Apartadas para Dios, con Leslie Ludy
Annamarie Sauter: Leslie Ludy recuerda algo que su esposo le dijo en una ocasión.
Leslie Ludy: Recuerdo que Eric dijo una vez, «si nos cuesta trabajo confiar en Dios, es porque realmente no lo conocemos, porque si tan solo lo conociéramos, no dudaríamos en traerle todo a Él. Ni siquiera tendríamos dudas en escoger esta vida intercambiada donde Él tiene el acceso completo a nuestra existencia».
Pensamos que ya sabemos todas las historias de la Biblia y que lo conocemos…pero si tan solo pudiéramos probar de Su plenitud y Su gloria y le permitiéramos que fuera todo lo que Él quiere ser para nosotras…ni siquiera es una pregunta de, «¿cómo puedo renunciar a esto por aquello?» Es, «Señor, ¿cómo puedo tener aún más y más y más de Ti?»
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Como …
Annamarie Sauter: Leslie Ludy recuerda algo que su esposo le dijo en una ocasión.
Leslie Ludy: Recuerdo que Eric dijo una vez, «si nos cuesta trabajo confiar en Dios, es porque realmente no lo conocemos, porque si tan solo lo conociéramos, no dudaríamos en traerle todo a Él. Ni siquiera tendríamos dudas en escoger esta vida intercambiada donde Él tiene el acceso completo a nuestra existencia».
Pensamos que ya sabemos todas las historias de la Biblia y que lo conocemos…pero si tan solo pudiéramos probar de Su plenitud y Su gloria y le permitiéramos que fuera todo lo que Él quiere ser para nosotras…ni siquiera es una pregunta de, «¿cómo puedo renunciar a esto por aquello?» Es, «Señor, ¿cómo puedo tener aún más y más y más de Ti?»
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Como quizás ya sabes, tenemos una misión aquí en Aviva Nuestros Corazones, y no es solo tener un programa diario o escribir libros, sino llamar a mujeres a libertad, plenitud y abundancia en Cristo. Y eso requiere que estemos totalmente rendidas al Señor Jesús y dispuestas a vivir vidas que estén apartadas para Sus propósitos santos.
Le agradezco al Señor que está levantando un remanente de mujeres contraculturales en nuestros días –mujeres que están dispuestas a nadar contra la corriente de la cultura– incluso en contra de la subcultura cristiana, ya que eso es lo que se requiere para ser mujeres verdaderas apartadas por Dios.
Me encanta conocer mujeres que son parte de ese remanente, que son parte de la revolución contracultural y presentárselas a ustedes, porque creo que ellas despiertan nuestro apetito, hambre y sed, de conocer a Cristo de una manera más íntima y personal, y de estar completamente apartadas para Sus propósitos. Recientemente tuve el privilegio de conocer a una mujer joven que es una de esas mujeres contraculturales. Su nombre es Leslie Ludy, y ella está aquí junto con su esposo, Eric.
He disfrutado el conocer a esta pareja recientemente. Cuando los conocí por primera vez les dije, «mientras estaba leyendo sus libros, me pregunté, ¿dónde has estado toda mi vida?» Y eso es porque Eric y Leslie, a medida que he leído algunas de las cosas que han escrito, me he dado cuenta de que sus corazones palpitan junto al mío, y espero que nuestros corazones palpiten como el de Él y lo que hemos encontrado en Su Palabra. Así que muchas gracias por visitarnos aquí en Aviva Nuestros Corazones. Yo sé que nuestras oyentes van a sentirse muy animadas de conocerlos, al igual que yo.
Eric: Gracias Nancy, es un placer estar aquí con ustedes.
Leslie: Muchas gracias por invitarnos. Es un honor.
Nancy: El honor es nuestro, y una de las cosas que tú mencionas mucho –y le hemos pedido a Eric que nos acompañe pues también queremos escuchar la perspectiva de un hombre sobre estos temas. Y esta es una pareja que verdaderamente camina junta buscando al Señor. Pero ustedes hablan mucho del tema de la belleza y la imagen y lo que significa ser atractiva. El mundo tiene un mensaje que está bombardeando nuestras mentes y corazones veinticuatro horas los siete días de la semana como por una vía intravenosa. Viene hacia nosotros todo el tiempo. Hablemos por un momento acerca de la perspectiva del mundo y cómo ustedes siendo jóvenes compraron ese mensaje.
