La hospitalidad no requiere hogares perfectos
Débora: Erin Davis nos reta al recordarnos que el propósito de un hogar es ponerlo al servicio de los demás.
Erin Davis: Queremos tener una casa hermosa, pero no necesariamente queremos brindar hospitalidad. Queremos una casa de portada de revista, pero nadie que la desordene.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 12 de julio de 2024.
En el episodio de ayer dimos inicio a la serie titulada: «Un nuevo aliento de vida». Esta serie se basa en la historia bíblica de la mujer sunamita que encontramos en 2 Reyes capítulo 4. Aprendimos de la importancia de la hospitalidad con el ejemplo de esta mujer, quien fue hospitalaria con Eliseo, el profeta de Dios.
Hoy, antes de continuar con la enseñanza de Nancy, escucharemos de algunas oyentes que han sido impactadas con este tema de la hospitalidad. Creo …
Débora: Erin Davis nos reta al recordarnos que el propósito de un hogar es ponerlo al servicio de los demás.
Erin Davis: Queremos tener una casa hermosa, pero no necesariamente queremos brindar hospitalidad. Queremos una casa de portada de revista, pero nadie que la desordene.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 12 de julio de 2024.
En el episodio de ayer dimos inicio a la serie titulada: «Un nuevo aliento de vida». Esta serie se basa en la historia bíblica de la mujer sunamita que encontramos en 2 Reyes capítulo 4. Aprendimos de la importancia de la hospitalidad con el ejemplo de esta mujer, quien fue hospitalaria con Eliseo, el profeta de Dios.
Hoy, antes de continuar con la enseñanza de Nancy, escucharemos de algunas oyentes que han sido impactadas con este tema de la hospitalidad. Creo que escuchar de ellas nos ayudará a hacer de este tema algo práctico y personal.
La primera oyente comparte con nosotras un ejemplo que recuerda de cuando ella era niña.
Trudy Jackson: Si alguien llegaba a casa de mi madre no importaba la hora del día que fuera, ella siempre sacaba comida, pan, galletas. Siempre había comida, era imposible haber crecido teniendo hambre. Así que no sé si ella tenía un espíritu hospitalario, pero siempre fue así, yo no sé si ella simplemente tenía el don de hospitalidad, pero siempre tenía ese sentir.
Mi hermana y yo no somos tan generosas como mi madre. No cocinamos, no horneamos tan seguido. No sé si es un arte que está muriendo, pero creo que muchos de nosotros que estamos en nuestros 50, recordamos que la generación anterior siempre tenía comida lista para dar.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Yo también lo recuerdo así, pero hay algo que nosotras necesitamos recordar, especialmente a la generación más joven. No tienes que ser un chef gourmet. No tienes que ser una profesional de la repostería. No tienes que ofrecer nada exquisito o extravagante para ser hospitalaria. Me refiero a que puedes ofrecer hospitalidad como lo he hecho yo con palomitas, galletas u otras cosas que no son nada saludables y que no mencionaré.
Aquí estamos hablando del corazón. Creo que muchas veces somos intimidadas con la idea de hospitalidad porque creemos que la casa tiene que estar perfecta e impecable, ese no es el punto. El punto es que abramos nuestros corazones y les demos la bienvenida a las personas en nuestro espacio.
Lo que estamos haciendo es darles la bienvenida a nuestras vidas. Y decimos: «me importas, quiero servirte, quiero bendecirte». Una manera de hacerlo es a través de la comida. Tratamos de decir de cualquier forma que podamos, «aquí hay un espacio donde podemos disfrutar de la compañía unos con otros y de la comunión unos con otros».
Y déjenme decirles también, cuán agradecida estoy por estas amigas que saben cocinar, hornear y proveer platos saludables y deliciosos. Tengo a Jennifer aquí, estuve en tu casa no hace mucho. Tu suegra y tú prepararon una comida deliciosa, hecha en casa. Para mí fue un gran honor tener una comida casera.
Así que como sierva del Señor, qué bendición ha sido experimentar el regalo de la hospitalidad de parte de otros. No subestimes el poder y el regalo de lo que es servir a tu familia, invitados y a otros de esa manera en tu hogar.
Mujer 1: Tengo seis hijos. Hace un año y medio nos mudamos a una casa más grande en una propiedad que tenía una casa de huéspedes, para que pudiéramos hospedar a mis suegros. A veces ha sido un reto tenerlos tan cerca, pero de la misma manera ha sido una bendición, incluso el tener espacio en la casa para recibir invitados.
