Proverbios 31 nos presenta las características de la mujer virtuosa, y hay un versículo en particular que siempre he encontrado muy confrontador. Se trata del versículo 26: «Abre su boca con sabiduría, y hay enseñanza de bondad en su lengua». ¡Wao! ¿Cuán a menudo hablo palabras que no son sabias ni amables?
Las personas notan lo que somos cuando hablamos. Un joven esposo me dijo en una ocasión: «Una de las cosas que hace que nuestro matrimonio funcione es que mi esposa tiene un espíritu afable y habla palabras amables».
Conozco a esa esposa y sé que las palabras amables no le resultan más naturales que a mí misma, pero el Espíritu Santo puede hacernos amables.
¿Las personas te describirían como alguien de palabras amables? Al igual que esta joven esposa puedes aprender amabilidad con la ayuda del Espíritu Santo. ¿Le pedirás que te haga una mujer de palabras amables?
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