Mary es una mujer guatemalteca que creció en un ambiente cristiano, cantaba himnos, conocía la biblia y trataba de portarse bien. Sentía que necesitaba de Dios para tener asegurado el cielo en el futuro, pero que ella podía hacer bien todas las cosas; pero, cuando formó su propio hogar y nació su primer hijo, sintió la necesidad de buscar más a Dios y encontrar respuestas en Su palabra. Ella encontró recursos que le ayudaron, como las enseñanzas John Piper, que la llevaron a darse cuenta de la oscuridad que había en ella y a entender la gracia de Dios en su vida. Mary nos cuenta que también encontró «como tener una anciana personal, con quien se toma un café por las mañanas», que la ha llevado a enamorarse de ser mujer y de ser mamá, que la guía, le enseña el propósito y cómo desempeñar ese maravilloso rol, sustentada en la palabra de Dios.
Tito 2:4 «enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos»
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