Con todo y los niños, en mi mente lo sé y creo que Dios nos ha llamado para a poner en práctica la hospitalidad y compartir lo que tenemos. Sin embargo, es con la actitud de mi corazón con lo que lucho en ocasiones. Porque se trata de hacerlo con un corazón gozoso, no solo de hacer lo que sé que Dios me ha llamado a hacer. Así que este programa me ha ayudado a recordar que necesito servir con un corazón gozoso también.
Nancy: La motivación del corazón hace la diferencia, ¿no es así? Algunas veces otros no pueden decirlo, pero nosotras lo sabemos.
Erin: He estado sentada aquí pensando, que este programa será un alivio para que las mujeres sepan que no tienen que ser esclavas de Pinterest. Soy una reclusa de la tecnología, porque no sé nada de manejarla. Pero creo que la red social Pinterest se parece mucho a lo que son las portadas de revista y los centros comerciales, una fuente de condenación.
La mujer sunamita me confrontó. Ella dijo: «Bueno, le daré una habitación, una cama, una mesa y una lámpara, solo voy a cubrir sus necesidades y eso será suficiente».
Así que creo, como tantas veces nos sucede como mujeres jóvenes, que estamos retorcidas. Queremos tener un hogar hermoso, pero no necesariamente queremos brindar hospitalidad. Queremos tener la casa de portada de revista, pero a nadie capaz de estropearla.
Es típico que mi casa esté llena de adolescentes, son tan fáciles de complacer, en diversas formas. Quiero decir, pizza y refrescos y estamos listos. Me encanta eso. Dios nos dio la bendición de mudarnos recientemente a una casa más grande, con una granja, un gran patio y una cabra. Ha sido un privilegio tener más, para dar más.
No creo que sea algo que la mujer joven de hoy haya escuchado tanto para entenderlo. Suelen creer la mentira de que debe ser una casa que luzca como las que están en Pinterest.
Nancy: Kim es otra invitada, su esposo y ella tienen un verdadero corazón para ministrar a otros en su hogar. ¿Puedes contarnos como ha sido una bendición para ustedes dedicar su hogar a la hospitalidad?
Kimberly Wagner: Oh, a mí me encanta tener visitas en casa, realmente lo disfruto, no lo hago tan seguido como me gustaría o como solía hacerlo antes, pero disfruto mucho recibir personas en casa. Esto los bendice a ellos, pero te puedo decir que cuando estoy limpiando y ordenando todo, luego de haber tenido un grupo grande, es un momento dulce de reflexión y de meditación sobre el tiempo compartido y sobre las conversaciones de lo que Dios está haciendo en la vida de cada uno.
Pienso en una gran fiesta de cumpleaños que organicé una vez para una amiga. Ella fue capaz de escuchar a tanta gente acerca de cómo ella había bendecido sus vidas y fue alentador para ella. Y pienso en mi amiga que está sentada a mi lado, ella es soltera y vive sola, pero ha preparado su casa con tres dormitorios muy lindos. Ella abre su casa todo el tiempo a las personas que visitan la ciudad.
Nancy: Sí, ella ha intentado que me quede en su casa.
Kimberly: Nancy, ella te ha invitado tres veces. Tienes una invitación pendiente. Todo el que se hospeda en su casa dice: «Nunca he dormido en una cama tan buena. Nunca antes había dormido tan bien». Y ella hasta tiene juegos para los niños de todas las edades y para adultos también. Es un lugar de entretenimiento.
No necesariamente una asombrosa exhibición de Pinterest, pero es muy cómodo y atractivo. Y simplemente pienso que eso refleja el corazón de Dios. Como si Él dijera: «Ven, siéntate a mi lado y déjame amarte». Me encanta hacer esto en mi casa, e ir a la casa de las personas que lo hacen porque reflejan el corazón de Cristo.
Angela Temples: Recientemente, una señora que acababa de salir de la cárcel vino a vivir conmigo. No la conocía de antes y ha sido bien difícil. Soy soltera y no tengo una casa tan grande, pero he sentido al Señor decir: «Es tiempo de recibirla en tu casa».
Hubo momentos en que quería abrir la puerta y sacarla. Pero como compartías antes, si el Señor te ha llamado a hacer algo, aunque sea difícil, tienes que hacerlo porque no sabes el impacto o la influencia que puedes estar teniendo en la vida de alguien. Sé que muchas de mis amigas han dicho: «Ángela no puedo creer que estés haciendo esto… solo verte haciéndolo».
Y yo les digo: «No soy yo, porque yo no lo quiero hacer». Así que ha sido muy difícil.
