Aliento para perseverar
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth cree que su debilidad muestra la fortaleza de Dios.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si el ser débil hará que vean un gran Dios, entonces digo: «Está bien, voy a ser débil. Estoy dispuesta a tener solo un poquito de poder, solo un poquito de fuerza para que puedan ver la grandeza del poder de Dios».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 22 de junio de 2023.
¿Alguna vez te has sentido impotente y solitaria? Bueno, estás en buena compañía, como Nancy explicará en unos momentos mientras continuamos con la serie titulada, Aliento para perseverar.
Nancy: Hoy en día la gente tiene muchas ideas sobre lo que hace a una iglesia «exitosa», y tienen muchas ideas diferentes sobre lo que hace a un cristiano bueno o exitoso. ¿Cuáles son algunas de las cosas que pondrías …
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth cree que su debilidad muestra la fortaleza de Dios.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Si el ser débil hará que vean un gran Dios, entonces digo: «Está bien, voy a ser débil. Estoy dispuesta a tener solo un poquito de poder, solo un poquito de fuerza para que puedan ver la grandeza del poder de Dios».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 22 de junio de 2023.
¿Alguna vez te has sentido impotente y solitaria? Bueno, estás en buena compañía, como Nancy explicará en unos momentos mientras continuamos con la serie titulada, Aliento para perseverar.
Nancy: Hoy en día la gente tiene muchas ideas sobre lo que hace a una iglesia «exitosa», y tienen muchas ideas diferentes sobre lo que hace a un cristiano bueno o exitoso. ¿Cuáles son algunas de las cosas que pondrías en esa lista «éxito»?
Si estás buscando alguna iglesia cercana, o quizás podrías preguntar, «¿es esta persona realmente un creyente fiel?» Hay diferentes cosas que podrías estar pensando. Podrían ser cosas que se encuentran en la lista de otros. Pero en última instancia, realmente no importa lo que otros piensan o lo que nosotras creemos que hace una iglesia exitosa o un buen cristiano. Lo que realmente importa es lo que Jesús valora en una iglesia, lo que Jesús está buscando en el corazón de un creyente.
Y a menudo, la perspectiva terrenal es muy diferente a la perspectiva celestial. La forma en la que solemos medir las cosas, la forma en que medimos el éxito es a menudo muy diferente de la manera en que Dios lo mide. Vamos a tener una idea más clara a medida que avanzamos en esta serie sobre la carta de Jesús a la iglesia en Filadelfia.
Hemos visto que esta es solo una de dos iglesias de las siete hacia las que Jesús no tuvo ninguna palabra de reproche, ni una palabra de crítica. Se trata de una iglesia fiel que Él elogia, por lo que nos da algunas ideas de lo que Él considera importante en una iglesia.
Sin embargo, cuando pienso en Jesús elogiando a esta iglesia, pienso en lo que sucede a veces cuando la gente nos elogia, cuando nos dan cumplidos, cuando nos dicen que aprecian algo acerca de nosotras. A veces, nuestra tendencia es a sentir, «bueno, gracias, pero si realmente me conocieras no dirías eso».
Y estoy en un lugar en este ministerio donde realmente soy bendecida en recibir el estímulo de mucha gente. Muchas de las que nos escuchan han compartido «tu ministerio me ha bendecido de esta manera…», o «Dios ha usado tu libro o el programa para ministrar mi vida». La gente se hace una idea o una imagen de las personas públicas, y piensan: «Wow, tú debes orar todo el tiempo. Tú nunca pecas».
Me conozco a mí misma mejor de lo que tú puedes conocerme. Vivo conmigo misma, y a veces pienso: «Si realmente supieras las cosas con las que lucho…» En esos momentos, que son frecuentes, cuando soy egoísta, centrada en mí misma, en mi carne, y quién soy realmente, pienso: «No deberían leer ninguno de mis libros, ni escuchar el programa de radio, o visitar nuestro sitio web, nunca».
