Recientemente alguien me pidió que respondiera a un artículo criticando la labor de una mujer. Debo admitir que es un tema del que no hablo mucho. Parcialmente por la reacción que recibiría. Pero principalmente porque soy la persona menos indicada para escribir sobre este tema. No es que haya rechazado el llamado de la Biblia a ser sumisa a mi esposo (1 Pedro 3:1, 5) o a tener esa clase de espíritu que es hermoso a los ojos de Dios (1 Pedro 3:1-4). Abracé esa enseñanza como una sana doctrina de parte de un Dios sabio y soberano. El problema era, que no podía vivirlo para salvar mi vida.
De niña era bastante obediente. Naturalmente, cuando camine por el altar, creí que todo eso de ser una mujer bíblica sería fácil para mí. Dulce y sumisa como un conejito bebe. ¡Qué afortunado era mi esposo!
En algún momento del primer año de nuestro matrimonio, la Princesa Guerrera Xena despertó en mí y mató al conejito. Lo que creía que era sumisión, reconocí que era orgullo. Antes se manifestaba en la creencia arrogante que yo podía ser una mujer Bíblica en mis propias fuerzas. Cuando me di cuenta de que no podía, que me dijeran que tenía que ser así me indignaba. ¿Por qué tengo que someterme? Soy fuerte y dotada. Puedo hacerlo mucho mejor y mucho más rápido. Me convertí en una mujer controladora, irrespetuosa, y enojada. Pero nunca podía controlar las cosas completamente a mi manera, lo que me hacía enojar más. Lo que me llevó finalmente a un descontento profundo.
Tal vez te sientas identificada. Tal vez no. Tal vez todo el concepto de una mujer Bíblica te cause risa. Este es mi reto. Si el pensar en someterte a un hombre honorable te suena anticuado o degradante, pon eso a un lado. Olvídate de la sumisión y el respeto relacionado a un hombre, y hazte una pregunta que yo tuve que confrontar: ¿Estoy dispuesta a someterme a Dios?
Paz al fin
Por fin me di cuenta de que mi lucha era con Él. No quería el rol de mi esposo, sino el de Dios. Quería la autoridad de controlar mi vida como yo viera que era mejor. Como el mismo Satanás, yo dije, ¨seré semejante al Altísimo¨ (Isa. 14:14) Nunca olvidaré ese día en el que Dios abrió mis ojos a lo que me estaba convirtiendo. Mientras lloraba de rodillas, Él me regaló otro versículo en Isaías, ¨Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado¨ (26:3)
¡Oh, cuánto anhelaba la paz! Y me di cuenta de que solo llegaba por medio de la confianza. En el fondo, si en verdad confiaba en Dios, dejaría de intentar ser Él. Así, en vez de estar confundida por las cosas que no podía controlar, mi mente podía estar firme. Y todo el enojo, la ansiedad y la discordia que había puesto en mi corazón y mi hogar, sería reemplazado finalmente, por paz.
Muy seguido vemos la sumisión como opresiva, pero te diré, el día que me sometí a Dios, nunca me había sentido más libre. La verdad es que la sumisión Bíblica ha sido y siempre será un pilar del cristianismo. Citando a Webster, someterse es ¨ceder a la autoridad de otros¨ ¿no es este el mensaje central del evangelio?
Verdaderamente, este es el ejemplo de Cristo mismo cuando se sometió a la voluntad del Padre, haciéndose obediente hasta la muerte (Fil. 2:2-8). Y esto es un requisito para cualquiera que le quiera seguir. El llamado al cristianismo no es para gobernar, sino para morir (Mateo 16:25). Convertirse en un siervo, un esclavo del único y verdadero Rey (Rom. 6:22). Y al hacer esto, encontrar vida y libertad por primera vez.
Una Razón Para los Roles
¿Creo yo que Dios tiene una visión distinta para la mujer? Si. Si Dios hubiera querido que el hombre y la mujer funcionaran igual, creo que hubiera creado solo un género. Pudiéramos reproducirnos asexualmente, como las estrellas de mar. Pero no fue así. Pudo haber creado a Eva primero. O haber inspirado a Pablo que les dijera a los hombres que fueran cuidadosos de su casa, sujetos a sus esposas. Pero no fue así. Creó al hombre y a la mujer intencionalmente, y por medio de su Palabra reveló los roles diferentes e iguales que creó para cada uno.
Si dudas de la doctrina o la aplicación de una mujer Bíblica, ¿estarías dispuesta a empezar rindiéndote a la autoridad de Cristo y pidiéndole que te muestre su visión para la mujer, como es revelado en la Biblia? No lo que tú quieres que la Biblia te enseñe o lo que debería enseñar, sino lo que enseña realmente. Como Wayne Grudem señaló:
“cuando doblamos las escrituras a nuestro gusto, no peligra que es ser hombre o que es ser mujer, peligra la autoridad de la Biblia”.
Así que, al querido lector qué preguntó qué opinaba sobre el rol de la mujer, con mucho amor y humildad ofrezco esta respuesta. En caso de que te sigas preguntando, todavía experimento lo que es luchar con el respeto, anhelar el control, y estar cansada de manejar un hogar. Pero por su gracia, también se lo que es experimentar destellos de armonía, cuando mi esposo y yo abrazamos nuestros llamados dados por Dios, porque confiamos que su diseño es el mejor. Y puedo decir esto, es hermoso, trae paz, y te libera.
Ayúdanos a llegar a otras
Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Mujer Verdadera?
Donar $3
Únete a la conversación