¿Un hogar o una casa? - Primera parte

«La mujer sabia edifica su casa, mas la necia con sus manos la derriba» Proverbios 14:1

 Estás comprando algo en el supermercado y cerca de ti, dos mujeres jóvenes están conversando sobre sus trabajos en importantes compañías. Hablan de sus logros, éxitos, y sus posesiones. De repente una de ellas pregunta: Hace tiempo que no sé de Alicia, ¿la has visto?
La otra amiga responde: La pobre, tanto estudiar y lograr honores para terminar cambiando pañales y cocinando! ¡Que desperdicio!

¿Has escuchado conversaciones como ésta? Seguro que sí, pues son muy comunes hoy. Dondequiera que vamos se levantan voces censurando que las mujeres hagan lo que hicieron por siglos, desde que Dios mismo formó la primera familia: ser dadoras de vida; criar y formar hijos; cuidar de su esposo y de su hogar.

¡Nuestras abuelas se hubieran escandalizado con estas conversaciones! Pero hoy las mujeres han escuchado y dado lugar en su corazón a las ideas feministas y le han dado la espalda a ser esposas y madres y han procurado salir de sus casas. Nos han convencido de que esto es «progreso», «necesidad» o «lo normal en este tiempo».

Ellas levantan la bandera de «libertad» del diseño de Dios, y se llaman a sí mismas feministas, y algunas lo son sin darse cuenta. Deberían llamarse mas bien «anti-feministas», porque atentan contra lo que el Dios creador diseñó como el rol de una mujer.

¿Sabes lo que es peor? Estas ideas han entrado en nuestras iglesias y las hemos aceptado como verdaderas. Hemos «llamado a lo malo bueno y nos hemos vuelto sabias ante nuestros propios ojos». Isaías 5:20.

Pero esa no fue la intención de Dios; la voz de Dios, es decir, Su Palabra nos muestra Su Voluntad. El formó el primer matrimonio y les mandó a multiplicarse; a tener descendencia y a cuidar la tierra. (Génesis1:28). Desde allí y a lo largo de todas las Escrituras, Dios se ha encargado de instruirnos en Su Plan para nosotras.

La Biblia en Proverbios 31 nos habla de esa mujer que su valor es tan grande que sobrepasa por mucho todas las piedras preciosas o riquezas materiales. Además nos enseña a imitarla. ¿Sabes por qué ella es tan valiosa? ¡Por que ella teme al Señor, se rinde ante Su diseño y cuida su casa! Un reflejo de esto es que ella le da a su marido el bien y no el mal todos los días de su vida (v.12). Por esta razón «el corazón de su marido está en ella confiado» (v.11). Pero además, activamente ella procura el bienestar de los suyos, mostrándonos algunas hermosas características que debemos imitar:

  • Era una mujer diligente, laboriosa, productiva y emprendedora: «Busca lana y lino y trabaja con sus manos» (Proverbios 31:13). Observemos que ella no está ociosa ella va por el lino ni y lo hila.  Ella los ama y les muestra su cuidado.
  • Su prioridad era el bienestar de los suyos por encima de ella misma y de cualquier otra cosa, aun de su cansancio o estado de ánimo: «Se levanta aun de noche, y da de comer a su familia y ración a sus criadas» (v.15). «Su familia esta vestida con ropas dobles» (v.21).
  • Lo más hermoso que hay en ella es que «la fuerza y el honor son su vestidura, y se ríe de lo porvenir» (v.25).

Es decir, este versículo nos habla de su carácter, de su interior. Por ende, no solo lo externo es digno de imitar de ella, sino también sus actitudes. Vemos su temor y confianza en el Señor, quien es el Dios de todas sus circunstancias y de su provisión.

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Sobre el autor

Elba Ordeix de Reyes

Esposa de Roby y madre de tres hijos adultos: Gabriel, Anna Gabriela y Andrés. Abuela de Noël, Lucas, Olivia, Vera y Julia Ann.

Anhela vivir una vida Coram Deo o en Su presencia cada día. Tiene pasión porque las mujeres … leer más …


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