Y lo que me encanta de este pasaje es que el que está dando el elogio a esta iglesia en Filadelfia, realmente sabe, realmente los conoce. Es Jesús. Él es el Santo, el Verdadero. Así que Jesús le dice a esta iglesia: «Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar». Apocalipsis 3:8
Y en el día de hoy vamos a enfocarnos en esta parte del versículo 8 donde dice: «porque tienes un poco de poder, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre» (3: 8).
«Tienes un poco de poder». Ahora, estoy usando la versión de las Américas. Y sé que existen diferentes traducciones que transcriben de manera diferente esa parte del texto, pero creo que esta es una buena traducción de todas las que he podido estudiar. «Tienes un poco de poder».
Otras traducciones dicen, «fuerza». «Tienes poca fuerza». Y es la palabra dunamis en el griego que significa «habilidad o capacidad». Ustedes no son unos súper héroes. Tú tienes poco poder, poca habilidad, poca fuerza, según el mundo la mide.
Y Jesús no entra en detalles de lo que quiere decir con eso, pero creo que hay varias cosas que Él pudo haber querido decir.
Por ejemplo, esta era una congregación pequeña, probablemente pocos en número. No era una megaiglesia. Probablemente tenían recursos y capacidad limitados, poca riqueza, poco conocimiento, unos cuantos dones y habilidades.
La gente en esta iglesia era probablemente en su mayoría de una posición social humilde. Probablemente, en su mayoría de clase baja, sirvientes, esclavos, personas que no tendrían mucha estima a los ojos del mundo. Probablemente entre sus miembros no había muchos hombres grandes o distinguidos. El alcalde de Filadelfia, por ejemplo, probablemente no era miembro de la iglesia. Probablemente no tenían una gran cantidad de figuras como grandes deportistas o personas de renombre que formaban parte de esa iglesia, solo poco poder, poca fuerza, poca habilidad.
Se trata de una iglesia que probablemente tenía –como era el caso de la mayoría de las iglesias de esa época– poca influencia evidente en la ciudad, y los poderes de maldad y de las tinieblas eran grandes, los poderes de la idolatría eran grandes. Así que aquí estaba esta pequeña iglesia en medio de todo aquello con el pensamiento de: «No tenemos mucho, no somos mucho». Y no eran tanto. Jesús reconoce eso. Y Él les dice: «Tú tienes muy poco poder; tienes poca fuerza».
La gente en esta iglesia probablemente no ocupaba muchos cargos importantes, cargos políticos o de negocios. Como ya he dicho, no eran una mega iglesia.
Ahora, no hay nada de malo con una mega iglesia, inherentemente, o con una gran iglesia, intrínsecamente. El hecho de que una iglesia sea grande en número no significa necesariamente que sea una iglesia buena. Y el hecho de que una iglesia sea pequeña de todas estas formas que acabamos de mencionar no necesariamente significa que sea inferior espiritualmente a una iglesia más grande. Y lo que es verdadero en las iglesias es verdadero para cada individuo. Te puedes sentir como una persona pequeña, débil e impotente. Que no eres un líder reconocido o una persona o un orador influyente.
Esta iglesia en Filadelfia era pequeña de tamaño. Solo tenía un poco de fuerza, un poco de poder, humanamente hablando; pero tenía poder espiritual. Y a pesar de su poco poder, de su poca fuerza, eran espiritualmente tenaces.
Y Jesús les dice: «A pesar del hecho de que tienes muy poco poder, dos cosas son ciertas acerca de ti. «Has guardado mi Palabra, y no has negado mi nombre» (3: 8).
«Has guardado mi Palabra». Y lo dice nuevamente en el versículo 10: «Has guardado mi Palabra».
Al parecer a Jesús le importaba que aquí había una congregación, que aunque era pequeña, era obediente a la Escritura. Ellos se aferraron a la Palabra de Dios. Fueron fieles a la Escritura. Y eran obedientes a esa Palabra de Dios.
«Has guardado mi Palabra, y no has negado mi nombre».
A pesar del hecho de que ellos eran pocos, iban contra la corriente de toda la cultura; eran una iglesia que tenía coraje, no tenían miedo, eran audaces en su testimonio para Cristo.
Y eso es todo. «Has guardado mi Palabra; no has negado mi nombre».
