De transgénero a trasformada
Laura Perry empezó a ver a Dios como distante y cruel, como un Dios que se sentaba y se reía de su dolor. Decidió que no quería tener nada que ver con ese tipo de Dios. A los quince años, Laura le dijo a Dios que nunca más le serviría y se alejó de su fe. Únete a nosotros en Arraigadas y conoce el testimonio de esta mujer y de cómo Dios transformó su vida de una forma maravillosa.
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