Nancy: Pero ¿qué nos puedes decir de la bendición de hacer todo esto?
Angela: Realmente ha sido una bendición también. Ella conoció al Señor en la cárcel y ha seguido creciendo. Está trabajando en nuestro campamento para familias, limpiando las casas. Está siempre cerca para ayudarme. Como he estado viajando mucho con el ministerio, ella está ahí para atender algunas cosas y hacer tareas que no puedo hacer porque estoy de viaje.
Nancy: Pienso que es como un diamante en bruto. La forma como la recibiste en tu casa, es una imagen de Cristo dándole la bienvenida a su hogar y a su corazón y ella va a dar frutos. Ya ha tenido tantos cambios en su vida y creo que es un tiempo para que ella conozca que es bienvenida en la familia de Dios. Tú le estás demostrando eso de una forma muy poderosa que va a impactar su vida profundamente.
Vicki Rose: Actualmente tengo el nido vacío. Pero cuando mis hijos eran adolescentes, tenía el congelador repleto de galletas precocinadas. No sé qué cosa es esta de Pinterest, pero un par de amigas se burlaban de mí porque yo no horneaba nada en casa.
Me crié en la ciudad de New York y teníamos una cocina muy pequeña. Así que nuestra versión de hornear era sacar un rollo de galletas precocinadas. ¿Saben todas lo que es esto? Compras masa de galletas lista para ser puestas en un molde e inmediatamente hornearlas. Esa era nuestra versión. Algunas de las amigas de mi hija aún me consideran su segunda madre y vienen de visita ahora que son adultas y están casadas. Así que la hospitalidad definitivamente se manifiesta de maneras diferentes.
También quiero mencionar que a veces mi esposo y yo estamos en páginas diferentes. Yo siempre quiero tener a todo el mundo en casa. Una de las cosas por las que he estado orando, es el poder respetarlo más y honrarlo en nuestra casa y esperarlo, en lugar de invitar a cualquiera, sin antes asegurarme de que nuestros corazones están en sintonía y él también quiere hacerlo. Esto ha sido de mucho beneficio y emoción, el verle crecer en querer servir de esta forma. Entonces, cuando tenemos invitados, estamos juntos en esto y es algo bueno. Creo que era importante destacar esto.
Nancy: Podemos ver esto en el caso de la mujer sunamita. Antes de ella construir una habitación y agregar una habitación a su casa, ella habló con su esposo sobre el tema.
Vicki: Sí, eso es algo que es bueno hacer.
Nancy: Estar en la misma página. Muchas de ustedes pueden estar casadas con hombres más introvertidos, que no son el centro de la fiesta. Es necesario que seas sensible a eso porque tu esposo, para aquellas que están casadas, es más importante que el invitado.
Las Escrituras nos enseñan que ser hospitalarios es una cualidad para ser anciano o diácono, o ser líder en la iglesia. Ahora, eso no significa que tu casa siempre tiene que estar llena. Pero sí, quiere decir que tengas un corazón cálido y acogedor, y uses las cosas que Dios te ha dado para ser una bendición para otros. Así que recomiendo darle espacio a tu esposo para crecer en ese tema.
Pero también date cuenta que muchas veces Dios puede estar usando a tu esposo para protegerte de hacer una reunión todas las noches. Él puede darse cuenta de que esto está extendiéndose más allá de lo razonable para esta etapa de tu vida. Es por eso que Dios los unió el uno al otro, para que se ayudaran mutuamente, para que pudieran equilibrarse. Pero que sea un tema de diálogo, como esta mujer hizo con su esposo. Ora, busca al Señor y di: «¿Cómo podemos usar lo que Dios nos ha dado en esta temporada para ser una bendición para otros?»
Marcie Rose: Me siento tan fortalecida en mi corazón ahora mismo. Solo oro para que el Señor tome nuestros corazones y ponga Sus deseos en ellos para hacer esto, porque por nuestros propios deseos realmente no lo haríamos.
Oro, para que el Señor ponga en cada uno de nuestros corazones a una persona, un vecino, un amigo o aquella persona, que hace mucho no vemos. Oro, para que Él traiga sus rostros a tu mente y tu corazón, y que seamos intencionales y respondamos en obediencia diciendo: «Sí, Señor».
Yo sé que siempre que hago una pausa siento al Señor dándome un codazo o un empujoncito, pero yo me detengo. Creo que el egoísmo o cualquier cosa se pone en el medio. Así que, realmente, oro para que el Señor ponga a alguien en cada uno de nuestros corazones y que digamos: «Sí, lo haré». Y que estas personas conozcan al Señor, quizás algún alma perdida se salve.
