Reseña libro Mujer Verdadera: El maravilloso diseño de Dios para ti

Estamos viviendo tiempos difíciles. Nuestra sociedad está cada vez más secularizada y pragmática. Se han desplazado los principios. Se han ignorado los fundamentos. El individualismo, la auto-suficiencia, el irrespeto a la autoridad, y el vivir de manera independiente de Dios es lo que caracteriza la cultura de nuestros días.

Observando cómo la cultura se ha distanciado de los fundamentos de la Escritura, no debe sorprendernos la condición de la familia. La Palabra de Dios dice que «Cristo es el camino, la verdad y la vida» (Jn. 14:6), Él es la «Piedra angular» (1 P. 2:7) de nuestra vida. Cuando nos desviamos de ese camino, perdemos nuestro Norte; perdemos el rumbo. Y cuando desechamos o ignoramos la piedra angular, nuestras vidas se desmoronan.

Lamentablemente, este distanciamiento de los principios bíblicos no es exclusivo de las personas que no han aceptado a Cristo como Señor y Salvador. Es triste ver a cristianos viviendo lejos del diseño de Dios para ellos, y en el caso de las mujeres esto es particularmente evidente. Hay una gran presión en nuestra cultura de negar o minimizar el liderazgo masculino. La doctrina del complementarianismo y todo lo que ella implica en las relaciones entre el hombre y la mujer se ha vuelto un tema controversial, aun dentro de la misma iglesia. Resulta mucho más fácil, pragmático, menos conflictivo y más inclusivo abrazar el espíritu de la época.

Estamos viviendo en una era post-cristiana, sumidos en un mar de relativismo. Cada uno vive según su propia verdad, buscando la felicidad como él o ella entiende. No es una batalla nueva; es una batalla que se inició en el Edén y que hoy se continúa librando. Es una lucha en las huestes celestiales, una batalla entre las tinieblas y la luz.

Por tanto, el derecho está lejos de nosotros,
y no nos alcanza la justicia;
esperamos luz, y he aquí tinieblas,
claridad, pero andamos en oscuridad.
Vamos palpando la pared como ciegos,
y andamos a tientas como los que no tienen ojos;
tropezamos al mediodía como al anochecer…

(Is. 59:9-10)

Lamentablemente, la iglesia no ha sido de mucha ayuda porque en gran medida se ha unido a la confusión. Uno de los grandes pensadores de nuestros tiempos, Francis Schaeffer, escribió lo siguiente en su libro «The Great Evangelical Disaster»:

«…Existe un área en la que, trágicamente, los evangélicos se han acomodado al espíritu de la época. Esta es la que tiene que ver con el matrimonio, la familia, la moralidad sexual, el feminismo, la homosexualidad, el divorcio… Se trata de una distorsión deliberada de la Biblia para conformarse al mundo y al espíritu de la época, al punto en que el espíritu moderno choca con lo que la Biblia enseña.»

En su origen, se trata de una lucha de poder, una lucha por usurpar la autoridad que solo le corresponde a Dios. Pero este tipo de espíritu, esta vida centrada en el hombre, ha producido caos. Si ignoramos este desplazamiento de los principios bíblicos y no enseñamos el fundamento correcto y el diseño según Dios, ¿cómo protegeremos la iglesia? ¿Las familias? ¿La sociedad?

«Si los fundamentos son destruidos; ¿qué puede hacer el justo?» (Sal. 11:3) Ciertamente, estas verdades sólo pueden ser discernidas espiritualmente (1 Co. 2:14), y es por eso que debemos ante todo predicar el evangelio.

En medio de estos tiempos en que nos ha tocado vivir, el ministerio de Aviva Nuestros Corazones responde al llamado de Tito 2 de mujeres enseñando mujeres:

«Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta: no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, que enseñen lo bueno, que enseñena las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.» (Tito 2:3-5)

Nuestro anhelo es equipar a la iglesia de Jesucristo proveyendo recursos y enseñanzas que les ayuden a discipular a las mujeres de todas las edades. Nuestra pasión consiste en predicar el evangelio, llamando a las mujeres a abrazar a Cristo, a rendir Sus vidas a Él y abrazar Su diseño para sus vidas.

El libro «Mujer Verdadera: El hermoso diseño de Dios para ti» no pretende ser un tratado teológico. Es un libro escrito por mujeres para mujeres, con el objetivo de darles una visión bíblica y práctica de la feminidad. Las diversas historias, trasfondos, llamados y etapas diferentes en las que se encuentran las autoras tienen en común vidas transformadas por el Evangelio y rendidas a la autoridad de la Palabra de Dios, reflejándolo en sus vidas y elecciones. La meta de cada capítulo es apuntar a Cristo como la fuente de la paz y el propósito que tanto anhelamos y que nunca encontraremos en las cisternas rotas del mundo, ni caminando de acuerdo a nuestro propio entendimiento.

Nuestro objetivo es animar y retar a las mujeres de todas las edades a abrazar el diseño de Dios, siendo este el único camino que nos puede llevar a la libertad, plenitud, abundancia y gozo que tanto anhelamos. No se trata de una lista de conductas ni de imposiciones legalistas. Solo con Cristo y en Su poder podemos correr esta carrera tan contracultural, poniendo la mira en las cosas de arriba y anticipando las recompensas eternas.

Oramos que Dios inicie un avivamiento en el corazón de las mujeres alrededor del mundo; mujeres que se unan en un mismo espíritu, en un movimiento que persiga vivir de manera contracultural, como luminares, manifestando la hermosura de Cristo en las diversas etapas de la vida, rindiendo su orgullo y sus derechos ante Sus gloriosas verdades.

Somos testigos de que Dios ya ha levantado una multitud de mujeres que han dicho «Sí Señor» y han abrazado a Cristo y Su hermoso llamado y diseño para ellas. Oramos que este libro las anime a continuar, recordándoles que hay una miríada de ángeles observando y animándolas a correr la carrera, hasta encontrarse cara a cara con su Creador.

Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén (Ef. 3:20-21)