Amando la disciplina
Carmen Espaillat: Con ustedes, Nancy Leigh DeMoss.
Nancy Leigh DeMoss: Si eres hija de Dios, cuando la disciplina de Dios viene a tu vida, no es punitiva. Su intención no es destruirte. Su meta al castigarte es la de restaurarte. Un castigo restaurador para hacernos más santas.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín. Cuando pasan cosas malas en tu vida, ¿piensas en que Dios está enojado u empecinado contra ti? Hoy vamos a determinar si ese punto de vista es el acertado mientras Nancy continúa el estudio del libro de Habacuc: del temor a la fe.
Nancy: Estamos tratando de entender algunos conceptos un poco fuertes, conjuntamente con Habacuc, el profeta del Antiguo Testamento, que vio a su alrededor y dijo "Dios, hay tantas cosas sucediendo entre tu pueblo que me preocupan. Lo que más me preocupa es "que …
Carmen Espaillat: Con ustedes, Nancy Leigh DeMoss.
Nancy Leigh DeMoss: Si eres hija de Dios, cuando la disciplina de Dios viene a tu vida, no es punitiva. Su intención no es destruirte. Su meta al castigarte es la de restaurarte. Un castigo restaurador para hacernos más santas.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín. Cuando pasan cosas malas en tu vida, ¿piensas en que Dios está enojado u empecinado contra ti? Hoy vamos a determinar si ese punto de vista es el acertado mientras Nancy continúa el estudio del libro de Habacuc: del temor a la fe.
Nancy: Estamos tratando de entender algunos conceptos un poco fuertes, conjuntamente con Habacuc, el profeta del Antiguo Testamento, que vio a su alrededor y dijo "Dios, hay tantas cosas sucediendo entre tu pueblo que me preocupan. Lo que más me preocupa es "que no pareces estar haciendo nada al respecto". Estoy orando y suplicándote, pero no pareces estar activo. Más bien pareces estar pasivo".
Dios le dice "Espera un minuto, Habacuc. He estado escuchándote. De hecho, estoy trabajando en tus días. Quiero que mires. Quiero que veas. Abre tus ojos y vas a ver lo que estoy trabajando. Pero cuando te diga lo que estoy haciendo, podrías no creerlo".
En la última sesión vimos la descripción dada por Dios de los caldeos (de los babilonios es otro nombre para los caldeos) - un grupo terrorista, fiero, violento, viciado, sin escrúpulos que Dios dijo que iba a levantar como respuesta a las oraciones de Habacuc. Dios dice que estos babilonios, estos caldeos, van a apoderarse del mundo. Van a tomar a Judá. Van a ser Mis instrumentos para santificar a Mi pueblo. Ahora bien, esa no era la respuesta por la que estaba orando Habacuc.
Después de nuestra última sesión, Kendra vino y me recordó que son muchas las personas que temen orar por miedo a como Dios vaya a responder sus oraciones. Kendra, ¿por qué no compartes con todas lo que me dijiste? Creo que es una buena observación.
Kendra: Bueno, es que mucha gente me dice "cuidado con lo que pides". Mi respuesta es que es una mortificación innecesaria porque no tenemos que tener cuidado cuando oramos y pedimos. Dios nos ama con un amor perfecto. El amor perfecto elimina todo temor.
No tenemos que temer lo que Dios vaya a hacer en la vida de las personas a quienes amamos. Somos libres de orarle y pedirle a Dios que haga todo lo que Él necesite hacer. Él puede levantar caldeos en la vida de nuestros seres queridos, pero Él tiene un amor perfecto hacia nosotras. Él es santo. Él no hará cosas equivocadas -o con las motivaciones erradas- como nosotros pudiéramos hacerlo. De modo que si podemos confiar en Dios.
Nancy: Gracias, Kendra. Pienso que Kendra tocó un punto crítico que cada madre ha sentido alguna vez. "Si oro para que Dios haga su voluntad en la vida de mis hijos, si oro para que mis hijos se arrepientan o mi marido o cualquier otra persona a la que amo, ¿qué implicaciones tendría? ¿Qué podría hacer Dios? Algunas veces hay ese miedo que hace que nos contengamos ante Dios.
Vamos a ver en Habacuc que la persona que cree en Dios no tiene por qué tener miedo. No tienes por qué retraerte de miedo si confías en que Dios es bueno, en que Dios es maravilloso, en que Dios es soberano, que Dios es sabio y que Dios ama a tus seres queridos más de lo que podrías amarles tú. Él sabe exactamente lo que se necesita en sus vidas. Por lo que si de hecho levanta a los caldeos en sus vidas para responder tus oraciones, no tienes que asustarte por eso.
