¡Ohhh, estoy repleta!”
Nancy Leigh DeMoss: Comemos y nos sentimos satisfechos, pero algo cómico ocurre el día siguiente.
“¡Ohhh, tengo tanta hambre!”
Nancy: Nuestros cuerpos necesitan alimento cada día. Cuando Dios proveyó maná en el desierto, Él dijo a los hijos de Israel “Haré llover pan del cielo para ustedes; y las personas saldrán y recogerán su porción para cada día”.
Cada persona tenía que recoger su propio maná, y no podían guardar durante la noche excepto para el día sábado. Recoger el pan era una tarea diaria.
Es un reflejo de nuestra relación con la Palabra de Dios. Tal como ocurre con nuestros cuerpos, nuestras almas requieren alimento diario. No me convertiré en la mujer que Dios quiere que me convierta si no paso tiempo en Su Palabra cada día. El alimento de ayer no es suficiente. Necesito el sabor de algo fresco hoy.
¿Cuándo fue la última vez que te llenaste con la Palabra de Dios?
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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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