Si hoy tuvieras la oportunidad de asegurar cualquiera de tus posesiones sin incurrir en ningún costo ¿cuáles serían? ¿Tu casa, un hijo, un carro…o tu corazón?
La sabiduría nos dice:
CON TODA DILIGENCIA guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida (Proverbios 4:23, énfasis añadido)
Cuando empecé a trabajar en este ministerio hace ya un tiempo, encontré que algunas de sus prácticas eran…bueno…un poco extremistas:
- Los hombres y las mujeres no deben ir juntos en un vehículo—aunque se trate de distancias cortas.
- Los hombres y las mujeres no almuerzan juntos sin otros compañeros.
- Los hombres y las mujeres dejan sus puertas abiertas de manera que otros puedan ver hacia sus oficinas cuando se encuentren reunidos.
Aunque no lo creas, he llegado a valorar y abrazar estos “límites de seguridad”. Por eso quiero compartir contigo algunos de los límites personales de Nancy Leigh DeMoss; no se trata de absolutos bíblicos pero como ella dice:
Para quienes consideran que estos principios son legalistas, les testifico que en lugar de ser restrictivos, me han permitido disfrutar de amistades saludables y honestas con los hombres con quienes trabajo y sirvo, así como con sus esposas e hijos…Han sido una poderosa protección y seguridad – tanto para mi corazón como el de esos hombres y sus matrimonios, para mi reputación y aún más importante para la reputación del nombre de Cristo.
¿Te parece extremista? ¿Estás consciente de que puedes caer en tentación moral? ¿En cuáles áreas de tu vida, quiere Dios que levantes muros de protección?
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