Reverdecerás

¿Alguna vez has visto un palo ya cortado de hace mucho tiempo y aunque gastado por el uso y el clima saca un retoño? Creo que esto no es posible a menos que ocurra un milagro. Pero por supuesto, no es algo casual, ni ocurre por sí solo, hay una mano creadora y poderosa detrás. Es la obra del Autor de la vida, el inventor de cada célula, átomo, materia y todo lo que se pudiera mencionar visible o no; con Él, todo es posible. 

Lo imaginable e inimaginable; sí, aquellos que creen son los primeros testigos, los llamados por Su nombre, los cuales creo, formó e hizo para Su deleite y gozo. Aunque el hecho de haber sido llamados por Él no los exime del dolor, la incomprensión, la crítica, la ingratitud y el rechazo de algunos que no han entendido este alto llamado. Y, con el tiempo, esto trae desgaste, sufrimiento y momentos de sequía en aquellos que con amor han dado sus vidas por la causa del Reino.

En números 17, luego de un devastador y cortante suceso de rebeldía donde el Señor manifestó Sus juicios en el capítulo anterior, todavía quedaban algunos inconformes y ciegos que dudaban del legítimo llamamiento de Moisés y de Aarón.

Aún se regaban los sonidos de las querellas en el campamento y el Señor preparó un milagro de gracia con el cual haría cesar dichas quejas. Ordenó a Moisés tomar de los príncipes de Israel una vara por cada uno, doce en total. Todos debían poner sus nombres. Y la vara de Leví debía llevar el nombre de Aarón. Una vez juntas las varas, Moisés las debía poner en el Tabernáculo de Reunión delante del Testimonio y ahí esperar cuál era el varón que ya había escogido, pues muchos dudaban y se creían mejor que los demás o más capaces. 

Al otro día, cuando Moisés recogió las varas y las trajo al pueblo, ¡qué gran sorpresa! ¡Qué gran milagro! Una de aquellas varas secas y para nada rectas, ni perfectas, y sin ningún rasguño, estaba reverdecida, florecida, con retoños y ¡hasta con almendras! Wow, imaginar la escena me emociona. ¿Cómo es posible que un palo seco, gastado, pueda echar almendras y flores? Solo por la mano de Dios, tan solo por haber estado en el lugar idóneo, el lugar de Su Presencia. 

¿Cuál fue la reacción de aquellos que dudaban, que sus pensamientos y conductas eran pecaminosos y no eran puros? Recibieron gracia y discernimiento, revelación a su condición. ¡Estamos perdidos! ¡Somos muertos! Nadie puede acercarse al tabernáculo bajo sus propios estándares. 

Sí, esto es un acto de gracia. ¡Aleluya! Despertar a nuestra condición y experimentar el temor reverente del Señor. La Biblia enseña en Isaías 26:9 que hay juicios del Señor y los moradores del mundo aprenden justicia. Es Su misericordia manifiesta a todos. A ellos y a Aarón. Esto quedó como recordatorio guardado en el Testimonio. 

Me encanta ver cómo el Señor pelea la batalla de Sus siervos. Él los defiende, los protege y los respalda. Cuando Dios te llama y te aparta para Su obra, puede que despierte celos, envidias y estas cosas en otros, suscitando rebeldías, pero no es tu batalla, es del Señor. Tu batalla es interceder ante Dios por ellos, como lo hicieron Moisés y Aarón; es mostrar a Cristo y Su misericordia. Puede que traiga angustias, agotamiento, lágrimas e incluso desgaste con el tiempo; el trato con las personas y las cuestiones de carácter son conductas pecaminosas y de alguna forma pueden afectar nuestra vida, y si no nos fortalecemos en el Señor, terminamos decepcionadas y, en el peor de los casos, en amargura que estorba la gracia de Dios. Solo en Su presencia somos renovadas.

Puede que tal vez te hayas sentido como Aarón y Moisés y hayas sufrido cosas similares, que tu vida este como esa vara bien gastada por los años. Has presenciado milagros en el pasado y ahora estás en sequía. Él conoce tus circunstancias vividas, tus sufrimientos, tus caídas, tus lágrimas, tus desgastes, tu servicio, las injusticias que has vivido y los cuestionamientos de tu persona; pero si tus caminos son limpios ante los ojos del Señor, Él te va a respaldar y te va a defender, no tienes que hacerlo tú. Dios es tu gloria y el que levanta tu cabeza (Salmos 3:3), es allí donde solamente hay plenitud de gozo y delicias a su diestra para siempre. Habita en ella, en la presencia del Señor, donde puedes reverdecer, retoñar y dar fruto. 

Recuerda las palabras de Jesús en Juan 15:5: «Yo soy la vid, ustedes las ramas; el que permanece en mí como yo en él, dará mucho fruto, porque separados de mí, no pueden ustedes hacer nada» (NVI).

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Sobre el autor

Yeiner Matos

Yeiner vive en un pueblo costero del municipio de Mariel en la provincia Artemisa en Cuba. Está dedicada a su hogar y la crianza de sus dos hijas al lado de su esposo, quien está a cargo del ministerio pastoral … leer más …


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