Reto de 30 días para madres | Día 4

Día 4: Ignorando el próximo paso

"Danos hoy el pan nuestro de cada día."-Lucas 11:03. LBLA

¿Te has dado cuenta que la maternidad se trata de averiguar cuál será el próximo paso? Cuando nacen nuestros hijos, esperamos con anticipación cada reto. Cuando tienen dos años, nos mordemos las uñas (o contamos los días) para que vayan a la escuela. Luego, esperamos el siguiente grado, la licencia de conducir, la graduación…

Todo lo que desvía nuestra atención hacia lo que vendrá después, nos impide prestar atención a lo que está sucediendo hoy en día. Al parecer, esto no es sólo un problema de las madres, ya que Jesús instruyó a Sus discípulos a pedir el pan de cada día "todos los días." Asumo que la redundancia está ahí por una razón. En caso de que te lo perdieras, la redundancia es a propósito.

¿Por qué necesitamos "el pan de cada día", "cada día?" Porque tenemos la tentación de centrar nuestras oraciones demasiado lejos en el futuro. Esto parece ser especialmente cierto en nuestras oraciones por nuestros hijos. "Jesús,  hazlos crecer y convertirse en adultos que Te sirvan. Preserva a sus esposas en pureza; dales propósitos, ni se te ocurra dejar que ellos me lleven a  un hogar de ancianos. . . "

Yo supongo, que no hay nada de malo en estas oraciones, pero Jesús nos anima a orar en el marco de tiempo en el que Dios se está moviendo —en este momento. ¿Qué es lo que necesitan tus hijos hoy? Ora sólo por sus necesidades actuales e inmediatas. Podrás orar por las necesidades de mañana, mañana, y por  las necesidades de la próxima década cuando llegue. Por el momento, pídele a Jesús trabajar para satisfacer tus necesidades diarias, así....  todos los días.

Modo de Hacerlo: Alimenta a los pájaros.

Coge un trozo de pan y a tus hijos, y ve en busca de una bandada de pájaros. ¡No lleves tu agenda. No te apresures. No revises el correo electrónico, Facebook, o Pinterest. . . y... ¡suelta el iPhone!  Disfrútalo el  mayor tiempo que te sea posible, sin tener que preocuparte por el pasado ni el futuro. Toma notas de cómo te sentiste en ese  momento, y trata de volver a capturar esa sensación al orar.

Oración de una madre: Jesús, gracias por ser el mismo ayer, hoy y siempre. Estoy agradecida de saber que puedo contar contigo para satisfacer mis necesidades futuras, al igual que lo has hecho en el pasado. Muéstrame cuáles son las necesidades de mi familia en el día de hoy, y ayúdame a confiar en ti para satisfacer mis necesidades diarias cada día.

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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com

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