Él no los halaga por romper todos los records de asistencia, o por cualquier programa nuevo e innovador o por nuevas iniciativas –solo por la fidelidad a Su Palabra y a Su nombre.
Ahora, hoy en día no se puede decir lo mismo de muchas iglesias. Pienso en muchas denominaciones, y algunas de nuestras asociaciones más excelentes y elitistas. La mayoría de ellas comenzaron aferradas a la Escritura con firmeza y con mucha valentía al anunciar a Cristo, pero hoy solo tenemos fachadas espirituales. No hay nada allí; niegan la deidad de Cristo, niegan la infalibilidad de las Escrituras, niegan los principios básicos de la salvación. Lo que Jesús dijo de esta iglesia no se puede decir de muchas hoy en día. Ellos continuaron proclamando con valentía a Cristo, a pesar de su poca capacidad, de su poca habilidad.
Ahora esas cualidades: el guardar fielmente la Palabra de Dios, llevar el nombre de Cristo, no son cualidades que la mayoría de la gente considera impresionantes. Esas no son cualidades que hacen titulares o que te conseguirían una entrevista en un programa famoso. Eso no es lo que la gente está buscando en un informe anual de un ministerio o una iglesia, pero son las cosas que agradan a Cristo cuando ve a una iglesia o cuando ve una vida cristiana.
En el último programa hablamos acerca de cómo Jesús dio a esta iglesia una puerta abierta. Y dijimos que la puerta abierta significa oportunidades para ser usadas y para servir. Al mirar esta parte del texto, me choca que esas oportunidades de servir al Señor no dependen de cuánto poder tengamos, si mucho o poco. Dependen de nuestra fidelidad, de nuestra disposición a confiar en Cristo y en Su poder, Su poder que se hace fuerte en nuestra debilidad.
Dios no está buscando iglesias o cristianos de gran poder, gran influencia como el estándar del mundo. Grandeza, números, impresionantes hazañas y estadísticas que nos importan más a nosotros que a Dios mismo.
Es fácil caer en la trampa, incluso en el ministerio que estamos. Es fácil pensar: «Bueno, ¿cuántas estaciones de radio transmiten el programa? ¿Cuál es nuestro presupuesto?» Y vas a esas convenciones de las emisoras religiosas nacionales, o lo que sea, y ese es el tipo de cosas con las que lidiamos. Esas son el tipo de cosas de las que la gente habla. Y esas son el tipo de cosas que frecuentemente encuentro que me consumen.
Pero en la economía de Jesús, no es el poco o mucho poder que tú tengas. Es tu fidelidad a Su Palabra y a Su nombre.
Él puso delante de Filadelfia una puerta abierta. El significado en el texto, mientras meditamos en él, es: porque tienes muy poco poder o fuerza. Nuestras debilidades humanas, nuestras limitaciones humanas (y estamos conscientes de ellas, sé que soy constante en eso) son una oportunidad para que Dios muestre Su poder. Puedes observar esa gran verdad a lo largo de la Escritura.
En 2 Corintios capítulo 12, Dios le dijo a Pablo:
«Mi poder se perfecciona en la debilidad». Así que la respuesta de Pablo fue: «Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí… Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (vv. 9-10).
Y el mismo Pablo dice a los Corintios en 1 Corintios capítulo 1:
«Pues considerad hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios» (vv. 26-29).
Un comentarista que leí con respecto a este pasaje lo dijo de la siguiente manera y me encanta esto como él dijo:
«La debilidad humana no es obstáculo para el poder de Dios; lo contrario…proporciona el escenario para la manifestación y la magnificación del poder de Dios» 1.
Ahora, este pasaje va a decirnos que esa fe y que la fidelidad, a pesar de su poca fuerza y de su poco poder, fueron reivindicados y recompensados. Y vemos eso a medida que llegamos al versículo 9:
«He aquí, yo entregaré a aquellos de la sinagoga de Satanás que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que yo te he amado». Apocalipsis 3:9.