Ahora, vamos a ver que Habacuc sí tiembla. Y es que no quiere decir que vaya a ser fácil, pero lo que sí significa es que tus pies van a estar bien plantados. Puedes confiar en el Señor aunque los caldeos sean levantados.
En este punto de nuestro recuento, en Habacuc capítulo 1, Habacuc está profundamente mortificado por la respuesta de Dios. Dios le ha dicho "estoy levantando a los caldeos, pueblo feroz e impetuoso". Esta no era, para nada, la respuesta que él estaba esperando.
Es incomprensible para Habacuc que Dios use gente tan mala como los caldeos para lidiar con el pecado dentro de Su pueblo. Por lo que la respuesta de Dios a las preguntas de Habacuc trae más problemas que soluciones.
Dijimos que Habacuc quiere decir "luchador, uno que lucha". Él está luchando con estas preguntas y está batallando con Dios tratando de entender -dentro de la sabiduría inescrutable de Dios- qué es lo que está pasando y cómo Dios pudo hacer esto.
Por lo que en el versículo 12 de Habacuc, capítulo 1, Habacuc le responde a Dios. Dios acaba de decir "estoy levantando a los caldeos". Habacuc le dice en el versículo 12 "¿No eres tú desde la eternidad?" Imagino que, luego de que Dios terminara con esta larga descripción de cómo eran los caldeos, hubo una pausa prolongada. Fue como que Habacuc se quedó sin aliento. Luego, dijo "¿No eres tú desde la eternidad, oh Señor, Dios mío, Santo mío? No moriremos".
Por lo que, ¿qué hace Habacuc? Él regresa a las cosas que conoce como verdaderas cuando ve su mundo sacudirse y Dios le da una respuesta asombrosa. Dios le dice "Cuando veas esto, cuando oigas de esto que estoy haciendo, no lo vas a creer". Habacuc reacciona con un "Estás en lo cierto. Me has dejado sin aliento". ¿Cómo puede Dios levantar estos terroristas para que se apoderen de nuestra nación?
De repente, no está preocupado por el pecado de su pueblo que originó todo esto. Ahora, lo que le concierne es la devastación a la que van a ser sometidos. Por lo que en este torbellino, en este torbellino de emociones y pensamientos, Habacuc regresa a las cosas que conoce. ¿No eres tú desde la eternidad, oh Señor, mi Dios, Santo mío?" ¿Qué es lo que Habacuc está diciendo? "Dios, te conozco. Tú eres desde el principio. Eso es algo de lo que sí estoy seguro.
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Tú eres inmutable (es la implicación aquí)
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Tú no cambias.
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Tú carácter es siempre el mismo.
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Tú mantienes Tus promesas.
Y él luego continúa diciendo "Tú eres el Señor. Eso quiere decir el Dios soberano. Tu eres mi Santo. Eres santo en esencia". Es como si lo estuviera repitiendo para sí "Esto es lo que sé que verdadero sobre Dios".
Eso es algo muy bueno cuando tu cabeza te da vueltas y estás confundida con lo que están pasando a tu alrededor. Regresa a lo que sabes que es verdadero. Una cosa es el carácter de Dios. ¿Qué sabes del carácter de Dios? Ensáyalo, repítelo. Dile a Dios lo que sabes.
Luego, el pacto de Dios. Él dice "Tú eres mi Dios". Tenemos una relación de pacto. "Tú mantienes tus pactos. Tú vas a mantener Tu pacto con Tu pueblo". Es por eso que dice "No moriremos".
"Dios, puedes disciplinarnos. Puedes castigarnos, pero Tú no nos vas a destruir. No va a haber un cataclismo, un juicio final contra aquellos que son, verdaderamente, Tu pueblo. No vamos a morir, de eso estoy seguro. Somos hijos del pacto, aquellos que hemos creído en Ti".
Por lo que él revisa de nuevo el carácter de Dios, el pacto de Dios y -luego- las opciones de Dios. En el versículo 12 continúa,
Oh, Señor, para juicio lo has puesto; Tú, oh Roca, lo has establecido para corrección.
La mente de Habacuc está procesando lo que Dios le ha dicho.. Él está reconociendo lo que Dios le acaba de decir.
"Ok está bien, los caldeos son un instrumento en las manos de Dios para castigar, para disciplinar, para redargüir a Su pueblo. Los has destinado para juicio. Los has castigado". Esto es lo que Dios está haciendo. Habacuc está repitiéndole a Dios lo que Dios le acaba de decir.
