En los últimos años el mundo ha tenido que enfrentar crisis tras crisis: terrorismo, armas de destrucción masiva, terremotos, tsunamis.
Esto me recuerda el Salmo 46 que se refiere a aguas que “braman y se agitan”. Habla de naciones que braman y reinos que se tambalean. ¿Nos parecen familiares estas escenas?
Las primeras dos palabras de este salmo nos ofrecen la perspectiva “Dios es”. Ese es el lugar por donde empezar. Nos recuerda que Él es “nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”.
En este salmo no dice que no habrá problemas, pero sí promete ayuda. El salmista continúa “por lo tanto, no temeremos”. No está diciendo que no seremos tentados a temer, sino que no debemos dejar que el temor controle nuestras vidas.
¿Qué crisis hay en tu mente? Ya sea que esté ocurriendo del otro lado del mundo o en tu hogar, recuerda: Dios es nuestro refugio. No tienes por qué temer.
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