Reconozco que por mucho tiempo tuve (y a veces todavía me visita) una idea muy romántica, idealista e irreal de ser una #MujerDeLaPalabra. Al escuchar el término, ¿Cómo la visualizas? Imagino a una mujer siempre llena de ganas, fuerzas, entusiasmo, pasión, ánimo, inteligencia, disciplina y mucho tiempo para estudiar. Aunque todo eso se necesita, ahora creo que solamente se trata del deseo de honrar a Dios, de conocerle y ser una mujer obediente a Él. Todo lo demás será alineado a esa obediencia conforme a Su voluntad.
La realidad es que convertirse en una Mujer Bíblica no será sencillo pues requerirá trabajo, obediencia, constancia e intencionalidad de nuestra parte. Debemos estudiar Su Palabra por amor, pero también por deleite en ella y porque es un mandato.
Nuestra vida espiritual y nuestro corazón es lo que dicta nuestras acciones, motivaciones y deseos. ● ¿Cómo está nuestro interior? ● ¿En qué nos estamos enfocando? ● ¿Qué nos atrae más que la Palabra del Dios vivo?
Recientemente terminé de leer el libro Mujer de la Palabra, de Jen Wilkin (puedes leer una reseña aquí) y si algo me quedó claro es que para convertirme en una Mujer de la Palabra, requeriré tomar decisiones constantemente (ella menciona en su libro la importancia de tener propósito, perspectiva, paciencia, un proceso y oración entre otras herramientas útiles, si puedes adquiérelo).
Si vamos a ser Mujeres guiadas por las Escrituras, necesitaremos acudir a ella continuamente y vivir Su mensaje, ser consistentes, quizá no nos será fácil, ni natural al principio, pero recordemos que la estudiamos por tener una relación con el Autor y no por llenar nuestra cabeza de conocimiento. Hacerlo será un gozo que además tiene muchos beneficios para nuestra vida.
Lo que necesitamos no es más pasión, o motivación o deseo de convertirnos en mujeres bíblicas, sino más obediencia, más amor por conocerle, honrarle, relacionarnos con Él, disfrutarle y hacer Su voluntad.
Para ello necesitamos sacudirnos la flojera, indiferencia, pasividad y mediocridad.
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Juan 5:39.
El amor de Dios se expresa en Su llamado a que creamos y vivamos Su Palabra, escudriñarla es una decisión a obedecerle.
“Pudiera motivarte a leer por los “beneficios” de la Biblia, o por la “motivación” que traerá a tu vida, pero si no te interesa que es un mandato divino a obedecer, no me queda más qué decir. Como creyentes es un deleite y también una obligación …. Pudiera invitarte a estudiar la Biblia para edificación personal; pudiera intentar el arte de la persuasión para estimularte a la búsqueda de la felicidad. Podría decir que el estudio de la Biblia sería probablemente la experiencia educativa más satisfactoria y gratificante de tu vida. Podría citar numerosos motivos por los que te beneficiarías de un estudio profundo de la Escritura. Pero en última instancia, la razón principal por la que debes estudiar la Biblia es porque es nuestro deber. Si la Biblia fuera el libro más aburrido del mundo, sin interés y aparentemente irrelevante, aún sería nuestro deber estudiarlo. Si su estilo literario fuera torpe y confuso, ese deber se mantendría. Vivimos como seres humanos en virtud de una obligación por mandato divino de estudiar diligentemente la Palabra de Dios. Él es nuestro Soberano, es Su Palabra y ordena que la estudiemos. Un deber no es una opción. Si aún no has comenzado a responder a ese deber, entonces necesitas pedir a Dios que te perdone y tomar la determinación de tu deber de hoy en adelante.
No es opción, no es sugerencia, es algo que debemos tomar con seriedad y disfrutarlo en gran manera, así que te exhorto: Sé una mujer de la Palabra y anima a otras a lo mismo.
Te invito a usar el hashtag #MujerDeLaPalabra en tus redes sociales para compartir de esta hambre por el Pan de Vida, los versículos en los que estás meditando o memorizando y ver lo que otras mujeres alrededor del mundo están leyendo. Recordémonos unas a otras continuamente la importancia de valorar la Biblia.
Hazlo Personal:
- ¿Qué te está distrayendo de la Palabra? ● ¿Te das cuenta de que leer las Escrituras es un gran privilegio lleno de bendición y beneficios a tu vida?
- ¿Qué es lo que más está ocupando tus pensamientos, tus motivaciones, tus deseos la mayor parte del tiempo? ● ¿Por qué no quieres obedecer, leerla, memorizarla y vivirla?
Día 18. El Viaje de los 30 días a través del Manifiesto de una Mujer Verdadera te exhorta a convertirte en una #MujerDeLaPalabra.
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