"Dios déjame ver si entendí. Estoy de acuerdo Contigo. Reconozco que lo que dices es verdad y que Tu mano está en esto. Esto no es un accidente.. No te has quedado dormido. No te has caído de Tu trono. No has abdicado el gobierno de este mundo. Lo has organizado." Y Habacuc reconoce la soberanía de Dios.
Él reconoce la necesidad de redargüir al pueblo de Dios; de castigarlos y disciplinarlos. Él cae en cuenta de que Dios no va a permitir que Su pueblo siga pecando indefinidamente. ¿No era eso lo que le preocupaba a Habacuc en un principio?
"Dios, cómo puedes mirar todo esto y no hacer nada al respecto?" Dios le contesta "Estoy haciendo algo al respecto". Habacuc continúa "Oh, veo que lo que estás haciendo es que vas a reprobarlos. Los vas a disciplinar. Vas a castigar a Tu propio pueblo". No pases por alto, a medida que lees este pasaje- que Habacuc está en lo correcto; la intención de Dios es únicamente castigar a sus hijos, no demolerlos o destruirlos.
Si eres una hija de Dios, cuando la disciplina de Dios llegue a tu vida, no es punitiva. Su intención no es la de destruirte. Su meta es castigarte para poder restaurarte - el castigo tiene la intención de restaurar para hacernos más santas. Eso es lo que se dice en Hebreos capítulo 12 acerca de la disciplina, el castigo de Dios. Él nos castiga para que seamos copartícipes de Su santidad.
Por lo que Habacuc se identifica con los propósitos de Dios. "Señor, has determinado su juicio. Has decidido reprobarlos y castigarlos. No vamos a morir, pero Tú vas a disciplinarnos".
Pero también ten en cuenta que Dios escoge el medio y el método de disciplina que Él considera el mejor. Tienes que dejarle eso a Dios. Habacuc no hubiera escogido a los caldeos para castigar a los judíos. Quizás para el resto de las naciones paganas sí, pero no para los judíos. "Señor, yo se que necesitamos un castigo, pero hubiera escogido otro instrumento." Dios le dice "Déjamelo a mí."
Por lo que Habacuc dice "OK, Dios, ya entendí. Se que eres Dios y se que Tu no cambias. Sé que Tú mantienes tu pacto. se que estás castigando a tu pueblo. Señor, no lo entiendo, pero lo creo. Lo veo. Has hecho todo esto para usar a los caldeos como castigo y los utilizarás como instrumento de castigo. Esto no es un accidente. Esto no está fuera de Tu control".
Pero todavía no lo asimila. No le parece que un Dios recto y santo utilice este medio. Por lo que en el versículo 13 dice: Dios déjame entender esto "Muy limpio son tus ojos para mirar el mal, y no puedes contemplar la opresión". Eso es algo que siempre he sabido de TI. Tú eres Santo". Habacuc tiene un profundo conocimiento de la santidad de Dios.
Por cierto, esta es una de las razones por las que creo que no luchamos más profundamente con las cosas espirituales: porque no entendemos mucho la santidad de Dios. Por eso lo que pasa en este mundo no nos molesta demasiado porque estamos "curadas"; estamos vacunadas. Estamos acostumbradas. Nuestros ojos están acostumbrados a la oscuridad. Habacuc no tenía sus ojos acostumbrados a la oscuridad. Él sabía que la santidad de Dios era pura.
"Dios, Tú no te complaces en la maldad. No puedes mirar lo mal hecho". Leemos esto en Salmos 5 en los versículos 4-5 donde el Salmista dice: " Porque tú no eres Dios que se complace en maldad; el malo no habitará junto a ti. Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad".
Por lo que Habacuc dice "Dios, si eres santo, pero esto me deja perplejo. No tiene ningún sentido". Él está buscando una explicación lógica. y él continúa en el versículo 13 ¿Por qué entonces toleras a los traidores? ¿Por qué guardas silencio mientras los impíos se tragan a los justos
Él empezó diciendo "Señor, sé que mi gente no es correcta. Sé que necesitan cambiar. Sé que necesitan ser disciplinados, pero ahora dices que el instrumento de tu reprimenda van a ser los malvados caldeos. O sea, Dios, somos malos, pero ellos son malvados. ¿Cómo puedes estar ajeno y quedarte callado cuando estos malvados caldeos acaben con otros que son más justos que ellos?
Cuando Habacuc empezó a quejarse, al principio del libro, no estaba llamando "justos" a los judíos, pero ahora cambia la cosa un poco. De buenas a primeras, en comparación con los caldeos, los judíos son bastante buenos aunque hayan estado destruyendo, luchando, discutiendo y todo los peyorativos que usó en el primer párrafo del libro. Pero ahora, se ven de lo más bien en comparación con los caldeos.
