Nancy DeMoss Wolgemuth: Nunca olvidaré cuando estaba sentada en el funeral de mi hermano de 22 años quien había fallecido en un accidente de tránsito. Nos preguntábamos por qué Dios lo había permitido si él era un joven apasionado con Cristo y estaba preparándose para el ministerio.
Un pastor en ese servicio trató estas preguntas diciendo “No es errado preguntarle a Dios ‘por qué’ siempre que no lo hagas levantando el puño recriminándole sino con un corazón que Le busca a Él.”
Pienso en esas palabras cuando leo las serias preguntas que hizo el profeta Habacuc al Señor. Él dijo ¿Hasta cuándo, oh Señor, pediré ayuda, y no escucharás, clamaré a ti: ¡Violencia! y no salvarás? ¿Por qué me haces ver la iniquidad, y me haces mirar la opresión?”
Los estudiosos se han debatido si Habacuc tenía un puño levantado contra Dios o un corazón que le buscaba, finalmente nadie tiene una respuesta definitiva. Tampoco nadie conoce tu corazón. Excepto Dios. Cuando lleves tus preguntas delante de Él, asegúrate de que no levantes el puño en Su contra y que tu corazón no busque solamente respuestas, sino a Dios Mismo.
Para Buscándole a Él, soy Nancy Leigh DeMoss.
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