¿Qué hacer ahora que eres libre?

Me encantan las escenas de películas en que personas o animales que solían estar cautivos pasan a ser libres. Recuerdo como hoy la sensación que vino a mi corazón cuando el protagonista de 12 años de esclavitud fue puesto en libertad.

“Libertad” es una palabra que hace que mi corazón lata más rápido, porque yo también fui esclava durante mucho tiempo, esclava del pecado, un amo cruel y demandante. Sufrí tanto durante esos años que aún conservo cicatrices en mi cuerpo y en mi alma, PERO Dios que rico en misericordia, me liberó a través del sacrificio de Cristo en la cruz, como dice una de mis canciones favoritas:

Rompió mis cadenas,

me dio vida nueva

y al fondo del mar echó mi maldad

Ahora, si somos honestas, después de vivir tanto tiempo esclavizadas no tenemos muchas ideas de qué hacer cuando salimos de la prisión, todo parece igual... pero algo importante ha cambiado, y no es solo nuestro nuevo destino eterno, tenemos un nuevo Amo.

De manera que lo primero que hemos de hacer es conocer a ese Amo, y este no debe sentirse como una obligación… ¡Piénsalo! La respuesta natural de nuestro corazón es querer conocer a quien ha dado a Su Hijo por nuestra libertad. La buena noticia es que Él se revela a nosotras a través de Su Palabra; Sus atributos, Su carácter. ¡Todo lo que quiere que sepamos sobre Él está ahí!

En segundo lugar, nuestra libertad nos lleva a obedecer a otro amo, como Pablo lo explica en la carta a los Romanos:

Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias;  ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Romanos 6:12-13

Un instrumento es algo que es usado por alguien para un fin, nuestra nueva misión es presentarnos ante Dios para que Él nos use para Sus propósitos y eso incluye cada fibra de nuestro ser, nuestra mente y nuestro cuerpo.

Por último,  ¡somos libres para dar frutos! Dios va produciendo en nosotros la imagen de Cristo a través de la santificación y comenzamos a vivir en esas buenas obras que Él preparó de antemano para que andemos en ellas.  Nuestros frutos comienzan con la respuesta de nuestra alma y corazón a la libertad que Dios nos ha dado.

Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.

Romanos 6:18

Amadas, podemos celebrar , servimos a un Dios de amor al que alabaremos eternamente, nuestra libertad no solo nos lleva a esto que he expresado sino que ¡ES ETERNA! ¡Seremos libres por la eternidad para vivir para nuestro Abba Padre!

Y tú, ¿qué estás haciendo con la libertad que Dios te ha dado?

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