Susana: una seguidora y dadora

Hoy continuamos observando de cerca la vida de mujeres que siguieron a Jesús, hoy veremos a Susana. ¿Habías escuchado de ella? Te invitamos a leer la publicación.

Y poco después, El comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios; con Él iban los doce, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos. Lucas 8:1-3

Entre los seguidores de Jesús se nos relata en la Biblia que había un grupo de mujeres; de este precioso grupo de mujeres servidoras, se encuentra Susana. Su nombre se deriva del Hebreo y significa: lirio blanco. Los lirios simbolizan la pureza, sencillez, feminidad, amor. Con estas flores se le deseaba a la mujer una vida fructífera y llena de esperanza. Se usaban para enamorar y para las bodas, por su aspecto sereno y puro, también se usan en los funerales.

¿De qué fue salvada o sanada? A diferencia de María Magdalena, no se nos dice nada del testimonio de Susana. Pero sí sabemos que ella era una de las seguidoras de Jesús y que ese fue el resultado de la obra poderosa del evangelio en su vida. Si usara mi imaginación, la veo embelleciendo todo lo ordinario y cotidiano que hacía para su Salvador.

¿Qué podemos aprender de esta bella mujer? Sin lugar a dudas por su generosidad al dar y al servir, vemos que ella:

Fue agradecida

No fue como los leprosos de Lc.17:12, que de los diez solo uno se devolvió para dar gracias a Jesús. Ellas fueron objeto de sanación espiritual, física y emocional, por tanto, con todo lo que eran y con todo lo que tenían honraron a Aquel que tanto bien les hizo.

Dio alegremente

Dios ama al «dador alegre» 2 Cor. 9:7. Estas mujeres se dieron a sí mismas sin temor. No escatimaron esfuerzo o comodidad. Iban de aldea en aldea, con sol ardiente de día y frío por las noches. Dormían a la intemperie, pues era costumbre que donde les tomará la noche, allí dormían. Una y otra vez recogiendo todos los enseres para moverse a otro lugar.

Viendo su ejemplo: ¿cómo responderemos al llamado de Cristo en nuestras vidas?

Quizás no fuimos salvadas de espíritus malos, pero sí del dominio de Satanás y de los pecados en que él se complace… ¿Qué te perdonó Dios? ¿Una fornicación, un adulterio, una adicción, ira, mentira, hurtos o pornografía? Quizás tus pecados no fueron tan groseros ni visibles, pero, ¿envidiabas, codiciabas, tenías o tienes malos pensamientos y malos deseos? ¿Fuiste sanada de heridas profundas? ¿Con qué actitud de corazón adorarás al Señor que echó tus pecados al fondo del mar?

Meditemos profundamente en todo esto y vivamos a la luz de la gloriosa salvación que nos otorgó de pura gracia el Salvador a quién decimos tener por Rey y Señor!

Vuelve el viernes 22 para que estudiemos la historia de la mujer Samaritana y descubramos cómo su testimonio nos inspira a predicar a Cristo sin reservas.

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Sobre el autor

Margarita de Michelén

Mejor conocida por Maggie, recibió por la gracia de Dios a Jesucristo como su Señor y Salvador en el año 1980. Está casada con Eric Michelén desde 1981. Ambos desde su juventud han servido en Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo. … leer más …


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