Gracia. ¿Qué es la gracia? Es una pregunta que me he hecho recientemente, algo que Dios ha puesto en mi corazón para que lo examine. La mayoría de nosotras conocemos la gracia como aquello que Dios nos ha dado a través de la muerte y resurrección de Su Hijo Jesucristo.
Puede ser que muchas de nosotras conozcamos la gracia como un regalo inmerecido de Dios. Aunque esa es una buena definición, realmente no había pensado en la gracia separada de la conexión con la salvación. Y en realidad, no solo se nos da cuando somos salvas, sino todos los días, ya que somos hijas de Dios.
Uno de los primeros versículos que viene a mi mente sobre la gracia es 2 Corintios 12:9: «Y Él me ha dicho: “Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí». Pablo estaba pasando por tinieblas debido a un mensajero de Satanás que estaba causándole mucho dolor. Y aunque le pidió tres veces a Dios que quitara el mensajero, Dios le respondió que Su gracia era suficiente para pasar por esa dificultad.
Dios no respondió a la oración de Pablo como él quería, pero le dio lo que necesitaba: ¡Su gracia! Algunos estudiosos creen que se trataba de alguien que causaba problemas en la iglesia de Corinto, por lo que Pablo tuvo que enfrentarse con el dolor de ver ese mensajero de Satanás tratar de destruir su querida iglesia, atacando sus esfuerzos para difundir el evangelio. Pero Pablo tenía la gracia de Dios para triunfar y darle gloria a Él durante esos momentos difíciles. Este era un regalo de Dios y algo que no sería posible sin Él.
La gracia es un regalo de Dios que no merecemos. Además, significa una bendición y un favor. El escritor y pastor A.W. Tozer definió la gracia como «la buena voluntad de Dios, que lo inclina a otorgar beneficios a los indignos». Y es algo que está disponible para todos los hijos e hijas de Dios. Juan nos dice: «Pues de Su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia» (Juan 1:16).
La gracia de Dios es el regalo que Él nos da para pasar por momentos de oscuridad dándole gloria a Él. Nos da Su gracia para hacer las cosas que nos ha llamado a cumplir cuando pensamos que no son posibles. Cuando la vida se convierte en una rutina que parece sofocarnos, nos otorga Su gracia para cumplir nuestras obligaciones diarias con gozo. Su gracia está disponible para enfrentar una enfermedad con paz y esperanza. Es dada a nosotras para amar a nuestros enemigos como Cristo amó a los Suyos. Su gracia nos da fuerza, amor, paciencia, esperanza, gozo, fe y todo lo que necesitamos para vivir nuestras vidas como Cristo vivió, ¡dándole gloria al Padre!
Entonces, cuando pensemos que no podemos hacer lo que Dios nos ha pedido que hagamos, ¡recordemos que hemos recibido en Cristo gracia sobre gracia!
¿De qué manera se manifiesta la gracia de Dios en tu vida?
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