu closet
Débora: Mary Kassian dice: «Modestia no es igual a fea o desagradable».
Mary Kassian: Pienso que puedes vestirte de forma atractiva, de manera que no estés fuera de moda o de temporada, y al mismo tiempo honrar el diseño de Dios para ti. Lo estás honrando con la forma en que te vistes.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 7 de agosto de 2023.
En una ocasión, un hombre escribió a Aviva Nuestros Corazones pidiendo oración por sus luchas con la lujuria y la pornografía. Él estaba agradecido de que (en sus palabras), «de que alguien finalmente enseñara sobre la modestia». Dijo que entre las mujeres de su iglesia había una especie de guerra de moda. Esta batalla se libraba con vestidos cortos y blusas escotadas.
La enseñanza a la que él se refería era la serie titulada, …
Débora: Mary Kassian dice: «Modestia no es igual a fea o desagradable».
Mary Kassian: Pienso que puedes vestirte de forma atractiva, de manera que no estés fuera de moda o de temporada, y al mismo tiempo honrar el diseño de Dios para ti. Lo estás honrando con la forma en que te vistes.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 7 de agosto de 2023.
En una ocasión, un hombre escribió a Aviva Nuestros Corazones pidiendo oración por sus luchas con la lujuria y la pornografía. Él estaba agradecido de que (en sus palabras), «de que alguien finalmente enseñara sobre la modestia». Dijo que entre las mujeres de su iglesia había una especie de guerra de moda. Esta batalla se libraba con vestidos cortos y blusas escotadas.
La enseñanza a la que él se refería era la serie titulada, «Modestia: ¿Le importa a Dios cómo me visto?» Puedes encontrar esa serie de episodios en la sección de recursos de avivanuestroscorazones.com o en la transcripción de este episodio.
Hoy Mary Kassian te ayudará a pensar sobre el tema de la modestia. En los últimos episodios ella ha estado conversando con Nancy acerca de su libro, Chicas sabias en un mundo salvaje. Aquí están ellas para continuar la conversación.
Nancy DeMoss Wolgemuth: En esta serie estamos hablando de algunos contrastes entre una mujer sabia y lo que Mary Kassian llama una mujer salvaje, o en los términos de las Escrituras, diríamos una mujer necia.
Mary, muchas gracias por escribir este libro, Chicas sabias en un mundo salvaje. Necesitamos el tipo de instrucción que nos da este libro, y estoy muy agradecida de que hayas decidido escribirlo.
Mary: Gracias, Nancy.
Nancy: Esa instrucción viene de la Palabra de Dios. Durante esta serie hemos estado estudiando Proverbios capítulo 7. Este pasaje en las Escrituras presenta una imagen específica de una chica salvaje, una mujer que es una mujer de la iglesia. Es religiosa. Es una mujer joven, casada, pero tiene muchas características de desenfreno y mundanalidad que terminan metiéndola, a ella y a un joven, en un montón de problemas.
Mary: Así es, y es interesante, al repasar este pasaje, que a medida que lo estudiamos vemos que en cada punto hay un contraste entre ser salvaje o necia y ser sabia. La imagen de esta joven mujer salvaje es una imagen de alguien cuyo corazón no se ha sometido al señorío de Jesucristo, alguien cuyo corazón no le ha dicho, «sí» a Jesús.
Vemos mujeres salvajes por todos lados en nuestros días. Esta mujer de Proverbios 7 estaba en la iglesia. Y vemos mujeres salvajes en la iglesia hoy en día también.
Nancy: Es interesante que una de las características de esta mujer que es señalada en Proverbios capítulo 7, la encontramos en el versículo 10. Dice que ella está «vestida como ramera», como prostituta. Ahora, fíjate que no dice que ella es una prostituta, no lo es.
Mary: Ella no es una prostituta.
Nancy: Pero su vestimenta sugiere que podría serlo.
Mary: Podría serlo, está vestida como una prostituta. La apariencia, la manera en que una mujer se adorna, la manera en que ella decide vestirse y presentarse, demuestra si es una mujer salvaje o una mujer sabia.
- Una mujer salvaje se viste de manera provocativa. Ella usa su cuerpo para llamar la atención y trata de vestirse de una manera que glorifica su carne.
- Una mujer sabia se viste, como se nos dice en 1 Timoteo, con «ropa decorosa con pudor y modestia» (2:9).
