Un grito de guerra: lucha de rodillas por los pródigos

Imagina un salón lleno con cientos de mujeres. Antes de la oración final, la conferencista examina el salón y pregunta: «Si estás orando por un pródigo, ¿podrías ponerte de pie?».

Si estuvieras en ese salón, ¿te pararías? ¿Serías una de las mujeres con lágrimas en sus ojos rodeada de abrazos, sosteniéndote en su dolor?

Esa fue la escena esa tarde al final de la preconferencia True Woman ‘22, «Género y la Sexualidad: Claridad en tiempos de confusión». La sesión cerró con todas las conferencistas en el escenario, rogando al Señor por esta situación de quebranto en la sexualidad en nuestros países, nuestras iglesias, nuestros hogares y nuestros corazones.

¿Te unirías a esta guerra? 

Imprime estas oraciones, y cuando lleves tu dolor ante la presencia de Dios, recuerda: el Cielo gobierna, el Cielo escucha.

Clama por tu país

• Señor, venimos en reconocimiento de nuestro quebranto. Te hemos rechazado como nuestro Creador y nos hemos puesto a nosotros como Dios. Esa es una mentira que merece tu disciplina, pero Tú eres compasivo y amoroso. Tú no quieres que ninguno perezca. Por eso, Señor, oro que nos sostengas con tu mano.

• Padre, ruego por tu ayuda: ayúdanos a ser fieles. Que podamos, como tu pueblo, continuar intercediendo por los estados y las provincias en las que vivimos. Aun ante gran oposición, que podamos ser fieles en amar bien. Anhelamos que nuestros países sean impactados por el evangelio.

Clama por tu iglesia

• Señor, cuando ves a Tu novia, Tu iglesia, la ves justa por medio de Cristo. Pero también ves que somos infieles a ti. ¿Harías hermosa a tu iglesia por medio de Tu poder?
• Nos arrepentimos de nuestra idolatría. Nos arrepentimos de nuestro pecado sexual. Nos arrepentimos de nuestra amargura y nuestra falta de perdón. Nos arrepentimos de nuestra altivez y nuestro orgullo. Enséñanos a confesar nuestro pecado siempre.
• Reconocemos que nosotros, como tu pueblo, nos hemos convertido en un obstáculo del evangelio en lugar de ser embajadores de él. Que el mundo nos vea y diga: «Wow, ¿cómo es que se aman entre ellos?». Enséñanos a amar como Tú nos amas. Esto es algo que no podemos hacer solas, pero podemos confiar que Tú lo harás en nosotras.

Clama por tu pródigo

• Dios, Tú sabes el nombre de todos los pródigos. Te alabamos porque nunca están fuera de tu alcance. Tú los puedes rescatar.
• ¿Acercarías sus corazones a ti? Es Tu bondad la que lleva al arrepentimiento, que ellos puedan ver una revelación más grande de quien Tú eres.
• Que se hastíen de su pecado, que realmente quieran ser liberados. Pon sus pies sobre la Roca.
• Crea un testimonio de Tu poder en sus vidas. Que el enemigo se arrepienta del día que los engañó.

Clama por tu propio corazón

• Señor, ayúdame a ser una mujer que recuerda que Tú eres su Creador, y que Tú nos defines. Recuérdanos la verdad en cada cosa que hagamos y en cada manera en la que te representamos en el mundo.
• Ayúdanos a vestirnos del Señor Jesucristo, y que podamos ser mujeres cuyas vidas y cuerpos le muestren al mundo que «el evangelio está aquí».