Quiero que notemos que dondequiera que haya puertas abiertas habrá oposición. Lo mencionamos en un programa anterior, el apóstol Pablo en 1 Corintios capítulo 16, dijo: «una gran oportunidad para un trabajo eficaz ha abierto para mí, y muchos son los adversarios» (vv. 8-9).
Siempre habrá esfuerzos para cerrar la puerta de utilidad que Cristo abre, eso es lo que estaba sucediendo en Filadelfia. En Filadelfia, al igual que con la iglesia en Esmirna que vimos hace unas semanas, había oposición por parte de la comunidad judía. Ellos eran hostiles. La comunidad judía era hostil hacia los gentiles porque creían que los gentiles no eran el pueblo escogido de Dios, y también eran hostiles hacia los judíos convertidos que habían depositado su fe en Cristo. Ellos creían que no tenían ninguna parte en la verdad. Así que estaban diciéndoles a estos cristianos: «ustedes no son realmente el pueblo de Dios». Y ellos excomulgaban a estos creyentes judíos.
Así que estos creyentes judíos fueron rechazados por los hombres, pero fueron aceptados por Dios.
Esta sinagoga judía local había rechazado al Mesías, y es por eso que se le llama «una sinagoga de Satanás». Ahora, imagínate estar en esa ciudad donde tú creciste en la sinagoga, y estos judíos, los líderes, eran aquellos con los que creciste y aprendiste a respetarlos, son como los pastores, los rabinos, las personas en autoridad. Ahora, Jesús los está llamando «una sinagoga de Satanás». Y ese es un lenguaje bastante fuerte. Y ¿qué significa eso?
Eso significa que la sinagoga no estaba siendo dirigida por Dios como estos judíos afirmaban, sino que quien realmente estaba dirigiendo esta sinagoga era Satanás. Ese nombre Satanás significa «adversario». Satanás se opone a la obra del evangelio y a la obra de Cristo por medio de los judíos que se oponían a esta iglesia. Y Jesús les está diciendo aquí: «ellos dicen ser los verdaderos judíos, y de hecho son judíos étnica, legal y ceremonialmente. Pero en realidad no son judíos. No son judíos espiritualmente. Ellos son judíos solo de nombre». Y es por eso que Él está diciendo: «Ellos mienten. Afirman ser los verdaderos judíos, pero no son verdaderos judíos espiritualmente».
Y la promesa de Cristo a esta pequeña iglesia fiel, que está atrapada en medio de toda esta situación, es que un día las cosas se van a invertir. Ellos han sido expulsados, pero un día estos grandes adversarios vendrán a postrarse delante de sus pies y honrarán a aquellos que una vez persiguieron; y tal vez estos opositores en realidad vendrán a la fe. En Romanos capítulo 11, de hecho, nos dice que en los últimos días habrá un gran número de judíos que serán convertidos a la fe en Jesucristo.
«Los que se te oponen un día vendrán y se postrarán delante de tus pies y reconocerán que realmente me perteneces a mí».
Y tenemos aquí una imagen de cautivos en el campo de batalla que han sido los opositores y que ahora son traídos a la sumisión. Es una imagen que Jesús da a la iglesia de Filadelfia de lo que es la esperanza cristiana del triunfo final de Cristo, la sujeción, algún día, de aquellos que se opusieron a él.
Y mantén esto en mente cuando mires a tu alrededor y veas todos los adversarios de Cristo en el gobierno, en los medios de comunicación, en la educación, en posiciones de influencia, en tu lugar de trabajo, en tu hogar, en tu vecindario. En estos tiempos parece que los que poseen el poder se oponen a Cristo en muchos aspectos, pero recuerda, el día vendrá en que las cosas cambiarán.
«Yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que yo te he amado» Apocalipsis 3:9.
Los que rechazan a Cristo reconocerán el error en sus caminos. Ellos se lamentarán de haberse negado a adorar a Cristo, y serán llevados a postrarse sobre sus rodillas, y algunos de ellos creerán y serán salvos. El pueblo de Dios –y quienes realmente son el pueblo de Dios– serán evidenciados por su perseverancia bajo presión, el pueblo de Dios será reivindicado.