Leslie: Bueno, recuerdo que Eric y yo hace unos cuantos años hablamos con un diseñador gráfico profesional que trabajaba para Calvin Klein. Y él dijo, «para ser honesto, la forma que usamos para hacer estas imágenes en los catálogos y los anuncios publicitarios que ustedes ven, es que tomamos a una mujer muy atractiva, escaneamos su foto en la computadora y hacemos una aerografía de su piel. Digitalmente alteramos casi cada aspecto de su cuerpo. Hacemos sus piernas más delgadas, su cintura más pequeña, su pecho más grande y sus mejillas más angostas. Y la hemos convertido en esta diosa, este estándar de belleza inalcanzable.
Nancy: Que esta mujer ni siquiera tiene.
Leslie: Exactamente. Aún una súper modelo no puede tenerlo. Necesita ser digitalmente realzada para obtener esa apariencia. «Y luego lo ponemos enfrente de un catálogo o valla o anuncio y decimos, “hey, chicas, este es el estándar de belleza. Esto es lo que los chicos encuentran atractivo. Así es como esperamos que actúes y te veas. Y compra esta ropa, y toma estas pastillas de dieta, y hazte esta cirugía plástica y usa este tipo de maquillaje, y entonces quizás puedes acercarte un poco a alcanzar este estándar inalcanzable”». Y ese mensaje es, como lo has dicho, filtrado a nuestras mentes y a nuestros corazones y vemos estas imágenes y escuchamos estos mensajes dondequiera que vamos.
Para mí, comenzó probablemente a la edad de más o menos diez años. Me acuerdo estar en quinto grado rodeada de un grupo de niños y mis amigas y comenzamos a comparar quién de nosotras era sexualmente más atractiva que las demás. Yo estaba en la categoría de fea a la edad de diez años. Era medio flaca, larguirucha y sin gracia. Me acuerdo sentirme tan fea y devastada de que estos niños no me encontraran atractiva y bonita…
Me puse en una búsqueda desesperada en los años siguientes y me preguntaba, «¿cómo puedo hacerme bonita y atractiva para el sexo opuesto?» Y desafortunadamente, para mí, lo único que supe hacer fue hacerme sensual y vestir ropa apretada y ser coqueta, ser seductora. Y ese fue el camino en el que estaba yo hasta que Dios comenzó a despertarme a una versión completamente nueva de belleza femenina.
La marca de jabón Dove hizo una encuesta para averiguar cuántas mujeres piensan que son hermosas. Y solo hubo un dos por ciento de mujeres que piensan que son hermosas.
Nancy: Y en realidad, las que están dentro de ese porcentaje puede que no estén diciendo la verdad.
Leslie: Exactamente. Eso es bastante irónico en una sociedad donde tienes cantidades ilimitadas de revistas de moda y cirugía plástica y todos estos tratamientos de piel y cuerpo. Nunca hemos tenido más recursos disponibles para hacernos hermosas, y sin embargo, nunca nos hemos sentido más feas y sin valor.
De joven, recuerdo escuchar este mensaje en la iglesia, «no, no creas todo eso de que necesitas ser atractiva y deseable. Solo necesitas mirar hacia tu interior y encontrar belleza y solo aceptarte a ti misma así como eres». Y ese era un mensaje hueco, porque yo seguía tratando de encontrar esta belleza interna que supuestamente poseía.
Recuerdo oír decir al líder en el grupo de jóvenes, «simplemente ve a tu casa y párate frente al espejo y dile a tu imagen, te amo». Fue este mensaje de confianza y valor propio que solo me llevó a sentirme más insegura porque no encontraba ninguna belleza, ni seguridad ni valor dentro de mí.
No fue hasta que me di cuenta de que no tengo ningún valor verdadero ni belleza verdadera por mí misma. Solamente la belleza de Jesucristo puede hacerme una mujer bella. Solamente es Su vida, Su resplandor y Su fuerza que brillan a través de mí que crean algo de valor en mi vida.