Ahora, vamos a ver esto con más detalle de seguro, y vamos a ver que esta mujer de 1 Timoteo no es poco atractiva; ella no se viste poco atractiva. Pero se viste de una manera, se adorna de una manera que es notablemente diferente a la mujer salvaje.
Nancy: Pienso que muchas mujeres hoy en día piensan, «en realidad no importa cómo me visto. El corazón es lo que importa. No es lo que está fuera». Pero es interesante que cuando este pasaje dice que ella está vestida como una prostituta, su aspecto comunica algo acerca de su corazón.
Así que la ropa no es poco importante. Importa. Es importante
Mary: Sí, sí importa. Incluso, importa teológicamente también. Esto es muy interesante. En la Escritura, en el principio, cuando pecamos, cuando el hombre y la mujer pecaron, lo primero que sucedió fue que Adán y Eva trataron de cubrirse con hojas. Hicieron delantales de hojas y trataron de cubrir su desnudez delante de Dios.
Esa cubierta era inadecuada, pero Dios no les dijo que se la quitaran. Él hizo algo más. Él proporcionó otra cubierta que fue la adecuada. Él derramó la sangre de un animal y los cubrió con pieles.
Así que la razón por la que usamos ropa es en realidad para dar testimonio del evangelio. Es para contar una historia. Cubrimos nuestra desnudez para contar la historia de que Cristo cubre nuestra desnudez, nuestra vergüenza y nuestro pecado; que su cobertura es adecuada para la culpa que tenemos por nuestro pecado. Por eso es que continuamos usando ropa, e incluso cuando lo veamos en la eternidad no vamos a estar sin ropa. Él nos dará ropas nuevas. Él nos vestirá con ropas justas en ese momento.
Así que cuando exponemos nuestros cuerpos, cuando exponemos nuestra carne desnuda y nos vestimos de una manera en la que glorificamos la desnudez, realmente no estamos diciendo la verdad sobre el evangelio. Nuestras ropas no están dando testimonio de lo que deberían estar dando testimonio.
Nancy: Pienso que a veces sugerimos que la razón para vestir modestamente es frenar la tentación sexual por parte de los hombres, y esa es una razón, pero lo que estás diciendo es que esa no es la razón principal.
Mary: No es la razón principal, y pienso que si poner freno a la tentación sexual de los hombres fuera la única razón por la que debemos vestir modestamente, entonces todas tendríamos que cubrirnos por completo.
Así que pienso que tenemos que ir más profundo. Pienso que tenemos que entender la razón de la ropa, Dios nos ha dicho en la Escritura que es apropiado para nosotras estar vestidas, y es apropiado que nos vistamos adecuadamente. Cuando nos vestimos adecuadamente, estamos dando testimonio de la historia del evangelio. Cuando venimos a Cristo, somos vestidas en Él y Su justicia cubre adecuadamente nuestra culpa, nuestro pecado y nuestra vergüenza.
Nancy: Y sin embargo, parece que lo que significa ser cubiertas adecuadamente es algo que se traduce diferente en cada generación, época y cultura. ¿Es algo que está cambiando constantemente basado en la cultura? Miras a tu alrededor hoy en día y parece que la cultura que se ha prostituido, se ha generalizado.
Mary: Así es. Pienso que cambia en varias culturas, pero pienso que hay un principio subyacente de que hay una manera apropiada de vestir, de manera que cubra nuestra desnudez. Eso no significa que a veces el dobladillo sube, y a veces el dobladillo baja. A veces las mangas suben, a veces las mangas bajan. Pero hay un principio fundamental de que nuestra desnudez debe ser cubierta adecuadamente. La Biblia no da una lista restrictiva punto por punto: «Bueno, la falda debe ser…»
Esta es una historia chistosa: Recuerdo que cuando era joven era la época de los pantalones cortos, y mi mamá tenía una regla para medir usando el ancho de mi mano, de cuántas medidas de manos debería tener por encima de mi rodilla. Así que cuando me iba de compras, tenía que ser cierto número de medidas de mano por encima de la rodilla.
Nancy: No más de un determinado número de medidas de la mano.
Mary: Sí, correcto. No más de un número determinado. Tenía que ser menos que eso.
