Sin pretextos

Hay una verdad absoluta en todo el universo, Dios obra todas las cosas conforme a Su voluntad, teniendo control de todo evento pasado, presente y futuro de nuestras vidas. Esto hace referencia a uno de los atributos de Dios, Su soberanía. Te compartiré esta descripción que hace  John Piper: “Dios es absoluto, eterno, e infinito. Cualquier otra cosa o persona es dependiente, finita, y contingente. Dios mismo es lo más valioso. Cualquier cosa que tenga algún valor, lo tiene por su conexión a Dios. Dios es superior en todas las cosas. Él tiene toda la autoridad, todo el poder, toda la sabiduría.”

Constantemente me encuentro luchando en comprender estas verdades. Mi naturaleza pecadora se atemoriza, se pone ansiosa frente a los obstáculos y le cuesta descansar en Dios. Pero cuando leo Su Palabra, noto que mi Padre Celestial me enseña a ir comprendiendo que Su tiempo y Su forma de obrar son distintos al mío y que a cada paso Su cuidado no se apartará de mí aun en las más duras pruebas, permitiendo que todo obre con un propósito perfecto.

Hay una historia en particular que siempre traigo a mi mente que me ayuda a entender la soberanía de Dios en los detalles de nuestra vida y a recordar cómo Dios cuida de Sus hijos y lleva a acabo los propósitos que Él orquesta de una forma extraordinaria, y ésa es la historia de José. Quiero resaltarte algunos aspectos de este relato:

• • José fue vendido por sus hermanos a los  ismaelitas, producto de la envidia que tenían sus hermanos hacia él. (Génesis 37)     (AFLICCION)
  • José halló gracia a los ojos de Potifar (egipcio oficial del faraón), y lo servía; él lo hizo mayordomo de su casa y le entregó en su poder todo lo que tenía. (BONDAD DE DIOS)
  • José, hombre de firme convicciones y temeroso de Dios, huye de la insinuación de la esposa de Potifar. Al decirle: ¿Cómo, pues, haría yo este gran mal, y pecaría contra Dios? Hablaba ella a José cada día, pero él no la escuchaba para estar con ella. (Génesis 39)  (AFLICCION)
  • José es injustamente puesto en prisión, luego de que huye de la mujer de Potifar. Potifar lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey; y allí lo mantuvo. (Génesis 39)  (AFLICCION)
  • Jehová estaba con José y le extendió Su misericordia, pues hizo que se ganara el favor del jefe de la cárcel. El jefe de la cárcel puso en manos de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. (Génesis 39)  (BONDAD DE DIOS)
  • José resalta continuamente la supremacía y control de Dios en todas las cosas. José decía: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia al faraón. (Génesis 41) (BONDAD DE DIOS)
  • José es puesto como gobernador sobre el pueblo de Egipto.  Dijo además el faraón a José: Yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces el faraón se quitó el anillo de su mano y lo puso en la mano de José; lo hizo vestir de ropas de lino finísimo y puso un collar de oro en su cuello. Lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaban delante de él: «¡Doblad la rodilla!» Así quedó José sobre toda la tierra de Egipto. (Génesis 41)  (BONDAD DE DIOS)

• José muestra bondad para con sus hermanos: Los hermanos de José van a comprar alimentos y él se los da gratis, devolviéndoles el dinero. Luego al comunicarles que él era José, los abraza y llora con ellos; manda a traer a toda la familia para que vivan en Egipto y les provee para sus necesidades. (Génesis 42-47) (BONDAD DE DIOS)

¿Qué aprendemos de estos hechos?

• José reconoció que toda adversidad que tocó su vida fue orquestada por Dios. Lee las maravillosas palabras de este hombre ordinario, pulido a través de la adversidad por el Señor y que descansó plenamente en la forma de obrar de Dios. José dijo a sus hermanos: “No os entristezcáis ni os pese haberme vendido acá, porque para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros.  Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales no habrá arada ni siega. Dios me envió delante de vosotros para que podáis sobrevivir sobre la tierra, para daros vida por medio de una gran liberación.” - Génesis 45:5.
• José respondió a las pruebas con firmes convicciones y temor a Dios. “¿Cómo, pues, haría yo este gran mal, y pecaría contra Dios?” - Génesis 39:8.
• José busco sabiduría divina y buscaba exaltar a Dios con sus palabras. “No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia al faraón.” - Génesis 41: 16.
• Dios nunca se apartó de José. “Pero Jehová estaba con José y extendió a él su misericordia, pues hizo que se ganara el favor del jefe de la cárcel.” - Génesis 39:21.
• José es bendecido por Dios al permitir que faraón lo reconociera como gobernador. - Génesis 41.
• José responde con bondad hacia sus hermanos, luego de éstos haberles hecho mal. - Génesis 42-47.

¿Cómo aplico estas enseñanzas en mi vida?

Recientemente, escuché a un pastor decir: “Lo que yo creo de Dios, la manera en que lo tomo en cuenta definirá la visión de mi vida.”

Me siento en el banquillo de los acusados y me siento confrontada al leer esta historia. En muchas ocasiones reacciono frente a las circunstancias con mis emociones y no abrazo la guía del Señor para depender de Él, en medio de mis inquietudes.  Sin embargo, así como Dios lleva la vida de José a través de un colador de pruebas y saca como resultado un hombre temeroso y cada vez más firme en el propósito que el Señor tiene para con su vida, Dios me recuerda que el así mismo cuidará de mi vida y pulirá esto en mí, trayendo este recordatorio:

“Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.  Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador…”  Isaías 43:1-3ª

Dios tiene un llamado para cada una de nosotras. Para algunas es llevar a cabo una tarea en el trabajo, en el hogar o en la universidad, tomar decisiones o enfrentar una prueba; en el momento cuando te sientas insegura, temerosa o incapaz, recuerda este relato de José, donde aprendemos cómo sólo bastó el temor al Señor y confianza plena en Él para aceptar Su voluntad y vivir el presente con esperanza y valor. Aunque en el momento algo pueda parecer una tragedia o un túnel oscuro sin fin, en el plan de Dios, no habrá despropósito. Su presencia nos acompañará y nos equipará para resistir a cada paso.

En conclusión, amadas amigas, vivimos en un mundo de dolor y pérdida, pero recuerda que la autoridad de nuestro Dios es sobre todo, en el cielo y en la tierra. Junto a Él conoceremos los consuelos más profundos en medio del sufrimiento; y la más dulce comunión que hayamos tenido con Él. Nuestro Padre Celestial conoce todos los planes de nuestra vida y cada detalle está en Sus manos. Al final, no tenemos pretextos para no descansar plenamente en la soberanía de nuestro Dios dirigiendo nuestras vidas hacia Sus sabios propósitos. Detente, y considera las maravillas de Dios y Su cuidado para con tu vida.