En el libro hablo de dos mujeres diferentes –una de ellas es una modelo de la tienda de ropa femenina Victoria’s Secret– una de las diez supermodelos del mundo. Ella hizo una entrevista con la revista GQ y dijo, «todo acerca de mi belleza ha sido fabricado de alguna manera. Me he hecho cirugía plástica. He hecho todas estas cosas, y tengo esta belleza falsa». Y luego al final de la entrevista ella dijo, «aún mi corazón es falso».
Si tú miras su vida, la mayoría de las jovencitas pensarían, «oh, ella lo tiene todo. Ella es una de las mujeres más buscadas por los chicos. Ella es considerada una de las mujeres más hermosas del mundo. Pero ella dijo, «aún mi corazón es falso». Ella no ha encontrado nada al cumplir y perseguir el estándar de belleza del mundo.
Otra mujer joven llamada Jackie, entendió que su vida ya no era de ella cuando Cristo vino a su vida. En lugar de buscar cosas del mundo, renunció a todo a la edad de veinte años. Ella navegó a través del mundo y comenzó a vivir entre personas destituidas y moribundas de las que nadie más quería estar cerca, y se entregó a ellas. Cuando yo la escuché hablar y vi su rostro y el resplandor que ella tenía y el amor que ella tenía para Cristo, pensé, esa es la verdadera belleza y la verdadera realización.
Es completamente lo opuesto a lo que el mundo cuelga en frente de nosotras. Ella no tiene brillo, ni glamour, ni fama, ni aplausos del mundo. Pero ella tiene algo de valor eterno. Ella verdaderamente tiene la belleza de Cristo.
Así que en el libro Set-Apart Femininity, mi meta es despertar a las jovencitas a lo que es la verdadera belleza. No es rechazar tu feminidad completamente envolviéndote en una tienda de campaña y haciéndote ver lo más desaliñada posible. No es ir tras el encanto sensual que el mundo pone enfrente de nosotras para llamarnos la atención. Es buscar la belleza de Jesucristo –un intercambio de vida donde tú rindes todo de ti como Juan el Bautista dijo, «es necesario que Él crezca y yo disminuya».
Es ahí donde descubres una verdadera versión maravillosa de belleza femenina. A Eric le gusta llamarlo una mezcla de la dignidad de Audrey Hepburn, una actriz y la devoción de Amy Carmichael, una misionera en la India. Audrey Hepburn siendo esa especie de dama clásica, femenina que no era necesariamente sensual pero tenía esa dignidad y esa gracia y ese porte. Su estilo de vida no es algo que necesariamente me gustaría decirles a las chicas que imiten, pero ella sabía lo que significaba ser una verdadera dama y portarse con dignidad y no apoyarse en esas insinuaciones sexuales para ser como era.
Y Amy Carmichael fue una de nuestras heroínas que rescató a mil niños del templo de prostitución en India y vivió a principios de los 1900. Ella vivía esta vida de devoción sacrificial absoluta y se desgastó en servicio a Cristo. Cuando tú mezclas ese porte femenino y dignidad, y ese misterio femenino con una vida gastada para Cristo, es espectacularmente hermoso. Es tan diferente a lo que es la versión de belleza diva de Hollywood que se nos impone todos los días.
Nancy: Sin embargo, tenemos esta cultura que está elevando esta imagen sobre nosotras de lo que es hermoso. Es inalcanzable. No existe en ningún lugar excepto en algún programa de computadora con la habilidad de hacerlo ver de esa manera. Entonces, ¿cómo escapamos de la tiranía de lo que el mundo nos está diciendo que es hermoso?
Eric, como hombre, ¿cómo pueden los hombres reprogramar su pensamiento para coincidir con la perspectiva de Dios acerca de lo que es hermoso? Y ¿cómo reprograma una joven su pensamiento para no quedar atrapada por el punto de vista del mundo sobre la belleza?
Eric: Esta es una de las preguntas más importantes de nuestros días. A menudo siento que la respuesta que les damos a los jóvenes es defectuosa. Me he sentado con no sé cuántos jóvenes que están luchando con la lujuria, que están luchando con la manera en cómo ellos perciben la feminidad, a hablar acerca de esta misma cuestión. Lo hacen para calmar o gratificar su inclinación egoísta.
