Nada me sale como quiero

Despierto cada día con palabras similares a éstas: “Gracias Dios por este maravilloso día, me rindo a Ti, quiero hacer Tu voluntad y darte gloria con mi vida, úsame Señor”. Me levanto con una gran actitud, a la expectativa de lo que Él tiene preparado para mí. Pongo un pie en el piso con una sonrisa en el rostro y el enorme deseo de poder cumplir toda mi lista de pendientes pues quiero sentirme “muy productiva”.

En muchas ocasiones pasan tan solo unos cuantos minutos y mi ánimo se va desinflando poco a poco por los accidentes y asuntos inesperados que me bombardean: la comida cae al suelo, justo acabo de limpiar la cocina del desayuno y ya tengo que iniciar la comida, el baño se tapa, la ropa sucia se acumula, el teléfono suena, es una mujer aburrida con ganas de platicar interminablemente, las filas son lentas, el tráfico no avanza, alguien está enfermo y espero visitas en la noche…  ¡en fin! ¡Muchas veces siento que el tiempo no me rinde! En pocas horas lo único que quiero es acostarme y ¡quedarme dormida por días!, pero no puedo, debo continuar. Soy la misma que horas atrás decía en sincera y dulce voz: “úsame Señor”.

Al finalizar días así, cuando termino exhausta, sin haber logrado siquiera la mitad de mis objetivos sino con varios fracasos, me pregunto: ¿qué salió mal? ¿Por qué se frustraron mis planes?

Es entonces, cuando nada sale como quiero, que he aprendido y visto lecciones enormes que Dios me ha enseñado a través de “frustrar mis perfectos planes”.

Quiero compartir algunas contigo:

1. La voluntad de Dios siempre será mejor que el mejor de tus planes.

2. Es en los “inconvenientes” de la vida donde la fidelidad y la fe son probadas.

3. Solo podremos encontrar gozo, contentamiento y satisfacción genuina en El Señor

¡Gracias a Dios las cosas no salen como yo quiero o planeo!. Mis capacidades son tan limitadas que me alegro de poder recordarlo continuamente para depender y confiar más en Él. Me alegro en Su soberanía, Su control y Su voluntad, quiero que me encuentre fiel aceptándola cada día de mi vida.

Porque yo sé los planes que tengo para vosotros” —declara el Señor— “planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11

Cuando las cosas no salgan como tú querías, planeabas o soñabas, cuando los afanes de la vida te agobien, cuando sientas que pisas un “suelo minado de sorpresas inesperadas”, cuando no logres avanzar en tu lista de pendientes: agradece Su voluntad, confía en Él y sea Su gozo tu fortaleza.

Platícame: ¿Qué cosas no han salido como tú querías y finalmente detrás de ello encontraste una gran bendición y lección del Señor a tu vida?

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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com

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Sobre el autor

Lucy Reyna Orozco Meraz

 

Reyna es esposa de Raúl Orozco, radica en Chihuahua, Chih., México. Juntos pastorean y educan a
 
su hijo (JR) e hija (RG) en casa, siendo su deseo formarlos e instruirlos para la gloria de Dios.
 
Ambos son Ing. Industriales y … leer más …

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