Así que ella había puesto una regla específica para que yo siguiera, pero la Biblia no da reglas específicas como esta. Da principios que trascienden todas las culturas, todos los lugares y todos los tiempos. Da el principio en 1 Timoteo capítulo 2 versículo 9, de que debemos «adornarnos con ropa respetable que sea modesta y con dominio propio» (parafraseado).
Así que pienso que esos tres calificadores, respetable o con decoro, modesta y con dominio propio o pudor, son muy, muy útiles cuando estamos considerando lo que debemos vestir.
Nancy: Veamos cada uno de esos tres puntos; y de nuevo, si no captaste el pasaje, es 1 Timoteo capítulo 2 versículo 9. Dice que la mujer piadosa se viste «con ropa decorosa, con pudor y modestia». Estos puntos pueden convertirse en tres principios para nuestra vestimenta.
Tomemos el primer principio: Con ropa decorosa, ¿qué es lo que significa tener ropa decorosa?
Mary: Bien, ropa decorosa, la palabra ahí se basa en la palabra cosmio, y es la forma en griego de decir «poner en orden u ordenadamente». Está relacionado con la palabra, cosmos, el universo. Los antiguos pensaban que el universo estaba ordenado. Estaba todo en el orden correcto y sostenido correctamente.
Así que si nuestra vestimenta es decorosa, significa que es apropiada y está ordenada correctamente. Es adecuada. Es apropiada para quienes somos y es adecuada al ambiente al que vamos. Es apropiada para quien soy como hija de Dios. Refleja esa historia, quiero dar testimonio del evangelio y quiero honrar a Dios con la manera como me visto.
Es una muy buena palabra porque contrarresta la apariencia de prostituta, pero también contrarresta aquellas que se visten poco atractivas y descuidadas todo el tiempo y que no se preocupan por su apariencia.
Nancy: No es fácil cuando andas de compras y estás lidiando con los estilos del mundo… No sé a cuántas madres oigo que me dicen: «No sabes lo difícil que es comprar para nuestros hijos, para nuestras hijas adolescentes hoy en día». Mi hermana tiene tres hijas adolescentes y ella dice, «es tan difícil encontrar ropa apropiada».
Pero lo que estás diciendo es que necesitamos ser intencionales. Necesitamos hacer preguntas. Necesitamos preguntarnos para qué estamos comprando esa vestimenta. Puede implicar más esfuerzo. Puede tomar más tiempo. Pero vale la pena ser intencional al respecto.
Mary: Vale la pena ser intencional al respecto porque pienso que nuestra ropa es una de las maneras en que honramos a Dios.
Nancy: 1 Timoteo 2 nos dice que debemos adornarnos con ropa decorosa, y luego dice con modestia.
Hemos hablado mucho de la modestia en Aviva Nuestros Corazones. Hay muchos oyentes que nos agradecen por ir a donde los ángeles temen pisar porque este tema es contracultural, ayúdanos a analizar lo que la palabra modestia realmente significa.
Mary: Bien, la palabra griega es usualmente traducida como modestia, pero contiene tanto elementos de modestia como de humildad. La palabra está asociada a vestirse con la intención de no llamar la atención. Así que es lo contrario a tener una apariencia llamativa, rebelde y descarada, que dice «mírame; mira mi carne», es humildad.
Nancy: La Reina Valera Antigua tiene en este contexto la palabra vergüenza. Tiene que ver con esta humildad apropiada, como con la intención de no llamar la atención. No como ser oprimida, sino vestida de humildad.
Mary: Vestirse de una manera que es decorosa ante el Señor, y con vergüenza, que de nuevo, tiene connotaciones negativas cuando lo mencionamos hoy en día. Pero está hablando de este aspecto de modestia y humildad, el aspecto humilde, reconocer que somos criaturas caídas, que somos culpables ante Dios, y que necesitamos la sangre de Jesucristo, esa cobertura que nos cubra con el fin de presentarnos ante Él, y así dar testimonio de esa historia con nuestra ropa.
Pienso que de eso se trata la modestia. Queremos cubrir nuestra desnudez adecuadamente, de manera humilde, diciendo: «Sí, esto realmente honra la historia del evangelio, estoy vestida en Cristo. Cristo cubre mi desnudez y mi vergüenza en el reino espiritual, y por lo tanto voy a cubrir mi desnudez apropiadamente en el reino físico».