Puede que sepan que es malo, pero están atrapados en esto. Solo son hombres –así es como son los hombres. No puedo decirte cuántas mujeres cristianas que conozco han dicho, «así son los hombres». Entonces hay una aceptación de «la manera en que son los hombres».
Me gusta decir que el hombre se supone que debe ser como Jesucristo fue. Un hombre se supone que debe ser como el apóstol Pablo fue. El apóstol Pablo, contrario a lo que mucha gente dice acerca de Romanos 7, que él estaba viviendo una vida derrotada…Lee Romanos 6 y Romanos 8 y terminas con una imagen verdadera de lo que Pablo vivió –victoria y triunfo.
Eric Ludy es un hombre que cree que hay que tener domino propio con relación a la sexualidad, y que la carne no debe ser el elemento guía en el pensamiento de un joven. En realidad podemos aprender a tener una mente renovada y mirar la feminidad a través de los ojos de Jesucristo.
Esto es lo que me pasó a mí. Es mi testimonio personal. Yo vengo de un pasado bastante oscuro. Y aunque estaba cristianizado a mí alrededor, estaba sucio por dentro. No estaba sexualmente activo, pero estaba teniendo sexo por dentro. Mi vida interna estaba contaminada. Hay un patrón del cual es imposible salir y cada hombre que me escucha sabe de lo que estoy hablando.
Si tú dices quiero ser puro de este día en adelante; quiero tener pensamientos limpios hacia la feminidad, no importa lo que hagas como hombre, no puedes salir de ese hoyo. Te sostiene abajo. El poder del pecado en tu vida es más grande que el poder de tu deseo de salir. De eso se trata Romanos 7.
Por mí mismo no hay fuerza para hacer aquello que Dios demanda de mí. Pero hay una fuerza que podemos tener. Pablo básicamente dice, «¿qué haré con este miserable de mí?» Y él dice, «gracias sean dadas a Jesús nuestro Señor». Ahí está la solución. Hay salvación o rescate o liberación para la degradación de la masculinidad.
Y ¿sabes qué? No solo lo he visto conmigo. Lo he visto con otros hombres que han dado sus vidas entera y completamente a Jesucristo para decir, «lo que sea que tengas que hacer Dios, hazme un hombre –un hombre justo, un hombre con una mente pura, un hombre como desde el principio fue tu intención que debería ser».
Leslie: Yo pienso que lo mismo es cierto para las mujeres jóvenes. Entender que el poder de Dios tiene que sobrepasar tu existencia. Uno de nuestros héroes es un predicador anciano llamado Leonard Ravenhill. Él ya no vive.
Nancy: Él fue amigo mío.
Leslie: ¿Oh sí? Oh, nosotros lo amamos a él y sus libros. Uno de sus hijos es amigo nuestro. Pero una de sus citas era, «¿qué significa ser un cristiano? Tu vida está escondida con Cristo en Dios. Ya no te perteneces a ti mismo. Has sido comprado por un precio». Es el concepto de convertirse en un sacrificio vivo. Muchas mujeres se aproximan a la vida con esto: «Todo se trata de mí. Se trata de cómo me siento. Se trata de sentirme mejor con quién soy y tomar decisiones que me hagan sentir bien».
Y desafortunadamente, aún el cristianismo se ve a través de esa rejilla. Todo se trata de mí, mí, mí…¿cómo puedo sentirme bien y convertirme en una mejor yo? Y no entienden que el cristianismo es tomar tu cruz y seguirlo a Él y renunciar a todo por Su causa.
Entonces una mujer joven debe darse cuenta de que ella no puede hacer eso en su propia fuerza. Ella no puede dejar este anhelo insaciable de recibir aprobación del sexo opuesto y que la cultura la encuentre hermosa por ella misma. Pero cuando ella permite que el poder de Dios, el Espíritu de Dios se apodere de su existencia, Él la capacita para que no le dé valor a esas cosas que la cultura valora y no esté buscando la aprobación de un hombre para encontrar su fuerza y sentirse realizada. Él la capacita y equipa para verdaderamente ser radiante y victoriosa y realizada y hermosa como era la intención de Dios que ella fuera, hermosa a través de una relación con Él. Y es ahí donde verdaderamente comienza todo.