Por lo que la conducta de Dios (al usar a los caldeos para disciplinar a los judíos) no parece ser consistente con lo que Habacuc sabe del carácter y de los caminos de Dios. Aquí es donde te preguntas si no está dejando que la auto-justicia lo contamine. Yo sé lo que eso hace en nuestros corazones. El profeta siente que la gente de Judá es más justa que los caldeos. Creo que está demostrando que no se está dando cuenta de que tan seriamente Dios ve el pecado en Su pueblo.
De hecho, el pueblo de Dios es más responsable porque tiene la ley de Dios. Ellos conocen a Dios. Dios se les ha revelado. Dios hasta puede que esté tomando más seriamente el pecado de Su pueblo que la maldad de las naciones paganas.
Dios toma todo pecado seriamente, pero hay algo dentro de nosotras que dice "Dios puede que tengamos algunos asuntos y necesidades, pero no tan malas como el instrumento que estás usando para corregirnos". Por lo que aquí tienes una esposa que tiene necesidades espirituales y quiere que Dios se encargue de ellas, pero se queda pasmada cuando Dios usa a su "no-tan-santo-marido" como instrumento para su santificación. "Dios eso no me parece correcto. Eso no me parece justo".
Pero esta calle tiene dos vías. No hace mucho recibí un correo de un esposo -tenemos algunos hombres que nos escriben a Aviva Nuestros Corazones — y él nos rogaba que oráramos por su matrimonio. Él y su esposa se habían separado, quizás hasta divorciado si no recuerdo mal .
Él estaba rogándole a Dios una reconciliación con su esposa. Quería que supiéramos que iba en serio con todo esto. Por lo que envió una carta de dos páginas en la que hacía listas, y decía "Mis pecados son..." Él fue bastante honesto acerca de sus fracasos y las fallas en su matrimonio. Luego dijo "Los pecados de mi esposa son..."
Bueno, mientras leía la lista -estoy segura de que no fue intencionalmente- pude notar que ella tenía más pecados que él. Los de ella eran tan malos como los de él, pero peor aún y las esposas hacen esto también, ¿no es así ? No estoy señalando a ese esposo. Lo que estoy diciendo es que tenemos la tendencia de decir yo tengo fallas pero mi pareja realmente tiene fallas.
En esa carta nos decía "quería ir a consejería, pero mi mujer no. Estoy dispuesto a lidiar con nuestros problemas, pero mi mujer no. Él estaba haciendo comparaciones y creo, que desde un corazón genuino, pero así es que pensamos. "Señor, tengo fallas, ¿pero cómo puedes usar a alguien peor que yo como instrumento para lidiar con mi vida?"
Pensando en este correo, pienso que Dios ha traído un caldeo a su vida: su esposa. Por supuesto, que si le preguntáramos a ella, quizás ella diría "aquí están mis pecaditos y aquí están todos los de él" por lo que eso depende del ojo con el que se mire.
Aunque estuviera un 100% en lo correcto, Dios quizás esté usando a su "mala mujer" como instrumento para quebrantarlo y llevarlo a la humildad y al arrepentimiento. A veces parece medio enredado que Dios trabaje así, ¿no es cierto?
Por lo que Habacuc le dice a Dios en el versículo 14 me está dando trabajo entender esto. "¿Por qué has hecho a los hombres como peces del mar, como reptiles que no tienen jefe? Ahí tienes una ilustración de qué tan indefensos están los insectos y los peces que nadan en el mar.
Luego, en los versículos 15 y 16 dice. "A todos los saca (aquí habla del imperio Babilónico) con anzuelo el pueblo invasor, los arrastra con su red y los junta en su malla. Por eso se alegra y se regocija, por eso ofrece sacrificio a su red y quema incienso a su malla, pues gracias a ellas su pesca es abundante, y suculenta su comida".
Por lo que aquí tienes a la gente malvada que Dios usa como instrumento para castigar a Su pueblo y la gente malvada se sale con la suya. De hecho, hasta se están enriqueciendo en el proceso.
Somos como esos peces nadando en el océano o como esos insectos indefensos que encontramos por ahí y ahí viene el rey de los babilonios. Lanza su anzuelo y saca uno tras otro. O sea, nos están matando y se están enriqueciendo mientras lo hacen.
Es más, los babilonios están felicitándose por su prosperidad y su capacidad militar. Son auto-suficientes. No piensan en nada ni en nadie. O sea no tienen a un Dios. Y Habacuc está diciendo "Dios, no tiene sentido que uses a gente como esa".
