Por Colleen Chao
Es la agonía y el éxtasis, ¿cierto? Un increíble hombre de Dios muestra interés en ti, y quieres saber si es "el elegido". Y lo quieres saber, ahora. El temor se vislumbra en el horizonte y las expectativas emocionales son altas. Quieres hacer lo correcto; anhelas honrar a Dios con tus decisiones pero, ¿cómo luce esta relación indefinida? ¿Cómo te expones a la oportunidad de amar mientras guardas tu corazón de una angustia innecesaria?
Dios nos ilumina y nos otorga gracia para dar un paso a la vez, invitándonos a poner nuestros ojos y nuestros corazones en Él, a medida que transitamos por caminos empinados.
Pasé muchos años luchando con esa interrogante, y ha sido objeto de innumerables conversaciones con otras amigas solteras. Nosotras las chicas, anhelamos tener claridad, garantía y un método de prueba infalible para enamorarnos del hombre adecuado en el momento adecuado.
Pero no existe método alguno.
Después de muchos años de soltería, me di cuenta de que sólo hay una garantía, y Su nombre es Jesús. El resto no se nos prometió. Dios nos ilumina por el camino a seguir y nos proporciona Su gracia para dar un paso a la vez a medida que caminamos por las alturas:
"El Señor Dios es mi fortaleza; Él ha hecho mis pies como los de las ciervas, y por las alturas me hace caminar" (Habacuc 3:19).
Mientras estaba lidiando con el dilema de mi soltería, escribí la siguiente lista que me ayudó a navegar mis alturas. Estos principios me mantuvieron enfocada cuando mi corazón se estaba deshaciendo, y me recordaron todo lo que es cierto en medio de una gran confusión:
9 Principios para navegar una relación indefinida:
1. Busca amor sincero. "Puesto que en obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas para un amor sincero de hermanos, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro (1 Pedro 1:22).
2. Ora, ora y ora. ¡Luego ora un poco más! (1 Tesalonicenses 5:17).
3. Escudriña la mente de otra persona. Busca sabiduría y consejo de hermanas sabias y piadosas en tu vida. Rodéate de personas que verdaderamente te amen y quieran lo mejor para ti. "Sin consulta, los planes se frustran, pero con muchos consejeros, triunfan" (Prov. 15:22).
4. Practica la paciencia. Espera en Dios, no en un hombre. Hagamos esto por el resto de nuestras vidas, como esposas y madres también, dándonos cada día la oportunidad de poner nuestra esperanza en el Señor y esperar Su tiempo y propósitos perfectos para nuestras vidas. (Isaías 64:4) .
5. No prometas nada en esta relación. No entregues tu precioso tiempo, energía, emociones, afectos físicos ni sueños a un hombre que no está lo suficientemente interesado en ti como para seguir una relación contigo. Si él no está comprometido, tú tampoco debes estarlo. (Proverbios 4:23).
6. Proponte que Cristo sea tu primer amor, sea cual fuere tu estado civil: soltera, con algún interés incipiente y reciproco con un hombre de Dios, comprometida o casada. Ningún hombre puede ocupar el lugar de Dios. ¡Dejemos al hombre ser hombre y a Dios ser Dios! (Isaías 40:6-8,18).
7. Proporciona un lugar seguro. Desde tus motivaciones internas, a la ropa que usas y tu lenguaje corporal, pídele a Dios que te haga una mujer bellamente segura para que un hombre te conozca y esté cerca de ti. ¿Lo estás provocando sexualmente o le estás animando en el Señor? (Efesios 5:3).
8. Predica la verdad a ti misma. No escuches a tus emociones; ¡ordénales! Mantente en la Palabra y haz lo que ella te indica (Jeremías 17:9; 1 Juan 3:20; Santiago 1:22-25).
9. Alaba al Señor continuamente. Él da y Él quita. Él siempre es bueno, y Él sabe lo que está haciendo. Y Él es lo suficientemente sabio como para no darnos aquello sin lo cual pensamos que moriremos. (Romanos 11:33-36).
El objetivo final
Muros de ladrillo no arriesgan relaciones; personas con esperanzas y sentimientos, sí. Todas nosotras experimentamos alguna forma de quebrantamiento y dolor en nuestro camino al altar, pero la sabiduría de Dios puede guardarnos de tomar decisiones precipitadas e imprudentes. Por otro lado, un corazón que está rebosante de Cristo y Su amor es un corazón que ganará la batalla contra la idolatría y superará el quebrantamiento cuando se presente.
De este lado del matrimonio, miro hacia atrás, específicamente observo algunas de mis relaciones no definidas con chicos, y sacudo mi cabeza. Incluso con la mejor de mis intenciones, oraciones de rendición y los principios anteriormente mencionados, tuve que navegar a través de aguas de confusión y dolor para darme cuenta cuán desesperadamente necesitaba a Jesús en esta área de mi vida.
Y en algún lugar del camino, finalmente comencé a vivir entendiendo que el matrimonio no era mi objetivo final. Cristo lo era. Al final, cuando Eddie y yo dijimos "Sí, acepto", nos dimos cuenta de que Dios había removido lo imposible, y obtendría toda la Gloria para Él.
Amada hermana que has esperado mucho tiempo en el Señor, es mi oración que tu corazón se llene de gracia para ver a Dios hacer lo imposible en tu propia vida a medida que vas transitando por tus propios lugares altos. Él no ha terminado contigo todavía.
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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com
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