Con frecuencia la gente quiere que le demos una fórmula: Bueno, si tan solo hago x, y, y z, entonces tendré éxito en esta área de mi vida. Pero a menos que estés dispuesta a hacer ese intercambio santo y glorioso e invitar al Espíritu de Dios y que te des cuenta de que no puedes hacerlo con tu propia fuerza, y estés dispuesta a rendir todo… Si Él te lleva a una choza en África y ahí es donde Él te llama, estar dispuesta a renunciar a todos los deleites y a todas las comodidades a las que estás tan acostumbrada. Hasta que lleguemos a ese punto, no podremos realmente experimentar la plenitud de lo que Él tiene para nuestra feminidad.
Nancy: Ahora, estoy pensando que hay algunas oyentes que han sido ganadas y atrapadas por la cultura, aún la cultura cristiana y quizás están pensando, «eso no se escucha como algo muy deseable– esta vida de estar totalmente controlada por Jesucristo. No voy a encajar. No voy a tener amigas. Nunca tendré un esposo. Seré una solterona como era Nancy. Mi vida va a ser miserable. Voy a estar sola». No se escucha divertido. No se escucha como algo digno de vivir si no vas a ser seductora, si no vas a ser atractiva para ti misma y para el sexo opuesto. Pero ustedes dos están hablando como si esto fuera una manera de pensar que es extremadamente deseable y que vale la pena.
Leslie: Es maravilloso. Cuando estudias las vidas de mujeres cristianas que han vivido de esta manera a través de la historia, realmente no es la excepción. Escuchamos acerca de estas grandes misioneras que hacen estas cosas heroicas con sus vidas y a menudo pensamos, «bueno, ellas tenían un llamado especial o ellas eran únicas. Ellas eran la excepción». Pero cuando realmente comienzas a estudiar el patrón bíblico de historia cristiana, te das cuenta que eso es lo que Él nos ha llamado a hacer.
En el libro no solo hablo acerca de Amy Carmichael, sino también de Gladys Aylward. Ella fue una misionera en China que hizo proezas extraordinarias para el reino de Dios. Sin ayuda, llevó a 200 niños huérfanos en una jornada de seis semanas sin comida, a través de montañas, solo confiando en la fidelidad de Dios para llevarlos a un lugar seguro. Actos maravillosos para el reino de Dios. Y Sabina y Richard Wurmbrand que estuvieron en la invasión comunista en Rumania. Ella estuvo dispuesta a renunciar a su felicidad con su esposo y permitirle que fuera a la cárcel porque ella lo animó a enfrentarse a los comunistas que estaban adoctrinando a los pastores en aquellos días.
Nancy: Pero espera un momento, Leslie. Estoy pensando que para muchas mujeres, este no es el estilo de vida que quieren vivir. Ellas no quieren ser una mujer llevando a huérfanos a través del desierto de China o lo que sea. Ellas quieren un esposo. Ellas quieren verse atractivas. Quieren ser deseables para alguien; y están diciendo, «sí, eso es grandioso, todo eso que estás hablando sobre las heroínas de la fe. Pero ese no es el estilo de vida que quiero yo». ¿Por qué querría una mujer algo más? ¿Por qué querría una mujer lo que tú estás describiendo?
Leslie: Yo recuerdo que Eric dijo una vez, «si nos cuesta trabajo confiar en Dios, es porque realmente no lo conocemos, porque si tan solo lo conociéramos, no dudaríamos en traerle todo a Él. Ni siquiera tendríamos dudas en escoger esta vida intercambiada donde Él tiene el acceso completo a nuestra existencia».
Hicimos un estudio de la Escritura hace un año de todas las cosas diferentes que Cristo es para nosotras en la Escritura –nuestra porción, nuestro hacedor, nuestro sanador, nuestro esposo, el amante de nuestra alma. Y viendo todas estas cosas, te das cuenta qué tan poquito lo conoces. Pensamos que ya sabemos todas las historias de la Biblia. Hemos tenido esta pequeña oración del pecador que hemos dicho y oramos de vez en cuando, y pensamos que lo conocemos. Pero si tan solo pudiéramos probar de Su plenitud y Su gloria y le permitiéramos que fuera todo lo que Él quiere ser para nosotras…ni siquiera es una pregunta de, «¿cómo puedo renunciar a esto por aquello?» Es, «Señor, ¿cómo puedo tener aún más y más y más de Ti?»
