Día 23: Confiar en su Padre
La historia acerca del sacrificio de Isaac en Génesis 22 tiene un bonito final feliz para todos, excepto para la madre de Isaac, Sara. ¿Puedes imaginar la emoción que sintió cuando se enteró de lo que casi le pasó a su preciado hijo en la cima del Monte Moriah? (¡Nada menos, que al lado de su esposo!) Estoy segura de que sus emociones se balanceaban del terror a la ira; de la frustración al alivio.
Dudo que Abraham le diera a Sara todos los detalles de la expedición antes de irse con Isaac. Podría estar equivocada, pero apuesto a que él dijo algo como, "Isaac y yo nos vamos de campamento." Luego se marcharon… Tres días subiendo la montaña y probablemente tres días para bajar, y Sara se quedó debajo, esperando preocupada.
Pero Abraham fue un buen padre todo el tiempo. Lo más importante, Abraham obedecía a Dios mientras criaba. No tenemos ninguna indicación en las Escrituras de que Dios le reveló a Sara, Su mandamiento de sacrificar a Isaac, sino sólo a Abraham. Así, que mientras Abraham confió en Dios, Sara tuvo que tomar la decisión de confiar en su marido.
Hay una aplicación en esta historia que pudiera ser dura de seguir para algunas de nosotras como madres. Admito que lo es para mí. ¿Estás preparada? Redoble de tambores, por favor…
Parte de sujetar a tus hijos libremente consiste en soltar las riendas y dejar que tu marido las tome.
Sí, sé cómo los viste cuando él está a cargo. Sí, estoy muy consciente "en términos generales" de la prerrogativa de un padre de criar que la mayoría de las madres. Pero el hecho es que un padre es tan importante en la ecuación de la crianza de los hijos como una madre. Negarse a ceder el control para permitir que tu marido tome decisiones por tus niños, especialmente cuando van en contra de las tuyas propias, no ayuda a que confiemos en los padres, y no ayuda a tus hijos a aprender a respetar la autoridad de éstos, en sus vidas.
Este principio se aplica a otras personas en el mundo de tu hijo. Por ejemplo, los abuelos tienen el papel único de ser "dadores de gracia." Ellos no tienen que hacer cumplir la "ley" tan estrictamente como tú lo haces. Pero tener a alguien que los ame incondicionalmente sin tener en cuenta las tareas domésticas y las calificaciones es un regalo para tu hijo. Por lo tanto, deja que su padre y abuelos hagan las cosas a su manera con tus hijos (siempre y cuando tu hijo esté a salvo, por supuesto), y déjalos comer torta en el desayuno, si eso fue lo que negociaste.
Nadie conoce a tu hijo como tú, pero no eres la única que tiene el poder de hacer una diferencia en su vida. A veces, tu trabajo es obedecer a Dios como padre y, a veces, tu trabajo es confiar en aquellos que Dios ha puesto en la vida de tu hijo.
Modo de Hacerlo: Muestra un poco de amor.
Toma algunas tarjetas y escribe notas de agradecimiento a tu marido, así como a los abuelos de tu hijo, si los tiene. No tienes que ceder en hacer las cosas a su manera, pero puedes agradecerles de las formas únicas en que están influenciando a tu hijo para bien.
Oración de una madre: Señor, gracias por todas las personas que aman a mi hijo. Ayúdame a ver únicamente las formas en que lo ayudan a crecer y a madurar. Ayúdame a dejar ir mi necesidad de controlar y confiar en los demás, como ellos confían en Ti.
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