Nancy: Entonces, cuando salimos a comprar ropa nos debemos preguntar, «¿es esto decente o indecente?»
Mary: Sí. Correcto.
Nancy: Pienso que mucha gente, muchas mujeres que van de compras, muchas mamás que van de compras con sus hijas, ni siquiera se hacen esas preguntas.
Mary: No hacen esas preguntas y es importante. Cuando entras en ese vestidor para medirte esa falda, debes sentarte y ver como luce, y quieres inclinarte hacia delante con esa blusa, quieres fijarte y decir «¿luzco decente en la manera como estoy vistiendo?»
Es un desafío. Ciertos tipos de cuerpo tienen un reto más grande que otros tipos de cuerpo que encuentran ropa que es decente, modesta y hasta cierto punto humilde con más facilidad.
Estamos entrenadas como mujeres a querer mostrar nuestros cuerpos.
Nancy: Hacer alarde.
Mary: Queremos lucir nuestra piel. La pregunta por lo general es, «¿qué tanto puedo mostrar?», en lugar de, «¿está esto honrando a Dios?»
Nancy: Pienso en preguntas que son más probables a ser hechas en un vestidor o una tienda. «¿Cómo me veo con esto?», y «¿cuánto cuesta?» No es que esas preguntas no tengan importancia, pero pienso que son secundarias a, «¿qué refleja esto de mi corazón?»
Pienso que hemos separado nuestras excursiones de compras de ropa de nuestra vida espiritual, pero en realidad hay una conexión fuerte ahí.
Mary: Hay una conexión muy fuerte y es bueno pensar en estas preguntas. Esto, de nuevo, nos ayuda a corregir errores en ambos lados, tanto en áreas en las que queremos hacer alarde de nosotras mismas, pero también cuando somos tentadas a no preocuparnos por nuestro aspecto en absoluto. Eso no trae gloria al evangelio tampoco.
Debemos vestir atractivas y de una manera que sea femenina, pero no de una manera donde lucimos nuestra carne desnuda.
Nancy: No hay virtud en andar desaliñadas.
Mary: No. Punto. Mis hijos podrían dar testimonio de eso. Mi marido da testimonio de eso. Cuando estaba escribiendo este capítulo discutí estos temas con mi familia y mi nuera. Todos nos sentábamos a hablar al respecto.
Nancy: Vamos a ver la tercera palabra. Así que tenemos decoro. Tenemos modestia. Y la tercera palabra de la que 1 Timoteo 2 habla es pudor, dominio propio. ¿Qué tiene eso que ver con la forma de vestir?
Mary: Bien, el pudor tiene que ver con la moderación, ser moderadas en la forma en que nos vestimos y en la manera en que abordamos la cuestión de la apariencia.
Nancy: Tenemos el contraste entre una chica salvaje y una chica sabia. Para la chica salvaje, las características de su ropa serían inapropiadas, indecentes, y excesivas. Eso es lo que vemos descrito en Proverbios capítulo 7.
Mientras que la chica que es sabia, su apariencia, su vestimenta (y cuando hablamos de vestimenta, estamos hablando de ropa, peinados, maquillaje, toda la apariencia exterior), las preguntas que queremos hacer son: «¿Es esto apropiado, es adecuado? ¿Es decente? ¿Es moderado?»
Sin embargo Mary, aun al decir esas cosas, sé que tenemos algunas mujeres más jóvenes, jovencitas que nos escuchan que están pensando, «resaltaría como cosa rara si yo me visto así. No hay manera de que pueda encajar en el mundo. Me voy a sentir tan extraña». Tal vez en muchas mujeres haya una parte que dice: «Quiero ser un poquito salvaje en esta área. No quiero resaltar por verme diferente a las demás».
Mary: Pienso que hay dos temas que acabas de tocar. Uno es que creo que toda mujer quiere sentirse atractiva y sentirse bella. Pienso que es un don dado por Dios para las mujeres y para la feminidad. No hay nada malo en ello.
Cuando estamos hablando de vestirse decentemente y vestirse de una manera que sea apropiada y adecuada y de manera moderada, no estamos hablando acerca de vestirse desaliñada o fea. Pienso que puedes vestir de forma atractiva, y puedes vestir de una manera que no estés fuera de moda o de temporada, sino que estás honrando el diseño de Dios para ti, y lo estás honrando a Él de la forma en que te vistes.