Versículo 17: "¿Vaciará, pues, (Babilonia) su red y seguirá matando sin piedad a las naciones?"
¿Alguna vez te has encontrado llorando en el medio de problemas en tu matrimonio o en asuntos relacionados con tus hijos o en el trabajo y preguntas : "Señor, ¿y es que esto no se va a acabar? Me va mejor si me separo. Les va mejor si lo hago. Vamos en la dirección equivocada. ¿Cuánto más durará esto?"
Al Habacuc protestar por lo que le parecía un injusto e incomprensible acto de parte de Dios, Habacuc corre el riesgo de olvidar qué tan pecaminoso es el pueblo de Dios y qué tan merecedores son de ser disciplinados porque "no son tan malos comparados con los caldeos".
El problema es que Habacuc está viendo las cosas, solamente, desde su perspectiva. Si pudiera verlo desde la perspectiva de Dios, vería lo que dijimos hace unos momentos atrás "que el pueblo de Dios es más responsable. A los ojos de Dios su condición es tan seria como la de los caldeos".
¿Verdad que es fácil para nosotras excusar nuestro propio comportamiento? Podrías decir " Pero Señor, mi marido fue que cometió adulterio. Yo solo soy orgullosa". Las Escrituras dicen que Dios se opone y resiste a los orgullosos. Dios odia el orgullo. Está en la lista como uno de los peores pecados. El adulterio no está en la lista que está en Proverbios capítulo 6, pero el orgullo sí.
Por lo que tenemos la tendencia de compararnos con aquellos que son peores como un escape a nuestra propia responsabilidad y protestamos diciendo "Dios, no me parece bien que uses a esa gente tan malvada cuando yo solo... solo soy orgullosa. Dios quiere que veamos que ese orgullo o el pecado que sea en tu vida hay que enfrentarlo. Dios sabe con cuál instrumento lo va a hacer.
Es en este punto que algunas personas se amargan contra Dios. Lo eliminan de sus vidas y dicen "me harté". Si así es como Dios va a ser conmigo, si así es como va a comportarse, si ese es el instrumento que va a usar, no pienso tratar con Él".
Eso o actúan como que si estuvieran lidiando con Dios, pero mecánicamente. "Sí, voy a seguir yendo a la iglesia. Voy a seguir trabajando duro. Voy a seguir haciendo mis deberes cristianos, pero no voy a comprometerme con un Dios que se comporta de esta manera". Ese es el camino que mucha gente escoge. Se echan para atrás en lugar de insistir y seguir adelante en la fe.
Habacuc se ve en esta encrucijada. Él puede escoger sentir miedo y rabia o puede escoger fe, esperanza y rendición . Habacuc ve que esta situación tan incomprensible es en realidad una oportunidad de llegar a conocer mejor a Dios. Por lo que dice por fe "Voy a seguir adelante. No entiendo nada, pero voy a mantenerme comprometido con Dios".
Y por eso tenemos el capítulo 3 de Habacuc. Siéntete en libertad de leerlo hasta el final para que veas el gozo tan espectacular que sale del corazón de Habacuc. ¿Sabes por qué? Porque estuvo dispuesto a caminar durante el proceso, a quedarse aferrado a Dios, no a amargarse, sino a decir "voy a seguir caminando por fe aunque no pueda ver".
Señor te oro para que nos ayudes a continuar conociéndote, viéndote y explorando Tus caminos, buscando Tu corazón y dejando que hagas lo que consideres necesario en nuestras vidas; en las vidas de aquellos que amamos, lo que sea que eso signifique, parezca y tome. Toma el control y se Tu con nosotros, oh, Dios. Oro en el nombre de Jesús, amén.
Carmen: Nancy Leigh DeMoss nos ha estado ayudando a darle sentido a esos pasajes difíciles que encontramos en Habacuc. Tal y como lo acaba de decir, ya veremos el gozo que brota del corazón de Habacuc. Si necesitas esa clase de gozo, quédate con nosotras.
También escudriña Habacuc por tu propia cuenta... De esta forma, puedes profundizar y encontrar lo que dice acerca de tu situación.
Si te has perdido algunos de los programas visita nuestra página AvivaNuestrosCorazones.com.
En los días de Habacuc, los soldados se quedaban de guardia (en las torres de control) con los ojos bien abiertos por si se acercaba el enemigo. Entérate de por qué el profeta subió a una de esas torres y el por qué debes hacerlo tú también. Nancy te lo mostrará en el programa de mañana.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
Música: Esperaré, Andy Mercedes, Caminando En Fe ℗ 2012 Andy Mercedes
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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