Y en el Antiguo Testamento puedes leer numerosas profecías que dicen que en los últimos días los gentiles vendrán y se postrarán delante de Israel. Ahora, estamos viendo que el día vendrá. En un giro irónico de este pasaje, los judíos que no han creído en Cristo algún día se postrarán delante de la iglesia cristiana predominantemente gentil. Los judíos incrédulos que rechazaron o persiguieron a los discípulos de Cristo reconocerán que estos cristianos realmente pertenecen a Dios.
Y esa reivindicación por parte de nuestros adversarios posiblemente no ocurra mientras estemos en vida. Posiblemente no vivamos para verlo aquí en la tierra, pero vendrá ese día en que aquellos que se han opuesto al pueblo de Dios serán humillados.
El problema es que nos damos por vencidas muy fácilmente. Estamos intimidadas por la oposición, o asumimos una postura combativa. Y vemos a los cristianos de hoy en día, dejarse intimidar. Vemos algunas cosas feas en los blogs de internet. Es de esperar que los no cristianos actúen como no cristianos, pero a veces, por desgracia, los cristianos actúan como los no cristianos en la forma en que disputan y debaten con los no cristianos.
Escucha, podemos proclamar la verdad con amabilidad, con gracia, con amor y sabiduría. No tienes por qué combatir. No necesitas ponerte combativa con tu pareja o con tu jefe o tu compañero de trabajo. Solo recuerda y ten en cuenta que es en el tiempo de Dios y a la manera de Dios, que Él va a reivindicar la verdad.
Pero en vez de optar por una actitud combativa, algunas de nosotras entonces nos vamos al lado opuesto, nos encogemos del miedo bajo la oposición. Nos intimidamos por el miedo y pensamos: «tengo poco poder, poca fuerza, ninguna influencia. Realmente no puedo hacer ninguna diferencia aquí». Así que nos sentimos tentadas a callar, y a no compartir el evangelio, simplemente nos agrupamos todas juntas en nuestro pequeño grupo santo, para no crear problemas, para no hacer ninguna ola.
Y tenemos todo tipo de excusas. Después de todo, los cristianos de hoy estamos viviendo en una era post cristiana. Somos la minoría, no de aquellos que se dicen de Cristo, sino de los que verdaderamente sostienen la Palabra y el nombre de Cristo, y así obtenemos este complejo de inferioridad. Solo somos un pequeño grupo débil, y la oposición es grande y peligrosa allá afuera. Así que solo tendremos que esperar a que algunas circunstancias se vuelvan más favorables, esperamos hasta que cambie la marea.
Es bueno que recuerdes que en Filadelfia, Dios les dijo a esos cristianos: «Yo les he dado una puerta abierta». En un lugar donde había mucho antagonismo, Dios todavía abre puertas, incluso en medio de la hostilidad y la oposición.
Y quiero cerrar este programa compartiendo con ustedes una historia que creo que ilustra muy bien cómo Dios abre estas puertas. Una historia de cómo una mujer fue lo suficientemente valiente para proclamar a Cristo, para llevar el evangelio a un lugar que parecía imposible, y cómo Dios honró su fe y su fidelidad a Él.
Esta mujer nos escribió no hace mucho tiempo, y dijo:
Querida Nancy:
Yo fui una atea enardecida durante más de 10 años de mi vida. Era hostil y fría hacia Dios. Los cristianos evangélicos encabezaban mi lista de lo que más despreciaba. Sentía que no tenía que optar por una religión porque tenía una buena vida, un marido cariñoso, dos hijos sanos, una casa preciosa, y dinero en el banco. Sin embargo, tenía este agujero dentro de mí y nada de lo que intentaba, por ejemplo, ir de compras, hacer yoga, y toda la filosofía de Nueva Era, nada podía llenar ese agujero de forma permanente. Hasta que…
Comencé una amistad con la tía de mi marido quien yo sabía que era cristiana. Un día me pidió que asistiera a su iglesia con ella y su marido. Finalmente le confesé que era atea. Y recuerdo que estaba tan asustada porque pensé que ya no iba a ser de su agrado. En cambio, ella me invitó a cenar y acepté. Cuando estaba arreglándome para asistir a la cena, le dije a mi marido que estaba segura de que iba a convencer a Sandy para que pudiese saber la «verdad», y como resultado de nuestra cena, ella se convertiría en atea.