Puede ser cierto que no vas atraer a los hombres con tu carne, no harás que te codicien como lo hacen con otras mujeres, pero ¿quién quiere atraer ese tipo de atención?
Me pasó algo interesante: Mi hijo y yo estábamos caminando en un centro comercial. Pasó una mujer y ella estaba vestida de manera muy, muy provocativa. Ella le dio una mirada a él mientras pasó cerca de nosotros (a pesar de que él estaba caminando con su mamá). Y le pregunté: «¿Qué piensas cuando ves a una mujer vestida de esa manera?»
Pensó por un momento (tenía 17 años en ese entonces) y luego me dijo: «Bueno, despierta el macho en mí, pero no atrae al hombre en mí».
Esa fue una declaración muy interesante, y pienso que todas deberíamos tomarla en serio. Sí, es muy fácil atraer la atención al mostrar un poco de carne, pero ese no es el tipo de atención que al final deseamos. Porque lo que deseamos son hombres piadosos que miren más allá de la ropa y que nos vean y nos conozcan y aprecien, y nos honren como Dios lo hace.
Nancy: Me alegro de que les hagas esas preguntas a tus hijos y a tu esposo, porque cada vez que hablamos de este tema en Aviva Nuestros Corazones, recibimos muchas respuestas. Recibimos muchas respuestas de mujeres diciendo: «¡Muchas gracias por hablar sobre esto. Gracias por tener el valor de abordar el tema de la vestimenta modesta».
Pero también recibimos muchas respuestas de hombres cristianos que dicen, y quiero que como mujeres escuchemos esto. Ellos dicen:
«Muchas gracias por hablar de esto. Este es realmente un problema en la iglesia. Esperamos que las mujeres del mundo se vistan de una manera sensual, mundana y provocativa. Sabemos que no podemos cambiar eso. Pero cuando vamos a la iglesia y queremos adorar a Dios, esto nos hace tropezar y es difícil para nosotros pasar inadvertida la forma en que algunas mujeres están vestidas en la iglesia».
Yo podría agregarle a eso: en las bodas cristianas, los eventos cristianos, no solo en la iglesia, sino en las reuniones cristianas. Qué penoso es para nosotras como mujeres conducirnos o vestirnos de una manera que desalienta a los hombres en su búsqueda de la santidad en lugar de animarles a buscar a Dios y a querer amarlo más.
Mary: Ya sea que estemos en la iglesia o estemos fuera o en nuestra vida cotidiana, la forma en que nos vestimos y nos presentamos como mujeres sabias es muy diferente a la de una chica salvaje.
La apariencia de una chica salvaje grita, «mírame». Ella llama la atención a su propia carne, mientras que la apariencia de una chica sabia es hermosa, y todo en ella llama la atención sobre la belleza y la gloria de Cristo.
Débora: Tu forma de vestir muestra lo que crees acerca del evangelio. Mary Kassian y Nancy DeMoss Wolgemuth han estado hablando acerca de esto en el episodio de hoy.
Espero que puedas dar el siguiente paso y evaluar tu corazón y tu closet a la luz de la Escritura. Mary te ayuda a hacer esto a través de su libro, «Chicas sabias en un mundo salvaje». Allí ella te ofrece 20 puntos de contraste entre una mujer salvaje y una mujer sabia, basada en Proverbios capítulo 7. A través de este aprenderás a incorporar sabiduría bíblica a tus decisiones.
Para información de cómo puedes adquirir este libro, visítanos en avivanuestroscorazones.com. Allí, en la transcripción de este episodio, encontrarás los detalles, al igual que otros recursos relacionados.
Nancy: Antes de concluir este programa, queremos compartir contigo algunos «Consejos para las mujeres sobre la modestia en el vestir». Es una porción de una respuesta del pastor Sugel Michelén, en una sesión de preguntas y respuestas de una conferencia. Escuchemos.
