Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. - Tito 2.3-5
El ministerio de Aviva Nuestros Corazones ha sido un especial regalo que Dios ha puesto en mis manos y en mi corazón; además de instruirme, edificarme y retarme cada día, me ha permitido crear lazos de amistad con mujeres de muchas partes del mundo y de mi propio país, Colombia; mujeres que aman al Señor y que tienen un deseo enorme de contarles a otras lo que Dios por gracia les ha enseñado a ellas a través de Su Palabra y de este hermoso ministerio.
Uno de esos preciosos deseos que Dios ha colocado en sus corazones, es el de iniciar un grupo de mujeres en sus casas o iglesia local, el cual trae consigo interrogantes a sus mentes: ‘¿Cómo sería esto?’ ‘¿Cómo podría dar inicio a un grupo de mujeres que desean agradar a Dios abrazando Su Diseño Divino para la feminidad?’
En todo este tiempo mi consejo ha sido ‘orar’: orar para que Dios sea quien vaya delante y orqueste todo; orar para que si es Su voluntad, ese anhelo también esté en el corazón de sus pastores; y orar para que Dios les dé un corazón dispuesto y enseñable a cada una de las mujeres que desean alcanzar.
Aunque no parezca “tan complicado” esto de iniciar un grupo de mujeres, hay algunos temores que a lo largo de este año he ido escuchando y percibiendo, algunos de los cuales son:
-
No me siento capacitada para hacerlo. No soy la anciana descrita en Tito 2. (Mi exhortación: Nunca estaremos lo suficientemente preparadas de este lado de la eternidad, es Su gracia y Su poder que nos ayudan).
-
Las jóvenes de la iglesia desean ser mentoreadas por mujeres que literalmente cumplan el currículo de Tito 2:3-5. (Mi exhortación: Nunca las encontrarán, es la gracia del Señor lo que hace la diferencia).
-
No soy una teóloga. (Mi exhortación: Sólo necesitas amor por las Escrituras, vivir en ella y un anhelo intencional de poner por obra Su Palabra).
-
En el pasado me equivoqué tanto que no creo tener nada que enseñar a otras (Mi exhortación: Todas nos hemos equivocado, pero Dios ha hecho TODO nuevo).
Hoy mi intención es animarlas a través de un bonito testimonio de una niña de 8 años llamada Valery, hija de una hermana miembro de mi iglesia local, para que en este 2017 todo temor sea llevado a los pies de Cristo y con la confianza de que toda obra es del Señor y que Él es quien la sostiene, se atrevan, así como lo hizo la Mujer Samaritana a pasar el mensaje del Señor a otras mujeres (Jn. 4:28-29), Su evangelio, Su diseño y Su rol.
Dios colocó en el corazón de Valery enseñar a otras niñas, el libro Mujer Verdadera 101, Valery observó a su mamá discipular a otra mujer, mientras que sus hijas jugaban con ella, al ver esto, Valery le pidió a una de sus maestras de escuela dominical que le ayudara a preparar las lecciones del libro que las mujeres de su iglesia estaban estudiando, para que así, semanalmente ella pudiera aprovechar ese mismo espacio y enseñar a las otras niñas. Cuando me enteré, quedé muy sorprendida e indagué sobre qué la motivó a tomar esa iniciativa, ella me contó en sus palabras lo siguiente:
“Yo principalmente me inspiré por una mujer que se llama Nancy, ella tiene un programa de radio llamado Aviva Nuestros Corazones, lo he escuchado y quise que el Señor me use para enseñar a otras personas, y oraba por eso.”
Oramos para que Valery se mantenga en los caminos del Señor y siga dando frutos para vida eterna.
¿Te motiva este testimonio? ¿Qué podemos aprender del mismo?
-
Dios es quien coloca el deseo.
-
Dios usa a otras personas que nos inspiran a tomar retos.
-
Dios usa el ministerio para que incluso una niña sea motivada a enseñar a otros lo que por gracia recibe.
-
Dios nos ofrece el medio de gracia, la oración, para que esos anhelos de nuestro corazón puedan ser bañados por Su gracia y se materialicen en Su tiempo.
No importa la edad o si cuentas o no con una licenciatura en teología, pues si conoces a Jesucristo, amas Su Reino, Su Palabra y eres llena de Su Espíritu Santo estás lista para compartir Su mensaje.
¡Atrévete y asume el reto de ser una Maestra del bien, aunque te sientas pequeña!
Ayúdanos a llegar a otras
Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Mujer Verdadera?
Donar $3
Únete a la conversación