Lori Benson: Yo educo a mis cuatro hijos en casa, y más o menos cada dos semanas recibimos un pequeño grupo de niños. En total vienen unos treinta. Creemos en: «Sed fecundos y multiplicaos». Así que mi hogar muchas veces está totalmente destrozado. Esto sucedió justo a tiempo porque hemos dirigido un grupo pequeño por unos diez años y siempre tuvimos a los chicos presentes, no con nosotros mientras conversábamos, pero siempre había cuido de niños. Ellos tenían aparte una lección bíblica para ellos, pero nosotros entendimos que era importante que vieran como sus padres se reunían a orar.
Honestamente, estoy un poco cansada y agotada. Y estar hoy aquí y saber escuchar al Señor hablando a mi corazón, «esto es bueno, el que recibas este grupo de niños en casa, está bien»; me recordó que después de diez años, muchos de ellos empezaron pequeñitos y han crecido tanto. Y nuestros hombres jóvenes en el grupo, se están preparando para comenzar a enseñar la Biblia a los niños nuevos que tengamos. Así que ha sido una bendición y he sido muy bendecida al estar aquí, porque realmente he estado muy cansada. Gracias.
Nancy: Y es ahí donde debemos buscar ser llenadas para poder dar a los demás. Tomen en cuenta, que la mujer de Sunem no tenía siempre la casa llena todo el tiempo. Así que es en ese aspecto que necesitas discernimiento y sabiduría, y buscar al Señor y decir: «¿En este tiempo de nuestra vida, a quién quieres que ministremos?» Así que, puede que Dios no te haya proporcionado un lugar para ministrar treinta niños, o puede que no sea el tiempo adecuado para que tu esposo y tú utilicen la casa de esa forma. Así que, no te compares con nadie. No entres en un túnel de culpa por lo que no estás haciendo o te llenes de orgullo por lo que estás haciendo. Pregúntale al Señor en esta temporada. Si estás casada, pregúntale a tu esposo: «En este tiempo juntos, ¿cómo podemos usar lo que Dios nos ha confiado para bendecir a otros?»
Sarah: El mensaje de hoy, a mí me ha ministrado. Mi casa siempre ha estado abierta a todo el que quiere visitar. Y la forma como esto se ve, ha ido cambiando con los años. Antes de tener hijos, intentábamos ministrar a otras parejas e incluso estábamos involucrados en el ministerio juvenil y recibíamos jóvenes en casa.
Cuando mis hijos nacieron, iban a la escuela pública y wao, qué gran ministerio. Como una familia se ve hoy, no es necesariamente como se ven todas. Y tengo que decirles que los niños que venían a cenar, venían a nuestra casa como las demás mujeres han estado diciendo. Es algo grande dentro de lo que es la hospitalidad. Porque muchos niños no son expuestos a esto. No tienen ni idea de lo que es una familia, incluso en hogares cristianos en los que todo el mundo está tan ocupado.
Pero la hospitalidad sí evoluciona con los años, y realmente es un legado que como madres y aún las mujeres solteras debemos dejar. Siento que muchas personas les han dado tanto a nuestros hijos. Y aún ahora mientras escucho a Nancy hablar, tengo una hija que es soltera y está en el Instituto Moody. Ella está lidiando con la soltería mientras la gente que la rodea dice: «Tienes que tener a alguien más en tu vida». Y ella me dice: «Mami, yo solo quiero estar contenta donde estoy y con lo que Dios hará con mi vida».
De todos modos, creo que la hospitalidad puede verse de distintas maneras, como por ejemplo para un individuo, una familia, un grupo de personas jóvenes o adultas. En esta etapa de mi vida, mi corazón está en la generación mayor, que está siendo dejada fuera. Se necesita tanta sabiduría… pienso que podemos ministrar más eficientemente a este grupo de la sociedad. Así que de nuevo, las etapas de la vida y cómo la hospitalidad puede lucir en cada una, puede variar bastante.
Nancy: ¡Esto es genial! Y esta es una buena palabra de una mujer que ha pasado por algunas de estas situaciones. Escuchemos a otra mujer, una oyente más.
Mujer 2: Cuando pienso en un ejemplo de hospitalidad, pienso en mi madre. En una casa de dos habitaciones crecimos cuatro hermanas. A mi padre y a mi madre les hicieron quedar en el sótano cuando estábamos más jóvenes. Pero ellos siempre recibían misioneros.