Pastor Sugel Michelén: ¿Qué es el temor de Dios? Es la consciencia de que yo vivo delante de Dios. Entonces, ¿por qué muchas mujeres se visten de manera indecorosa? Porque quieren llamar la atención sobre ellas mismas y no están tomando en cuenta el impacto que puede tener su vestido sobre los varones de la iglesia, y el tremendo tropiezo que pueden ser para un varón. A veces, de verdad hermanas en ese sentido, las mujeres no toman en cuenta que los hombres y las mujeres no somos iguales, el hombre come por los ojos, la mujer come por los oídos. Un hombre que habla bien se puede levantar una muchacha y tal vez el tipo no es tan buenmozo, pero habla bien. En ese sentido ustedes tienen que entender el impacto que causa en nuestros ojos lo que nosotros vemos.
Yo he oído de hermanos que nos dicen, «pastores, por favor díganles a las hermanas que recuerden (sobre todo cuando estamos en la santa cena), que cuando nosotros estamos repartiendo la cena del Señor, ellas están ahí muy piadosamente orando agachadas, y nosotros estamos de pie sirviendo los elementos de la cena, y es increíble todo lo que nosotros vemos por ahí. Entonces eso es algo que una mujer debe tomar en cuenta.
A la hora de vestirse ella está delante de Dios y como ella teme a Dios, en primer lugar ella se viste para que Dios la vea con agrado, no para los hombres. Y de paso déjenme decir algo, si conozco un poquito de la sicología femenina. Lo increíble es que las mujeres no siempre se visten para los hombres, se visten para las otras mujeres. Pero el punto es que no es ni para los hombres ni para las mujeres, es para Dios. O sea, es que yo tengo que tomar en cuenta qué impacto puedo tener, porque cómo puede ser que yo vaya a la iglesia o esté en la calle, y yo provoque que alguien peque contra el Dios al que yo digo temer. Eso debe llenarme de temor, a una mujer debe llenarla de temor, ¡wow! «que por mi cuerpo yo lleve a una persona a pecar contra ese Dios al que yo le temo», cuando lo que yo debo desear es que los demás le teman a Dios como yo le temo.
Entonces, una mujer debe pararse en el espejo y decir, «¿está cubriendo esto mi cuerpo?» Porque desde que Adán y Eva pecaron Dios está cubriendo a la mujer y Satanás está tratando de desvestirla, desde el principio. Fíjense cómo Adán y Eva pecan y ¿qué hace Eva?, se pone un bikini, un bikini de hojas pero un bikini. Y Dios le dice: No, olvida lo del bikini, es una túnica; y la palabra túnica que aparece allí es una túnica, en el hebreo, que va desde el cuello hasta más abajo de las rodillas. Es que cubre el cuerpo. El punto es que debe cubrir las partes privadas de la mujer, y cubrirlas en todo sentido.
Porque yo a veces he estado en iglesias y no sé si reírme o llorar. Son iglesias legalistas que dicen, «las mujeres no deben usar pantalones, deben ser faldas», pero hay unas faldas que son tan ajustadas que yo digo, «mejor que se pongan pantalón holgado porque están creando exactamente el mismo problema. ¿Cuál es el problema? Que están marcando todo su cuerpo de una forma tal, que va a ser una tentación para el hombre porque es que el hombre mira mucho. El hombre come por los ojos. De hecho, aún me sorprenden las fotos que veo en Facebook. Cuelgan fotos en Facebook en donde están muy mal vestidas hermanas en la fe. Piensen en un tipo de faldas que al cruzar las piernas descuidadamente…¿has pensado qué pasa con el que está frente a ti?, ¿lo que puede pasar allí?
Esto puede sonar legalista, pero otra vez volvemos al punto de que este es un problema del corazón. No te pongas una cartera con la correa terciada aquí porque probablemente te va a marcar todo el busto. Y otra vez una mujer dice, «¡ay! pero ustedes los hombres son unos monstruos. No, es que Dios nos hizo así, el hombre lo que ve lo impacta. Entonces aún en ese tipo de detalles es importante tener cuidado.
Ahora, déjenme hablarles a los hombres un momento aquí. Hermanos varones:
Cuiden a sus esposas, cuiden a sus hijas; porque qué pasa con nosotros muchas veces. Yo veo a mis hijas, yo tengo dos hijas, y yo las veo muy diferente a cómo otros hombres las ven, porque son mis hijas. Entonces yo veo a mis hijas vestidas de cierta manera y tengo que tratar de ponerme en los ojos de otro hombre que las está viendo y decirle, «no, mi amor, no salgas a la calle así. No salgas así porque no estás bien vestida». Y a las esposas por igual.