Hablamos de darle acceso a Dios a nuestras vidas. A menudo usamos el ejemplo de todos estos diferentes espacios. «Bueno, Dios, puedes tener acceso a esta área de mi vida, pero no a esta otra. Relaciones con el sexo opuesto son mi dominio, pero puedes tener todas estas otras áreas». Pero si verdaderamente lo conociéramos, si entendiéramos Su amor por nosotras, Su naturaleza, quien realmente es, qué es lo que quiere hacer en nuestra vida, la gloria de quién es Él, diríamos, «no solo esta área, entra a cada área de mi vida».
Porque entonces cuando hacemos ese cambio, es como intercambiar este manojo de piedras sin valor por esa tonelada de joyas. La mayoría de nosotras no lo conocemos lo suficiente para confiar en Él a ese nivel.
Nancy: Porque en realidad es un llamado a una relación íntima de amor con Alguien que nos ama más profundamente de lo que ninguna otra persona jamás podría.
Leslie: Sí. He hablado con mujeres jóvenes. Hemos soñado toda nuestra vida acerca de este príncipe, este hombre valiente, noble, heroico que nos rescatará y llevará a su castillo en un corcel blanco, y nos amará incondicionalmente y nos valorará y nutrirá y apreciará. Nunca vamos a encontrar eso en una relación humana, sin importar qué tan maravillosa sea mi historia de amor con Eric.
Eric: ¿Estás diciendo que yo no soy así?
Leslie: Bueno, estás cerca. Nunca vas a poder encontrar eso en una persona humana, pero lo puedes encontrar en Jesucristo. ¿Por qué no querrías la historia más grande de amor de todos los tiempos? Sea que te cases en este mundo o no, tienes un Novio que es el cumplimiento de todos tus sueños románticos y deseos que has tenido desde tu niñez. Si no parece que Él verdaderamente puede cumplirlos, entonces necesitas conocerlo mejor porque ese es quien Él es, la misma esencia de quien Él es.
Nancy: Leslie y Eric, al escucharlos describir las implicaciones de esa rendición radical de todo corazón a Jesucristo, el pasaje que viene a mi mente es ese hermoso salmo que es una canción de amor. El Salmo 45: «Rebosa en mi corazón palabra buena; al rey dirijo mi canto; mi lengua es como pluma de escribiente muy diestro». Y hay una descripción del Novio, que son palabras dirigidas a Él. «Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la gracia se derrama en tus labios; por tanto, Dios te ha bendecido para siempre» (vv.1-2).
Y luego hay una descripción de la novia que viene a su novio, y pienso que es una imagen del Antiguo Testamento de la relación del pacto del Nuevo Testamento que podemos tener con el Señor Jesús. Y me encanta este pasaje. Dice: «Escucha, hija», y de esto se trata el ser apartada para la feminidad. «Presta atención e inclina tu oído; olvídate de tu pueblo y de la casa de tu padre. Entonces el Rey deseará tu hermosura; inclínate ante Él, porque Él es tu Señor» (vv.10-11).
Aquí tienes una hermosa imagen de lo que Cristo desea tener con nosotras como nuestro Rey, como nuestro Señor. Él desea esa relación con nosotras. Él es el que define qué es la verdadera belleza. Él da verdadera belleza y hace posible la belleza de espíritu y de corazón. Y porque Él es ese amoroso Señor que dirige, el que ha dado Su vida por nosotras, inclínate ante Él, porque Él es tu Señor. No es una sumisión servil. Es un abandono de todo corazón, una rendición gozosa a Cristo como Señor. Y eso, entonces, se convierte realmente en la base para relaciones puras de amor saludables y hermosas y sanas en un nivel humano, para un matrimonio sano.
Leslie: Exactamente. Se supone que debe ser donde derramas tu corazón. Siempre decimos que el matrimonio debe ser una pequeña muestra del cielo en la tierra. Se supone que debe ser una pequeña imagen de un romance mucho más grande que compartimos con Jesucristo. Ya que hemos puesto esa relación con Cristo como nuestra historia de amor primordial, eso es lo que hace nuestro matrimonio hermoso. Eso es lo que lo hace hermoso aún para una persona soltera porque no tienes que estar casada para tener ese tipo de plenitud y belleza de la que estás hablando.
