Una cita divina

¿Nunca te ha ocurrido que conoces a una persona y te parece que la conocieras de toda la vida? ¿No te ha ocurrido que luego de ese encuentro tu amor por el Señor es avivado y te sientes energizada para seguir adelante?

Hay personas que ‘dan’ sin proponérselo. Su risa fácil y su alegría y su amor por el Señor es contagioso.  De su boca sale testimonio tras testimonio, tras testimonio de la obra de Dios en su vida. Así de lleno ha de estar su corazón de Dios.

“Porque de la abundancia del corazón habla la boca.” Mateo 12:34 

Recientemente Dios me dio el privilegio de conocer y compartir con una persona así. Ella estaba en el país ministrando cerca de la ciudad, y un grupo de nosotros tuvo un encuentro con ella alrededor de una cena.  Su nombre es Dámaris Carbaugh. Dios nos regaló un tiempo maravilloso junto a ella y su esposo, Rodney.

Dámaris ha conocido el éxito en el medio artístico de Nueva York. Ella es cantante profesional y fue una voz conocida en comerciales de los Estados Unidos, así como solista del Brooklyn Tabernacle de Nueva York. Pero esto no es importante para ella; más que perseguir una carrera, ella anhela ser hallada fiel. 

“Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo.” (Filipenses 3:8) 

De risa fácil, de trato afable y a la vez cautivador, ella tiene una habilidad asombrosa de comunicar Su amor por el Señor y sus emociones, todo ello sometido al control de la Palabra de Dios. La forma cómo incluía a su esposo en la conversación y la forma cómo hablaba de su familia, dejaba entrever claramente que su prioridad eran ellos, aun en medio de sus invitaciones ministeriales.

Este encuentro y la conversación de la noche me hizo reflexionar y me retó en algunas áreas:

  1. ¿Qué tanto reflejo yo el gozo del Señor con mis actitudes y mis palabras?
  2. ¿Qué tan lista estoy para compartir con otros los testimonios de la obra de Dios en mi vida?
  3. ¿Uso mi propia peregrinación espiritual y mi experiencia personal con Dios para ministrar a otras personas?
  4. ¿Manifiestan mis palabras que mi corazón está lleno de Dios y de Su Palabra?
  5. ¿Me he comprometido con ser fiel y de colocar el Reino de Dios antes que mi propio reino y que el  alcance de mis propias ambiciones personales?
  6. ¿Manifiesto con mis palabras que amo a mi familia? ¿A mi iglesia local? ¿La obra de Dios?
  7. ¿Le pedido a Dios amor por las personas que ministro? ¿Le he pedido amor por los difíciles de amar?
  8. ¿Soy honesta con mis fracasos, mis luchas y mis pecados?
  9. ¿He aprendido a aceptar con gozo los “NO” de Dios y sus interrupciones a mi agenda?
  10. ¿Qué sabor le dejo a los demás luego de compartir con ellos? ¿Los animo a ir a la Palabra de Dios? ¿Los animo en su fe o los dreno con mis quejas?

Gracias Dámaris por retarme en tantas áreas y por hacer un impacto en mi vida en tan corto tiempo.

“…y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras” (Heb 10:24).

¿Y tú? ¿Eres de las personas que ‘dan’ o de las que ‘restan’? ¿De qué forma te retan estas preguntas?

 Puedes obtener más información sobre Dámaris Carbaugh aquí: www.damariscarbaugh.com

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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com

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Sobre el autor

Laura González-De-Chávez

Laura vive en Illinois, Estados Unidos. Es esposa de Fausto. Su pasión es discipular a las mujeres de todas las edades con el fundamento sólido de la Palabra de Dios y ayudarlas a vivir de acuerdo a la fe que … leer más …


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