Sean guardianes de sus esposas, pero recuerden que el legalismo no está en el hecho de tener mucho cuidado en la modestia, está en la motivación que te lleva a tener ese cuidado. Si tú estás haciendo eso para sentirte superior a las demás hermanas de la iglesia, que dicen, «yo soy más santa», uno no lo dice con la boca, pero muchas veces, «yo soy más santa que los demás porque no me visto así»; tú eres una legalista y eso es lo que está mal. O, «yo no quiero que la gente hable mal de mí», o «yo quiero que la gente en la iglesia diga, «mira como se viste tal o cual persona».
Todo eso es legalismo. O ponerte reglas que la Biblia no pone y querer que todo el mundo vaya por esa regla. Pero cuando una mujer le teme a Dios y está delante de Dios, se va a vestir de cierta manera. Entonces el asunto es pararte frente al espejo y decir: «Dios, ¿cómo me ves Tú? Ahí es que está el punto. Vístete como una mujer temerosa de Dios. Es lo que dice Pablo.
Otro argumento que escucho mucho es, «es que ahora en las tiendas no se consigue nada». Mira, busca y vas a conseguir algo. Aunque tengas que comprarlo dos tallas más grande. Tú puedes ser talla pequeña, pero las tallas pequeñas las están haciendo tan pequeñas que no encajan con tu cuerpo. Entonces tal vez vas a tener que comprar la mediana, porque ya definitivamente los modistos no tienen modestia, no les importa eso.
¿Saben hermanos lo que de verdad me llama mucho la atención? Que en ese renglón los impíos muchas veces son más sinceros que los cristianos. Tú oyes los anuncios, ellos saben lo que están haciendo, «todos los ojos estarán sobre ti». Ellos te están diciendo claramente para qué diseñaron la ropa, para que todos los ojos estén sobre ti. Pero, ¿es eso lo que tú quieres?
Déjenme poner un balance aquí. El balance no está entre la modestia y la inmodestia. No es, «como yo no quiero ser legalista, voy a ser inmodesta». No, el balance está en lo siguiente. Una mujer también puede decir, «por eso yo no me preocupo de mi vestir», y entonces andan muy desaliñadas, y yo no creo que eso sea piadoso, por muchas razones.
Yo creo que cuando nosotros vemos a una mujer, que porque profesa ser cristiana se ve descuidada, eso no habla bien del evangelio. De hecho, déjenme decirles algo hermanas para que se sientan tranquilas. Pablo dice: «Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa». Lo interesante es que la palabra atavío que aparece allí es la palabra cosmio que significa adornarse, de donde viene la palabra cosmético. Pablo no está prohibiendo que la mujer se adorne, Pablo está diciendo cuáles son los parámetros que debe tomar en cuenta la mujer al adornarse porque la mujer fue creada por Dios con esa naturaleza, ese toque femenino. Tú pones a un hombre a vivir en una casa y no va a tener una silla en cuatro meses. Llega la mujer y pone un florero con alguna flor y eso ¡qué bueno!, definitivamente Dios hizo a la mujer de esa forma.
Entonces no es que la mujer no se adorne, es que se adorne con sentido de vergüenza, con dominio propio, con temor a Dios; eso es lo que Pablo está diciendo, no que no se adorne. Ese es el otro extremo. Yo a veces veo mujeres que digo, «óyeme, pero es que aún hasta para los maridos se la están poniendo difícil, porque todo el tiempo se ven muy desaliñadas. Y dicen,«yo soy piadosa»; no, eres descuidada.
Nancy: Has escuchado: «Consejos para las mujeres sobre la modestia en el vestir», por el pastor Sugel Michelén. Creo que es una buena manera de cerrar nuestra conversación de hoy con Mary, sobre la modestia. Y te esperamos el lunes para la continuación de esta serie, Chicas sabias en un mundo salvaje.
Débora: En el próximo episodio, Nancy y Mary continuarán contrastando la mujer sabia y la mujer salvaje. Como mujer sabia, ¿cómo debes ver tu conducta sexual?
Acompáñanos mañana para escuchar más sobre esto.
Viviendo juntas la belleza del evangelio, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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Recursos del Episodio
Serie, «Modestia: ¿Le importa a Dios cómo me visto?»
Serie «Conviértete en una mujer discreta»
Club de lectura «Chicas sabias» (para jovenes)
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