Me senté durante toda la cena con mis brazos cruzados y comencé a bombardearla con preguntas. Ella amablemente y con paciencia respondió todas mis preguntas. Ella me preguntó si quería orar con ella (después de que supo que yo era atea). Cada fibra de mi ser me decía que no, y sin embargo lo hice. Ella simplemente le pidió al Espíritu Santo que ablandara mi corazón y que abriera mis ojos a la verdad.
Al día siguiente me sentí impulsada a comprar una Biblia. Pensé que era para que yo pudiera conocer mejor a mis «enemigos». Y empecé a leer la Biblia todos los días. Leí los evangelios dos veces. Y mi corazón empezó a cambiar. Estaba ablandándome. La Palabra me estaba cambiando. Todavía me sorprende el poder que reside en ese libro. El Día de la Independencia de los Estados Unidos, fue el día de la independencia de mi antigua yo; invité a Jesús a mi vida, nací de nuevo en ese instante. Me postré sobre mis rodillas y sabía que la vida que llevaba había terminado.
El lunes siguiente estaba buscando podcasts cristianos cuando encontré a Aviva Nuestros Corazones. Lo he escuchado todos los días desde entonces. Aviva Nuestros Corazones ha profundizado mi fe, me confrontó, me desafió, y sobre todo, me animó. El Señor te ha usado poderosamente en mi vida.
Y no puedo expresarte cómo Jesús ha cambiado mi vida en estos últimos meses. He leído toda la Biblia, y el Nuevo Testamento lo he leído infinidad de veces. (En ese tiempo tenía cinco meses en su caminar cristiano). Estoy tan llena de amor y de alegría que estoy irreconocible incluso para mi marido. Me he convertido en un rostro familiar en una iglesia bíblica.
Y probablemente te estés preguntando acerca de mi marido. El Señor me ha bendecido con tal gracia por una razón, y voy a parafrasear 1 Pedro 3: «ganando a mi marido sin decir una sola palabra». Él me ha mostrado que sea paciente y que espere en Él. Mi esposo será salvo, aunque quizás pueda no verlo en este lado del cielo. Soy alguien que ora sin cesar como esposa, madre, futura abuela (porque sus hijos son aún pequeños) y por las generaciones por venir. A través de mí, la voluntad de Dios se hará.
Ahora, ella está en busca de esas puertas abiertas. Heidi era una enemiga de Cristo, pero Dios abrió su corazón. Dios abrió para ella la puerta de la salvación, y ahora le está abriendo la puerta de servicio y el poder ser usada por Dios para traer a otros a Cristo.
Jesús dice: «porque tienes un poco de poder, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre».
Camina a través de esas puertas que Él abre y entonces ve como en el tiempo de Dios y en los caminos de Dios, incluso los adversarios de Cristo vienen a postrarse a los pies de Cristo y a reconocer que Él es el Señor.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth ha compartido palabras de vida a cualquier persona que se siente impotente hoy.
¿Sabías que hay un gran poder en la gratitud? Eso es lo que Nancy dice en el primer capítulo de uno de sus libros. El capítulo se titula, «El poder de la gratitud». Este libro «Sea agradecido», te mostrará por qué la gratitud es tan importante y te enseñará cómo liberar el poder de la gratitud en tu vida. Incluye una guía devocional de 30 días, perfecto para tus tiempos de quietud.
Puedes obtener tu copia de este libro en tu librería cristiana favorita o a través de la transcripción de este episodio en nuestra página web avivanuestroscorazones.com.
Hemos estado estudiando el libro de Apocalipsis durante estas semanas y no hemos estado hablando necesariamente de los asuntos que las personas normalmente asocian con este libro de la Biblia. Mañana continuaremos en nuestro estudio a la carta a Filadelfia, y exploraremos la segunda venida de Cristo.
Acompáñanos aquí, en Aviva Nuestros Corazones.
Perseverando en Cristo juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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