00:00
00:00

¿Tu familia ve a Cristo en Ti? Vive cada día vestida de Su amor

¿Estás vestida de Cristo? ¿Te revistes de Cristo cada día y tu familia lo nota?

Gracias a la obra de Jesucristo, por la fe, fuimos salvadas de la condenación que merecíamos, nosotras que alguna vez estuvimos lejos, muertas en delitos y pecados, ahora por la gracia de Dios y por causa de Su gran amor con que nos amó hemos recibido vida juntamente con Cristo. 

Este es el acontecimiento más importante que toda persona en la tierra pudiera llegar a experimentar y supone una transformación en nuestras vidas que debería ser evidente, dejando atrás al viejo hombre con sus malos hábitos y viviendo cada día con la mirada puesta en Cristo, aprendiendo de Él y siguiendo Su ejemplo. Pero, en ocasiones no luce así. A veces llegamos al final del día y caemos en cuenta de que no vivimos en consonancia con lo que decimos creer. Llegan a nuestras mentes las imágenes de las veces que pecamos contra nuestra familia; por ejemplo, cuando pudimos dedicar tiempo para escuchar con atención a nuestros esposos, pero elegimos, en su lugar, hacer una tarea del hogar que podía esperar o terminar un trabajo pendiente; o cuando nos enojamos con ellos porque no hacen las cosas exactamente como queremos; las veces en las que no miramos a nuestros hijos a los ojos, ni los afirmamos, ni animamos, por el contrario, pasamos todo el día dándoles órdenes.

No sé si soy la única, pero a mí me pasa. A veces pareciera que paso la gran parte del día vestida como el viejo hombre y no como lo que soy, una nueva criatura, escogida por Dios, santa y amada. 

En días como estos, Dios me ha hablado especialmente a través de Colosenses 3:12: «Entonces, ustedes como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia» (énfasis añadido).

El apóstol Pablo, luego de recordarles a los colosenses su identidad en Cristo (Col 3:3-4, 10), les exhorta a vivir vestidos de lo que son, a dejar de vivir como lo hacían antes y ser intencionales en vivir una vida coherente con lo que son, conforme al carácter de Su Salvador. Es como si Pablo les dijera: «Mortifiquen el pecado que aún queda en ustedes y sean intencionales cada día en elegir parecerse más a Cristo». 

Mi pregunta es: «¿Cómo lo hago?». Siento que es imposible para mí estar a la altura, y cada vez que fallo, me frustro porque no logro reflejar a Cristo, especialmente en el contexto de mi hogar, donde todos conocen muy bien quién soy y quienes saben de qué me visto cada mañana.

Y el versículo 13 me da la respuesta: «Soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes» (énfasis añadido).

Es decir, usa los recursos que la gracia del evangelio te ha dado para ser como Cristo. Pide a Dios que te llene de Su Espíritu para que su fruto sea evidente en ti (Gal. 5:22-23) y puedas tomar de Su poder para soportar y perdonar a los demás como Cristo lo hizo contigo. 

Es el evangelio, lo que Cristo ya hizo por nosotras, lo que nos impulsa cada día a extender gracia y servir mejor a nuestra familia como Cristo lo hizo con cada una.

Es el evangelio que nos impulsa a vestirnos de amor, cuando nuestra carne nos inclina a vestirnos de enojo. Es lo que hace posible que una familia de pecadores se arrepientan de sus pecados, se pidan perdón y terminen más unidos a través de un abrazo.

«Sobre todas estas cosas, vístanse de amor, que es el vínculo de la unidad». -Colosenses 3:14

¿Qué deberíamos hacer cuando parecemos estar más vestidas de enojo y palabras sin gracia que de amor? ¿Cómo podríamos cultivar el amor mutuo en nuestra familia y reflejar a Cristo?

-Cultiva tu relación con Cristodía a día a través de Su Palabra. Cuando nos exponemos a la Palabra antes de servir a la familia, nuestra mente es renovada y nuestra vida es transformada más a la imagen de Aquel nos salvó. Salimos con una mente y corazón enfocados, preparadas para mirar todo a través de los lentes del evangelio.

-Toma la decisión cada día de vestirte de Cristo. Pide a Dios en oración que te de la gracia y Su poder para vivir de manera consistente con tu nueva identidad en Cristo, para que puedas reflejar el carácter de Cristo siendo compasiva, bondadosa, humilde, mansa y paciente con tu familia incluso cuando parece que no lo merecen.

-Practicar el perdón unos con otros. Perdonar y pedir perdón, recordando que cualquier ofensa hacia Dios es mayor que cualquier ofensa que puedan hacerse unos a otros; sin embargo, por medio de la fe y por la gracia de Dios son perdonados. 

-Vístete de amor, sobre todo cuando lo natural sería no amar, recuerda que el Señor ha derramado Su amor en tu corazón por el Espíritu Santo (Ro. 5:5) y que experimentar ese gran e inmerecido amor te capacita para amar a tu familia cuando parece difícil o a veces imposible. Dios lo hizo con nosotros, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Ro. 5:8).

Hermana, si has fallado como yo, y a veces tu familia no te perciben que estés revestida de Cristo, recuerda que la misma gracia que te vistió de la justicia de Cristo, es la misma que sigue disponible hoy para que te revistas de tu Salvador cada día. Fija los ojos en Cristo, conócelo cada día más y lo que vas conociendo de Él practícalo en tus relaciones con los demás.

Si llegaste hasta aquí y al verte en el espejo de la Palabra no te ves vestida de Cristo, te tengo una buena noticia, esa vieja ropa que te avergüenza puede ser quitada hoy mismo por la gracia de Dios, cree en Cristo «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Jn. 3:16). Mi oración es que Dios te vista con sus vestiduras de salvación para que llena de Su amor, puedas amar y servir mejor a tu familia. 

Ayúdanos a llegar a otras

Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Mujer Verdadera?

Donar $3

Sobre el autor

Yuliana Fragozo Bermúdez

La gracia y la misericordia de Dios la alcanzó cuando se encontraba sedienta buscando agua en un pozo. Esa misma gracia inmerecida le permitió casarse con Andrés Aguilar, quien es uno de los pastores fundadores de la Iglesia Cristiana Vida … leer más …


Únete a la conversación