Nancy: Así es, Leslie, estoy tan contenta de que nos recordaste, en este libro, Set Apart Femininity que este es un llamado no solo para unas cuantas seleccionadas, sino que es el corazón de Dios y la intención de Dios para cada hija suya, para que cada hija suya irradie la belleza y la maravilla de quien es Cristo. Este es el mensaje, el palpitar de Aviva Nuestros Corazones. Queremos ser mujeres que dicen, «sí, Señor». Sí Señor, con todas nuestras vidas, apartadas para los propósitos de Su reino.
Quiero darles gracias a ti Leslie y a Eric, que de muchas maneras prácticas, en esta temporada de la vida están viviendo lo que eso significa, pasándolo a sus hijos, y luego escribiendo libros como Set-Apart Femininity que está pasando ese mensaje a los demás.
Este es un llamado de Dios para cada una de nosotras.
Leslie: ¡Muchas gracias Nancy!
Annamarie: Esta es una conversación entre Nancy DeMoss Wolgemuth y Leslie Ludy. También escuchaste de Eric Ludy. Espero que digas, «sí, Señor, quiero que esta enseñanza sea real en mi vida». Para ayudarte a hacer esto Nancy regresa para guiarte en oración.
Nancy: Oh Dios, te damos gracias por el Señor Jesús que se deleitaba haciendo Tu voluntad y que dijo, «no mi voluntad, sino la Tuya sea hecha». Y cómo Él dejó esa gloria y ese esplendor del cielo, puso a un lado Sus derechos como Dios, y se vistió a Sí mismo en nuestra débil humanidad, tomó la semejanza de siervo y fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Y, oh Señor, adoramos al Señor Jesús, a nuestro Salvador, a nuestro Sacrificio, nuestro Amante, nuestro Señor. Y gracias por lo que hizo al consagrarse para Ti y para Tus propósitos.
Y también te damos gracias por llamarnos hacia Ti, por Tu gracia salvadora en nuestras vidas, por Tu misericordia, por adoptarnos en Tu familia y por hacernos Tus hijas. Señor, nos damos cuenta de que no nos has salvado para solo tener una experiencia cristiana un fin de semana, o para vivir para nosotras mismas. Ya no nos pertenecemos a nosotras mismas. Hemos sido compradas por precio. Y Señor, con todo mi corazón, quiero decirte de nuevo hoy, «sí, Señor. Quiero que cumplas todos Tus propósitos santos en mi vida. Quiero ser Tu mujer verdadera, apartada para Ti».
Y Señor, lo que sea que signifique, como quiera que eso se vea, yo quiero que Tú seas el dueño de mi tiempo y de mi trabajo y de mis fines de semana y de mis días entre semana, de mis noches, de mis días y de cada parte de mi vida, de mis relaciones, de mis pasatiempos, de mi trabajo, de todo. Quiero estar bajo Tu señorío.
Yo sé que muchas de nuestras oyentes están queriendo expresarte eso mismo. Oro que Tú levantes un remanente de mujeres que le pertenezcan a Cristo, que te amen con todos sus corazones y que puedan decir estas palabras: «¡Sí, Señor! Lo que sea que signifique Tu llamado en mi vida, como sea que se vea –casada, soltera, con hijos, sin hijos, en este país, en el extranjero, todo Señor, quiero ser enteramente tuya».
Oro que nuestras vidas sean santas, una ofrenda apartada para Ti y que a través de Tus mujeres verdaderas, levantes una nueva generación de hombres y mujeres jóvenes que te amen y te sirvan apasionadamente y que avancen los propósitos de Tu reino en este mundo. Oro en el nombre de Jesús y por amor a Tu gran reino. Amén.
Annamarie: Hay un relato en las Escrituras que creo que la mayoría de nosotras conoce. Tiene lugar en un pozo, y es sobre el encuentro de Jesús con una mujer. ¿Eres consciente de que la libertad que Él le ofreció a esa mujer, es la misma libertad que te ofrece hoy a ti? Escuchemos más acerca de esto juntas, en nuestra próxima serie.
Llamándote a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
Únete a la conversación