Recuerdo un tiempo en particular cuando se hospedó una pareja, las cuatro niñas nos quedamos en una habitación. Entonces el pastor le dijo a mi madre: «Diana necesitamos más espacio, vienen dos personas más, y no tengo dónde hospedarlos». Así que todos nos salimos de las habitaciones y se las cedimos a los misioneros. No importa cuánto tengas, simplemente debes estar dispuesta a usarlo para servir a otros.
La bendición de todo esto fue que dos hijos de uno de los misioneros se casaron con dos de mis hermanas. Nunca sabes los planes que Dios tiene. Pero Dios me ha bendecido con el maravilloso ejemplo de mi madre. Así que ahora disfruto la cosecha de seguir ese ejemplo hospedando personas yo misma. Dios nos ha bendecido a mi esposo y a mí con la habilidad y el espacio para hacerlo. Una casa llena es siempre una casa buena.
Débora: Has estado escuchando las experiencias de un grupo de oyentes de Aviva Nuestros Corazones. Ellas han compartido con nosotras ejemplos y conceptos prácticos sobre la hospitalidad. Esta conversación forma parte de la serie titulada: «Un nuevo aliento de vida», basada en 2 Reyes 4.
El día de ayer Nancy inició una enseñanza acerca del tema de la hospitalidad, y nos relató el ejemplo de una mujer que fue hospitalaria con Eliseo, un profeta de Dios. Antes de finalizar el episodio de hoy, Nancy regresa brevemente para compartir algunas razones por las que debemos ser hospitalarias.
Nancy:
- La hospitalidad es una de las maneras más prácticas para expresar el amor de Cristo. Así es como las personas pueden saber que los amamos y nos obliga a amarnos unos a otros como creyentes a través de la hospitalidad.
- La hospitalidad refleja el corazón de Dios. Tenemos un Dios hospitalario. Cuando practicamos la hospitalidad, mostramos al mundo lo que Él es.
- La hospitalidad es una excelente manera de construir la unidad y la comunidad con otros creyentes. Es una forma de conocernos mejor. Entrar en la vida del otro, simplemente no sucede dentro de las cuatro paredes de la iglesia. En la iglesia podemos conocernos, pero después podemos ir a nuestra casa y crear un clima de verdadera comunión y de amor.
- La Biblia promete recompensas para aquellos que practican la hospitalidad. Hay algunas de las bendiciones que tú nunca experimentarás, a no ser que abras tu hogar a otros. Y esas recompensas, por cierto, no son solo aquí en la tierra, hay algunas recompensas prometidas en el cielo para aquellos que son hospitalarios.
- La hospitalidad es una de las maneras más eficaces de crear hambre de Cristo en el corazón de los no creyentes. Algunas personas que no se atreven a pasar por las puertas de una iglesia, sí entrarían a tu casa. Ahí es donde podemos empezar a compartir con ellos el amor de Cristo.
- La hospitalidad te ayudará a lidiar con la soledad y la depresión. Pienso en los que son solteros, o aquellas que son viudas o divorciadas y viven solas y tienen que lidiar con la soledad y el desaliento. La hospitalidad es una forma de lidiar con eso.
- La hospitalidad nos ayudará a lidiar con el egoísmo. Ahora, sé que nuestra audiencia no tiene problemas con el egoísmo. Pero tengo que decirte que yo tiendo a ser egoísta. La hospitalidad es una manera de encontrarse con ese egoísmo y romper con ese instinto egoísta natural.
- La hospitalidad te ayudará a lidiar con el materialismo y te ayudará a obtener una perspectiva de la eternidad.
- Si tienes hijos, la hospitalidad es una excelente forma de cultivar en tus hijos un corazón para el ministerio y un corazón para servir a otras personas.
- Si no hubiera otras razones, esta sería la razón suficiente. Y es que Dios nos manda a ser hospitalarias. Si tú eres hija de Dios, tengo noticias para ti, la hospitalidad no es una opción.
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha dado diez razones por las que debemos ser hospitalarias. Espero que esta enseñanza te haya animado a dar de lo que Dios te ha dado, como sea que luzca en esta etapa de tu vida.
Sabes, si no estás satisfecha con lo que tienes hoy, ahora, no lo estarás teniendo más cosas. En la continuación de su enseñanza, Nancy nos hablará acerca de cómo podemos crecer en contentamiento, así que asegúrate de escuchar el próximo episodio de Aviva Nuestros Corazones.
Adornando el evangelio juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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Recursos del Episodio
Serie, «El corazón de la hospitalidad»
Libro, «Sea agradecido»
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